Dobla Tu Velocidad De Lectura Carlos Gallego
DOBLA TU VELOCIDAD DE LECTURA CURSO DE LECTURA VELOZ Hola, es un gusto estar contigo nuevamente. En este módulo te vamos a presentar una serie de hábitos de lectura que debes adquirir y aplicar día a día si quieres convertirte en un lector veloz. Espero que estés listo, porque comenzaremos ya mismo... elimina toda distracción y concéntrate completamente en lo que vamos a explicarte, porque esta información esencial para que finalmente puedas duplicar tu velocidad de lectura.
MÓDULO II Los buenos hábitos externos de lectura Primero que nada, es necesario tomar plena conciencia de la importancia que tienen los hábitos externos de lectura para lograr un óptimo rendimiento. Los malos hábitos externos no hacen más que funcionar como obstáculos para nuestro avance. Aunque aprendas a la perfección todas las técnicas que te brindaremos aquí y practiques los ejercicios con empeño y disciplina, los resultados no serán iguales si sigues manteniendo malos hábitos externos de lectura. Por eso, a continuación te brindamos una serie de pautas muy importantes para que puedas rodearte de buenos hábitos externos de lectura. El entorno positivo Es muy importante rodearnos de un entorno positivo para nuestros momentos de lectura. Un entorno positivo generará como resultado casi inmediato un efecto positivo en nuestra concentración y, por lo tanto, en la correcta asimilación de la información. Igualmente, un entorno negativo solo provocará consecuencias negativas en nuestra relación con la lectura. Entonces, el primer paso que tenemos que dar para aumentar nuestra velocidad de lectura y mejorar nuestra capacidad de retención y comprensión, es generar un ambiente propicio para la lectura. Lo ideal es contar con un ambiente específico para esta actividad, poniendo especial énfasis en lo referente la iluminación y la postura. • Iluminación adecuada Según diversos estudios, no hay mejor luz para leer que la luz natural. En atención a esto, lo primero que tenemos que hacer es procurar que nuestro lugar de lectura se encuentre cercano a un ambiente que provea luz natural, por ejemplo, a una terraza, una ventana o un jardín. Como no siempre se puede tener esa posibilidad, la otra opción es ubicar nuestro espacio de lectura donde la luz nos llegue por el lado contrario a la mano que usamos para escribir. Además,
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debemos cerciorarnos también de que la luz nos llegue por encima del hombro, de este modo se evitarán los molestos reflejos y sombras que tanto dificultan la lectura. Respecto a la intensidad de la luz, lo más adecuado es que esta sea lo suficientemente intensa como para lograr una buena visualización del material que estamos leyendo. Hay que evitar las luces brillantes, ya que suelen generar contrastes inadecuados. • Postura correcta De acuerdo a lo indicado por los especialistas en el tema, existe una postura ideal para la lectura, que es la siguiente: debemos sentarnos con la espalda siempre recta y los dos pies bien pegados al suelo. Asimismo, debemos asegurarnos de que la base de nuestro asiento sea lo bastante firme, ya que las superficies blandas o mullidas terminarán provocando incomodidad y somnolencia. También es recomendable hacer ligeros movimientos cada 15 o 20 minutos para estirar los músculos. La postura correcta es imprescindible para lograr un buen nivel de lectura, ya que: •
Hace que la sangre y el aire fluyan correctamente hacia el cerebro, propiciando su máximo rendimiento.
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Hace que la energía eléctrica fluya de abajo hacia arriba por la columna vertebral. Esto también hace que el cerebro funcione al máximo de su capacidad.
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Reduce y hasta evita completamente los típicos dolores en los hombros, cuello y zona lumbar.
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Hace que el cuerpo se mantenga en alerta, avisándole al cerebro que algo importante está ocurriendo, elevando la capacidad de concentración y retención.
• Comodidad Aunque no suene bien, hay que decirlo: no debemos ponernos muy cómodos al momento de leer. Como mencionamos anteriormente, la elección del asiento de lectura será de vital importancia. Lo ideal es elegir una silla que presente un respaldar recto, cuyo asiento no sea ni muy duro ni muy blando. La idea es que la silla estimule la posición correcta (espalda recta y pies bien apoyados en el suelo). • El escritorio El escritorio que utilizaremos para la lectura también resulta muy importante. El punto esencial es que exista un adecuado equilibrio entre la altura de la silla y la altura del escritorio. Entonces, ¿cuál es la altura correcta? Pues aquella que permite que las piernas, más específicamente los muslos, se sitúen de forma paralela al suelo. Esto resulta beneficioso porque permite que el peso del cuerpo se distribuya adecuadamente.
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Por otro lado, el escritorio también es importante porque determinará en buena parte la distancia existente entre los ojos y el material de lectura. Lo ideal sería que te des un tiempo para medir esta distancia. ¿Cuál es la distancia más adecuada? Es de aproximadamente 50 cm, siempre y cuando se mantenga la postura correcta. Al mantener esta distancia, minimizarás el esfuerzo de los ojos al leer, evitando el cansancio de la vista y los dolores de cabeza. Espacio y materiales Como decíamos al principio, nuestro espacio físico de lectura resulta esencial para ayudarnos a cumplir nuestros objetivos. Por eso, el primer punto respecto al espacio es procurar que este sea lo más agradable posible a nuestros sentidos. Busquemos siempre un lugar espacioso, bien iluminado, ventilado y organizado. La idea es que sea un lugar donde nos agrade estar, que nos brinde comodidad y calidez cada vez que entremos. El segundo punto importante respecto a nuestro espacio es que nos permita tratar de evitar a toda costa las interrupciones, ya que estas no solo retrasan el tiempo de lectura, sino que también afectan enormemente la concentración. Por eso, es mejor evitar tener en nuestro espacio objetos u artefactos que puedan propiciar interrupciones, como juegos, teléfono, radio, televisor, entre otros. El tercer y último punto importante es el referente a la organización de los materiales. Es imprescindible tener nuestros materiales de estudio a la mano, pues esto nos evita preocupaciones e interrupciones que fácilmente pueden hacernos perder la concentración. Horario de lectura Aunque parezca increíble, el horario de lectura puede llegar a determinar en gran medida nuestro grado de comprensión y asimilación. Debido a los horarios que nos suelen imponer desde pequeños, es común que muchas personas no hayan tenido la oportunidad de identificar qué horario les resulta más adecuado para leer o aprender. Si por alguna razón sientes que no rindes lo suficientemente bien en el horario que tienes establecido, empieza ahora mismo a probar distintos horarios hasta que encuentres el más adecuado, aquel en el que tu rendimiento se despliega al máximo.
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Entrenando a los ojos ¿Sabías que el ojo humano es uno de los instrumentos ópticos más poderosos y asombrosos de la naturaleza? Conocer su funcionamiento resulta verdaderamente vital, ya que ello puede ayudarnos a comprender sus distintos mecanismos y, por lo tanto, obtener el máximo beneficio de ellos. A continuación, algunos datos sumamente importantes que debes tener en cuenta: •
Cada ojo posee 130 millones de receptores de luz. Un solo receptor tiene la capacidad de registrar al menos 5 unidades indivisibles de luz (fotones) por segundo.
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Los ojos pueden distinguir más de 10 millones de colores distintos. En tan solo un segundo, o incluso menos, pueden llegar a decodificar más de un millón de unidades de información.
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El nervio óptico es el que capta las imágenes, transmitiéndolas directamente al lóbulo occipital, donde se encuentra el área responsable de la función visual.
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Contrariamente a lo que se pensaría, el lóbulo occipital no se sitúa en los ojos, sino en la nuca. Este lóbulo es el verdadero responsable de efectuar la lectura, es decir, es el que dirige a los ojos por el texto en búsqueda de la información más relevante para el cerebro.
Pues bien, el simple hecho de saber cómo funciona nuestro sistema visual nos ha permitido sentar las bases de la revolucionaria técnica de lectura rápida que es protagonista de este módulo. ¿Cómo así? Te lo explicaremos a continuación. ¿Cómo trabajan los ojos al leer? La configuración de nuestro sistema visual hace que nuestros ojos lean realizando pequeños movimientos, que de aquí en adelante denominaremos “saltos”. Además, los ojos realizan estos saltos con cierto patrón de regularidad. Esto significa que al leer, los ojos “saltan” constantemente de un punto fijo hacia otro, abarcando entre salto y salto más de una palabra a la vez. En pocas palabras: al leer, nuestros ojos no recorren suavemente la página, sino que se desplazan saltando en forma horizontal (de izquierda a derecha), haciendo breves pausas para abarcar una palabra o más durante este proceso. Entonces, ¿en qué momento asimila la información el cerebro? Precisamente, durante estas pausas. Estas pausas también son las responsables directas del tiempo total que se emplea en la lectura. Se ha calculado que, dependiendo del tipo de lector, cada pausa puede durar desde un cuarto de segundo hasta un segundo y medio. Esta información es simplemente reveladora, pues quiere decir que si queremos mejorar nuestra velocidad de lectura, una de las primeras cosas que tenemos que lograr es acortar al máximo la duración de estas pausas.
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Pero no nos apresuremos: de nada servirá que acortemos el tiempo de nuestras pausas al leer, si no eliminamos también los principales cuatro malos hábitos que a casi todos nos inculcaron al iniciarnos en la lectura. ¿Cuáles son estos cuatro malos hábitos? Veamos: 1. Los movimientos sacádicos Cuando nos enseñan a leer, nos enseñan a fijar la vista palabra por palabra, realizando movimientos sacádicos. Estos consisten en la realización de saltos oblicuos que los ojos se ven obligados a hacer cuando la lectura se realiza fijando la vista palabra por palabra. Se trata de un mal hábito porque este tipo de movimientos cansan rápidamente a la vista y al cerebro, ocasionando que solo se disponga de unos diez a quince minutos para realizar una lectura fluida, sin pérdida de atención o concentración. Como este mal hábito de lectura termina siempre ocasionando la pérdida de atención, provoca el segundo mal hábito: 2. Las regresiones El mal hábito de las regresiones consiste en la famosa “relectura”, es decir, en volver a leer una o varias veces información que ya se leyó. Estas regresiones representan una gran pérdida de tiempo, además de una gran sensación de cansancio. Lo peor es que son completamente innecesarias, ya que los estudios han demostrado que en la gran mayoría de los casos los ojos siempre registran parte de la información leída, integrándola al leer la información que prosigue. Las regresiones, a su vez, dan lugar al tercer mal hábito: 3. Las anticipaciones Las anticipaciones son la consecuencia directa de los dos primeros malos hábitos que hemos mencionado. El cansancio que producen los movimiento sacádicos y las regresiones, provoca una forma de lectura deficiente. Es decir que se lee de forma incompleta, dejando de lado algunas partes del texto o incluso ignorándolas completamente, pensando que no tienen importancia. La principal desventaja de las anticipaciones es que, al ignorar ciertas partes del texto se está perdiendo información que podría resultar de mucha utilidad más adelante. Finalmente, mencionaremos el cuarto mal hábito: 4. La subvocalización Este mal hábito tiene la particularidad de poder presentarse en dos modalidades distintas. Así, tenemos la subvocalización muscular y la subvocalización mental. La primera consiste en la pronunciación de las palabras en voz baja cuando se está leyendo; la segunda, consiste en la “pronunciación” mental.
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La desventaja de este mal hábito es evidente: hace que nuestra velocidad de lectura se encuentre en directa relación con nuestra velocidad de pronunciación de las palabras. Por más rápido que una persona hable, es imposible que iguale la velocidad de lectura que pueden alcanzar los ojos. El promedio máximo de velocidad que una persona puede alcanzar en pronunciación es de 300 palabras por minuto; sin embargo, nunca podrá llegar alcanzar velocidades de 600, 800, 1000 o 1500 palabras por minuto, que es lo buscamos que tú consigas con este curso. Entonces, como podemos ver, lo primero que tenemos que hacer es ponernos a trabajar para sacar estos malos hábitos de nuestra rutina de lectura y, a la par, reducir el tiempo empleado en las pausas. Así, eliminando estos cuatro malos hábitos y reduciendo el tiempo empleado en las pausas, podrás ver un primer incremento efectivo en tu velocidad de lectura y en tu capacidad de retención y comprensión. ¿Cómo lo lograremos? Muy simple, explicándote y poniendo en práctica nuestra primera y revolucionaria técnica de lectura rápida:
El desplazamiento en Z Esta primera técnica, a la cual hemos llamado “el desplazamiento en Z”, consiste en lo siguiente: Realizarás la primera fijación al inicio del párrafo y luego desplazarás tu vista horizontalmente hasta realizar otra fijación al final de esa línea, para luego desplazar tu vista al inicio de la siguiente línea en forma horizontal. Es decir, deberás hacer que tus ojos de desplacen de línea en línea siguiendo la forma de una Z. Esta técnica te ayudará a eliminar poco a poco los malos hábitos y a lograr que las pausas o fijaciones tengan cada vez menos duración. Esto es porque el desplazamiento de la vista en Z cansa mucho menos que el desplazamiento que se realiza con los movimientos sacádicos y acorta la duración de las pausas o fijaciones al reducir el número de estas. Como consecuencia de todo esto, también experimentarás un sensible aumento de tu capacidad de retención y comprensión de lectura. Perfecto, ahora que ya sabes cómo funciona esta técnica, te brindaremos a continuación información relevante sobre una herramienta que te facilitará la práctica tanto de esta técnica.
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La guía ¿Qué tan necesaria resulta una guía para los ojos en el momento de la lectura? La respuesta es que resultante bastante necesaria, especialmente en un proceso como el que estás atravesando, en el cual debes redefinir tus hábitos de lectura para aumentar tanto tu velocidad, como tu capacidad de retención y comprensión. Vale decir que en este caso el uso de una guía representa el complemento perfecto para reducir dramáticamente los cuatros malos hábitos de lectura que mencionamos anteriormente, así como para aumentar el número de palabras captadas en cada fijación y reducir el número de pausas. A continuación te enseñaremos en qué consiste una guía para la lectura y cuál es el mejor modo de usarla para sacarle el máximo provecho. Estamos seguros de que ya has usado anteriormente algún tipo de guía visual (tu dedo, una regla, un lapicero, etc.) en determinadas situaciones. Por ejemplo, cuando tratabas de ubicar una nombre dentro de una extensa lista, cuando consultabas una palabra en el diccionario, cuando necesitabas ubicar un número específico dentro de una o varias columnas o cuando querías señalar o remarcar al pasaje de un texto. No es nada extraño que todos, de una u otra forma, usemos guías para ayudarnos en determinadas situaciones, ya que es una tendencia natural; lo que sí resulta extraño es que casi nunca las usemos para lo más importante: para leer. Por eso, es hora de que destaquemos nuevamente la verdadera importancia, sumamente positiva, que la guía tiene dentro de los hábitos de lectura. ¿Cómo debemos usar una guía? En realidad, el ojo humano está diseñado para seguir una guía sin problemas. Como se trata de una tendencia natural, ya que el primer instinto que tenemos al iniciarnos en la lectura es usar una guía, instinto que nos fueron reprimiendo pero que todavía sale a flote en algunas ocasiones, no será nada difícil que vuelvas a retomar este saludable hábito en la lectura. En realidad, para usar adecuadamente una guía lo único que tenemos que hacer es dejar que nuestra vista se deje llevar libremente por los movimientos que haremos con ella. ¿Cuál es la mejor guía? La mejor guía es simplemente un objeto medianamente largo y delgado, por ejemplo, un lápiz, un palillo chino, un palo de tejer o una varilla de madera. Es necesario que la guía sea delgada para que no dificulte o bloquee la visualización del texto. Precisamente por esta razón, no es muy recomendable usar los dedos o la palma de la mano. Para sacar el mayor provecho posible de la guía, en realidad lo único que tenemos que hacer es colocarla en el borde inferior de la línea que estamos leyendo y desplazarla suavemente a través de esta, dejando que los ojos sigan su recorrido de forma natural.
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Para concluir, mencionaremos algunos beneficios específicos brinda el buen uso de una guía en la lectura: •
Minimiza la carga de trabajo que recae sobre los ojos.
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Mantiene al cerebro en alerta.
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Opera un efectivo incremento en la velocidad de lectura y en la capacidad de comprensión.
A continuación, te dejaremos un ejercicio que deberás practicar durante el transcurso de esta semana.
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Ejercicio 1 El ejercicio que tienes que realizar para este módulo es muy fácil. Lo único que necesitas para hacerlo es un texto y una guía (recuerda escoger siempre objetos delgados y relativamente largos). Lo que tienes que hacer es utilizar la guía para repasar el texto que tienes a la mano, utilizando la técnica de “desplazamiento en Z”. Debes hacerlo de forma rápida, no te preocupes si no puedes seguir el ritmo y no llegas a leer todas las palabras, la idea es simplemente entrenar tu vista para que se acostumbre a seguir la guía y abandone los movimientos sacádicos para reemplazarlos por los movimientos en Z. Este ejercicio también te ayudará a que puedas ir ampliando progresivamente el número de palabras captadas en cada movimiento de fijación, reduciendo así el número de pausas y acortando su duración. Este ejercicio deberá tener una duración de 10 minutos, y deberás realizarlo todos los días durante 7 días.
Práctica adicional: ejercicio con novela Las novelas son una buena fuente de práctica para desarrollar la práctica de la flexibilidad de la velocidad. Al comienzo de la novela probablemente verás que usas el marcador siguiendo cada línea, a medida que te vas familiarizando con la trama, pasa a cada dos líneas. Cuando la historia está en pleno apogeo y tú buscas las partes más interesantes dentro de la descripción, casi seguramente te encontrarás pasando el marcador por el medio de la página hasta llegar a las secciones del libro que realmente cuentan la historia. El placer de la lectura no se ve menoscabado de ninguna manera; de hecho, tal vez descubras que acabas así más novelas que antes.
En este módulo has aprendido: •
Qué debes hacer para mejorar tu entorno externo de lectura.
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Cómo funciona nuestro sistema visual y cómo es posible sacarle el máximo provecho.
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La importancia de las fijaciones y las pausas, así como los cuatro malos hábitos de lectura que es posible eliminar a través de la técnica de “Desplazamiento en Z”.
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En qué consiste una guía para lectura, por qué es importante y cómo debes usarla.
Una vez que hayas finalizado el ejercicio propuesto anteriormente, estarás listo para dar el siguiente paso: obtener más información valiosa y conocer otra novedosa técnica que te permitirá duplicar los avances que hayas logrado. ¡Suerte! Nos vemos la próxima semana para iniciar el Módulo III.
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