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Las historias de vida y las charlas informales (Ver Anexo N° 7) propiciaron una interacción espontánea y el énfasis en la realidad cotidiana y en las visiones particulares de ios habitantes de Los Lagos. En principio, estos relatos fueron concebidos como medios de acceso a la reconstrucción de movimientos migratorios y la constitución de los asentamientos y resguardos. Sin embargo, la revisión de las grabaciones y de las notas mostraron que son una fuente reveladora de percepciones y representaciones subjetivas del entorno, entre las que se encuentran los aspectos sociolingüísticos y escolares. Las miradas desde diferentes egos exponen potencialmente la subjetividad de un grupo, y de esta manera, se constituyen en recursos para la comprensión, desde una perspectiva interna, de la situación sociolingüística actual y de las implicaciones de ser ticuna en este sector. La estructura temática de este estudio pretende lograr una comprensión de los comportamientos comunicativos al interior de la comunidad de habla de Los Lagos, así como sus motivaciones y perspectivas. A lo largo del trabajo, se insistirá en la manera como la comunicación estructura y reproduce al mismo tiempo la organización subyacente a los grupos que las hablan. El primer capítulo es una exposición general de los factores históricos extralingüísticos que imprimen la especificidad de esta comunidad de habla y que entran en juego a la hora de determinar patrones de comportamiento, entre ellos el comunicativo. En el segundo capítulo, se enuncian los diferentes criterios que permiten delimitar la comunidad de habla objeto de estudio, concebida aquí como una perspectiva de análisis. El capítulo siguiente está consagrado al fenómeno de contacto de lenguas, entendido como resultado de dinámicas de adaptación e integración entre grupos sociales. Se abordan allí problemáticas derivadas de la situación de bilingüismo, entre ellas: distribución funcional de los códigos según los ámbitos de interacción; elección lingüística; características de las variedades lingüísticas locales; así como la incidencia del factor actitudinal en las tendencias de cambio que se perfilan. Finalmente y a manera de balance, se presenta la vitalidad de las lenguas en contacto. El último capítulo se centra en las acciones educativas ysu incidencia en ias dinámicas de pérdida o mantenimiento de la lengua y de los valores del grupo indígena ticuna,
1. Los Lagos espacio de contacto Al noroccidente del municipio de Leticia, cubriendo el área que se extiende, hacia el norte, aproximadamente desde el kilómetro 3 al 8; y de oriente a occidente, desde la carretera Leticia-Tarapacá hasta el río Amazonas se encuentra Los Lagos. Este sector debe su nombre a los cuatro lagos que forman los meandros de la quebrada Yahuarcaca, poco antes de unirse al río Amazonas. Las divisiones político-administrativas permiten distinguir dos subsectores: el área rural conformada por los cuatro asentamientos ticuna objeto del presente estudio: San Sebastián, San Antonio, San
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Juan de los Párente, San Pedro y el perímetro urbano que comprende la comunidad civil indígena Castañal y el barrio La Cholita, estos últimos con una población creciente de colonos (Ver Mapa, p. 24). Según las convenciones locales de ubicación espacial, las coordenadas de los asentamientos corresponden a su posición respecto a la quebrada Yahuarcaca y a la carretera Leticia-Tarapacá. La distancia hacia el norte se calcula describiendo una línea paralela a esa vía, tomando como punto de partida el aeropuerto Vásquez Cobo. San Pedro es entonces el asentamiento más distante del centro urbano, aproximadamente en el kilómetro 8,5; sus 32 habitantes, descendientes de Plácido Párente, constituyen un único núcleo familiar distribuido en 14 viviendas. Enseguida, hacia el sur, en el kilómetro 7, se encuentra San Juan de los Párente; sus 86 habitantes, descendientes de Plácido Párente habitan 4 viviendas. San Antonio de Los Lagos, situado en el Kilómetros 7,5, alberga en sus 46 viviendas 228 habitantes, descendientes de las familias Párente y Jordán principalmente. En fin, San Sebastián se halla en el kilómetro 4,5, en los límites del perímetro urbano; sus 320 habitantes 3 , en su mayoría descendientes de la familia Fernández, ocupan 55 viviendas. Los cuatro asentamientos en cuestión se hallan dentro de territorios reconocidos como resguardos. El 27 julio de 1982, mediante ia resolución N°087, se constituyen los resguardos de San Antonio de Los Lagos y San Sebastián, con 188 y 59 hectáreas respectivamente. En 1999, luego de numerosos trámites, el INCORA trazó ¡os linderos que delimitan el resguardo de San Juan de los Párente, Este último sólo cuenta con 43 hectáreas; sus habitantes esperan la resolución de su constitución y ¡a respuesta a la propuesta de compra de tierras para su ampliación 4 . El proceso de reconocimiento legal dei territorio indígena ha originado, no obstante, diferencias al interior de los asentamientos. Este es el caso de San Pedro, cuyos terrenos fueron incluidos dentro del área de resguardo de San Antonio, con la autorización del pequeño núcleo familiar que en aquel entonces lo ocupaba yque no comprendió las implicaciones del trazado de los linderos. La llegada posterior de las regalías, que por concepto de transferencias el Estado otorga a estas entidades territoriales, dio lugar a un conflicto. La decisión de las familias de San Pedro de no desplazarse e integrarse al poblado de San Antonio los ha privado hasta ahora del beneficio de tales recursos. La reciente creación de la personería jurídica de la junta de acción comunal de San Pedro inaugura un proceso de reivindicación de sus territorios y a la búsqueda de las vías legales que les permitan constituirse como entidad autónoma y por ende verse beneficiados de las partidas estatales 5 . Un proceso similar tuvo lugar en Castañal, de acuerdo con el decreto 2001 de 1988 este asentamiento constituye una comunidad indígena civil. Se trata de una 3
Este dato no concuerda con los censos de 1995 y 1997, en los cuales se registra una población de 402 habitantes, La información consignada aqui corresponde a la recolectada a lo largo de los trabajos de campo. Recientemente, sin embargo, los habitantes de las dos veredas han iniciado acuerdos para que San Pedro se vea beneficiada de aquellos recursos. 4
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parcialidad ticuna que, debido a conflictos internos en torno al tipo de propiedad sobre sus predios, no logró el consenso necesario para acreditar la posesión colectiva. En efecto, uno de los primeros ocupantes reivindica como propiedad privada los terrenos que conforman la parcialidad. Esta diferencia permitió al Concejo municipal de Leticia anexar estos terrenos al casco urbano con el acuerdo N° 034 de abril de 1998, mediante el cual se redef inían los límites del perímetro urbano. Mapa Microcuenca Yahuarcaca
1.1. Proceso reciente de constitución de los poblados Hacia ei siglo XVI, las coronas española y portuguesa organizaron expediciones en la Amazonia. La política de sometimiento y la conversión al cristianismo generaron movimientos de las poblaciones que se encontraban a orillas del río Amazonas. Las primeras informaciones que se tienen de los ticunas datan del siglo XVII y corresponden a referencias indirectas que proporcionaron al padre Acuña miembros de otros grupos reducidos en las misiones instaladas por aquella época a orillas dei Amazonas. Hacia el siglo XVIII, ya diezmados a causa de la epidemia de viruela, los grupos
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de la ribera, entre éstos los omagua (enemigos ancestrales de ios ticuna) y los Mayoruna, así como los ticuna (tradicionalmente asentados en tierra firme) fueron trasladados de sus sitios de origen hacia zonas ribereñas, extendiéndose después a lo largo del río. A finales del siglo XIX y comienzos del XX, los conflictos limítrofes, así como las bonanzas extractivas generaron nuevos movimientos migratorios (FAJARDO, p. 1126). En la actualidad, de los 35.000 ticunas que se calcula representan la población total, en Colombia se encuentran aproximadamente 7.000, asentados en diferentes puntos del Trapecio amazónico; los demás ocupan territorios de Perú y Brasil -país donde presentan mayor densidad poblacional-. Trazar el proceso de constitución de los poblados de la periferia noroccidental de Leticia, nos lleva a remontarnos a la primera mitad del siglo XX, período durante el cual se iniciaron las migraciones hacia la región. A continuación se propone una reconstrucción aproximada de los movimientos poblacionales integrando diferentes explicaciones y referencias de los relatos de algunos pobladores de este sector, en particular de los adultos mayores. Las vivencias directas y aquéllas producto del saber que circula de manera oral ofrecen una de las versiones del poblamiento de Los Lagos. Además de la información proporcionada por los protagonistas, se consideran las alusiones a hechos contemporáneos citados en documentos diversos. Hay que anotar que las fechas propuestas son aproximadas. En términos generales, la población actual de los diferentes asentamientos desciende de un número limitado de núcleos familiares. En aquel entonces aún no se había construido el aeropuerto 6 ni el batallón y se debía despejar el área destinada a la vivienda y la chagra. La riqueza de la flora y la fauna propiciaba entonces la presencia de seres sobrenaturales. Teniendo en cuenta las referencias al conflicto colomboperuano (1932-1934) y la pertenencia, por aquella época, de estos terrenos al Perú7, se puede afirmar tentativamente que hacia los años 30, se dio inicio a la ocupación de zona por parte de ticunas, En principio se trató de los terrenos que hoy se conocen como la Cholita, Castañal y San Sebastián (Ver mapa, p. 24). Desde sus inicios, la población de los asentamientos ha presentado gran movilidad. Los diferentes grupos familiares suelen instalarse en una zona, abrir chagra y luego 'abandonar' esos espacios. Los desplazamientos pueden darse en razón de conflictos interfamiliares, búsqueda de zonas de más productivas, tras la muerte de un pariente o al contraer matrimonio. Un seguimiento de tales desplazamientos permite comprender la distribución territorial de estos ticuna y el surgimiento de los asentamientos que constituyen lo que localmente se denomina el sector de Los Lagos. 6 En la reconstrucción de la pista del aeropuerto Vásquez Cobo, concluida en 1950, participaron indígenas del sector de Los Lagos y de la carretera Letlcia-Tarapacá. 7 En 1922 Colombia y Perú suscribieron el Tratado Salomón-Lozada que definía los límites y las condiciones para la navegación e integraba el Trapecio amazónico al territorio colombiano. En 1932 se produce la toma de Leticia (un pequeño caserío) por parte de militares y población civil. La ocupación se prolonga hasta 1934, cuando a través del Protocolo de Amistad y Cooperación se ratifica el tratado firmado en 1922,
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1.1.1. San Antonio y Castañal Según los relatos (ver Anexo N° 7), don Antonio Párente (t), casado con doña María Fernández (t) (oriunda deFeijoal), migraron desde el Brasil8 junto con sus hijos: Samuel (t), Plácido, Marculino (t) y ocuparon inicialmente terrenos de la Cholita, hoy propiedad de Mike Tsalickis9. Se ubicaron luego en la actual parcialidad indígena de Castañal. Su llegada coincidió con la de Marciano Fernández y Raimunda Ramos (familia fundadora de San Sebastián) y ias familias Escobedo y Araújo, inmigrantes provenientes de Perú (Lima) quienes se establecieron en el actual barrio leticiano de La Cholita -también conocido como Los Escobedos- (Ver Árbol genealógico, p. 30). Hacia los años 40, don Antonio y sus hijos mayores trabajaron en el Perú explotando caucho como asalariados. Samuel (t), el mayor, permaneció allí hasta su fallecimiento; los demás regresaron a Castañal. Algunos habitantes de Los Lagos continuaron visitando a Nicasia Párente, hija de Samuel, con motivo de fiestas de pelazón (rito de iniciación femenino) y partidos de fútbol; ya no lo hacen pues durante el periodo de la bonanza coquera una de las medidas tomadas por la guardia peruana impidió la circulación de colombianos por el Cayarú, desde entonces no se tiene contacto con estos parientes. Al regreso de Antonio y sus hijos a Castañal, la distribución de las familias se modificó. La casa grande que había sido construida por don Antonio fue abandonada. Él y algunos de sus hijos se dirigieron hacia el norte, sobre la ribera de la quebrada Yahuarcaca, a causa de los daños que en sus chagras ocasionaba el ganado de la finca vecina, en la que acababa de instalarse ia señora Patricia Sarria. Los terrenos hacia los cuales se dirigió esa migración y que en la actualidad hacen parte del Resguardo de San Antonio estaban ocupados por yaguas. Aparentemente, la partida de los yaguas de esa zona coincide con la llegada de los Párente. Los yaguas habrían dejado libres los terrenos que por aquella época pertenecían a la Granja de la Armada, pasando a ocupar zonas de várzea. Algunos ticuna del sector frecuentaban las cuatro casas que ocupaban los miembros de esa etnia. Se cuenta que allí se les ofrecía masato de chontaduro. Estos yaguas se encuentran actualmente en el poblado denominado La Maloca (ribera del Amazonas). En Castañal permanecieron Nicolás y Marculino Párente (t), quienes continuaron cultivando sus chagras; compraron algunas cabezas de ganado -al igual que su padre en San Antonio-, Ellos construyeron una casa grande donde vivieron las dos familias mientras no se presentaron peleas entre los hijos pequeños. Francisco pasó entonces a ocupar ei terreno donde hoy vive (frente a la cancha de fútbol). El contacto entre parientes se mantuvo gracias a las visitas y las fiestas de pelazón que don Antonio preparaba para sus hijas. B No existe consenso sobre las motivaciones ni los puntos de partida exactos de estas migraciones. Algunos señalan que provienen de Uati-Paraná; otros mencionan a Feijoal (asentamientos ticuna del lado brasileño). 9 Quien purga condena en E.E.U.U. por tráfico de drogas. Esa propiedad fue invadida durante la segunda semana de febrero de 2000 por habitantes de Leticia y sus alrededores que, después de haber rozado buena parte del terreno, fueron desalojados por la fuerza pública.
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Hacia los años 40, se instaló en Castañal don Fermín Jordán (t)10 quien había abandonado Palmeras (ribera del Amazonas), después de la muerte de su segunda esposa. Se casó con Juliana Párente Fernández (t), hija de Antonio, y volvió a la zona ribereña, de allí regresó finalmente junto con algunos de sus hijos. Don Alfonso Jordán venía a Castañal a visitar a su hermana Emilia, casada con un hijo de Antonio Párente; allí conoció a su esposa Celia Párente y decidió a su vez instalarse junto a sus suegros. Posteriormente, se desplazó a San Antonio (1944) donde actualmente reside. Por esa época, don Luis Párente ya se había ubicado en el terreno que hoy ocupa su familia (Ver Anexo N° 2). Las variaciones inesperadas del nivel y el curso del río Amazonas explican igualmente los movimientos migratorios en la región. En 1947, se produjo una crecida inusual del río Amazonas que obligó a varias familias ubicadas en las riberas del río Amazonas y de las zonas de várzea a reubicarse. Una de estas familias fue la de Remigio Curico (oriundo de Amacayacu) y Hortensia Jordán, quienes se desplazaron hacia tierra firme, al terreno que actualmente ocupan. Según don Remigio, gracias a su intervención, el terreno que pertenecía a la Granja de la Armada les fue adjudicado luego de varios altercados y trámites. Junto a esta familia se ubicaron ias de Abelardo Jordán y Alberto Demetrio, oriundo de Tarapacá y antes residente de Amacayacu. Igualmente, en 1999, la época de lluvias provocó un gran número de desplazamientos de los habitantes de las áreas insulares del Amazonas; por esta razón tres familias cocamas de Ronda fueron acogidas en San Antonio". En fin, en 1963 Víctor Rodríguez, de origen peruano, se integró a la comunidad gracias a su alianza con una mujer ticuna. Se observa entonces que los hogares de don Luis Párente (t) y don Alfonso Jordán, primeros asentados en la zona, poco antes de la partida de los yaguas; y de otro lado, los núcleos familiares que llegaron allí en migraciones sucesivas dieron pasó al crecimiento poblacional de San Antonio, a través de las alianzas de las siguientes generaciones (Ver Árbol genealógico, p. 21). En cuanto a Castañal, es posible reconstruir su poblamiento retomando parcialmente los diferentes desplazamientos de sus ocupantes. En efecto, tras la muerte de Antonio Párente ysu esposa, algunos desús hijos Alberto y Petronila permanecieron en San Antonio. Nicolás Párente, en cambio, regresó a la zona de várzea de Castañal, pero la inundación lo obligó a pedir un lote de tierra firme a su hermano Francisco, a cargo de los terrenos luego de la partida de su padre. Posteriormente, Alberto y Petronila Párente también regresaron a Castañal. Es esta dinámica la que explica en parte la configuración actual del asentamiento y la chagra que conserva Alberto Párente en et resguardo de San Antonio, pese a haberse radicado en Castañal. 10 Según Alfonso Jordán -su hijo- él presenció el conflicto colombo-peruano, tenía por aquel entonces 9 o 10 años. Su familia tuvo que huir de Palmeras hacia Amacayacu donde permanecieron mientras se normalizaba la situación (Ver Anexo N° 7). " En Los Lagos a menudo circulan comentarios que reprueban la composición mixta de la población de San Antonio.
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1.1.2. San Juan de los Párente y San Pedro Desde Castañal se desplazaron Plácido Párente y su padre, luego del incidente con ganado que estropeaba sus cultivos. Permanecieron en San Antonio aproximadamente hasta 1968, cuando se presentaron nuevos conflictos a causa del ganado, esta vez de Erasmo, hijo de Plácido. Padre e hijo buscaron entonces terrenos ubicados en la la cabecera de la quebrada; finalmente se instalaron en donde actualmente se encuentran. En la casa que construyó Plácido, vivió también Erasmo y s u familia; enseguida sus hijos Rosalba (t) y Juan (t) construyeron, en 1968, las suyas. Hacia 1975, su hijo Araújo, que había permanecido en San Antonio se instaló junto a su familia, después del fallecimiento de su esposa. El caserío ha incrementado su población a medida que los hijos de los primeros ocupantes forman nuevas familias. La llegada de don Plácido Párente fue posterior a la ocupación de ios terrenos de San Pedro, por parte de su hermano Marculino Párente (t), quien permaneció en Castañal y luego se desplazó junto con su esposa Alicia Fernández (t) y su único hijo Pedro. Ese asentamiento (San Pedro) presenta una pequeña población en razón de la distancia respecto a Leticia y al hecho de no contar con red eléctrica; es efectivamente poco atractivo para los pobladores vecinos. Solamente se cita el caso de Teodoro Dámaso, quien vivió un tiempo allí y luego prefirió asentarse en Castañal. La situación de ese asentamiento es contraria a la que tiene lugar en San Sebastián y Castañal, asentamientos que demarcan los limites de la ciudad.
1.1.3. San Sebastián Simultáneamente a la ocupación de los terrenos de Castañal por parte de Antonio Párente, se produjo la migración de Marciano Fernández (t) (hermano de María Fernández) y su esposa Raimunda Ramos (t), otra de las familias fundadoras del sector de Los Lagos. Se instalan en los terrenos que actualmente ocupan los habitantes de San Sebastián (Ver egos del árbol genealógico de la página 30). Marciano vino a Colombia después de encontrar a su mujer en Feijoal, su hermano (t), en cambio, permaneció allí12. Francisco Fernández, uno de los hijos de ese hogar, señala que su padre y uno de sus hermanos trabajaron en Mirití-Paraná explotando caucho, pero por no sentirse a gusto prefirieron trabajar en Perú (río Cayarú). Julia Fernández, una de ias hijas menores de Marciano, señala que su padre vivió algún tiempo en Nazaret -cuando las riberas del Amazonas eran consideradas territorio peruano- antes de encontrar a su esposa, con quien vino a establecerse en San Sebastián. La población actual desciende entonces de esa pareja y de otras familias que han llegado paulatinamente. Este es el caso de Alfredo Manrique y su esposa, que hqcían parte de la migración ticuna que se instaló en el kilómetro 6 de la vía Leticia12 Su hijo mayor, Santo Fernández es el médico tradicional consultado por una buena proporción de los pobladores de esta zona. Este abuelo no pudo ser entrevistado.
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Tarapacá. Recientemente, han sido aceptadas dentro de la comunidad familias provenientes de las riberas del Amazonas (cf. Zaragoza, Puerto Nariño, La Milagrosa) que han migrado ya sea a causa de las inundaciones o bien buscando acceso a la educación secundaria y a fuentes de empleo.
1.1.4. Reconocimiento externo y estatuto legal de los asentamientos Se ha preferido abordar en un subcapítulo particular el reconocimiento y el estatus legal de los asentamientos en razón de la incidencia que en ello han tenido factores externos. Tomando como punto de referencia testimonios de diferentes miembros de estos asentamientos se ha puesto en evidencia la intervención de entidades estatales o eclesiásticas y su repercusión en el comportamiento y actitudes asumidos al interior de las comunidades. En los años 50, la creación de la Prefectura Apostólica introdujo formas de relación que se extendieron e impusieron en la región. Se trata de nuevos códigos de comportamiento guiados por valores morales diferentes a los que tradicionalmente se observaban. Frente a la proscripción del concubinato los habitantes de los poblados optan por matrimonios católicos, celebrados dentro de los templos de oración, lugares que paulatinamente se integran a la topografía de los asentamientos. Así mismo, el cementerio de Leticia, salvo en caso de suicidio y si se trata de menores, viene a reemplazar la antigua práctica de sepultura en el lugar de residencia y con ella desaparecen también el desplazamiento y cambio de vivienda que el entierro implicaba para la familia del difunto Lo anteriortambién explica la suspensión de la celebración del rito de iniciación femenina, que paradójicamente por intervenciones externas renueva su vigencia. Los mismos párrocos y en especial algunos programas del I. C. B. F. tratan, en efecto, de mostrar a los habitantes del sector la importancia de recuperar y mantener sus valores tradicionales. La presencia de este discurso comienza a circular dentro y fuera de los asentamientos; esta situación es una oportunidad revivir experiencias compartidas con sus ancestros y de ponerse a tono con el discurso circundante. Se puede igualmente señalar la incursión en los años 70 de las Juntas populares, más tarde conocidas como Juntas de acción comunal, que introdujeron nuevas formas de organización. Los habitantes del sector hacen referencia a Isabel Lozada, una líder de Leticia cuya gestión se centraba en la Carretera Leticia-Tarapacá (hasta el kilómetro 11) y en Los Lagos, según los abuelos apoyaba a la población indígena. Con dichas juntas apareció el trabajo comunitario que localmente se conoce como "ayuda" 13 y se logró la adjudicación de la personería jurídica: bajo el nombre de 'San Antonio de Los Lagos' que cubría como unidad los diferentes asentamientos del 13 Esta modalidad de trabajo comunitario es análoga a la de la minga. La "ayuda" corresponde a un trabajo rotativo en las chagras de los diferentes miembros del asentamiento, donde el dueño ofrece bebida. La minga generalmente tiene lugar con motivo de un cumpleaños, consiste en una invitación a participar en ei trabajo en la chagra del dueño (alli se ofrecen bebida y cigarrillos), en una comida y una la fiesta.
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