Crecen las huertas en terrazas y balcones

19 feb. 2012 - en la balsa de Maldonado a Rocha, y de Rocha a Maldonado cientos de veces por día en verano. Vive en este lugar fantástico, donde están ...
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SOCIEDAD

I

Domingo 19 de febrero de 2012

VIDA SALUDABLE s EL AUGE DEL CULTIVO DE VEGETALES EN ZONAS URBANAS

Crecen las huertas en terrazas y balcones Cada vez hay más cursos y emprendimientos que ayudan a diseñar canteros en espacios reducidos para obtener verduras frescas LAURA ROCHA

Para tomar nota

LA NACION Tierra, luz y agua. Habría que sumar paciencia, algo de tiempo y otro poquito de atención. Estos son los ingredientes para tener una buena huerta. ¿Y el espacio? Eso ya no es problema. Cada vez es más frecuente encontrar lechuga, tomate, berenjenas, albahaca y berro cultivados en balcones, terrazas y patios. Respetar los tiempos de la naturaleza, comer sano y autoabastecerse son algunas de las razones por las cuales muchas personas eligieron contar con sus propios cultivos adecuados a espacios que antes eran inimaginables. “Hace varios años que quería tener mi propia huerta. Ahora que mis hijos también están entusiasmados con el proyecto vamos a empezar”, cuenta Claudia Almide, que junto con Bautista, de 9, y Benjamín, de 5 cultivará sus propias verduras. “Lechuga y rúcula tiene que haber mucho porque son mis preferidas”, acota Benjamín, que no ve la hora de empezar a remover la tierra negra de su pequeña huerta en un cantero. En el diseño y armado del cajón que contendrá sus alimentos pone especial énfasis Federico Moschettoni, fundador del emprendimiento Del Gorro (www.delgorro.net), que asesora en la construcción de huertas a medida: “Todo empieza con una charla. Es importante saber qué es lo que quiere y necesita cada persona. Hay veces que sólo queda en un intercambio y otras, en las que se hace un seguimiento de la huerta”. Moschettoni empezó a armar este tipo de soluciones ante la demanda cada vez más frecuente de gente que quiere obtener sus propios alimentos, al menos para las ensaladas. “Empecé preparando estas huertas para chefs; con el boca a boca la gente se va enterando y te llama”, comentó este emprendedor que también es chef y socio de Darío Gualtieri. Poner una huerta demanda al menos atención: es necesario, por ejemplo, diseñar un calendario si es que se quiere obtener una producción mensual. En Internet son varios los sitios que muestran el interés, en distintas ciudades del mundo, sobre esta tendencia, que también se conoce como huerting o huertas urbanas. “¿Mamá, cuándo vamos a tener nuestra primera planta de rúcula?”, pregunta Bautista, ansioso. “Cada huerta tiene su secreto y hay que seguirla. Tenés que ver qué es lo que te va mostrando la naturaleza. Se va aprendiendo de los errores”, explica Moschettoni, mientras muestra un tomate cherry muy tentador.

Cuestión de sabor Las frutas y verduras cultivadas en casa no tienen una forma perfecta pero son mucho más sabrosas. Juan Acita es ingeniero agrónomo y dicta los cursos para huertas en balcones, terrazas y patios en la Facultad de Agronomía de la UBA. “Básicamente todas las plantaciones son orgánicas. No se usan químicos ni en los fertilizantes ni en los plaguicidas. No va a salir un tomate perfecto, pero no se puede comparar el sabor. Además, está cosechado en su momento justo y no unos días antes, como los que se venden en las verdulerías”, indicó el experto. Acita da cursos sobre cómo preparar una huerta desde hace años. Y, desde 2006, aproximadamente bue-

LUZ La luz solar es indispensable para una huerta. Un balcón orientado hacia el Norte asegura unas seis horas de sol. Si no hay mucha luz convienen las plantas de hoja como la lechuga o la rúcula. RIEGO La atención y el agua son fundamentales para una huerta. También se pueden diseñar sistemas de riego por goteo para cuidar las plantaciones. Después de una lluvia fuerte hay que remover la tierra para que recupere el aire perdido. FRUTA Es fundamental, según la época, qué fruta se siembra y cuántos tipos. Para evitar asociaciones desfavorables es preferible trabajar en recipientes (pueden ser macetas) separados. Si la huerta es orgánica, las aromáticas potencian y actúan como repelentes. RECIPIENTES

Federico Moschettoni empezó a armar huertas pequeñas para chefs; el interés aumentó tanto que hoy asesora a otros clientes

Depende del espacio con el que se cuente, se puede trabajar con macetas individuales, cajones o utilizar las paredes. Si se trabaja con macetas deben tener, al menos, 35 cm de profundidad. VERDURA Choclos, berenjenas y zapallos pueden cultivarse sin problemas en balcones, patios y terrazas. Necesitan para desarrollarse por lo menos 6 horas de luz diaria. CALENDARIO

Nueva huerta en el barrio cerrado Haras Santa María de Escobar

Claudia Almide con su hijo Bautista, con las manos en la tierra FOTOS DE IGNACIO COLO

na parte de sus alumnos le pedían que explicara especialmente cómo cultivar en espacios pequeños para poder cosechar frutas, verduras y especias. Así nació el curso específico, que se dicta dos veces al año y dura un cuatrimestre. “Cada grupo está conformado por unos 20 asistentes. Lo básico es empezar a establecer el tiempo de siembra, según lo que se quiera obtener. Si se quieren usar recipientes, como macetas, siempre les advierto que tienen que tener, al menos, 25 centímetros”, indica Acita. En el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) también observan un aumento creciente de la demanda de la huerta propia. Si bien el Programa Pro Huerta tiene más de 20 años, el perfil alimentario y social del programa fue cambiando. “Fue gradual, pero más o menos empezó a cambiar en 2005. Excede el sector de bajos ingresos. Si bien los encuentros son gratuitos y abiertos, y el programa tiene un fin específico, hoy tomó otra forma. Se suma mucha gente que no lo necesita, pero lo hace por una cuestión de salud, de calidad de vida y de cuidado del ambiente. A cambio, pedimos que esas personas puedan transformarse en promotoras del

programa para poder enseñar a otros a sustentarse”, indica Claudio Leveratto, referente del programa Pro Huerta en el área metropolitana de Buenos Aires. “Estoy en un área en donde vive un tercio del país. En esta sección hay mucha gente que no dispone de un terreno. O, por ejemplo, la mayoría vive en un departamento. En el programa les explicamos que un tacho, en la terraza o en un lavarropas viejo, puede utilizarse para iniciar la huerta propia. Y en la terraza hay que buscar la mejor exposición al sol porque las verduras no se dan si no tenés luz, salvo con una lámpara fuerte. En un balcón, es mejor que mire hacia el Norte y así se aseguran seis horas de sol”, explicó el técnico del INTA. Como para darse una idea, según los registros públicos del programa, en la primavera de 2011 se registraron 78.072 huertas familiares. Angelita vive en Juncal y Esmeralda y no cambia por nada la cosecha propia. “Además de comer sano, uno sabe lo que está comiendo y lo más importante: es algo terapéutico. Una vez que probás lo que cosechás, no lo cambiás por nada”, dijo. Cultiva diferentes verduras en pequeñas macetas ubicadas en su terraza.

El secreto de una buena huerta es la planificación. Hay que respetar la naturaleza y sembrar lo correcto en cada estación. Aconsejan seguir las instrucciones que vienen con las semillas.

PRIMERA PERSONA

“¡Libre de agrotóxicos!” MIRIAM ICONICOFF PARA LA NACION Se trata simplemente de volver a lo natural, de salir de la cultura consumista. Siempre tengo huertas que me abastecen bien, al menos en la cocina cotidiana. Para mis talleres, me regalan semillas y nuevas especies, pero más que nada lo hago porque es un placer que disfruto mucho. El contacto con la tierra, ver el barro transformado en pan, eso es lo que más me gratifica. Desde que se siembra la semilla, buscando cada variedad y el aprender a cuidarlas. Todo es terapéutico. Y ahora, que también me acompaña mi hijo Timoteo, mucho mejor... Donde voy hago huertas: en mi casa, en las de mis amigos, donde esté trabajando, en todos lados. Tuve el privilegio de crecer en el campo, y de tener ese contacto desde muy chica con lo natural. A

medida que crecés, vas notando un cambio. Yo estudié biología, pero desarrollé mi pasión cuando me dediqué a la cocina natural. Para mí, lo más importante es la energía que te genera todo el proceso y lo maravilloso de ir aprendiendo a tomar conciencia. Lo que pasa hoy está bueno, ya que la juventud y los más chicos son los que están más enganchados con estos temas. En un principio las dietéticas eran visitadas por personas que tenían que cambiar su dieta por prescripción médica; después empezaron los curiosos o porque se puso de moda. Y hoy los jóvenes son los que están buscando ese cambio. Es un modo de vida que te diferencia. Y va de la mano con otros conceptos: cuidar el planeta, reutilizar, reciclar, reactivar las economías locales, el comercio justo, la inclusión social, la vida sana. Perú, por ejemplo, ha desarrollado muchísimo el impulso a las huertas.

Incluso los huerteros arman círculos y proveen a los mercados locales para poder entregar sus productos a un precio justo. Se logra de ese modo no sólo consumir un producto sano sino también pagarle al productor el esfuerzo que ha hecho. Ya no tiene que ver sólo con cuidar tu economía. Es una forma de revalorizar lo natural. Darle el tiempo a la naturaleza. Respetar sus ciclos. Y una cosa lleva a la otra: primero cambiás la dieta, después querés tener tu propia huerta y después necesitás capacitación para poder seguir con la producción sana y rica que te da la tierra: ¡libre de agrotóxicos! Siento que está ocurriendo algo superador que tiene que ver con el sabor de volver al principio de las cosas de una manera natural y, sobre todo, más rico.

La autora es bióloga, chef y tiene su propia huerta urbana

CONTROVERSIA EN URUGUAY

Vecinos de José Ignacio protestaron contra la construcción de un puente Es un proyecto de empresarios argentinos sobre la laguna Garzón, que impulsa el gobierno urguayo NELSON FERNANDEZ CORRESPONSAL EN URUGUAY PUNTA DEL ESTE.– Marilyn cruza en la balsa de Maldonado a Rocha, y de Rocha a Maldonado cientos de veces por día en verano. Vive en este lugar fantástico, donde están frente a frente los departamentos uruguayos con mejores playas. Las “paquetas” de Maldonado de un lado, las “bohemias” de Rocha, del otro. Marilyn es una simpática perra que va y viene sobre la balsa en un viaje que lleva cinco minutos y que permite cruzar la laguna Garzón. Tras la resolución del gobierno uruguayo de autorizar la construcción del puente que tanto resiste la comunidad de José Ignacio, los vecinos salieron a protestar. Ayer, unos 200 vecinos de la zona hicieron el “abrazo a la balsa”, una manifestación en defensa del sistema

que ahora se usa para cruzar la laguna. Se trata de balsas del Ministerio de Transporte, que no cobran por cruzar los autos de un lado a otro. Pablo, uno de los operarios de la balsa, dijo LA NACION que “los turistas aprecian esta forma de cruce”, que es parte del entretenimiento y que permite mantener “el paisaje natural, sin cemento”. Hace tres años que trabaja ahí: “Por día cruzan 800 autos en enero y otros 600 en febrero”, cuenta el trabajador. El puente está a medio construir, al menos desde 1966, según los más memoriosos del lugar. El nuevo ha sido impulsado por el empresario argentino Eduardo Costantini, que del otro lado de la laguna está desarrollando el complejo Las Garzas, a unos 15 minutos del cruce de la laguna. El Frente Amplio siempre criticó la construcción del puente, pero una vez en el gobierno, autorizó

su realización. “Por la plata baila el mono” decía uno de los carteles que exhibían los manifestantes antipuente. El propio Mujica tuvo que salir a defender la decisión y a rechazar las críticas de los que sostienen que la medida es para favorecer el emprendimiento de Costantini. “No queremos responder con insultos; no cedemos a ningún empresario, de acá o de allá, y no podemos acusar a aquellos que se oponen al puente de que están defendiendo intereses inmobiliarios”, dijo Mujica. La presidenta de la Liga de José Ignacio es la psicóloga, economista y politóloga argentina Delfina Linck, que por su experiencia como “mediadora” fue elegida por la comunidad del balneario para negociar el caso y tratar de frenar el puente. Linck dijo a LA NACION que “el proyecto no es compatible con el modelo de desarrollo sustentable de la región

y su alta naturalidad” y agregó que tendrá “impactos negativos en la región, resultando en depredación del ambiente”. También hay intereses encontrados entre los más grandes empresarios argentinos que poseen propiedades en la zona. El vicepresidente de la Liga, Ignacio Ruibal, subrayó que José Ignacio es “algo único” para el visitante, y destacó que hay una forma de cruce a la laguna “sin afectar el medio ambiente mediante”. Mujica dijo que se ha “visto impulsado” a habilitar el puente “ante la necesidad de contribuir a expandir la industria turística”. La gente de José Ignacio teme que el puente derive en una “maldonadización” del coqueto balneario; que pierda su encanto natural. El gobierno departamental acaba de derogar la prohibición de construir hoteles en el casco del balneario José Ignacio.

RICARDO FIGUEREDO

Unas 200 personas hicieron un abrazo “surfero” a la balsa