Prejuicios y creencias pueden atentar contra nuestra relación con el dinero a tal punto de afectar el pilar fundamental de nuestro negocio: cómo vender coaching.
"Porque es más fácil pasar un camello por el ojo de una aguja, que entrar un rico en el reino de Dios". Lo dijo Jesús, suficiente para que cualquier creyente empiece a temer ante la posibilidad de una condena eterna al infierno por hacerse rico. No voy a desafiar a Jesús, ¡Dios me libre!, aunque sí diré que interpreto sus palabras como una crítica a amar la riqueza antes que a Él. Entonces, que no cunda el pánico. Te mintieron, ser rico no es malo
En el siglo XXI existió un famoso líder político que también desaprobó la tenencia de dinero: “Ser rico es malo, es inhumano”, dijo. Pero, ¿por qué tendría que ser malo querer ganar dinero de forma honesta para tener posibilidades de una mejor vida para ti y tu familia? ¿Por qué sería malo hacerlo a través de lo que sabes hacer, de tus talentos? Más aún, ¿por qué sería vergonzoso promocionarse y vender coaching?
El convencimiento de que tu trabajo vale, de que lo que haces puede convertirse en solución a problemas y necesidades de otros, debe sobrepasar a los temores que empañan la manera de vender coaching.
Me refiero tanto al miedo a ser visto con recelo como un vendedor, como al rechazo. Uno de los primeros pasos para actuar contra el miedo a vender coaching es entonces confiar en tus recursos y capacidades, incluyendo la capacidad para ser receptivo a la formación y a la experiencia que por el camino vayan dejando los éxitos y fracasos. Siempre hay que trabajar
Tal vez no quieras bañarte en riquezas, sino simplemente ganar lo suficiente para tener una buena vida activa y una jubilación sin sobresaltos. De cualquier modo, la historia empieza con una ambición que no se materializa sin el esfuerzo del trabajo. “Sin ambición uno no comienza nada. Sin trabajo no se finaliza nada. El precio no te será enviado. Lo tienes que ganar”. Ralph Waldo Emerson. El coaching no se vende solo –nada lo hace-, hace falta mucho trabajo para comunicar lo que ofrecemos. Por eso, mientras concibas vender coaching como consustancial al negocio, más los disfrutarás y mejor te irá.