Dos dimensiones, la misma emoción del fútbol

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Lunes 4 de mayo de 2009

OPINION Daniel Arcucci De la Redacción de LA NACION

Dos dimensiones, la misma emoción del fútbol

UN MEDIODIA DISTINTO PARA MIRTHA

Invitada por el gobernador de Santiago del Estero, Gerardo Zamora, la actriz y conductora Mirtha Legrand estuvo en Termas de Río Hondo para ver la carrera de TC. “Sigo a la categoría por televisión y el corazón me tira para el lado de Ford, porque mi familia siempre tuvo autos de esa marca”, dijo la diva de los almuerzos.

UNA SEMIFINAL DE RUGBY DEFINIDA POR PENALES

El libro fundacional del sello Ediciones Al Arco, De puntín, salió nuevamente a la venta. Con prólogo de Jorge Valdano y texto de contratapa de Eduardo Galeano, De Puntín, en su tercera edición, reúne once cuentos futboleros de los más destacados periodistas del género.

Los empates en el rugby son inusuales. Y a ello, esta vez, se sumó que el choque Leicester-Cardiff definía un finalista para la Copa Europea de Clubes. El final fue 26-26, se recurrió a los penales y Leicester ganó 7-6, después de que Jordan Crane (foto) marcara el tanto decisivo.

Ballesteros eligió una cancha para su reaparición

Armstrong está a punto para el Giro de Italia

Gascoigne le hace frente a sus fantasmas

Un mundial de alto vuelo, pero hecho de papel

Hace 60 años, Torino vivió su día más negro

Tras ser operado de un tumor cerebral y de un edema en octubre pasado, el ex golfista español Severiano Ballesteros, que fue dado de alta el 9 de diciembre, reapareció en público por primera vez desde entonces. Fue en el estadio Sardinero, en Santander, donde presenció el choque de la liga entre Racing y Almería. Como era lógico, Seve fue ovacionado.

El norteamericano Lance Armstrong parece estar en un buen momento para afrontar el Giro de Italia, que comenzará el sábado próximo en Venecia. Así lo admitió el jefe del equipo Astana, Johan Bruyneel. “Lance está en condiciones de aprovechar el Giro como preparación para nuestro mayor objetivo de la temporada, el Tour de Francia”, explicó Bruyneel.

“Jamás podré decir que todo quedó atrás. Hay un pub y hay droga en cada esquina, pero por el momento no quiero beber. Seré un convalesciente toda la vida, pero soy feliz cuando estoy sobrio”, dijo el inglés Paul Gascoigne, que a los 42 años jugó un partido benéfico en Darlington, para darle una mano al club local.

En Salzburgo se cumplió el II Campeonato Mundial de aviones de papel. Y si el torneo le resulta insólito, más aún le parecerán estas cifra: hubo 253 participantes de 83 países; el croata Jovica Kozlica ganó en distancia con 54,43 m, y el brasileño Leonard Ang se impuso en tiempo, al mantener su máquina en el aire 11s66/100.

El 4 de mayo de 1949, después de ganar un partido en Lisboa y mientras regresaba a Turín, la delegación completa del club Torino, la entidad italiana más poderosa de aquella época, perdió la vida al caer el avión Fiat G212 que la transportaba. Murieron 18 jugadores y todo el cuerpo técnico, en la tragedia más grande del calcio.

De Puntín n está esttá otra vez en las ca calles

Uno repasa las repercusiones del histórico Real Madrid 2 vs. Barcelona 6 y todo parece futbolísticamente insustancial, pequeño. Hasta las palabras, que naturalmente se exageran porque nada parece alcanzar. Escribe José Sámano, en el madrileño diario El País: “Un brindis al fútbol. El del Barça, claro, que desplegó en Chamartín, imponente museo futbolístico en el que tantos tiritan, todos sus violines. El fútbol convertido en puro arte, inolvidable, pura orfebrería”. Escribe Alfredo Relaño en el no sólo madrileño, sino también madridista diario deportivo As: “El Barça se marchó del Bernabéu como campeón virtual de Liga y dejó para la historia una exhibición de la que aún se hablará cuando todos nosotros hayamos muerto. Así sólo se juega al fútbol en el Paraíso”. Sucede que aquello parece estar, y de verdad está, en otra dimensión. Cuando se apaga la tele, cuando se cambia de página en Internet, cuando se regresa a la realidad más cercana, la sensación inexorablemente frustrante que se tiene es la del descenso a la tierra, a lo futbolísticamente terrenal. Las diferencias son tan obvias como las razones, o las excusas, que se esgrimirían para justificarlas. Tan cierto como que monstruos del calibre de Xavi, Iniesta o el mismo Messi se cocinaron en la cantera de La Masía, lo es que ninguno de ellos, de haber estado aquí, hubiera durado en casa más de una temporada, sólo por citar un ejemplo. La cámara cambia de foco, entonces, y apunta a las tribunas. En busca de espectáculo. Se viven tiempos de fútbol emocional, por no decir histérico, en la Argentina: a falta de buen juego en dosis constantes, el dramatismo se vuelve atractivo, y a falta de cantidad de estrellas en el campo, la tribuna se convierte en protagonista. Se ven, entonces, hinchadas transformadas en hinchas de sí mismas, que se jactan de alentar igual pese a lo poco que reciben a cambio, y se ven también, cómo no, hinchas llorando. Cada vez más. Lloraba aquella chica hincha de Central en las tribunas de un Gigante más gigante todavía por la coyuntura del equipo. Lloraba aquel chico hincha de Racing después de uno de los sufridos triunfos o empates mínimos, pero épicos, y antes de este 4 a 1 que en el contexto le sabe a gloria. Pero lloraba también aquella mujer hincha de Huracán, y no precisamente como descarga ante el sufrimiento: lo que la emocionó, lo que emociona, es la humilde grandeza del equipo de Angel Cappa. El intentarlo todo con poco. Y en ese punto, las dimensiones cambian, pero no la idea: a Huracán da gusto verlo jugar, también. [email protected]