Claudio Tolcachir. “Me gusta cambiar de terreno, probar y aprender ...

2 mar. 2014 - con Fuenteovejuna o Galileo Galilei en el San Martín, por citar dos casos al azar. “Yo hoy estoy agradecido por eso, creo que fue lo que me ...
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espectáculos

| Domingo 2 De marzo De 2014

Para disfrutar la obra de Gershwin

El actor y director de teatro cuenta cómo se metió en este arte que lo apasiona y cuáles son los planes que tiene para su futuro

Claudio Tolcachir. “Me gusta cambiar de terreno, probar y aprender”

argentino de la plata. Selecta muestra de

la música del compositor norteamericano Jorge Aráoz Badí PARA LA NACION

Textos Alejandro Lingenti | Fotos Patricio Pidal / AFV

C

laudio Tolcachir recuerda la escena como si hubiera ocurrido ayer: salió de ver Muerte accidental de un anarquista, la famosa obra del italiano Dario Fo, y no pudo pensar en otra cosa durante horas. “Lo recuerdo hoy y me sigue conmoviendo –agrega él–. No tengo tan presente la obra, sino más bien el impacto que me produjo la actuación de Patricio Contreras. Salí muerto de una sana envidia, como afiebrado. ¡Y tenía apenas 9 años!” Suena extraño que un niño sea público de ese tipo de teatro, pero fue rigurosamente cierto: los padres de Tolcachir no lo llevaban a ver obras infantiles, preferían que su hijo se enfrentara a esa edad con Fuenteovejuna o Galileo Galilei en el San Martín, por citar dos casos al azar. “Yo hoy estoy agradecido por eso, creo que fue lo que me ayudó a decidirme muy temprano a elegir el oficio de la actuación, a relacionarme con el mundo del teatro tan intensamente. Me acuerdo también de una historia muy emocionante: vino Marcel Marceau a la Argentina y yo quería verlo sí o sí. Mi vieja me llevó, pero cuando llegamos a la puerta del teatro me dijo: «Acá tenés la entrada, andá, yo te espero acá afuera». No tenía plata para pagar las dos... Recuerdo eso y todavía me conmueve.” Hoy Tolcachir es, sobre todo, un dramaturgo y director consagrado (a propósito, acaba de reestrenarse en la sala Timbre 4 Emilia, su última obra, con funciones los viernes a las 21 y los sábados, a las 21 y 23.15), pero también un actor consumado que arrancó 2014 con mucho trabajo:

acaba de estrenarse la película Errata, de Iván Vescovo, donde encarna a Viñas, un profesor universitario y librero envuelto en una historia de corte policial; fue parte de El ardor, nueva película de Pablo Fendrik en la que compartió elenco con el mexicano Gael García Bernal, y también participó en las miniseries televisivas La casa, dirigida por Diego Lerman, con Erica Rivas y Cristina Banegas, y Doce casas, de Santiago Loza, con Marilú Marini y Claudia Lapacó. “Ahora me estoy yendo a San Pablo, por una retrospectiva de mis obras, y desde hace un buen tiempo, desde que tuvimos el éxito que tuvimos con La omisión de la familia Coleman, que esto es así. Vengo de Madrid, me voy para San Pablo… Los viajes y las giras no me permiten comprometerme como actor en proyectos que exijan la dedicación de una tira, por ejemplo.” –¿Y te interesaría trabajar en una tira televisiva? –Sí, ¿por qué no? El tema, insisto, es que no me da el tiempo, pero tengo cero prejuicios. Me gusta cambiar de terreno, probar, aprender. Me parece que los mejores actores son los que se toman en serio cada cosa que hacen y se animan con proyectos que en principio pueden parecer un poco exóticos. Cuando Iván Vescovo me llamó para Errata, de entrada tuve claro que se trataba de un proyecto independiente, donde lo que había que poner era voluntad y esfuerzo, pero claramente no era un trabajo por el que iba a obtener algún beneficio económico. Se filmaba cuando coincidían las agendas de todos. Y lo hicimos con mucha dedicación.

Me acuerdo que Boy Olmi llegó un día muy temprano al rodaje con una gran cantidad de ropa y pelucas para probar en su personaje. Estuvimos un buen rato en una pizzería del centro eligiendo el vestuario. Eso habla del compromiso que asumió cada uno en esa película. Iván se lo merecía porque tiene talento e irreverencia y es un amor. –¿Recordás algún papel como actor que para vos haya sido una bisagra? –En teatro, Un hombre que se ahoga, una obra dirigida por Daniel Veronese que hice en 2005. En cine, Mentiras piadosas, de Diego Sabanés, donde me tocó laburar con una actriz enorme como Marilú Marini. Hubo cuatro meses de ensayo que me enriquecieron muchísimo; quiero mucho a esa película, que no tuvo mucha suerte en la taquilla. –¿Qué planes tenés este año para tu sala, Timbre 4? –Bueno, van a estar en cartel todas mis obras, como el año pasado. Pero quiero empezar a transformar el lugar en un espacio abierto a propuestas diferentes en las que yo no esté involucrado. Me interesan muchos los cruces. Una de las ideas es que haya algún proyecto para TV. Con

el cine ya hicimos algunas experiencias, como los convenios con la FUC y la UBA para dar seminarios de dirección de actores. En Timbre 4 hay una gran mezcla de edades e intereses muy diversos: talleres, seminarios, cursos, ensayos. Es un despiole muy interesante, un lugar donde suceden cosas todo el tiempo. –Vos tuviste un gran éxito con la versión teatral de Agosto. ¿Ya viste la película? –No, todavía no me animé, pero mi padre ya me dijo que le gustó más la obra (risas). La voy a ver, sin dudas. Tiene un elenco impresionante, debe estar muy bien. –¿Te animarías a actuar en una obra en la que también dirijas? –No creo. Me gusta dirigir, pero tengo un temperamento que a veces conspira contra ese rol. No podría hacer las dos cosas al mismo tiempo. –¿Y cuando te dirigen, sos obediente? –Sí, totalmente, soy muy dócil, me entrego. Lo único que no me bancaría es el maltrato. Iván Vescovo es un pibe muy jovencito que llegaba al rodaje en patineta. Y le podés preguntar a él si me puse a sus órdenes o no.ß

Con su singular intuición, George Gershwin, el menos académico de los compositores norteamericanos, fue el más espontáneo entre los que adoptaron y desarrollaron la receta de uno de los más académicos compositores europeos. El brahmsiano checoslovaco Antonin Dvorak dijo: “Estoy convencido de que la futura música de los Estados Unidos debe fundarse en lo que suelen llamarse melodías negras, porque en ellas descubro todo lo que se necesita para una gran y noble escuela de música”. Además de pasar a demostrarlo de inmediato con algunas de sus obras más notables y estimadas, como la Humoresque y la Sinfonía del Nuevo Mundo, esta antropológica opinión de Dvorak engancharía con gran parte de la música producida en los Estados Unidos y no poca de Europa. Gershwin, que asistió en su niñez al desbordante, saludable y fertilizante desarrollo del jazz, la convirtió en tesis probada y la desplegó en su ópera y sus obras concertantes y rapsódicas. Una de ellas, el Concierto en fa menor, para piano y orquesta, con su charlestón inicial, será la primera clarinada de la temporada musical 2014, cuando esta tarde sea interpretada en la sala Ginastera del Argentino de La Plata, por la Orquesta Estable del teatro, conducida por Carlos

Vieu y el pianista cubano Víctor Rodríguez como solista. La obra, temáticamente brillante y expeditiva, una especie de catálogo de las preferencias de Gershwin, tiene redondez formal clásica en la que alternan la canción y hasta los ecos del vals vienés, con una respiración que evoca notoriamente a Ravel. Por cierto, el buen gusto y la pericia de Gershwin convierten al Concierto en fa..., en una de las creaciones originales del género, cada vez más incluida en salas de todo el mundo. El programa Gershwin de esta tarde se completará con dos poemas sinfónicos; la Obertura Cubana, resonante homenaje a la rumba con citas de La paloma y otros sones, originalmente escrita por el autor para piano a cuatro manos. Y el descriptivo y autobiográfico Un americano en París, compuesto como un tornasolado Andante, en que el charlestón, baile de moda en los treinta, se mezcla con el cancán, en un pendular paseo por la ciudad, cuya fascinación no alcanza para apagar la nostalgia del neoyorquino. Tal añoranza se expresa melancólicamente en el blues, entrañable referencia del compositor a la música afroamericana. ß

Gershwin Concierto en fa, Obertura Cubana y Un americano en París Teatro Argentino de La Plata. Hoy, a las 18,30.

Carlos Vieu dirigirá a la orquesta

guillermo genitti