Ciencia/Salud
Página 12/LA NACION
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Martes 31 de julio de 2007
Terapia experimental
Revierten la diabetes tipo I en ratones La resistencia a la insulina, en la mira CHICAGO (AFP).– Una nueva terapia experimental logró revertir la diabetes tipo I en ratones, en parte gracias a un nuevo enfoque que combate la resistencia a la insulina, considerada durante mucho tiempo una característica de la diabetes tipo II (de aparición tardía) y sólo recientemente identificada como un componente de la diabetes juvenil o tipo I. Con este estudio, los investigadores mostraron por primera vez que tratar la inflamación vinculada con la resistencia a la insulina puede revertir la enfermedad, si se la detecta a tiempo. “Creemos que éste es el primer estudio que muestra que la inflamación en los tejidos sensibles a la insulina tiene un papel importante en esta enfermedad”, dijo Terry Strom, profesor de medicina de la Escuela Médica de Harvard y coautor del estudio. La diabetes tipo I es un desorden autoinmune por el que el propio sistema inmunitario ataca las células del páncreas, productoras de la insulina que regula el nivel de azúcar en la sangre. El resultado es que el paciente no puede producir la cantidad de esta hormona que necesita y debe complementarla con versiones sintéticas. La enfermedad aumenta los riesgos de sufrir desde problemas cardíacos hasta ceguera o daño neurológico. En este experimento, los científicos trataron ratones que padecían diabetes incipiente con un cóctel de tres sustancias que impidieron que las células T del organismo destruyeran las células del páncreas y también eliminaron la inflamación que afectaba la habilidad de los tejidos de los músculos, la grasa y el hígado para metabolizar adecuadamente la insulina. Los ratones fueron tratados durante 14 a 28 días, y luego de cinco a siete semanas el 95% de ellos alcanzó niveles normales de azúcar en la sangre y pudo controlar su nivel de azúcar durante 300 días. Por el contrario, la mayoría de los ratones no medicados murió en unas siete semanas, incluso con tratamiento de insulina. Strom indicó que en un año comenzarán las pruebas clínicas en humanos. El estudio se publicó en Procedimientos de la Academia Nacional de Ciencias.
Pastillas
El cerebro que lee
HALLAZGO
Estudios con resonancia magnética funcional permitieron identificar las regiones del cerebro que se activan cuando reconoce diferentes grupos de letras
Dos genes relacionados con la esclerosis múltiple
Fuente: Neuron
LA NACION
Descifran cómo decodifica el cerebro el lenguaje escrito Tiene áreas neuronales que detectan grupos de letras de creciente complejidad Por Nora Bär De la Redacción de LA NACION En términos evolutivos, el lenguaje escrito es una invención relativamente reciente. Los primeros registros, de hace “apenas” cinco mil años, son los caracteres ideográficos de los sumerios. Más de dos milenios después, partiendo de un sistema de escritura difundido por los fenicios, los griegos empezaron a escribir separadamente las vocales y las consonantes que se convertirían en la base del alfabeto occidental. Pero aunque hoy nos parezca algo natural, cabe preguntarse cómo hizo el cerebro para desarrollar la habilidad de interpretar las infinitas combinaciones gráficas del lenguaje. “A los neurocientíficos nos intrigaba cómo un sistema visual que a lo largo de cientos de miles de años se había sistematizado para ver árboles, caras, animales, grutas y sombras se volvió luego tan eficiente como para vivir en el mundo de las palabras”, dice el físico argentino Mariano Sigman, de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA, que firma –junto con Fabien Vinckier, Stanislas Dehaene, Antoinette Jobert, Jean Philippe Dubus y Laurent Cohen– un trabajo que analiza cuáles son los circuitos cerebrales involucrados en la percepción de la palabra escrita y que acaba de publicarse en la revista científica Neuron. Para contestar esa pregunta, los investigadores partieron de la hipótesis de que, como sucede con otros
RODRIGO NESPOLO
Mariano Sigman
atributos de la cultura, estaban ante un caso de “reciclaje” de circuitos desarrollados con otro fin. Y teorizaron que, para el reconocimiento de la escritura, el cerebro opera sobre la base de la jerarquización. “La palabra es un objeto visual que corresponde a un ente semántico –explica Sigman–. Obviamente, este objeto visual depende de la notación que uno emplea, que en nuestro caso son símbolos que se recombinan según distintas reglas. Uno aprende a leer deletreando, pero hay un momento en que ve ese objeto como un todo y aunque cambien un poquito algunas partes igual lo reconoce. Es que para el cerebro hay letras
que son más importantes que otras.” Según detalla Sigman, en la mayoría de los idiomas casi toda la información está en las consonantes. Las vocales son como “puentes fonológicos” que sirven para hacer más fácil el discurso. Eso explica por qué, por ejemplo, uno puede deducir que el grupo “plbr” quiere decir “palabra”. “En los distintos idiomas, hay algunos arreglos de letras que son frecuentes, que son posibles, y otros que no –agrega–. En teoría, un chico inglés debería tener elementos mentales que le permitieran reconocer la conjunción de la «t» y la «h», porque para ellos es importante, pero un chico argentino, no.”
Utilizando resonancia magnética funcional para entender qué pasa en el cerebro durante la lectura, los investigadores pudieron corroborar que en un área visual localizada sobre el lóbulo izquierdo hay distintas regiones que se activan según se presenten letras, bigramas (conjunciones de dos letras), trigramas o cuadrigramas frecuentes. “Les mostramos subliminalmente a individuos normales toda una familia de imágenes que rompen las reglas lingüísticas, tanto en el nivel de la letra como del bigrama, del cuadrigrama y de la palabra –explica Sigman–. Así pudimos corroborar que el cerebro tiene «detectores» de letras que se recombinan para generar detectores de combinaciones de letras, pero no de todas, sino sólo de las que son posibles dependiendo de cuál sea el idioma en que se lee, y así sucesivamente. Es como si se activara el primer piso para las letras, el segundo para los bigramas, y así. Existe lo que en matemática llamamos «gradiente»: una progresión de complejidad.” A partir de estos hallazgos realizados en Francia, Sigman ahora quiere desarrollar en el país un método que permita enseñar a leer de forma más eficiente en situaciones en las que la educación no fue muy exitosa, como la dislexia. “La pedagogía es muy empírica –concluye Sigman–. Nosotros pensamos que esta idea de una construcción jerárquica en la interpretación de la palabra escrita debería dirigir la progresión del aprendizaje. Todavía no tenemos un método, pero sí un camino para analizar el problema.”
■ CHICAGO (Reuters).– Tras décadas de intentos, un grupo de científicos identificó dos genes que elevarían el riesgo de desarrollar esclerosis múltiple (EM), de acuerdo con un estudio en gran escala difundido en la edición electrónica de The New England Journal of Medicine. Según los científicos, que escanearon el genoma de más de 12.000 personas, estos genes podrían jugar un rol importante en la enfermedad autoinmune. “Contar con este mapa de ruta será de una importancia crucial para crear nuevas terapias”, dijo David Hafler, de la Escuela de Medicina de Harvard, que trabajó en el estudio. DOBLE EFECTO
La marihuana, peligrosa para los pulmones ■ PARIS (AFP).– Fumar un solo cigarrillo de cannabis o marihuana tiene los mismos efectos sobre los pulmones que entre 2,5 y 5 cigarrillos de tabaco, afirma un estudio publicado en la edición electrónica de Thorax. Richard Beasley y su equipo, del Instituto de Investigación Médica de Nueva Zelanda, compararon los efectos del cannabis y del tabaco en 339 adultos. Los científicos constataron, también, que el enfisema, una enfermedad pulmonar que puede derivar en una insuficiencia respiratoria crónica, aparece casi exclusivamente en fumadores de tabaco o de ambas sustancias. CONTRA EL CANCER DE PIEL
Las bondades de beber café y hacer ejercicio ■ WASHINGTON (AFP).– Beber café y realizar ejercicio podría prevenir el cáncer de piel matando a las células dañadas por la radiación ultravioleta del sol, indica un estudio en ratones que se publica en Proceedings of the National Academy of Sciences. La combinación café-ejercicio produjo una diferencia “drástica” en la apoptosis (muerte programada de células), indicaron investigadores de la Universidad Rutgers. Comparado con el grupo de control, los ratones que consumieron café y se ejercitaron registraron un alza en la apoptosis de casi el 400%.