Cuerpo humano

Raymond Kurzweil, el gurú que predijo que algún día un ordenador ganaría una partida de ajedrez a un humano, ha sentenciado que sólo quedan dos o tres ...
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kenn brown

A fondo

Cuerpo humano

Llega la hora de los transhumanos

f La que se avecina.Así ha

imaginado el ilustrador Kenn Brown la llamada “singularidad”, el momento de eclosión de la tecnología, que supondrá un cambio radical y sin retorno en nuestra sociedad.

Un reportaje de BEGOÑA MERINO

g Del mono al... El hombre tomará las riendas de su evolución para transformarse en ciborg, siliborg, symborg u otra suerte de organismo, según los transhumanistas.

M

ás de sesenta científicos, emprendedores y tecnointelectuales fueron convocados el pasado verano por la Universidad de Harvard para que debatieran sobre un asunto tan trascendental como la capacidad humana para alterar su propia evolución. Los allí presentes expusieron sus predicciones sobre el devenir de la ciencia y la tecnología, y el impacto de estas en el fenómeno de la transhumanización. La extensión de la vida humana, el control de la circuitería del cerebro, la robótica, la nanotecnología, la inteligencia artificial y las tecnologías para mejorar nuestra especie humana fueron sólo parte de las ideas que se discutieron en esa reunión, que fue auspiciada por Humanity+, una ONG conocida hasta hace poco como World Trans­humanist Association. Polvo eres. Humanity+ es la organización más representativa del llamado movimiento transhumanista, cuyos seguidores están convencidos de que los avances tecnocientíficos permitirán modificar ad líbitum el cuerpo y la mente del hombre, para dejar en un segundo plano la evolución biológica. La idea de base es que los humanos lleguemos a ser capaces de diseñarnos a nosotros mismos. De esta forma, podremos escoger el tipo de organismo en el que queremos convertirnos: un ciborg –formado por materia viva y dispositivos electrónicos–, un siliborg –organismo creado con silicio a partir de un ADN artificial–, un symborg –individuo reencarnado que reside en un entorno interconectado– o

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Los nuevos avances tecnocientíficos nos permitirán intervenir en cuerpos y mentes para borrar defectos congénitos y potenciar sus habilidades. Bienvenidos a la era del transhumanismo.

en cualquier otra criatura imaginable que la tecnología permita pergeñar. Todas estas posibles configuraciones parecen estar más cerca de lo que creemos, tanto como la aceleración del conocimiento tecnológico y científico, una eclosión que se ha bautizado como singularidad. Raymond Kurzweil, el gurú que predijo que algún día un ordenador ganaría una partida de ajedrez a un humano, ha sentenciado que sólo quedan dos o tres décadas para que llegue ese momento. Dice el Antiguo Testamento que Dios creó al hombre a su imagen y semejanza. Los mayas creían que las divinidades cogieron maíz, le dieron forma humana y le insuflaron vida. Un antiguo mito egipcio cuenta que Cmun –deidad con cabeza de carnero– moldeaba a dioses y hombres en su torno de alfarero. Las mitologías de distintas civilizaciones y culturas dejaron claro que diseñar al hombre había sido un trabajo no humano, sino divino. Ahora, gracias a la teoría de la evolución biológica, que se fraguó en los siglos XVIII y XIX, sabemos que somos el producto de millones de años de evolución. Tal vez por eso, la convicción de que los humanos podamos intervenir y alterar nuestro propio proceso evolutivo se ha considerado “la idea más peligrosa del mundo”, como ha señalado Francis Fukuyama 1 , politólogo de la Universidad Johns Hopkins, en EE UU. Un mundo infeliz. Para añadir leña al asunto, los detractores nos ilustran con relatos sobre humanos jugando a ser dioses que tienen un final triste y aleccionador. Así, la ficción lite- J

Web www.humanity­ plus.org Sitio oficial de la organización mundial líder en el transhumanismo.

Francis Fukuyama 1

Es un férreo detractor del transhumanismo: cree que la modificación artificial de la naturaleza humana acarreará brutales desigualdades. Lo expone en su libro Our Post­ human Future: Consequences of the Biotechno­ logy Revolution.

Mark Thiessen

A fondo

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bd Ella toma el control.Tras per-

Así nació el movimiento H+

der su brazo izquierdo en 2006, Amanda Kitts se puso en manos del Center for Bionic Medicine, en Chicago, especialista en reinervar los nervios seccionados del muñón para que el paciente pueda controlar una prótesis, como la que aparece en la imagen inferior. La interfaz hombre-máquina es uno de los retos transhumanos.

cordon

Mark Thiessen

“La especie humana puede, si quiere, transcenderse a sí misma, no sólo enteramente –un individuo aquí de una manera, otro individuo allá de otra manera–, sino también en su integridad, como humanidad. Necesitamos un nombre para esa nueva creencia. Quizás ‘transhumanismo’ pueda servir: el hombre sigue siendo hombre, pero trascendiéndose a sí mismo, realizando nuevas posibilidades de, y para, su naturaleza humana.” De esta forma quedaba oficialmente bautizado el término transhumanismo, cuyo símbolo es H+. En busca de la perfección. El texto, revelador, es obra de Julian Sorell Huxley (1887-1975) y aparece en su ensayo Nuevas botellas para vino nuevo, que publicó en 1957. Amén de ser hermano del célebre Aldous Huxley, Julian fue un destacado biólogo y humanista, y está considerado como uno de los primeros divulgadores científicos de la historia. El británico fue un ferviente defensor del perfeccionamiento de la especie humana a través de la ciencia y la tecnología. En este mismo ensayo, Julian sentenciaba: “Creo en el transhumanismo. Llegará el momento en que la especie humana alcanzará el umbral de un nuevo tipo de existencia, que será tan diferente de nosotros, como nosotros lo somos del Homo erectus. El hombre será entonces consciente de su verdadero destino”.

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Libro

Ray Kurzweil The Singularity Is Near Editorial Penguin. Nueva York, 2006.

c Julian, hermano del también escritor Aldous Huxley, es el padre del vocablo transhumanismo.

J raria del doctor Frankenstein, em­ peñado en revivir la materia muerta, nos recuerda que hay experimentos que la ciencia nunca debería realizar. Y novelas como Un mundo feliz, de Aldous Huxley, y 1984, de George Orwell, alertan de cómo los avances tecnológicos pueden volverse contra la sociedad, si caen en manos de de­ terminados gobiernos. Dura oposición. Las críticas al trans­ humanismo son numerosas y parten de distintos argumentos. El prime­ ro de ellos es que no tendremos las tecnologías necesarias para realizar esos cambios. Pero Kurzweil, que es

uno de los más acérrimos defenso­ res de la singularidad, nos recuerda la ley de Moore: el número de tran­ sistores de un chip se dobla, más o menos, cada 18 meses. Según Kurzweil, esa ley no se aplica sólo a los ordenadores, sino tam­ bién a otras tecnologías. “Cuando se inició la secuenciación del geno­ ma humano, en 1990, los críticos dijeron que, según la velocidad con la que podía realizarse esta opera­ ción, llevaría miles de años com­ pletar todo el mapa”, señala en su libro The Singularity Is Near 2 . En 13 años se logró leer las 3.000 millones de letras que integran

La filosofía transhumanista promueve la

Entrevista. David Orban (Budapest, 1965) ha presidido hasta hace poco tiempo Humanity+, la principal organización promotora de las ideas transhumanistas en este momento. Es, además, asesor de la Universidad de la Singularidad 3 , una institución académica apoyada económicamente por Google y la NASA, entre otros, y que imparte cursos sobre las tecnologías más avanzadas. Este visionario mira al pasado para describirnos un futuro sorprendente. Orban está firmemente convencido de que un salto tecnológi-

La pregunta del tuitero

getty

nuestro ADN. Kurzweil recuerda que no sólo ha aumentado la velocidad de lectura, sino que también ha bajado el precio. Secuenciar cada par de bases –o letras genéticas– ha pasado de costar 10 dólares a un par de centavos. Y este grado de abaratamiento, ligado a un crecimiento tecnológico casi exponencial, también es aplicable a otros campos de estudio, como es la exploración de la mente humana. Lo que mueve a la filosofía transhumanista es la erradicación de cualquier causa de sufrimiento derivado de enfermedades, el envejecimiento o incluso la muerte. El objetivo es alcanzar las máximas potencialidades de desarrollo humano. Pero, entonces, ¿qué ocurriría con quienes no tuvieran acceso a los avances que permitieran este desarrollo? Por ejemplo, las mejoras eugenésicas otorgarían más privilegios a los poderosos, lo que crearía un orden social similar al descrito en Un mundo feliz, con castas de individuos inferiores y superiores predestinados antes de nacer. Si la evolución tecnológica se impone a la biológica, si todos los progresos vaticinados se materializan, nos veremos obligados a definir qué es un ser humano. En las tecnologías futuras anunciadas por los transhumanistas aún se ven esbozos de la ciencia ficción, pero hace tres décadas nadie hubiera podido prever lo que internet y las tecnologías de la comunicación traerían y cómo cambiarían la sociedad. Pero ¿cómo saber lo que nos depara el futuro? Quizás Orban tiene la respuesta. Veámoslo.

¿Habrá copias de seguridad del cerebro? El afán por protegerse de accidentes mortales y un cierto anhelo de inmortalidad han llevado a los trans­ humanistas a creer en una tecnología de futuro, la transferencia mental o mind uploading. Este proceso, que de momento queda en el terreno de la ciencia fic­ ción, consiste en realizar una copia de seguridad de toda la información que hay en nuestra mente. Esto permitirá volver a cargarla en otro dispositivo distinto al cerebro, como, por ejemplo, un ordenador u otro mecanismo albergado dentro de un robot humanoi­ de; incluso, la información almacenada podría volver a instalarse en otro encéfalo. ¡Prepárate ya! En una de las páginas web creadas por los adeptos a esta idea (http://minduploadingpro­ ject.org) se asegura que la llegada del mind uploading se producirá entre los años 2013 y 2025. Asimismo, los transhumanistas señalan que, tras la llegada de esta transferencia cerebral, se crearán dos universos paralelos: uno de realidad virtual, en el que la vida no estará limitada por el tiempo, sino por el deseo de vivir –uploading world–, y otro como hoy lo conocemos. La idea del mind uploading es tan novedosa y trans­ gresora como polémica. Hay numerosos detrac­

c El mind uploading o copia de seguridad de

nuestro cerebro es uno de los campos más polémicos y criticados del transhumanismo. tores que critican esta corriente por considerarla irreal, y argumentan que esta emulación del cere­ bro nunca podría llegar a funcionar como una au­ téntica mente humana. Aluden también a la ver­ tiente filosófica de la nueva situación, ya que el concepto de identidad quedaría desdibujado. (Tuit remitido por @xayide)

co inédito nos permitirá cambiar como especie, pero también contribuirá a una mayor justicia social. Y no le importa que esto signifique alterar las características que nos definen como Homo sapiens para dar la bienvenida a un matrimonio estable entre hombre y máquina.

Libro

¿El objetivo del transhumanismo es llegar a construir al ser humano perfecto? Sí, creo que la perfección es un ideal que perseguimos, pero para dar sentido a esta idea tenemos que colocarla en un contexto. Necesitamos entender cuáles son las condiciones que nos hacen humanos, en qué entorno vivimos y qué cambios en el avance tecnológico y en la comprensión del mundo pueden tener un impacto en la naturaleza humana y en la sociedad en su conjunto.

Aldous Huxley Un mundo feliz Editorial Debolsillo. Barcelona, 2003.

¿Qué relación tienen la singularidad y el transhumanismo? Los dos movimientos y quienes

3 Universidad de la Singularidad Ubicada en Silicon Valley (San Francis­ co, California), esta tiene como obje­ tivo familiarizar a los líderes econó­ micos con el desa­ rrollo tecnológico.

los siguen creen que nos espera un futuro radicalmente diferente de nuestro pasado. Durante el siglo XX se estableció la infraestructura de internet, lo que transformó e impactó de forma profunda en cada tecnología y rama del conocimiento. El transporte, las comunicaciones, la biología y la medicina han recibido la enorme influencia de lo que ha ocurrido antes. Entonces, ¿qué futuro nos espera? La singularidad nos dice que va a llegar un punto de inflexión. Cuando ponemos agua a calentar, la temperatura va aumentando poco a poco, de 30 a 40, a 50, a 70 grados, y podríamos pensar que esta progresión va a seguir indefinidamente. Pero sabemos que esto no funciona así, que a partir de que el agua alcanza cierta temperatura, ocurre algo muy distinto, deja de calentarse y comienza a hervir para transformarse en vapor. Para los seguidores de la singularidad, está claro que, a partir de J

erradicación del sufrimiento derivado de las enfermedades o del envejecimiento

cortesía humanity +

Cuerpo humano

J un punto de inflexión, el nivel humano será superado, que la inteligencia artificial es posible, que esta va a estar disponible en pocos años y que cambiará las reglas de juego.

En el futuro, los nanobots –máquinas nano­ métricas– repararán daños en células y eliminarán tumores. En Presa, Michael Crichton los asocia a la inteligencia artificial para deleite de los H+.

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¿Hasta qué punto se modificarán las reglas de juego? La singularidad hará posible que los humanos y las máquinas se unan para formar un nuevo tipo de organismo híbrido. Y la idea es que, al igual que nos damos cuenta de que se avecina una tormenta porque la oímos retumbar a lo lejos, ya hay señales de esos cambios revolucionarios que hemos podido empezar a interpretar.

j Ojo con lo que dice.Para el transhumanista David Orban –arriba–, llevar lentillas en los ojos le convierte en un ciborg. Abajo, una retina artificial elaborada con 16 electrodos por el Departamento de Energía de Estados Unidos.

h Minirreparación.

artificial retina project

A fondo

¿Y no le parece que, en el punto actual de desarrollo tecnológico, pensar en un organismo híbrido, mitad máquina mitad humano, suena más a ficción que a realidad futurible? Arthur C. Clarke 4 , que tenía además amplios conocimientos científicos, dijo que las tecnologías pueden llegar a ser indistinguibles de la magia. Sin embargo, lo cierto es que cuando se entiende cómo funcionan, la magia desaparece. En 20 o 30 años, cuando la inteligencia artificial sea accesible a escala humana y los híbridos entre humanos y máquinas estén disponibles, la gente se acostumbrará y lo verá como algo normal. ¿Hay alguna tecnología actual que nos ayude a hacernos una idea de cómo será esa mezcla? No hace falta pensar en cosas extraordinarias. Cuando hablamos de organismos híbridos entre humanos y máquinas, podemos pensar en cosas corrientes a las que ya estamos acostumbrados. Yo, por ejemplo, soy un ciborg, porque llevo lentillas, que son un producto de alta tecnología. Imaginemos que viviera en una sociedad primitiva y tuviera que cazar para conseguir mi ración de alimento. Seguramente habría muerto hace ya dos décadas; ahora tengo 45 años. El hecho de poder llevar gafas o

Vídeo

http://bit.ly/htCKJf Videoconferencia de David Orban sobre el trabajo que se realiza en la Universidad de la Singularidad.

Arthur C. Clarke 4

Escritor y físico británico (19172008). Firmó una veintena de novelas y fue coguionista del film 2001: Una odisea en el espacio.

lentillas aumenta mis posibilidades de sobrevivir. Y si lo pensamos con detenimiento, este tipo de mejoras se repiten constantemente en la sociedad actual. En el futuro, entenderemos con más detalle cómo funciona nuestro metabolismo y nuestro cerebro, y podremos influir en la forma en que trabajan. Usted habla de avances tecnológicos que mejorarán la vida de los individuos, pero también menciona a menudo los problemas de justicia social que acarrean... Me parece evidente que hay muchas cosas que no funcionan, tanto para los que vivimos en sociedades opulentas como para los que han nacido en países desfavorecidos y tienen que abandonar su lugar de origen en busca de mejores condiciones de vida. Precisamente es aquí, en las sociedades en que la gente es extremadamente pobre, donde se hace más evidente que el mundo debe cambiar para aumentar las oportunidades y que exista más justicia social. ¿Y la tecnología resolverá estos problemas? Recurramos a un ejemplo. En la década de los sesenta, un grupo de científicos y economistas predijo que en 20 años miles de millones de personas morirían de hambre.

No sólo no ocurrió eso, sino que, gracias a nuestra capacidad de aumentar la producción de alimentos, hemos incrementado de forma inesperada el número de calorías disponibles para cada ciudadano. La India, el Sudeste Asiático o China, que eran lugares tremendamente pobres, han aumentado su calidad de vida muy positivamente. Y se lo deben a la tecnología, al uso de los transportes, la logística, los fertilizantes y la producción agrícola. Y esto, a su vez, hace posible la universalización de la educación. Como especie, ¿cree que seríamos lo que somos sin la tecnología? El Homo sapiens partió de África y se ha establecido en todos los hábitats posibles; ha ocupado cada nicho ecológico del planeta, y ha demostrado que es increíblemente adaptable. Y eso se lo debemos a la tecnología. Ahora cabe preguntarnos si esta adaptabilidad va a alcanzar un límite. Uno de los posibles resultados de los cambios actuales y de los futuros a corto plazo es que la tecnología llegue a ser autónoma, esto es, que pueda tomar sus propias decisiones. Así que depende de nosotros estar o no preparados para el mundo del mañana, porque ese mundo no va a detenerse para esperarnos. e

“La tecnología nos ha permitido colonizar todos los hábitats”, dice Orban