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SÁBADO
Gastronomía
Personajes
Crocante y esponjosa, la mejor baguette del mundo
Jenna Marbles, la chica que llegó al billón de clics
Se eligió en Francia a través de una singular competencia; el ganador recibe 4000 euros y la oportunidad de proveer de pan al Palacio del Elíseo Nathalie Kantt la nacion
PaRÍS.– Son las 16.30 de un viernes. El panadero Ridha Khadher está despierto desde las 4. Solía hacer siestas, pero ya no tiene tiempo. En su boulangerie, en el 14ème arrondissement, al sur de la ciudad, los clientes no paran de entrar. Se van acumulando, no les importa esperar. Saben que no serán más de dos minutos, y que luego tendrán en sus manos la mejor baguette de París, por 1,20 euros. las cuatro empleadas atienden rápido y con una sonrisa no tan frecuente en esta ciudad. Saludan a los clientes. algunos se acercan a felicitar a Khadher. al panadero le brillan los ojos. luego se escapa de nuevo a su cocina. Tiene baguettes en el horno. Ridha Khadher ganó a fines de abril el Gran Premio a la mejor baguette de París 2013, un concurso que la municipalidad de la ciudad organiza junto con la cámara Profesional de Panaderos artesanos desde hace 19 años. El panadero cuenta que acaba de recibir una carta del presidente de la república, en la que le informa que espera sus panes a partir del 13 de mayo. además de recibir 4000 euros, el ganador de la competencia es honrado con la oportunidad de proveer de pan al Palacio del Elíseo, sede de la presidencia francesa, durante un año. Ridha no puede disimular su alegría. “cuando me enteré, lloré durante dos días. Esto es un ejemplo de que un inmigrante puede integrarse y salir adelante”, confiesa en diálogo con la nacion. Símbolo de la gastronomía y de la identidad francesas, la mejor baguette de París la hace un tunecino. El ex presidente nicolas Sarkozy se hubiera atragantado. El concurso se lanzó en 1994 para mejorar la calidad de la baguette francesa, que estaba en baja. “la competencia permite que los panaderos mejoren: ven lo que hacen los otros y replantean sus técnicas”, explica el presidente de la cámara Profesional de artesa-
nos Panaderos, Jacques Mabille. la competencia está abierta a las 1120 panaderías que hay en París. Este año se presentaron 203, pero 52 fueron anuladas porque no respetaron los requisitos establecidos: las baguettes deben pesar entre 150 y 300 gramos, y medir entre 45 y 55 centímetros. El día del concurso, cada panadero lleva dos baguettes. Durante tres horas y media, los 15 miembros del jurado divididos en tres grupos degustan y evalúan un tercio de los productos cada uno. El puntaje será en función de cinco criterios: presentación, gusto, cocción, olor y alvéolage, la porosidad interna del pan (los agujeros no deben ser ni muy grandes ni muy chicos). Un tercio del jurado está compuesto por parisienses que se anotan voluntariamente para participar. Grandes consumidores de pan, sus opiniones pesan. El presidente de la cámara forma parte del jurado. Ese día probó cerca de 70 baguettes, y jura que a la noche comió “como todo el mundo”. Sólo participan las baguette tradition, hechas con harina de trigo candeal, agua, sal y levadura si se quiere. nada de agregados. “les permite tener cierta notoriedad entre sus pares”, destaca Mabille. nada menor en un país con 34.000 boulangeries y donde cada habitante consume en promedio 160 gramos de pan por día. Hace 100 años, el consumo promedio era de un kilo diario (cuatro baguettes). cada panadería produce aproximadamente 500 baguettes por día, lo que representa medio millón sólo en París. Khadher ya dejó de contar cuántas vende por día desde que ganó el concurso. Mientras lo dice, un hombre se acerca a retirar un pedido: tres canastos de panes y de viennoiseries (croissants, pains au chocolat, palmeritas). Es para la embajada de Túnez. El éxito se expande. Y esa es una de las recompensas indirectas de este concurso: las ganancias se multiplican. “no tanto por las provisiones al Elíseo. al menos hasta el año último pedían 15 baguettes diarias, porque es sólo para la me-
Con sus videos semanales sobre temas cotidianos, es la nueva estrella de YouTube Amy O’Leary
THE NEW YORK TIMES
El tunecino Ridha Khader, ganador del concurso de este año, lloró al recibir la noticia sa del presidente. Pero todos quieren probar la baguette que come el presidente. Y el pan es un consumo diario de cualquier francés”, explica el ganador del concurso 2012, Sébastien Mauvieux. instalado desde hace tres años en Montmartre, Mauvieux pasó de 200-300 baguettes diarias a vender 900 justo después de ganar la competencia. Khadher llegó a París cuando tenía 15 años, en 1986, para trabajar con su hermano que ya tenía una panadería, pero recién hace siete años logró abrir la suya. Hoy prepara las baguettes “como se hacían antes, modeladas a mano. Es un pan que lleva tiempo”. Su hermano la sigue teniendo en el barrio de Montmartre. Planea presentarse el año que viene.ß
reuters
La simpatía femenina
NUEVA YORK.– Una joven con mechones de pelo color violeta está en su baño, hablándole a una webcam. Le da vueltas a un espinoso problema de las jóvenes adultas: ¿cómo maquillarse cuando una ya está ebria? La chica empieza su tutorial blandiendo un vaso descartable. Después de un corte, reaparece totalmente borracha. Se pone a los ponchazos el pegamento en los ojos, se aplica torcidas las pestañas postizas y se delinea los labios con un lápiz negro. “No importa el color, porque después se mezcla –balbucea mientras parpadea con el ojo pegoteado–. No dejen que esto los asuste.” El video, titulado “Drunk Makeup Tutorial” (Tutorial de maquillaje para borrachas) es alucinante para algunos y ultrajante para otros, pero por sobre todas las cosas es un Jenna Marbles clásico, una nueva muestra
de la soberana reinante de YouTube: el episodio fue visto por más de 15 millones de personas. Aunque tal vez muy pocos mayores de 30 años sepan quién es Jenna Marbles, su popularidad es incuestionable entre las adolescentes que se la pasan en Internet. Marbles tiene más fans en Facebook que Jennifer Lawrence, más seguidores en Twitter que Fox News y más amigos en Instagram que Oprah. Sus videos semanales sobre temas cotidianos –como “What Girls Do in the Bathroom in the Morning” (Lo que hacen las chicas en el baño a la mañana), “My Favorite Dance Moves” (Mis pasos de baile favoritos) y “I Hate Being a Grown Up” (Odio ser adulta)– la colocan en el exclusivo club de quienes tienen más de 1000 millones de visitas en YouTube, con más de 8 millones de suscriptores. Jenna Marbles, de 26 años, cuyo verdadero nombre es Jenna Mourey (Marbles es el nombre de su perrito chihuahua) es una autodidacta del
^b^b^ Las boulangeries francesas suelen ser manejadas por una pareja: por costumbre heredada, el hombre se ocupa del horno y la mujer, de la caja. Así, los bancos otorgan más fácilmente un préstamo cuando detrás del proyecto hay también una mujer: más allá de la calidad del pan, sostienen, el humor de una buena vendedora seduce a los clientes. Y si el negocio funciona, todos contentos.
en algún lugar del mundo Juana Libedinsky
El arte de la caligrafía renace en Manhattan
Q
uienes crean que la caligrafía está muerta que pasen un par de días en el superconservador Upper East Side de Manhattan. Toda misiva tiene que ser escrita a mano y en papel membretado. Por ejemplo, si es el cumpleaños de alguno de mis hijos, sus amigos de uno a tres años vienen a casa y traen el regalo de rigor. Supongo que como ejercicio de gratificación diferida (después de todo, hay estudios que dicen que los niños que lo logran resultan adultos más exitosos en lo laboral), no está bien visto dejarles que abran el regalo inmediatamente. Recién cuando termina la fiesta, y en privado, pueden hacerlo. al día siguiente, acercarse a una mamá a la salida de la escuela y decirle “mil gracias, a fulanito le encantó el osito de peluche”, es un faux pas tremendo. Hay que escribir, a mano, un largo relato como si se estuviera en la piel del hijo explicitando las delicias que traerá a su vida la mochila de Dora la Exploradora, el tren con la cara de Thomas o el disfraz de princesa/ bombero/asistente dental (por alguna razón que no queremos particularmente explorar hemos recibido varios de este último tipo). Reconozco que esta vuelta a una especie de etiqueta victoriana me encanta, pero también me parece exagerada. Tras cualquier fiesta, cocktail o té canasta hay que mandar una misiva a mano aunque haya sido con la gente con la que nos lo pasamos texteando e intercambiando mails y whatsapps. cartas de recomendación para un consorcio de copropietarios, club, escuela o grupo que juega a las bolitas: todo debe ser de puño y letra también. Dicen que Manhattan es una isla muy aislada del resto de Estados Unidos y quizás esto sea una nueva prueba. Porque, mientras en la Gran Manzana, o al menos, en sus sectores más burgueses, todo
el mundo tiene su pluma lista para cualquier eventualidad cotidiana, el órgano central de educación de Estados Unidos dictaminó que ya no es obligatorio enseñar cursiva en la escuela. algunos especialistas aplaudieron la decisión. Morgan Polikoff, de la Universidad de california del Sur, en The new York Times sostuvo que en la era digital aprender cursiva es una pérdida de tiempo y que con que los chicos sepan a tipear y escribir en mayúsculas, basta. otros se están rasgando las vestiduras. Señalan estudios que muestran que escribir letras unidas entre sí ayuda a un tipo particular de desarrollo mental (algo que Polikoff desestima) y que todo lo que se enseña no tiene por qué ser práctico, puede ser bello también. Y que necesitar un decodificador electrónico para entender las cartas de amor de la abuela (ni que hablar de cualquier archivo histórico) equivale, mas o menos, al fin de la civilización occidental. Personalmente, siento que al tomar notas manuscritas se me “graba” en la cabeza lo que dice una persona mucho más que si lo hago con un teclado. cuando apuntaba los compromisos en mi agenda de papel, solía olvidarme mucho menos de ellos que ahora que uso una versión electrónica (aunque claro que entonces no tenía niños y retenía mayores facultades mentales). Pero la buena caligrafía, finalmente, es un arte. Muchos somos particularmente poco dotados para escribir en cursiva, o para que salga moderadamente bien tenemos que dedicarle una cantidad extraordinaria de tiempo. Sí, puede ser algo lindísimo: cuando mis padres, ambos arquitectos, hacen una lista de compras para el supermercado o el corralón, dan ganas de enmarcarla por la delicadeza de cada garabato. Pero qué bueno, para mí, estar escribiendo esta columna en un teclado.ß
SÁBADO | 7
| Sábado 11 de mayo de 2013
| Sábado 11 de mayo de 2013
Los senderos de Delta Terra, el miércoles pasado
El Delta sumó la primera reserva natural privada Senderismo, avistaje de aves y kayaks, a 15 minutos del Puerto de Frutos
la nacion
Despegaba el año 1990 cuando Juan Martín “Tino” lutteral, por entonces un yuppie que trabajaba en Wall Street, se sumaba desde el Great lawn del central Park a un evento global que, sin sospecharlo, torcería su propio destino: la expansión mundial del movimiento ambientalista Earth Day (Día de la Tierra). aquel histórico 22 de abril de 1990 unos 200 millones de personas en 141 países se alinearon detrás de un objetivo común: la defensa del medio ambiente a partir de la concientización de sus problemáticas. la celebración del Earth Day, con su millón de personas entre el central Park y la Quinta avenida, fue la semilla fundacional para lo que sobrevendría después. lutteral se enroló en la protección del hábitat y de los recursos naturales. Dejó Wall Street, se convirtió en emprendedor social, fundó una empresa especializada en tratamiento de aguas y efluentes,
entretenimiento virtual que protagoniza, edita y sube sus propios videos a la Web. Se trata de un cóctel sumamente compartible de comedia, sex appeal, chiquilinadas y comentarios sociales, todo salpicado de insultos. Maneja como una malabarista Facebook, Twitter, Instagram y YouTube para consolidar una lealtad de conexión con sus fans, a quienes les es fácil identificarse con ella. El resultado es más de un millón de visitas diarias y más dinero del que nunca antes haya visto en su vida. No es como esos casos aislados de un video que se hace famoso de un día para otro en Internet. Para las jóvenes generaciones que pasan más tiempo en YouTube que frente al televisor, Jenna Marbles encarna el concepto de celebridad del futuro. En Internet, la fama puede llegar de la noche a la mañana. En el verano de 2010, la entonces señorita Mourey compartía un tres ambientes en Cambridge, Massachusetts, y juntaba los 800 dólares que debía pagar de alquiler con changas: camarera, bailarina de tarima en clubes nocturnos, o personal de mantenimiento en un salón de bronceado, donde tenía la tarea de secar del piso la transpiración de los clientes. Mientras tanto, su diploma en psicología deportiva juntaba polvo. “Mi vida era un desastre”, dice hoy. Una tarde, subió a la Web un video de ella maquillándose para su trabajo de bailarina. El título: “How to Trick People into Thinking You’re Good Looking” (Cómo engañar a la gente para que crea que sos linda). A media luz, Mourey se sentó frente a su computadora y empezó: “Si naciste realmente fea, como yo, no tengas miedo. Hay ciertos pasos que podés dar para verte linda. O algo así”. En una especie de striptease al revés, su cara lavada y sus ojos celestes desaparecieron bajo un aluvión de base de maquillaje, pestañas
postizas y labial rosa. En dos minutos y medio, pasó de ser una chica cualquiera y bastante desgreñada a transformarse en la caricatura recargada de una bomba sexual. El video lo subió un viernes. Durante ese fin de semana, se volvió tan popular que alcanzó la marca de un verdadero éxito viral: Jenna tuvo que llamar a su madre. “Me llamó y me dijo: ‘Mamá, hice un video, lo subí a internet y lo está mirando mucha gente, y en el video digo malas palabras’”, comenta Deborah Mourey, una consultora de marketing que sigue viviendo en Rochester. La madre no sólo no se molestó, sino que se divirtió como los 5 millones de personas que vieron el video durante la primera semana. Desde entonces, la fórmula de Jenna Marbles no ha cambiado demasiado. A diferencia de otras personalidades de YouTube que invierten en mejores cámaras, iluminación y otros varios elementos de producción, ella se atiene a su formato original de baja tecnología. Una brillante mañana de invierno, hace unos meses, Mourey permitió que un periodista ingresara en su casa alquilada de 1,1 millones de dólares en el centro de Santa Mónica. La decoración bien podría calificarse como “caos adolescente contemporáneo”. Cajas de pizza e infracciones de estacionamiento desparramadas sobre la barra de la cocina, un par de bananas negras dentro de una frutera dardos de juguete por el piso y uno, solitario, pegado con su ventosa a lo alto de la ventana, fuera del alcance de la mano. Pero el caos de su vida doméstica, sin embargo, queda prolijamente fuera de cámara. Cuando Jenna abre su laptop sobre la mesa de la cocina para grabar un video nuevo, los espectadores sólo la ven a ella frente a una pared vacía. El proceso comienza un día antes, cuando ella sondea a sus fans de Fa-
cebook en busca de ideas. Le llueven sugerencias: comer sopa con tenedor, depilar con cera las axilas de una amiga borracha, o “vestirse como Barry Manilow y constatar cuántas pastillas de canela picante se pueden meter en la boca”. Jenna dice que evalúa todas las propuestas, pero, al final, se decide por las que puede filmar sola y en su casa. Hace imitaciones de Snooki, Lady Gaga, Sarah Palin, Justin Bieber, despotrica en videos como “Sluts on Halloween” (Putas en Halloween) y se ocupa de cuestiones de género en videos como “What Boys Think about during Sex” (Lo que piensan los chicos durante el sexo) y “What Girls Do in the Car” (Lo que hacen las chicas en el auto). También comienza microcrónicas y es capaz de tirar por la borda su aspecto para hacer reír, como cuando vomita cereales o se mete a su chihuahua adentro de la camisa. “Tiene un extraño talento que no habíamos visto nunca en la industria del entretenimiento- opina Alan Van, editor ejecutivo del blog de medios digitales NewMediaRockstars. com, que hace un relevamiento del género del video casero-. El blog de comedia ha sido mayormente un dominio de los hombres, pero ella está definitivamente a la cabeza”. Al igual que Jenna Marbles, el panteón de estrellas veinteañeras de YouTube ha dado vida a un nuevo género del entretenimiento, que hasta tiene sus propias reglas. En videos que suelen durar entre 5 y 8 minutos, hablan frente a cámara en una seguidilla de vertiginosos cortes, con expresiones faciales exageradas, para mantener la atención del espectador y las visitas. Hasta hace unos años, las estrellas de YouTube eran maravillas de un solo clic, accidentes virales cuya celebridad se apagaba como una vela en el viento. “Ahora existe toda esta nueva industria, con redes, administra-
NYT
dores, relacionistas públicos y entregas de premios”, explica Van. Hasta Los Ángeles ha llegado un pequeño ejército, en busca de conectarse y de ingresar a Hollywood. YouTube no dejó pasar la oportunidad y abrió un estudio de producción de casi 4000 metros cuadrados en un antiguo aeropuerto que alguna vez perteneció a Howard Hughes, para incubar los próximos grandes éxitos virales. Pero a muchas jóvenes estrellas de internet parece no alcanzarles con la celebridad de YouTube, y aspiran a llegar al cine y la televisión. “No estoy completamente segura de que sea necesario hacer la transición hacia los medios masivos tradicionales- plantea Jenna, que atesora su libertad creativa-. Lo que yo hago es pasarla bien en mi casa, sola, y subirlo a internet”. De todas formas, Marbles no ha tenido más remedio que profesionalizar su negocio, en parte para poder responder al diluvio de solicitudes de apoyo y correo de seguidores que recibe: más de 50.000 mensajes por mes. Recientemente, su equipo se amplió para incluir a un asistente personal, a un administrador y a su madre, y pronto contratarán a un jefe técnico. Jenna prefirió no revelar detalles de su situación financiera, pero los expertos de la industria estiman que una estrella del nivel de Marbles puede sacar una cifra de seis ceros al año en concepto de ingresos por publicidad que la red les abona a sus miembros a través del Programa de Socios de YouTube. TubeMogul, una plataforma para comprar avisos en videos, examinó el tráfico del canal de Jenna y estimó que durante 2012 puede haber ganado hasta 350.000 dólares. “Hago más plata de la que necesito o nunca necesité”: es todo lo que Jenna dice al respecto.ß Traducción de Jaime Arrambide
martín Felipe/aFV
Ecología
Loreley Gaffoglio
“Cómo engañar a la gente para que crea que sos linda” fue visto más de 50 millones de veces
y promovió el acceso universal a ese recurso desde distintas onG. luego viajó a oxford, quiso darles voz a las ideas transformadoras y trajo las conferencias TEDx a la argentina. Esta semana, asociado al empresario del rubro náutico carlos otero y a la Fundación de Historia natural Félix de azara (FHn), debutó con Delta Terra, la primera reserva natural privada del delta de Tigre. Son 40 hectáreas de humedales, que antes albergaban un histórico vivero, en la confluencia de los arroyos Rama negra chico y Espera, a 15 minutos del Puerto de Frutos. El enclave fue convertido en un destino ecoturístico de excepción: tiene cuatro circuitos para el senderismo interpretativo y el avistaje de aves, canales internos para recorrer con kayaks, una laguna como refugio para la vida silvestre, un centro de rescate de fauna, una huerta orgánica, y un Deli y restaurante gourmet. Próximamente albergará un acuario. Pero su rasgo distintivo es la función didáctica que cumple la reserva sobre la importancia de la preserva-
ción de uno de los mayores humedales del mundo y uno de los pocos que continúa creciendo. Para ello, los biólogos de FHn crearon un centro de interpretación que educa sobre las características únicas del delta del Paraná, y señalizaron los circuitos para enseñar sobre las especies de la fauna y flora de cada lugar. Se pueden avistar más de 40 variedades de aves, contemplar un centenar de especies arbóreas y vegetales, y acceder al interior de las islas mediante terraplenes, algo poco usual en el Delta dada su morfología de albardones y de terrenos anegados, como un plato hondo, en el interior de las islas. “no se protege lo que no se conoce”, dice un entusiasta lutteral, mientras recorre los senderos interiores, flanqueados por la sinfonía de verdes y ocres que ahora, en el otoño, hilvanan alisos de río, sauces criollos y alcanfores. “Por eso quisimos que los visitantes de Delta Terra, quienes vengan a pasar el día acá, puedan convertirse en agentes de cambio y ser parte de la conservación de este ecosistema
de extrema fragilidad que es el Delta.” la artista antonia Guzmán se sumó a esa alianza de respeto entre el visitante y el entorno, y llevó allí su marca de land-art. Sobre una avenida de árboles realizó una intervención en el paisaje: arropó con su pintura al agua la corteza viva de un puñado de álamos y dos morenas y convirtió la naturaleza en arte. la obra, que puede recorrerse como un museo natural, se llama Ecos de Oma al Sur. los montes blancos, tal el nombre de la vegetación característica de los albardones, en los contornos de las islas, ha ido progresivamente desapareciendo por acción del hombre, que la usó siempre como leña, según apuntan en la Fundación Félix de alzara. “Hoy la vegetación característica del humedal mezcla especies nativas y exóticas, traídas con las resiembras, que aquí conforman toda un área protegida.” El marco natural de Delta Terra es como un paisaje encantado, con marañas de cañas tacuaras de 25 metros de alto. Sólo se oye el sonido del viento sobre la copa de cipreses, sauces y alisos, y el canto de zorzales, celestinos y benteveos. Si uno tiene suerte, podrá otear carpinchos, coipos y lobitos de río. además de programas educativos previstos para visitas de escolares, se pueden realizar actividades, como yoga y meditación, y reuniones de turismo corporativo sustentable, dice lutteral. a la reserva se accede mediante la conexión directa del servicio de lanchas natventure, con salidas desde el Puerto de Frutos. El costo de ingreso es de 155 pesos para los adultos.ß
Hábitos
Cómic adulto, cuando las viñetas se ponen serias
Lectores que retoman el hábito por las historietas con una oferta de alta densidad y muy alejada de los superhéroes Franco Varise LA NACION
Contraculturales y literarios; ciencia ficción, costumbrismo hardcore y genios de la ilustración. Los lectores adultos de cómics están siempre agazapados esperando la última creación de sus autores preferidos. Y lo que sigue es una guía posible para no dejar pasar la oportunidad de la Feria del Libro para ponerse al día. Sucede que esta industria cultural asociada a veces a una tribu de frikis desde hace tiempo encontró en personas de entre 30 y 45 años, la mayoría reincidentes, nuevos interesados en comprar grandes volúmenes de culto, con ediciones y encuadernaciones de lujo. Hace tiempo que este género no es algo exclusivo de los chicos y que resulta cosa seria. En la Feria puede vérselos rondar a estos hombres y mujeres por los stands de La Revisteria o Moebius, entre otras tiendas especializadas, con cara de expertos pescadores de completar su colección, hallar novedades o el “libro objeto” que adquieren por su belleza ilustrativa. Grant Morrison, Alan Moore, Robin Word, o el gran Robert Crumb son seguramente parte de esa lista que llevan
anotada en un papelito en el bolsillo. Pero hay mucho más. Una joya, que Alejandro Viktorin, experto de La Revisteria, toma entre sus manos es Píldoras azules, de Frederik Peeters, un autor francés que plantea una dura historia de amor entre un hombre que debe acompañar a su mujer con sida. Luego pasa a No me dejes nunca, del noruego Jason, con unas ilustraciones minimalistas ambientado en el París del veinte, donde conviven personajes como James Joyce, Scott Fitzgerald o Ernest Hemingway. “Esto es para gente con cultura... cada vez hay más público adulto que se vuelca al cómic como una nueva forma de literatura; muchos en su juventud consumieron historietas y, ahora, vuelven con más información y mejor económicamente”, cuenta Viktorin. Los buenos libros de cómic de autor van de los 110 a los 250 pesos. El recorrido de recomendaciones sigue con el francés Guy Delisle y su nueva obra, Shenzhen, que narra, por ejemplo, las complicaciones de montar un estudio de animación en China con un estilo autorreferencial. Entre los estantes del stand aparece Correspondencias de Crumb 1958-1977 titulado: Tus ganas de vivir me horrorizan. Es
Un consumo literario no sólo para chicos un compendio de la genial y excéntrica personalidad de este autor de culto norteamericano. A su lado, otra maravilla para fanáticos: la antología de American Splendor, de Harvey Pekar. Y más allá, Locas, de Jaime Hernández, un autor californiano que formó parte del mítico fanzine punk americano de los ochenta, Love & Rockets. “De chico me gustaban las historie-
oliver korNblihTT/afv
tas y volví a retomar ahora primero con las descargas de Internet, pero algunas cosas me gusta tenerlas en papel; hoy hay excelentes autores, aunque son difíciles de conseguir”, dice Pablo Bargiela, de 33 años. “Entre mis amigos tenemos el gusto común por el cómic y el que piensa que es sólo superhéroes es porque nunca leyó nada”, agrega. Moebius arde. Se trata del stand de
uno de los negocios especializados en libros de cómics más relacionados con las tendencias e ilustraciones. “Hay una nueva oferta de mercado que había desaparecido, que tiene que ver con la tendencia de la autoedición y el fanzine, pero con ilustradores conocidos y temáticas diferentes”, cuenta Martín Ramón, encargado de Moebius y una de las personas que más conoce del género. En esta línea más relacionada con la plástica muestra el libro fascinante del italiano Lorenzo Mattotti, basado en Hansel y Gretel. También muestra la obra del argentino Santiago Caruzzo, que utiliza el esgrafiado, y Vete al diablo, de Federico Lamas, un libro que trae una diapositiva en magenta con la cual se observan los dibujos de su pequeño libro y aparecen nuevas formas. También el nuevo de Mario Levrero, Caza de conejos, con ilustraciones entre vintage y modernas. “Todo el público es de 25 años para arriba, mucha gente relacionada con las artes plásticas, con el cine o la publicidad”, grafica. En el stand de Moebius, las firmas de los autores de libros son un acontecimiento diferente. Allí pueden congregarse el músico punk Carlos “boom boom kid” Rodríguez,
que editó su libro, Mi pequeña colección de fanzines. Precisamente entre los recomendados a la venta está el compilado de Resistencia, el fanzine argentino contracultural más importante de los ochenta. Al parecer, todo lo que tenga que ver con el punk está de moda en ciertos círculos. “Entré a la Feria y vine directamente a estos stands, el resto no me interesa mucho... Soy lector, pero para nada fanático de las historietas. Me gustan los libros en general y noto que estoy buscando cosas diferentes y mis referencias generacionales con el cómic están alejadas”, confiesa Emiliano, de 37 años. En realidad, desde la década del sesenta cuando comenzaron a publicarse historietas con ambiciones literarias y dirigidas a un público no juvenil, los lectores respondieron bien, aunque luego esa efervescencia declinó con la desaparición de los medios que publicaban a muy bajo costo esas historias. “Lo que antes eran revistas o fanzines hoy son objetos de colección. Si bien se editan autores nacionales, hay mucha demora para importar libros de afuera y eso va en detrimento de la culturización de un segmento de lectores que busca otras formas de pensamiento; muchos consumidores de cómic son profesionales que buscan referencias estéticas para el cine o la publicidad”, explica Viktorin, acerca de las restricciones a las importaciones.ß