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MODA&BELLEZA
I
Jueves 28 de abril de 2011
DE COLECCION La afición por atesorar objetos es un hábito compartido. Hobby, gusto, pasión, mil y una formas de definir a juntadores de objetos. Anécdotas de coleccionistas relacionados con la moda, ya sea por profesión o debilidad por esas pequeñas cosas.
Algunos famosos cuentan sus preferencias /
POR MARIA ELENA BAGGIO
Mariana Cortés, diseñadora. Soy tu fan
Desde hace seis años, Mariana Cortés abrió las puertas del mundo Juana de Arco en Japón. A partir de ahí clientas orientales no dudaron en reconocer sus diseños y los regalos comenzaron a llegar. Primero, tímidamente los dejaban en el local, luego iban con dedicatoria, y hoy llegan por correo o personalmente a la tienda que la diseñadora tiene en Palermo en manos de fans japonesas que están de visita. “Lo que más guardo son los amuletos, cositas muy clásicas de la cultura popular de ese país o muñequitos, telas tradicionales que se usan de envoltorio para regalos y quimonos. También cosas hechas por ellas, libretas, cuadernos, dibujos, cartas y ¡hasta comida! –cuenta Mariana Cortés, con el asombro de quien recibe cosas inesperadas–. Tengo todo en un mueble chino que está en mi oficina. Ahí guardo hasta fotos y cartas en las que me hacen pedidos y me dan consejos.” Lo de Cortés es algo así como guardar recuerdos, un gusto que empezó sin mucha conciencia y que hoy es una colección privada y exclusiva. Como su otra pasión, los géneros, que orgullosa preserva en una biblioteca textil que armó especialmente con retazos originales de distintas culturas, y donde pueden encontrarse piezas únicas de Bolivia y Paraguay, como un pantalón de carnaval antiguo, o los clásicos ñandutí paraguayos, inspiración de su última colección.
Narda Lepes, cocinera. Taquitos lejanos
Su gusto nació de chica y creció a medida que fue aumentando el talle y las visitas a la tienda Pitis, una zapatería de nenas que hace años estaba cerca de Harrods. Es que Narda Lepes, la cocinera joven que se hizo famosa en el canal Gourmet y que sigue cosechando admiradores desde Utilísima, es amante de los zapatos desde que tenía unos 8 años. A punto de ser mamá, recuerda que para los cumpleaños en vez de muñecas pedía zapatos: “Sandalias de charol rojo, zuecos, chatitas”. Cree que esa pasión la heredó de su madre, aunque enseguida aclara con complicidad. “Ella no era tan fanática como yo, que me digo no tengo que comprar más y a los dos días vuelvo con un par nuevo”. Su colección no distingue invierno de verano, incluye tantos que tampoco admite recuento alguno, se guarda en un armario y ocupa estantes especiales. Tiene variedad de modelos, alturas, colores y tacos. Desde el zapato más autóctono que consigue en tierras lejanas donde muestra lo que comen en otras latitudes hasta las chatas de diseño y las botas de cuero de autor. “Afuera compro lo que no consigo acá, algo raro o bien local. Cuando viajé a Grecia me fui a Atenas para buscar al artesano de tradición familiar que hace las sandalias típicas a mano, donde compraban Jackie Kennedy y Lennon. Ese señor te las mide en el momento, te fabrica las correas a medida, te las prueba y te las llevás”, cuenta orgullosa. Después de tantos años de fanatismo tiene máximas que cumple a rajatabla: comprar artesanal o bueno y paga mucho por algo que vaya a usar hasta el cansancio. “Los zapatos de diseñadores internacionales no me los compro ni loca porque no gasto lo que salen, salvo los de Pierre Hardy en Francia, que tiene precios normales y se pueden usar en cualquier ocasión –se
Cuadros y más cuadros, la debilidad de Milagros Resta
EDUARDO CARRERA / AFV
Pancho Dotto, amante de los coches
ta del Este, como su Mercedes 66 convertible gris, de tapizado rojo y volante blanco. Tan chic como su dueño.
MARTIN FELIPE / AFV
Teté Coustarot, ex modelo, periodista, conductora de radio y de los desfiles de Roberto Giordano. Colección mínima
sincera–. Es que acá hay muy buenos zapatos, a mí me gustan los de Mishka, Jazmín Chebar, Lucila Iotti y Felix, que aunque es de hombre logré que me hiciera un par de botas color caramelo en mi número sólo porque me encantaban”, remata. Logro de coleccionista.
Pancho Dotto, manager de modelos. Tuerca con estilo
Su gusto por los autos lo trae desde los 14 años, cuando comenzó a trabajar en un taller como aprendiz de mecánica. Allí se enamoró de los fierros y cuando cumplió 17 pudo comprarse su primer auto, un Ford A 29. Pasaron los años y lo que empezó siendo un gusto se transformó en pasión de coleccionista que despunta, convertido en uno de los managers de modelos más importantes del país.
Su casa-oficina, en las barrancas de San Fernando, atesora su auto más preciado: un Mercedes Benz 280 SL Pagoda de 1969. “Para mí es el auto más lindo de la historia del automóvil, el más confiable, el más elegante. Después de diez años de buscarlo, lo encontré en un garaje de coleccionistas y lo vi tan bueno que no dudé en comprarlo. No me canso de mirarlo”, repite sentado en su escritorio, frente a una puerta de vidrio que deja ver la máquina blanca y radiante estacionada entre sillones de cuero setentista y una moto Lambretta del mismo año. Pero su pasión no termina ahí; en su chacra de Entre Ríos tiene otras joyitas: “En Puiggari guardo dos autos del año 29, un Chevrolet convertible que parece de porcelana de tantas capas de pintura que tiene y una chatita Ford que restauré. Uno llega y se transporta en el tiempo porque todo tiene que ver con los años 30. Hasta me hice un taller con fosa y cartelería de la época de Goodyear, Firestone y Ford”. Sus autos no son sólo una chapa bonita, lo llevan a todas partes y hasta veranean en Pun-
Mariana Cortés, entre telas y recuerdos
Ligada con la moda desde sus inicios, como Reina Nacional de la Manzana, Miss Siete Días y luego como modelo editorial y de pasarela, Stella Maris Coustarot, más conocida como Teté, siempre logró destacarse. Su imagen le abrió muchas puertas, tanto profesionales como personales, y una tiene que ver con su hobby, que lleva más de veinte años y que debería frenar por una cuestión de espacio. Cuenta que todo nació en un viaje que hizo a Noruega a fines de los 70, mientras iba por las calles de Oslo camino a una nota para la revista Vogue. “Entré a un negocio y vi una cómoda de madera chiquita pintada con flores y ramas en verde, y la compré. Cuando llegué a casa y vi cómo quedaba empecé a interesarme más sobre el diseño de los muebles antiguos, esos que se hacían en miniescala como prototipos para la aprobación del cliente, y no paré de juntarlos”, recuerda Teté, en un alto del programa de radio. Entre historias de vida de los oyentes y secciones de moda desliza que su colección cuenta con más de 60 cómodas, muchas con compartimentos secretos, quizá lo que más la atrae de todo por el hecho de descubrir lugares de guardado nuevos para anillos, pulseras, monedas, botones… Repartidas por toda la casa y en una biblioteca exclusiva hay florentinas, holandesas, inglesas, chinas y más. Cada una trae consigo un recuerdo especial, un recorrido por San Telmo, un viaje, un regalo. Entre sus destacadas resalta una de bronce con mesa de vidrio pintada símil mármol y con miniespejo biselado que le trajo Gino Bogani de un viaje, y la que le obsequió Patricia Miccio.
Milagros Resta, decoradora. Una pasión que nunca descansa
“Tengo tanta suerte que todo el tiempo busco objetos para decorar la casa de algún cliente y se me aparecen cuadros para mí que tengo que comprar. No lo puedo evitar”, cuenta animada la decoradora Milagros Resta, que desde hace más de 20 años está relacionada con el diseño que viste casas con una impronta bien definida: estilo romántico, estampas Liberty y tonos pastel. Su pasión son los cuadros de rosas, su flor favorita, más precisamente los de estética renacentista y marco antiguo, que junta desde hace 12 años, cuando se casó y empezó a darle MAXIE AMENA
Autores
de diseño
Tantos autores como objetos. Uno es el de culto de Carla Di Sí, que se define como diseñadora de anteojos. Tercera generación de óptica, y usuaria de lentes, claro, hace algunos días se mudó y estrenó espacio en Gurruchaga 1677. La forma y el color de sus marcos son su sello. Con una fuerte impronta vintage, ofrece variedad de formatos en un cuidado acetato de celulosa. Más en Moda& Belleza online.
Video. www.lanacion.com.ar/moda
estilo a su hogar. En su casa tiene alrededor de 50 cuadros colgados por todos los ambientes. “Puedo tener cuadros levantados de la calle con otros carísimos, sólo tienen que gustarme. Yo me enamoro de los dibujos sin importar quién los haya pintado”, asegura. Acto seguido cuenta anécdotas divertidas de cómo, mientras trabaja, va sumando nuevas obras a su colección: “Visito al vidriero de toda la vida y me llevo el cuadro que acaba de dejar una señora para vender porque ya no le gusta. O veo en un anticuario una obra cara y pido comprarla en cuotas. Siempre trato tener algo de dinero extra para poder hacerlo, es un hobby con el que no puedo parar”, se sincera. Por suerte tiene un marido que la acompaña en el gusto. “Cuando estamos medio-medio se aparece con el más lindo.”
Verónica Lozano, conductora de TV. Moda bajo control
Se declara una fashion victim, a veces con culpa y otras no tanto. Dice que le encanta revolver, descubrir y, por supuesto, comprar. Para darse sus gustos echó mano a una estrategia bien vista: volverse una coleccionista de ley y así desligarse de todo remordimiento. “Tengo una serie de carteras de fiesta de la diseñadora Judith Leiber, pero no cualquier bolso, los que tienen forma de pájaro, perro o cupcake. En vez de comprar esculturas compro carteras de autor”, describe la psicóloga y conductora de TV, Verónica Lozano. Pero su pasión también se traslada a zapatos y accesorios. “Mi debilidad es por los Louboutin y llevo invertido unos buenos pesos en ellos, además adoro los sombreros de lluvia y de sol comprados en mercados.” Sus adquisiciones, dice, son siempre con moderación. “Aunque estoy casada con un hombre que me alienta, en muchos casos me achico y lo dejo para después”, confiesa.
La yapa Otros famosos con preferencias que podrían transformarse en objetos de deseo para coleccionar. Del periodista y conductor Sergio Lapegüe podría decirse que es casi un especialista en fragancias. Tiene un perfume para cada día; además cuenta con decenas de desodorantes y cremas: le encanta cuidarse. En cambio, la debilidad del músico Dante Spinetta son las viseras, que las usa en todo momento. A Fernando Hortal, más conocido como Bahiano, ex líder de la banda Los Pericos, le gustan los pañuelos, los sombreros y las pulseras, que acumula sin parar. Para el dibujante Linniers el outfit son las zapatillas Converse, sus preferidas, por no pretender ser una nave espacial con cámara de aire, botones y recortes fluorescentes.