dias festivos/pdf/Para reflexion en el dia del padre


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PARA REFLEXIÓN EN EL DÍA DEL PADRE Y SIEMPRE Por Eliseo Hernández Echegoyén El hogar es un reflejo de lo que son los padres. Sencillamente lo que ellos han querido que sea su hogar, eso es y será. Si son piadosos, así será su hogar. Si son ejemplares, así también será su hogar. Si son fieles y leales a los votos que se hicieron en presencia de Dios, eso se reflejará en la familia. Si Cristo es el consejero, guía y orientador en la familia, todo irá bien. Su hogar será lo que ustedes, padres, quieren que sea, con la bendición del Señor si hacen la voluntad de Él, obedeciendo su Palabra. ¿Cómo es su familia? ¿Sus miembros son cristianos y buenos ejemplos en el vecindario y la comunidad? ¿Qué clase de ejemplo e influencia ejercen ustedes como padres? Realmente, ser un buen padre de familia no es nada fácil. La Biblia nos enseña que desde la creación de la primera pareja, uno de los deberes más importantes fue el de ser padres y velar por el bien de sus hijos. Ser padre es un gran privilegio, pero contrae una tremenda responsabilidad. Tenemos el buen ejemplo en la Biblia de buenos y responsables padres como Abraham, Job y Josué, y de buenas madres como Ana y María. Los padres son los primeros maestros y tienen que enseñar, orientar e infundir en los hijos el bien en cuanto a la importancia del matrimonio, condenar el amor libre y hacer énfasis en la importancia de la abstinencia antes del matrimonio. La Biblia condena la fornicación. Muchos padres fallan al permitir, influir y aún decidir e intervenir en que sus hijos establezcan noviazgos con inconversos y que se casen con incrédulos, lo cual condena la Palabra de Dios (2 Co. 6:14,15). Sabemos que Dios no bendice una unión así, en que se obra contra su Palabra. Los padres debemos ser los mejores amigos de nuestros hijos, hablar con ellos con toda confianza, autoridad y franqueza sobre temas como el amor, el noviazgo, el sexo, el matrimonio y la familia. Debemos oírles en cuanto a sus pensamientos, sentimientos, ideas, aspiraciones, anhelos, amistades, y contestarles sabiamente sus preguntas. Requiere tiempo y dedicación para hacerlo. Requiere toda nuestra atención procurar el mejor bien para el futuro de los hijos, en todos los aspectos. Hay grandes peligros potenciales y latentes que tiene que afrontar la juventud, y es nuestra responsabilidad ayudarles. Padres, con la ayuda y bendición de Dios, cumplamos con nuestro sagrado deber de criar cristianamente a nuestros hijos. ¡Vale la pena! De esto puede depender el destino eterno de su hijo o hija. Nuestro deseo más ardiente y nuestra tarea más incesante debe ser procurar llevarlos al Cielo con nosotros. El bienestar de sus almas está sobre todos los demás bienes. No produzcamos delincuentes juveniles, hombres y mujeres incrédulos y rebeldes; con la ayuda de Dios produzcamos hijos e hijas de Dios, servidores de Él y de los demás, ciudadanos del Cielo y buenos ciudadanos de su patria. ¡Buenos padres cristianos, sabios, prudentes y responsables, felicidades, y que Dios les bendiga grandemente al lado de su esposa y queridos hijos! ¡Amén! ObreroFiel.com – Se permite reproducir este material siempre y cuando no se venda.