Moda & Belleza
LA NACION/Sección 5/Página 5 EFE
PSICODELICO
Jueves 2 de agosto de 2007
Pop, colorido y estridente. La estampa Pucci cumple 60 años,
“Su secreto fue comprender los cambios producidos en el mundo después de la guerra, cuando las mujeres se estaban liberando de las limitaciones de una sociedad tradicional y estricta, y rebelándose también contra la moda anterior, rígida y comprimida. El liberó el cuerpo de la mujer que estaba literal y metafóricamente destinado al cambio, a expresarse”, dice Laudomia Pucci, directora de imagen de la firma creada hace 60 años por su padre, el modisto florentino Emilio Pucci. Sinónimo de estampa, de esas que no pasan inadvertidas por su color y forma, los dibujos geométricos Pucci son icono de los años 50, y hoy se celebran con fiestas, exhibiciones, relanzamientos y novedades. “Mi padre tenía una asombrosa pasión por las mujeres; su cuerpo lo era todo para él”, explica Laudomia Pucci, refiriéndose a un bikini que hizo en 1970, geométrico y recubierto con perlas esféricas. Como hija del maestro e imagen de Pucci, el día de los festejos del 60° aniversario usó un vestido antiguo bordado en colores suaves, igual que su madre, la marquesa Cristina Pucci, que llevaba un sutil modelo que su marido hizo 30 años antes, y los lucieron en la villa toscana de la familia, adornada por globos salvajemente estampados y flotando como nubes psicodélicas sobre el patio ancestral, mientras el sol iluminaba la piscina de perfecto color azul mediterráneo, asemejándose a la fragancia Vivara, relanzada al mercado justamente como parte de esas celebraciones. Pucci recorrió un largo camino desde que este elegante marqués italiano, aburrido de ver a todas las mujeres vestidas de la misma forma, diseñó un pantalón strech y una cazadora con capucha para una amiga con la que esquiaba en los Alpes suizos. La boutique que posteriormente radicó en Capri, en 1950, fue objeto del deseo del jet set, donde ofreció un nuevo estilo sport cómodo: los pantalones Capri, las camisas de poplin de algodón y las chalinas de seda. Para ese entonces, a Gloria Guinness y Sofía Loren, primeras seguidoras, se sumaron Jacqueline Bouvier Kennedy, que también hizo suyo el look, y Marilyn Monroe, que se convirtió en una fanática compradora de sus vestidos de jersey. Así, el logo Emilio era mundialmente famoso y los americanos lo llamaban el príncipe de los estampados. Emilio Pucci murió en 1992, y el regreso de la marca a la vista del público se dio en 2000, con la compra del 67% de la compañía por parte del grupo LVMH (Moët Hennessy Louis Vuitton). Para Laudomia Pucci, el desafío es rescatar la marca más allá de los estampados, Palio, un homenaje a la tradicional carrera de Siena tan copiados por todas las cadenas de moda informal, y volver a todos aquellos productos que hacía su padre, cuando ella comenzó a ayudarlo a los 14 años. Como parte de las celebraciones, hasta el 9 de septiembre en el Museo Santa María della Scalla, Siena, puede verse Palio, colección creada por Pucci en 1957, inspirada en la tradicional carrera de caballos que se celebra en la plaza principal de esta ciudad medieval. Incluye pantalones, trajes de baño y muchos vestidos de seda en su clásico y estridente colorido.
Suzy Menkes Traducción: Beatriz Baruzzi
En seda, patchs coloridos y contrastantes
un icono que se recuerda, celebra y actualiza En 1957, Pucci y sus estampas vanguardistas
El invierno 07-08 que ya se vio en las pasarelas europeas
MAKE-POP Por primera vez Emilio Pucci incursiona en el maquillaje y lo hace de la mano de Guerlain, otra casa del grupo Louis Vuitton Moët Hennessy. En edición limitada, desarrolla cosméticos inspirados en el pañuelo fucsia, turquesa, rosa, malva y damasco creado especialmente por Laudomia Pucci, actual directora de imagen de la casa italiana. Este diseño aparece en el packaging y en algunos estuches, que incluyen dos crayones delineadores de ojos y cuatro brillos (de $ 79, los gloss, a $ 277, el set de delineadores).
DETRAS DEL LUJO es sinónimo de mejor calidad y mejor resultado. Hay productos de muy alto precio que van a un nicho de mercado: tecnología de avanzada, ingredientes sofisticados. Elevado costo: última tecnología. Al final, el lujo es muy personalizado. Hay gente que prefiere el lujo suntuario. Otra, que consume los productos porque le hacen mucho bien. –Dentro de los lujos que uno se puede dar, la cosmética es el más democrático... –Sí, claro. El mercado de lujo que hace 25 años casi no existía, de la mano de otras empresas, como Louis Vuitton, empezó a comunicarse en el nivel global. Antes el lujo eran acciones, no había marcas masivas de lujo. Sí había marcas conocidas, pero no una industria. Hoy, entre las 100 empresas de mayor notoriedad en el mundo, 17 pertenecen al mercado de lujo. Y eso va creciendo. –¿Se venden bien las cremas de alto valor? –Nosotros tenemos una crema de 1000 pesos, en Helena Rubinstein, que tiene una demanda creciente en la Argentina. Se venden cerca de 50 unidades al mes. Es un nicho en el mercado creciente que amerita un seguimiento de la clienta, a ese valor van asociadas promesas del producto que después tenemos que validar. –¿Y las promesas se cumplen? –Sí, si no nadie volvería a comprarlo. Esto no es una ciencia exacta. Esto va de acuerdo con cada persona, el grado de seguimiento de las indicaciones, el estado de la piel. La gente que consume cosmética selectiva, en general, tiene características particulares: conoce el tema, se interesa, se informa, es muy exigente, se asesora, está a la vanguardia, sigue la rutina indicada. Todo eso es una cultura del cuidado, algo que la mujer muy selectiva tiene incorporado. –Se ofrecen autos de 100.000 dólares, carteras de 10.000 dólares y perfumes de 300 pesos.. ¿Hay un gran sueño atrás? –Eso es real... Todo es parte de un marcado que tiene un gran sueño atrás, una construcción y un gusto especial. Contra lo que pensamos, el perfume también forma parte de la vida de la gente con cierto grado de fidelidad. El ciclo de vida de un perfume es muy corto: hay pocos que se conviertan en fragancias clásicas. Se lanzan muchos, hay pocos clásicos, son los más vendidos. Acqua di Gio es el perfume masculino más vendido del mundo y va a cumplir 20 años. Como dice Armani, el lujo no consiste en destacarse en el momento, sino en ser recordado... –¿Hay beauty addicts?
–Sí. En marcas como Lancôme se ven siempre: por ejemplo, cuando lanzamos la última antiarrugas, definimos a la destinataria. Hay gente que está a la espera de lo último que se lanza, y en una de esas no es para ella ese producto. Pasa, y se lo llevan igual. Vienen con revistas y buscan lo último, algo que en una de esas está por llegar. Consumidoras que quieren algo, y en una de esas, no escuchan a la consejera de belleza. –En definitiva, el mercado del lujo o de la cosmética de lujo es el mercado de los sueños... –Tiene mucho de sueño, pero algunos sueños se concretan. Es lindo soñar. Hay que alimentar esos sueños y darles vida... –Yo tengo un sueño... ¡y es que nunca aparezcan las arrugas! –Se pueden demorar mucho. Esa el la preocupación número uno de toda mujer. La arruga es el primer signo del paso del tiempo. Lo que se puede hacer es retrasar su aparición. La podemos disimular, planchar, cuidar bien la piel, hidratarla, usar mucho filtro solar... El resto depende del organismo de cada uno. Hay que cuidarse del sol. Se puede trabajar sobre ellas, sobre la flacidez, atenuarlas. El tiempo viene, las cremas hacen maravillas.
González, desde el cuartel de operaciones del grupo L’Oréal en Belgrano, y un tema que lo apasiona y maneja como pocos en el país: la cosmética de lujo
POR CATALINA LANUS
CREMA DE VARON
El tema que mejor maneja Valentín González es, sin duda, el de la cosmética. Sobre todo el segmento de productos de lujo, ese por el que mujeres de todo el mundo pagan oro. Hace 22 años que González trabaja en la multinacional L’Oréal. Ingresó en la división Productos “gran público”, destinados al mercado masivo. Después se hizo cargo del proyecto Vichy: lanzó un producto orientado hacia la farmacia y fue un éxito. Hoy tiene a su cargo la división Productos de Lujo, que incluye tres marcas de belleza o cosmética facial (Lancôme, Helena Rubinstein y Biotherm), y la línea de fragancias de Armani, Ralph Lauren, Cacharel, Paloma Picasso, Guy Laroche, Viktor & Rolf... En esta nota da precisiones sobre lo que más sabe: un mundo que es puro placer, el lujo. –¿Qué es el lujo? –Es algo que ayuda a la calidad de vida de cada persona. Brinda un valor agregado, ayuda a sentirte mejor... Pasa por lo sensorial, por sentirte bien. Es la gratificación, algo exclusivo para uno. También es un símbolo de status. –¿Siempre tiene que ver con el dinero? –No necesariamente. Tiene que ver más con lo exclusivo, lo personal, la calidad, la satisfacción, el placer, la sorpresa... y, después, con el dinero. Es obvio que un producto de lujo cuesta más que uno más masivo. Uno puede invertir en una fragancia de lujo y no tanto en una crema o en un producto de make-up. Es algo muy personal. –¿Qué se paga cuando se elige un producto exclusivo? –Un mejor producto. Es un producto innovador, el último desarrollo de la tecnología, con las últimas investigaciones. Tiene que ver con la composición de la fórmula, que tiene ingredientes de mejor calidad o más sofisticados... Esto se ve mucho en las fragancias, con esencias puras, que son carísimas. Además, están muy vinculados con las necesidades de la mujer o el hombre más actual. Una necesidad que nadie había dado. Tiene que haber un packaging muy trabajado, texturas muy agradables, fragancias únicas... –También hay un poco de fantasía... –Sí, está el efecto que uno espera y, también, una dosis de fantasía de un efecto superior al esperado. Por eso hay consultoras de belleza que explican hasta dónde puede llegar el producto y en qué tiempo. –¿Las cremas más caras sacan más arrugas? –Creo que en parte sí. Hay un consumidor que considera que el mayor precio
ANDREA KNIGHT
Sueños, investigación, promesas cumplidas. Palabras de Valentín González, del grupo L’Oréal /
“Ya hay un mercado de hombres que está comenzando a desarrollarse en gran escala. No es una moda o algo pasajero. Llegó para instalarse y seguir creciendo.” “El hombre ha roto con varios mitos, hoy se preocupa por su imagen, sus arrugas, su piel. Nosotros, en el grupo L’Oréal, tenemos la marca líder en hombres, Biotherm Homme. Y hoy, siempre en ascenso, representa el 25% del negocio de Biotherm en la Argentina.” “El hombre está incorporando el tema de la estética. Se afeita... de a poco se suma el cuidado facial. Siempre nos cuidamos mucho de usar la palabra crema, pasamos de la instancia after shave a bálsamo, calmante, tratamiento... Y la palabra crema no podía aparecer. Después vino gel. ¡Pero hoy ya las usamos y las nombramos! Hay lanzamientos periódicamente y la línea sigue creciendo. Estamos en el buen camino.”