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Detrás de las pistas de Sherlock Holmes

30 jun. 2013 - serva el personaje decimonónico y victoriano de Sherlock Holmes, el detective universal, para seguir atra- pando lectores sin importar siglos y.
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8 | TURISMO

| Domingo 30 De junio De 2013

Detrás de las pistas de Sherlock Holmes londres. El detective que creó sir Conan Doyle hace más de un siglo cobra vida en varias locaciones de la capital inglesa detective. Para algunos, el escritor se inspiró en una casa que estaba en el 109 de Baker Street, donde ahora encontramos la sucursal de un banco.

Manuel H. Castrillón LA NACioN

“Nos llega desde un Londres de gas y de neblina/ un Londres que se sabe capital de un imperio/ que le interesa poco, de un Londres de misterio/ tranquilo, que no quiere sentir que ya declina./(…) Pensar de tarde en tarde en Sherlock Holmes es una/ de las buenas costumbres que nos quedan. La muerte/ y la siesta son otras. También es nuestra suerte/ convalecer en un jardín o mirar la luna.” (Sherlock Holmes, por Jorge Luis Borges) ¿Qué misterio, qué magia, conserva el personaje decimonónico y victoriano de Sherlock Holmes, el detective universal, para seguir atrapando lectores sin importar siglos y lejanías? Sus seguidores en algún punto casi lo creen un poco corpóreo, que el Dr. Watson fue el cronista de un ser real. Que la casa de 221b Baker Street en realidad existió y que su némesis, el profesor Moriarty, en cualquier momento fue la maldad hecha carne y hueso. Un detective que no conocía de análisis de ADN ni de huellas dactilares. Sólo la observación y el razonamiento en su más elevado estilo. No fue, incluso, el primer detective de la literatura inglesa. Tenemos, sin ir más lejos, al sargento Cuff, que aparece en La piedra lunar, de Wilkie Collins. Estamos acostumbrados a reediciones de los libros de Arthur Conan Doyle, incluso en las más raras lenguas. Nuevas series (Sherlock, Elementary, etcétera), películas y hasta videojuegos que pintan las obras canónicas e historias ficticias. Sí, hay relatos reales (los que salieron de la pluma del escritor británico) y otros totalmente apócrifos. Pero Sherlock es imposible pensarlo sin Conan Doyle. Si vamos a buscar a Sherlock Holmes, no hay lugar como Londres. Elemental. Tendremos en la capital inglesa el sitio donde transcurren la mayoría de sus historias. Un Londres neblinoso, al decir de Borges, con coches de caballos e iluminación de gas. Una ciudad que ha conocido después los bombardeos de la Segunda

El Sherlock Holmes pub, en 10 Northumberland Street.

La pipa y otros objetos propios del personaje Guerra Mundial y el progreso. Pero en la que todavía podemos encontrar los lugares que recorrió Sherlock. Bueno, casi. Una buena ayuda sería llevar las obras completas bajo el brazo. Aunque estamos viviendo en la era digital y podemos encontrar versiones para instalar en el smartphone y la tablet.

Como no podía ser de otra manera, la ubicación de la residencia que compartían Sherlock Holmes y su asociado el Dr. Watson es un misterio. En los libros figura como el 221b de Baker Street, pero esa dirección sencillamente no existe. Lo que nosotros conocemos hoy como ese número, y donde está el Sherlock

fotoS: corbiS

Una imitación muy real Holmes Museum, no figuraba en los registros catastrales de fines del siglo XiX. En realidad, Conan Doyle inventó esa dirección. Nunca una casa tuvo esa numeración en particular. No quería molestar a los ocupantes de una vivienda real por la llegada de curiosos y aficionados a los libros del

Un altar al razonamiento Volvamos al Sherlock Holmes Museum (www.sherlock-holmes. co.uk/), que está a un par de cuadras de la estación Baker, de la línea Circle del subte londinense. La entrada cuesta 8 libras para adultos y 5 para menores de 16 años. Es una gran escenificación que nos da una idea de cómo vivirían un par de hombres solos en el Londres de fines del siglo XiX. No sería extraño ver aparecer en cualquier instante al ama de llaves, la fiel señora Hudson. También tiene una tienda de regalos y librería. Sólo a partir de 1999 se erigió una estatua del detective en Londres, mientras que ya había en Escocia, Suiza y hasta en Japón. La vemos en la entrada de la estación Baker. Está vestido con su tradicional capa, la gorra de dos viseras y, en la mano, su pipa curva. Esta fue un invento posterior a la publicación de las historias de Conan Doyle. Si vemos las primeras ediciones de los cuentos y novelas, la pipa era recta. Si queremos buscar la farmacia donde Sherlock Holmes compraba su cocaína, no hay ninguna a la vista cerca de 221b Baker Street. Y menos que venda la droga libremente. Las historias de Holmes y del Dr. Watson se entremezclan con la de su creador, Conan Doyle. Gran conocedor de la ciudad, colocaba en sus libros lugares reales. El escritor, que como médico no fue muy exitoso, trabajó y vivió en el 2 Upper Wimpole Street, casa que hoy todavía existe y tiene una placa que indica esto, aunque no está permitido su ingreso. Uno de los hoteles más tradicionales de la ciudad, el Langham (http:// london.langhamhotels.co.uk/), en 1c Portland Place, Regent Street, a 3 cuadras de la estación oxford Circus, fue el punto de encuentro donde Conan Doyle firmó el contrato con su editor para escribir El signo de los cuatro. Por esa obra recibió 100 libras de aquella época, una muy buena suma. El lugar tenía como

habitué a otros famosos, como Mark Twain y el explorador David Livingstone. Si puede alojarse en ese hotel, de cinco estrellas, piense que puede costar 550 libras la noche, la suite para dos. Si no puede queda tomar el té allí, que es una delicia. Conan Doyle finalmente incluyó ese establecimiento en El signo de los cuatro, al comienzo de la novela.

Un encuentro casual El inicio de la relación entre los dos amigos inseparables en la ficción comienza con el encuentro casual entre Watson y un conocido común, quien le dice que un tal Sherlock Holmes necesitaba un compañero con quien compartir el alquiler. Esta reunión, que podemos leerla en Un estudio en escarlata, se produce en el restaurante Criterion (www. criterionrestaurant.com/), en 224 Piccadilly. Y a pocas cuadras de allí, el Café Royal (www.hotelcaferoyal.com/), en 68 Regent Street, fue testigo de cómo Sherlock Holmes era golpeado por dos delincuentes en La aventura del cliente ilustre. El restaurante del lugar, con un estilo marcadamente barroco, era uno de los lugares preferidos de oscar Wilde. Si quieren buscar el club de caballeros donde vivía Mycroft Homes, el hermano mayor del detective, no lo hagan. El Diógenes Club es un invento de Conan Doyle que aparece en El intérprete griego. Pero la zona de Pall Mall da cobijo a algunos, aunque ahora algo cambió con relación al siglo XiX: se permite el ingreso de mujeres. Después de todo un día siguiendo los pasos del genial detective, ¿dónde terminar la jornada? Nada mejor que en el pub The Sherlock Holmes. En 10-11 Northumberland Street, a pocos metros de Trafalgar Square y de la estación Charing Cross. Aquí, el investigador privado encontró a Francis Hay Moulton, en El aristócrata solterón. Si queremos volver al siglo XXi gastronómicamente podemos comer el tradicional plato inglés de fish & chips (pescado con papas), por 9,25 libras. Un precio que ni siquiera Sherlock Holmes habría podido explicar.ß