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De espías y personajes que piden pantalla

El bibliotecario de los films originales, Flynn Carsen (Noah. Wyle) es un arqueólogo y aven- turero que va por el mundo re- cuperando objetos mágicos (que.
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espectáculos

| Lunes 5 de enero de 2015

Ruth Wilson y Dominic West, protagonistas de The Affair

De espías y personajes que piden pantalla TeVé. Con la oferta de la TV paga local cada vez más limitada, las

señales de ficciones dejan afuera las propuestas más interesantes Viene de tapa

Lerdos y perezosos muchos de los canales de series que solían ser la gran atracción del cable básico parecen estar firmando su propio certificado de caducidad. Frente a la rapidez, la inmediatez y la flexibilidad de la oferta online, en constante movimiento expansivo, la ficción en serie del cable se contrae hasta colmarle la paciencia a su público. ¿De qué otro modo podían reaccionar los seguidores de The Americans cuando el estreno de la notable segunda temporada no se vislumbraba aun cuando la serie coleccionaba elogios, premios y hasta el honor de quedar en la lista de los mejores programas del año para el prestigioso American Film Institute? Lo cierto es que más allá de la miopía de los programadores locales, y aunque lleguen con tanto retraso, los nuevos episodios son imperdibles. En esta segunda vuelta se profundizará la estructura narrativa de los primeros capítulos que al tiempo que contaban la historia del matrimonio por conveniencia de los Jennings, espías rusos infiltrados en los Estados Unidos de Ronald Reagan, el trayecto individual de cada uno de ellos en pos de reencontrarse con el afecto mutuo que ni siquiera sabían que sentían, y la trama secreta de la Guerra Fría que de fría no tuvo nada. Gracias a un guión perfectamente construído y a las brillantes interpretaciones de Russell, Rhys, Margo Martindale como Claudia, la encargada de supervisar a la pareja y Noah Emmerich en el papel del agente del FBI y vecino, el programa consigue que el espectador se identifique y desee el éxito de un par de asesinos tan amenazantes y complejos como interesantes ya sea en sus misiones como espías como en su vida matrimonial. Un entra-

Téa Leoni, en Madam Secretary

Una escena de la excelente Jane The Virgin mado tan difícil de resolver como las relaciones americano-soviéticas de la posguerra. La otra TV que aún no miramos Lamentablemente, el estreno tardío de The Americans no es el primero ni será el único. De hecho, a estas alturas en el caso de algunas de las series más exitosas, divertidas e inteligentes lo único que queda es desear que alguna vez

lleguen a la pantalla chica local. El desalentador “mejor tarde que nunca” se puede aplicar a tres de las mejores ficciones estrenadas en los últimos meses: Jane the Virgin, The Affair y Madam Secretary. La elección del trío puede resultar arbitraria y lo es, sin embargo, también es cierto que se trata de tres historias muy distintas en sí mísmas y entre sí que acapararon la atención del público y la crítica, consiguieron nominaciones a los

Globo de Oro y formaron parte de la mayoría de las listas de lo mejor del año que acaba de terminar. “Me parece que hoy en día la manera en que la TV norteamericana está dispuesta a probar diferentes formas narrativas demuestra que ya no hay reglas. Siento que no hay más límites. Sólo tienen que tener la calidad necesaria para mantenerse en el aire. Cualquier estructura de relato como puedas soñar, siempre que puedas llenarla de personajes e historias interesantes, está permitida”. Joshua Jackson, el recordado Pacey de la serie Dawson’s Creek y el Peter Bishop de Fringe sabe de lo que habla cuando se trata del estado de situación de la TV y ahora que es uno de los protagonistas de The Affair, tiene la suficiente autoridad para decirlo. Es que la serie en la que el actor –entrevistado por un grupo de periodistas de todo el mundo entre los que estuvo LA NACION–, interpreta al intenso Cole, se anima a desarrollar su relato según dos puntos de vista muy distintos y fuerza al espectador a cuestionar cada cosa que ve y escucha al punto de no saber por quién tomar partido. Si por el escritor frustrado a cargo del actor Dominic West (The Wire) o por Alison (Ruth Wilson) su amante y la esposa de Cole, esa moza que parece tener demasiadas cosas que ocultar. La historia de una infidelidad, envuelta en un misterio policial y rodeada de tantos deseos cruzados como personajes aparecen en pantalla, The Affair, creada por Hagai Levi y Sarah Treem– adaptaron para la TV norteamericana In Treatment, el fenómeno israelí escrito por Levi–, ya tiene asegurada segunda temporada mientras que por estas latitudes seguimos esperando que a alguien se le ocurra estrenar la primera. Y de paso, no estaría mal que lanzaran una serie de estructura más clásica como Madam Secretary. La propuesta le suma a la TV uno de esos excepcionales personajes femeninos fuertes y dispuestos a transitar el fango de la política aunque eso implique ensuciarse un poco los tacos. En la tradición de la idealista C.J. Cregg de The West Wing, la pragmática Alicia Florrick de The Good Wife y la temible Claire Underwood de House of Cards, esta serie tiene a Elizabeth McCord, una ex agente de la CIA devenida en secretaria de Estado de los Estados Unidos. Una mujer que en las manos de la siempre excelente Téa Leoni no tiene nada que envidiarles a sus predecedoras. Claro que si el calendario de estrenos de este año continúa siendo tan mezquino como resultó el de 2014 y sólo se puede elegir una serie para que sea el gran regalo de la TV paga local esa ficción tiene que ser Jane The Virgin. Porque aunque para los cínicos profesionales una comedia dramática adaptada de una telenovela venezolana sobre una mujer virgen inseminada accidentalmente puede sonar demasiado ridícula para formar parte de la era dorada de la TV, lo cierto es que este homenaje a la comunidad latina, a las telenovelas, a la buena televisión y a las buenas historias en general, a las mujeres inteligentes y a las hombres que las aman, es lo mejor que la pantalla chica se animó a estrenar en mucho tiempo.ß

Kane y Romijn, bibliotecario junior y guardiana

series

Aventuras algo pueriles The librarians. ★★ lar . creada por : elenco :

regu -

David Titcher.

Rebecca Romijn, Noah

Wyle, John Larroquette, John Kim, Lindy Booth y Christian Kane. emisiones:

los lunes, a las 23, por

Universal Channel.

E

Sánchez, Fernando Costa, Wilson Ortiz, Selva Rodríguez y Lila Feinsilber también le aportan al espectáculo todo su histrionismo y su oficio. Además de los temas de Lara (“María bonita”, “Noche de ronda”, “Solamente una vez”, “Piensa en mí”, “Cada noche un amor”, “Amor de mis amores”, entre otros) suenan otros boleros clásicos y cumbias, todos arreglados por el maestro Diego Vila. La atmósfera de alegría y celebración se palpa durante cada segundo de este espectáculo, dueño de una estética original concebida por Cristina Villamor. El carisma y el magnetismo de Los Amados son dos armas poderosas. Convierten la sala en una parranda mexicana y hasta el más tímido se levanta de su silla para unirse a la coreografía que proponen los intérpretes. Vale (y mucho) la pena festejar con ellos, como diría “Chino” Amado, “¡Claro que sí!”ß

Seducción y calidez muy buena. idea y dirección general: Alejandro Viola.

arreglos y dirección musical: Diego Vila. intérpretes: Alejo Viola, Dolores Ocam-

po, Oscar Durán, Hernán Sánchez, Fernando Costa, Rubén Rodríguez, Carolina Alberdi. sonido: Santi Lesca. iluminación: Ariel del Mastro y Alejandro Velázquez. vestuario y escenografía: Cristina Villamor. sala: Siranush, Armenia 1353. funciones: viernes y sábados, a las 20.15. duración: 120 minutos (con intervalo).

L

os Amados, la agrupación más kitsch de la escena nacional, festeja sus bodas de plata. 25 años para un ser humano no es demasiado, pero en estos músicos y actores este camino se traduce en esplendor y en excelencia. Un clima único y cálido se vive en Mundo amado, acuérdate de Agustín Lara, un homenaje al can-

tautor mexicano, musa y alter ego del maestro de ceremonia, el seductor Alejo “Chino” Amado, que compone Alejandro Viola. Este intérprete despliega toda su versatilidad, humor y talento haciéndole mimos al público. Interactúa con él de modo constante y cuando dialoga con los espectadores crea momentos desopilantes

a puro romanticismo y elegancia. En esta ocasión, la diva invitada es Dolores Ocampo, en la piel de Soberbia Hidalgo. Su presencia, su voz, su deliciosa composición y su baile junto al Chino Amado cautivan. A ella se suma Carolina Alberdi, una integrante histórica de la compañía. Gran pianista (es aplaudida a rabiar con su arte cuando interpreta “Granada”) y acordeonista, jamás se sale de su personaje: Aroma, siempre con la cartera en su mano, una mujer tan seria como celosa de la prima donna. Rubén Rodríguez, alias Mambo Méndez, derrocha su ritmo, seducción y simpatía en cada canción. Oscar Durán, Hernán

Un inolvidable homenaje a Agustín Lara

y un súper hacker) cuyas vidas están en peligro porque serán los futuros bibliotecarios. De ahí –y de la probable negativa de Wyle de seguir vinculado a esta franquicia por más de un par de episodios, ahora que su carrera avanzó unos casilleros– surge el plural del título de esta nueva ficción. Ésta es una serie orientada al público infantil, por eso los personajes centrales son estrafalarios y distraídos y siempre parecen estar pensando en otra cosa y olvidando lo urgente. Pero la ausencia de carisma de los intérpretes o de ingenio en las situaciones hace que estos intentos de humor payasesco probablemente resulten incómodos para cualquiera que tenga más de seis años. Como los chicos viven en un mundo de fantasía, los guionistas concluyeron que no es necesario establecer los hechos con un mínimo de consistencia interna sino que basta con enunciarlos. “¡Magia!” dice la agente Baird, autodefinida escéptica, cuando se encuentra por primera vez en la biblioteca aunque sólo ve estanterías con libros, como si la única explicación posible por la que alguien acumularía libros fuera del orden de lo sobrenatural. Dado que no se confía en que los espectadores tengan la suficiente entereza mental como para mirar las imágenes y seguir la trama, todo debe estar expresado en los diálogos, hasta un límite pocas veces alcanzado: “¡Recibiste el sobre blanco!” dice un personaje cuando otro le muestra un sobre blanco, y así. En suma, se trata de un producto específicamente dirigido a un segmento demográfico muy pequeño: los chicos que quieren ser tratados como chicos.ß

sta serie es una continuación de una trilogía de telefilms (estrenados a lo largo de la década pasada por TNT aquí), que pertenecían al popular subgénero de los años 80 “réplicas de segunda selección de Indiana Jones”, lo que ya era un anacronismo hace diez años. El bibliotecario de los films originales, Flynn Carsen (Noah Wyle) es un arqueólogo y aventurero que va por el mundo recuperando objetos mágicos (que suelen ser reliquias apócrifas como la espada Excalibur o el Arca de la Alianza, por si las referencias al personaje de Spielberg no eran suficientes) y que vive en una biblioteca que también es mágica: es autoconsciente y expresa su voluntad mediante notas o signos oportunamente interpretados por el bibliotecario (es más o menos como Tardis, la máquina del tiempo en Doctor Who, la otra referencia más que evidente de este estreno). En el capítulo doble inicial, la biblioteca recluta a Eve Baird (Rebecca Romijn), agente de una unidad antiterrorista del gobierno, para que sea la “guardiana” de Flynn. Tras el afortunadamente breve paso de comedia en el que el bibliotecario le grita a los libros expresando su resistencia a tener una compañera, ambos son enviados a rescatar a tres genios (un cowboy con un conocimiento infinito de la historia del arte, una enfermera con una facilidad inhumana para las matemáticas Hernán Ferreirós

teatro

mundo amado. ★★★★

UNIVERSAL

MARTIN FELIPE/AFV

Laura Ventura