COMUNIÓN CON DIOS “En el principio creó Dios los cielos y la tierra... Jehová tu Dios cuida… desde el principio del año hasta el fin.” El presidente de una universidad dijo en alguna ocasión que hay tres cosas esenciales para nuestra felicidad: (1) alguien a quien amar, (2) algo que hacer, y (3) algo por lo cual tener esperanza. En el principio, Dios nos creó. Él ha provisto cada una de estas necesidades básicas para aquellos que ponen su fe y confianza en él. 1. Alguien a quien amar. Quienes se han acercado a Cristo saben, sin lugar a duda, que él nos amó lo suficiente para dar su vida por nosotros. “Nadie tiene mayor amor que éste, que uno ponga su vida por sus amigos” (Juan 15:13). Él, el Bienamado, se interesa hoy en cada uno de nosotros. Él hizo posible que tuviésemos vida eterna. Él es a la vez el Regalo y el Dador. El amor genera amor, así que “Nosotros le amamos a él, porque él nos amó primero” (1 Juan 4:19). Además de su provisión para nuestra necesidad eterna, Dios nos ha dado su Palabra para guiarnos diariamente. ¡Qué gran amor! Nosotros podemos ser el objeto de ese amor. Sí, ¡él es alguien a quien amar! 2. Algo que hacer. Al iniciar un nuevo año, hay mucho que podemos hacer. El primer mandato de Dios fue “Sean fructíferos y multiplíquense” (Génesis 1:22). Podemos crecer, únicamente si pasamos tiempo cada día con él en oración y estudio. Es esencial tener una vida de devoción con nuestro Señor; no hay sustituto para ello. Esta es la preparación necesaria para construir el reino de Dios. Como cristianos, se nos ha dado una tarea suprema, y ésta es comunicar nuestra fe a otros. Aquellos que no están en Cristo deben darse cuenta de que todos los hombres han pecado y que están separados del compañerismo con su Creador. En Cristo, cada persona puede ser reconciliada con Dios para tener con él una relación viva y vital. Tener íntima comunión con Dios y compartirlo con otros produce fruto espiritual. ¡Hay tanto que hacer! 3. Algo por lo cual tener esperanza. El salmista dijo: “Espera en el Señor.” Este será otro año de incertidumbre, pero tenemos la esperanza firme y segura de que él estará con nosotros. “Jehová tu Dios cuida…desde el principio del año hasta el fin” (Deuteronomio 11:12). Su guía y protección son tan reales como el hecho de que tú estás leyendo ahora estas líneas. Creemos que él es la fuente de “fuerza para hoy y brillante esperanza para el mañana”. Mañana podemos estar para siempre con él. “Vendré otra vez y os tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis” (Juan 14:3). ¡Bendita esperanza! Todos los principios deben serlo en Dios—su vida y la vida eterna; creación y nueva creación. Conforme usted comience a estudiar la Biblia, como ocurrió con la creación física, pudiera parecer que “su corazón y vida estuviesen sin forma y vacíos”. No se desaliente; el Espíritu de Dios está actuando, moviéndose en medio de la oscuridad, y su luz brillará. Permita usted que su presencia gobierne su vida, y que él, quien nos ha dado toda buena dádiva, nos conceda, al acercarnos a su comunión cada día, hacer eco de lo que dijera Moisés: “Te ruego que me muestres tu gloria” (Éxodo 33:18). Del devocional “Muéstrame tu gloria” por Sarah Jepson Coleman. Este material fue tomado del Boletín dominical de la Iglesia Bíblica Unidos en Cristo (IBUC) en Monterrey, NL, Méjico. Usado con permiso ObreroFiel.com – Se permite reproducir este material siempre y cuando no se venda.