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SÁBADO
Un formato que regresó como opción cotidiana Del ocaso a una nueva época de oro, las tiendas departamentales llegaron para quedarse
El Distrito en el centro comercial Parque Arauco es el nuevo espacio chic de la región
Estilo
Chile, la nueva meca de la moda concentra firmas de lujo y consumo aspiracional Con la apertura del Distrito de Lujo, las marcas más importantes del mundo se afincan del otro lado de la Cordillera y atraen a los argentinos Soledad Vallejos ENVIADA ESPECIAL
SANTIAGO, CHILE.– No importa que sea jueves por la tarde. Que no haya cóctel ni evento que lo amerite. De pies a cabeza, el outfit de Andrea, una chilena amante de la moda y las marcas de lujo, lleva la firma de Dolce & Gabbana. Y todo lo compró aquí. Ella es una de las clientas habituales del local que la casa italiana inauguró en Santiago, Chile, y apenas se enteró de la llegada de la nueva colección (poco le afecta que sea la de otoño-invierno, en sintonía con Europa) quiso visitar la tienda para conocer las últimas tendencias. Y allí fue, hacia el Distrito de Lujo en el centro comercial Parque Arauco, que desde hace poco más de un año agrupa a todas las marcas premium internacionales. Hace un tiempo que el país vecino se convirtió en un gran atractivo para el mercado de lujo en la región, y la lista es cada vez más larga. Desde las ya presentes Emporio Armani, Carolina Herrera, Ermenegildo Zegna, Burberry, Ralph Lauren, Omega, Mont Blanc, Louis Vuitton, Salvatore Ferragamo y Versace, entre otras, hasta las próximas aperturas de Gucci, Tiffany & Co., Michel Kors y Chanel. Algunas de las causas que
¿N
unca sentiste curiosidad por conocer la casa del otro?”, interroga la publicidad de Open House. Y mi respuesta es un rotundo sí. Son incontables las veces que traté de espiar por alguna ventana de esas casas bajas en el pasaje Bollini, o que me emocioné cuando una puerta se abrió, aunque fuese por un brevísimo instante, en alguna de las mansiones de Belgrano. Todo con tal de obtener un breve atisbo de las realidades ocultas tras una puerta, una pared o una reja. Me encanta, por ejemplo, descubrir un árbol añejo en un patio trasero o una de esas terrazas en las que parece que hubiese crecido un jardín entero. También creo que una casa decorada con pasión es la máxima expresión de uno mismo y que una persona se juega todo cuando elige dónde poner la televisión: en el living, en la cocina o en el dormitorio… Para los fanáticos del voyeurismo doméstico como yo, Open House es el evento ideal. Es que, una vez al año, invita al público a conocer a algunas de las casas y edificios más emblemáticos de Buenos Aires, ya sea por su historia, su arquitectura o ambas. Edificios de oficinas, bancos, escuelas, centros culturales y sociales, galerías de arte, museos, teatros, hoteles, talleres de artistas y viviendas particulares: todo vale. Mi recorrido de hoy se destina en el complejo de casas llamado Barrio Parque Los Andes (obra de Fermín Bereterbide): un conjunto de edificios pensados en función del espacio público más que el privado, en la vida en comunidad más que en solitario. Se trata de un conjunto de doce
colocaron a Chile en la elección para instalarse son conocidas: un eficaz sistema legal e impositivo, un aumento del poder adquisitivo y lo que algunos denominan cambios regionales en referencia, principalmente, a la fuga de muchas de esas firmas de Buenos Aires por las trabas impositivas. Chile destronó a la Argentina y le pisa los talones a Brasil. Pero hay algo más, ya que el interés de los chilenos por la moda está en plena efervescencia. De ultraconservadores a fashionistas. Más osados a la hora de elegir un vestuario, más rebeldes. Les importa el diseño, y en los shoppings de Santiago, muchas de las marcas lucen en sus vidrieras las mismas colecciones que en Europa. En tiempo y forma. Y no sólo se trata de lujo, porque en este último tiempo, además, desembarcaron otras firmas de consumo aspiracional como Desigual, Esprit, GAP, Keneth Cole, Nine West o Steve Madden. Sin olvidar, por supuesto, las firmas low cost y muy codiciadas por el público masivo como Forever21, H&M y Topshop, lo que movilizó a los compradores chilenos a meter sus narices aún más en el universo de las últimas tendencias. “Todo lo mismo que acá se exhibe está en las vidrieras de Londres –dice orgullosa
Javiera Ortigosa, brand manager local de la multinacional británica Topshop –. La vanguardia es la esencia de la firma y a las argentinas les encanta venir al local, conocer lo que se viene y comprarse todo.” Por eso a Santiago, en Chile, le dicen el nuevo Miami de los argentinos, que viajan especialmente hasta aquí para hacer compras. Todas las tardes, la única tienda de H&M, en el mall Costanera Center, rebalsa de gente. Como muchos clientes, Sofía fue directo al sector de niños para abastecer el placard de sus dos hijos. Ella es argentina y está en Santiago por trabajo, y el poco tiempo libre que tiene lo dedica a comprar. Ya pasó por Falabella y se llevó un TV Led de 42 pulgadas, “muchísimo más barato que en Buenos Aires”, asegura. Desde el departamento de marketing de H&M cuentan que, desde su inauguración, la tienda es un hit. Y al igual que en las demás marcas internacionales, allí también reciben la misma colección que en el hemisferio norte. Por eso, en pleno verano, hay tapados de abrigo. Shopping de lujo Hace algunos años, la elegante y paqueta arteria Alonso de Córdova concentraba las principales tiendas de lujo. Un equivalente, podría decirse, a la avenida Alvear en
Recoleta. Louis Vuitton fue una de las pioneras, hace casi dos décadas. Pero a fines del año pasado, la munición pesada de talla internacional se concentró en el nuevo Distrito de Lujo, un espacio de 7000 m2 en el mall Parque Arauco, en el barrio Las Condes. “Desarrollamos el Distrito de Lujo porque descubrimos el fuerte crecimiento de este sector en Chile y nos pareció que hacía falta crear un espacio más cómodo y seguro para los clientes”, explicaron desde la gerencia de Centros Comerciales de Parque Arauco. Louis Vuitton, por ejemplo, no abandonó su tienda en Alonso de Córdova, sino que multiplicó su presencia con un nuevo local en el Distrito de Lujo. “Alonso de Córdova es una calle de destino y con horarios de atención más reducidos –dice una de las vendedoras de esta casa de carteras–. Hoy las marcas prefieren estar en un lugar donde haya más tráfico de gente. Y como espacio también es mucho más seguro.” En Carolina Herrea, una de las vendedoras pregunta por lo bajo: “Me dijeron que en Buenos Aires la tienda está un poco vacía. ¿Es así? Qué pena”. Aquí, en cambio, hay de todo, hasta ropita para perro con el logo de la marca. Durante la última temporada de esquí, dicen los empresarios turísticos, la mayoría de los paquetes incluía uno o dos días de shopping en Santiago. Un must casi ineludible para brasileños y argentinos. Tal vez por este motivo, además del Distrito de Lujo, otro grupo inversor está construyendo un nuevo centro comercial orientado a marcas de primera línea: Casa Costanera, que estiman abrirá sus puertas en marzo próximo, y entre las firmas que tendrán vidriera propia están Brooks Brothers, Banana Republic, Ralph Lauren, Adolfo Domínguez, The North Face, Purificación García, Castañer, Loake, Apple Reifschneider, Roxy, UGG, Timberland, Quiksilver, Kipling y Contrapunto.ß
SANTIAGO, CHILE.– Son conocidas por todos. Casi no hay mortal en la actualidad que no haya escuchado hablar de ellas. En la historia de las tiendas departamentales hay mucha tela para cortar. Algunas llevan sobre sus espaldas más de un centenar de aniversarios cumplidos y una larga experiencia en el mundo de la moda. Harrods, Macy’s, Bloomingdales, París, Lafayette, El Corte Inglés, Ripley y Falabella, entre otras, son algunos de los nombres con más trayectoria. En la lista de cualquier viajero suelen convertirse en un punto de visita casi ineludible. En la Argentina, Falabella hace 21 años logró reimpulsar el hábito de compra en este tipo de negocios, que en países como Chile, por ejemplo, son un clásico indiscutido. De hecho, la primera tienda Falabella en el país trasandino abrió sus puertas en 1889, y cada uno de los centros comerciales en Santiago, Chile, la incluye entre sus marcas. “En nuestro país fue todo un desafío, porque los argentinos no teníamos un cultura fuerte de compra en tiendas por departamento. Había que
EXPERIENCIAs Delfina Krüsemann
Una propuesta ideal para los fanáticos del voyeurismo doméstico Ansiosa por espiar casas ajenas, una cronista se suma al Open House Buenos Aires cuerpos de tres pisos cada uno (un total de 130 departamentos) con materiales nobles como pisos de pinotea, puertas de roble, escaleras de mármol y herrajes franceses. Un 63% del terreno se destina a espacios comunes: patio de juegos, jardines y arboledas, una sala de teatro, una biblioteca. Inés, una arquitecta que se mudó al barrio hace tres años, se presenta como nuestra guía. Una de las primeras cosas que dice despeja mis dudas: “Acá, como en cualquier grupo humano, hay de todo. Gente que se interesa mucho, poco y nada. Pero somos varios los que buscamos mantener viva la intención del arquitecto”. Al tiempo que comienza a contarnos la historia del lugar, cruzamos la canchita de fútbol para chicos con bancos alrededor que tienen tableros de damas y ajedrez. Me impresiona la burbuja de silencio y paz en la que parece que me sumergí no bien crucé la entrada. Todo está calmo, como detenido en el tiempo. Continuamos el tour. Apuntando con la mano a las pérgolas ubicadas
soledad aznarez
en algunos primeros pisos, Inés confiesa: “Son la envidia de todos”. De repente, oigo una tos seca a través de una persiana. ¿Será uno de los habitantes originales? Inés sigue caminando para mostrarnos el segundo patio, en donde la mayor atracción es una fuente de agua que ahora está vacía. “Acá, hace muchos años, se ponían tablones para que
la orquesta tocara en las noches de fiesta. Ahora, es la pileta de los más chiquitos en el verano”, explica. Varios vecinos se animan a abrirnos las puertas. La primera en invitarnos a pasar a su casa es Lili, una astróloga que vive en una planta baja totalmente reciclada. En tan sólo cinco minutos en su enorme y colorido living, conocemos a su ga-
to negro, nos cuenta acerca de sus hijos y hasta nos invita a pasar al baño porque, aparentemente, es el más espacioso y envidiado de todo el complejo. La segunda parada es en un departamento de tres ambientes ubicado en un tercer piso. En este caso, nos reciben dos hombres, una mujer y una nena rubia. A diferencia de Lili, ellos se quedan callados durante nuestra “invasión”. ¿Será timidez o incomodidad? Salgo con una sensación extrañísima: no sé ni sus nombres, pero sé que tienen una interesante colección de videos VHS, que sus dos gatos rayan la obesidad, que viajaron o viajarán a Cancún (a menos que hayan comprado una guía turística por capricho) y que comen arroz Doble Carolina. Seguimos hacia el departamento de Gustavo, un tres ambientes en un primer piso. Su casa es una explosión de color. Me doy cuenta enseguida de que su hijo (único: hay una sola cama) es fanático de los Transformers y su mujer tiene una excesiva colección de pulseras. Trato de no mirar hacia los estantes de ropa
instalar el hábito, y con los años se fue logrando”, dice a la nacion Soledad Beltrán, subgerente de Compras Damas de Falabella Argentina. En Falabella hay de todo: decoración, tecnología, electrodomésticos, juguetes para niños, perfumería e indumentaria, entre otros rubros. Pero uno de los departamentos donde hoy se concentran los principales desafíos de la tienda es el de indumentaria. La moda tiene cada vez mayor peso en la firma y, no en vano, detrás de cada colección hay un equipo de diseñadores que trabaja todo el año. Viajes a Nueva York, París, Oriente y citas con los diseñadores de primera talla figuran en la agenda de cada temporada. Con Basement a la cabeza, hoy Falabella tiene once marcas de indumentaria propias y, al mismo tiempo, incorpora nuevos corners con firmas de primer nivel, “con la intención de sumar nuevas propuestas que se identifiquen con las aspiraciones de la mujer argentina”, dice Beltrán. Que la experiencia de recorrer la tienda se convierta en un paseo, que se disfrute. Ése es el principal objetivo de las tiendas departamentales en la actualidad. Hay mucha oferta, mucho para ver y elegir. Agudizar los sentidos y enfocar la mirada. Ahí está el secreto.ß
desordenada, como si fuese algo impúdico. Esto es muy distinto a entrar a una casa vacía o preparada para una sesión de fotos: son espacios vividos y vivos, en plena actividad cotidiana, que nosotros interrumpimos con nuestra curiosidad voraz. La visita está por terminar, e Inés nos invita a pasar por el puesto de choripanes que algunos vecinos armaron para la ocasión. Ahí es donde Rosita, la vecina más antigua, de 80 años, arranca un sinfín de anécdotas. Entre ellas, la del teatro que incluyó Bereterbide en el complejo, con telón rojo de terciopelo, camarines y asientos de hierro. Los vecinos no quisieron hacerse cargo y el espacio le quedó al gobierno de la ciudad. “A las mujeres no les gustaba ver a las bailarinas con esos tutús tan chiquitos en el mismo patio que sus maridos…”, se ríe Rosita. Ya se fueron casi todos los visitantes y soy la única extranjera del lugar. Cae el sol y de repente mucha más gente sale a disfrutar de los patios y jardines. Chicos pateando penales, señores paseando a sus perros, amigos tocando “Hey Jude” en la guitarra. No asumo que todo sea color de rosa (quizá se estén quejando del aumento en las expensas), pero sí me maravilla la forma en que un plano dibujado en un papel puede materializarse y crear una realidad en la que la arquitectura influye, de manera determinante, sobre el comportamiento de las personas. Para algunos, esa influencia se manifestará en las ganas de revivir el espíritu de comunidad ideado por Bereterbide. Para otros, no será más que la envidia de que al vecino de al lado le haya tocado la pérgola.ß
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| Sábado 1º de noviembre de 2014
| Sábado 1º de noviembre de 2014
creatividad Sebastián Campanario
La venganza de los nerds. Los mundos de fantasía potencian la innovación Antes estigmatizados como vergonzantes, los juegos de rol hoy se revalorizan como herramienta fundamental para el desarrollo creativo
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é amable con los nerds: es muy probable que termines trabajando para uno de ellos”, dijo una vez Bill Gates. La frase no podría ser más adecuada para describir lo que sucedió en los últimos cuarenta años con los denominados “juegos de rol”, en los que se replican mundos de fantasía armados sobre la base de la imaginación, manuales de reglas y dados de hasta cien caras. Para quienes les dedicaron fines de semanas enteros durante la adolescencia en los 80 y los 90, se trató de una actividad estigmatizada como vergonzante, de joven poco cool que no tiene la posibilidad de salir con chicas. Hoy, cuatro décadas más tarde, muchos de esos jugadores
marcan tendencia en el mundo del entretenimiento o son magnates de Silicon Valley. En esta “venganza de los nerds”, Dungeons & Dragons (Calabozos y Dragones), el juego de rol icónico, lanzado en diciembre de 1974, está siendo revalorizado como una herramienta fundamental para fomentar la creatividad y la capacidad de contar historias. “Todo lo que sé de la vida, en términos de creatividad, lo aprendí de Dungeons & Dragons”, cuenta a la nacion Ethan Gilsdorf, fanático “rolero”, poeta, colaborador de The New York Times y del Boston Globe y autor de Fantasy Freaks and Gaming Geeks: An Epic Quest for Reality Among Role Players. “D&D nos per-
en algún lugar del mundo Juana Libedinsky
La charla familiar en la mesa, ¿sí o no?
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NUEVA YORK
er padre aquí implica leer e ir a charlas sobre innumerables y a menudo contradictorios best sellers de métodos de crianza (¡sea estricto como los chinos!; ¡sea laissez-faire como los franceses!) Y, cada tanto, aun los más escépticos, como esta redactora, tienden a escuchar alguna idea interesante. Por ejemplo, Bruce Feiler, autor de The Secrets of Happy Families, recientemente dio una conferencia en la que reconoció que Tolstoi tenía razón en su célebre comienzo de Anna Karenina: “Todas las familias felices se parecen unas a otras; pero cada familia infeliz tiene un motivo especial para sentirse desgraciada”, al menos en la primera parte. Según nuevos estudios, todas las familias felices efectivamente tienen rasgos en común, y explicó métodos para emularlos. Un punto clave, subrayó, es el vínculo que se genera al compartir una comida. Pero a los americanos biempensantes si hay algo que les da inseguridad versus los europeos es la falta del ritual de la comida to-
dos juntos a la noche. A esto se le achaca desde la obesidad infantil hasta la desintegración familiar. Viviendo en Nueva York, donde los chicos comen típicamente a las seis de la tarde, y los padres no regresan de trabajar hasta tarde, esto es imposible y los llena de culpa. Feiler tranquilizó diciendo que para la familia, el acto de la comida en sí no es tan importante como la conversación que allí se desarrolla. Y que por cada media hora en la mesa, se comprobó que el tiempo promedio de conversación real es de 10 minutos (el resto es “pasame el Ketchup, por favor; sacá los codos de la mesa”). Entonces, sugiere encontrar otros 10 minutos en cualquier momento del día y dedicarlos a una charla entre todos. Otro gran tema es contar la historia de la familia. Siendo EE.UU. un país de inmigrantes y de gente que se reinventa, Feiler encontró estudios que indican que los niños que mejor la conocen tienen más autoestima y una mayor confianza para enfrentar el futuro. Un estudio de la Universidad Emory divide a
mitió crear relatos, aprender acerca del entramado de las buenas historias, sus conflictos, las motivaciones de los personajes y sus desafíos emocionales. Es increíble la cantidad de escritores hoy consagrados, directores de cine y TV, y todo tipo de artistas que ganaron confianza gracias a estos encuentros con amigos en un garaje”, agrega. Gilsdorf conversó sobre este tema con el escritor Junot Díaz, ganador del Pulitzer y profesor de escritura creativa del MIT. En 1981, Díaz cursaba sexto grado en una escuela para familias pobres en Nueva Jersey y se sentía marginado por sus pares. El preadolescente dominicano descubrió un nuevo horizonte gracias a D&D, donde cumplía la misión de Dungeon Master y era el encargado de armar las historias que sus compañeros, en la piel de hobbits, elfos o magos protagonizaban. “Podíamos tener aventuras, triunfar, capturar dragones o ganar batallas de una manera que era imposible en el mundo real”, recordaba el escritor que años más tarde homenajeó a ese mundo en su novela La maravillosa vida breve de Oscar Wao (2007). Wao es un adolescente perdedor, que sueña con convertirse en un “Tolkien domicano” (D&D se basa en los escritos del autor de El Señor de los Anillos) y que, cuando ve a una chica que le gusta, sólo piensa en decirle “te daría un 18 de carisma” (en alusión al puntaje máximo que puede tener un personaje en esta característica). En la Argentina, el pico de furor por los juegos de rol se dio en la década de los 90. “Por entonces, en la Facultad de Ciencias Exactas, un grupo de estudiantes fundó Juegos de Qué, que englobaba otros RPG [Role Playing Games], no solamente D&D”, recuerda el guionista, mago y crítico de cine Sebastián Tabany, en un recreo de su actividad rolera, el fin de semana pasado. “Esos años fueron una explosión en todo el mundo porque TSR [la empresa original que después fue comprada por Wizards of the Coast, que, a su vez, fue comprada por Hasbro] editó en 1989 AD&D 2nd Edition, que fue un éxito descomunal”, dice Tabany. “Originariamente, D&D fue objeto de burla. Se jugaba en los dormitorios de los colegios y se asociaba al período adolescente y nerd de una persona. En los 80, además, D&D formó parte de la movida «satánica» y muchos políticos republicanos lo condenaban junto al heavy metal –sigue el crítico–. Hay dos películas que se refieren tangencialmente a
las narrativas familiares en tres grupos. La ascendente: éramos tan pobres y con esfuerzo mira todo lo que logramos. La descendente: lo teníamos todo y lo perdimos. Pero la que más sirve es la carrera con altibajos, que pasa por contar distintos punto álgidos y fracasos de los antepasados, con un énfasis en la manera en la que se pudieron superar los malos momentos. Para Feiler, el grado de conocimiento de la historia familiar es el mejor indicador individual para predecir el bienestar emocional de los chicos. Feiler también escribió sobre estos temas para The New York Times, y se generó una gran discusión entre los lectores. Respecto del primer punto, muchos señalaron que así como se recomienda reservar un momento especial para la charla cuando no se puede compartir la mesa, se deberían guardar entonces otros momentos específicos para los modales y el enseñarlos con el ejemplo, que es parte natural de la envidiada comida “a la europea”. Más polémico fue el tema de las historias familiares. ¿Qué hacer con los chicos adoptados? Y con historias que mucha gente ha hecho un gran esfuerzo por dejar atrás: ¿vale la pena reabrir viejas heridas? ¿Y cómo hacerlas aptas para niños? Por suerte, hubo un tercer consejo fácil de aplicar, que difícilmente traiga conflicto y promete tener efectos inmediatos: cuando uno va a discutir en la familia, hay que poner almohadones mullidos en las sillas. Según una serie de estudios, cuando uno está sentado sobre superficies rígidas, tiende a ser más duro.ß
El periodista Ethan Gilsdorf, fanático de Dungeons & Dragons
En la Argentina, el furor por los juegos de rol se dio en la década de los 90 Dungeons & Dragons sentó las bases de la industria moderna del videogame Las lecciones de las cosmovisiones e fantasía son invalorables para la creatividad este estigma: Mazes and Monsters con Tom Hanks, en la que el actor se aliena por jugar y se vuelve loco, y Pesadilla 3, en la que juegan D&D en un psiquiátrico.” En el “rescate emotivo «rolero»” participan infinidad de famosos. Desde el actor Vin Diesel hasta Mike Myers, pasando por Judy Dench, Daryl Hanna, el fallecido Robin Williamns, Ben Afflec, Billy Cristal, Emilio Estevez, Matt Damon, Kevin Smith o los integrantes de las ban-
das Metallica y Alice Cooper. También Matt Groening (creador de Los Simpsons), Jimmy Wales (de Wikipedia) y Stephen King. Los nerds de antaño hoy dominan el mundo. Para Gilsdorf, D&D no solamente inauguró una nueva categoría de entretenimiento (los juegos de rol), sino que también sentó las bases argumentales de la industria moderna del videogame, que hoy factura más que el cine. Tanto Halo como Call of Duty, entre muchos otros videojuegos, son deudores de D&D. Pero además, dice Gilsdorf, las lecciones de estas cosmovisiones de fantasía para la creatividad y la innovación son invalorables: b La imaginación al poder: los juegos de rol promueven en chicos y adolescentes la curiosidad, la creatividad y las ganas de aprender. “Mis años como «rolero» me volvieron una persona ávida para saber más sobre historia, sociología, geología, arquitectura, estadística, física y decenas de otras disciplinas. Para jugar al D&D se requiere que uno tenga dosis de buen escritor, actor, negociador, investigador e improvisador”, cuenta el poeta y periodista. b Fuera de la caja: incentivan el pensamiento creativo para lograr soluciones a problemas difíciles. ¿Cómo quitarle información a un hobbit borracho en una taberna? ¿Cuál es el mejor camino para derrotar a un hechicero en su guarida? b La diversidad paga: así como las
ideas y personas Julieta Sopeña
Puertas abiertas en el bajo de San Isidro
U
n barrio de casas bajas y simpáticas. De pastizales y otras enredaderas, entremezclados con algunas mesitas en la vereda, y, muy a menudo, el casi imperceptible –pero placentero– sonido a bicicletas. El río a un costado, las vías del tren al otro. No más de treinta cuadras de largo que aún conservan ese no sé qué pueblerino. Así podría uno definir el bajo de San Isidro, en cualquier día normal. Pero si usted lo frecuenta hoy, sábado, lo percibirá en un mayor esplendor. Porque allí sucede, desde el fin de semana anterior y hasta mañana, Puertas Abiertas. Se trata de un recorrido por las casas y talleres de artistas y galerías ubicados en la zona. Aunque en realidad, hoy se parece más a una grandísima celebración. La iniciativa nació en 2007, de la mano de María Massa y el artista plástico Sebastián Boado Montero –para ese entonces eran marido y mujer–. “Nos instalamos en el bajo de San Isidro después de
vivir dos años en Brasil, a bordo de un velero”, me contó María. “El trabajaba mucho en la calle porque su obra era gigantesca, muy difícil de exponer. De esa situación personal, nació mi inquietud por que los demás artistas también expusieran sus
Un recorrido único por las casas y talleres de los artistas de la zona trabajos en forma abierta, mostrando sus procesos, sus horas de esfuerzo.” En definitiva, su intimidad sin intermediarios. En un mes estaba lanzando la primera edición de Puertas Abiertas con 17 talleres. Hoy participan más de 70, entre galerías, artistas y restaurantes. María no tenía experiencia en gestión cultural. “Todos mis trabajos habían sido corporativos”, admitió. Pero aseguró
M.A. Guillette / e. Gilsdorf
agencias de innovación hoy integran en sus planteles a empleados de todas las disciplinas, perfiles y nacionalidades, una “compañía” de aventureros llegará más lejos cuanto más diversos sean sus integrantes. No importa que no se lleven del todo bien: se sabe que los elfos odian a los enanos, pero a la hora de pelear contra el enemigo sus habilidades serán complementarias. b Todos para uno: el trabajo en equipo es fundamental para lograr los objetivos. Empatizar con el otro y negociar son aptitudes obligadas. Por todas estas facetas, Gilsdorf cree que los juegos de rol no sólo son útiles para trabajadores de industrias creativas, sino también para abogados, políticos, científicos u hombres de negocios. En la Argentina, pequeños grupos de jugadores se siguen encontrando los fines de semana alrededor de mesas con mapas, dados poco convencionales y manuales de reglas para recrear mundos imaginarios. En un puente intergeneracional, aficionados de cuarenta y pico inician a hijos y sobrinos en edad de escuela primaria en los rudimentos de la pasión “rolera”. Más lejos de la iPad, y más cerca de la fantasía y el placer lúdico. En una oda a la amistad como la que tan bien representaron Sam y Frodo en El Señor de los Anillos.ß
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que siempre supo que el proyecto iba a generar gran impacto. El año pasado lo visitaron más de 30.000 personas. Un 70 por ciento oriundos de San Isidro, pero un significativo 30 por ciento de otras zonas de Buenos Aires. “Fue un largo proceso. Tuve que educar a los artistas, convencerlos de que se animen a exponer su vida privada, y también a la gente común, que a veces siente pudor de entrometerse. En una de las primeras ediciones, me acuerdo que salí del cuarto de mi hijo y vi gente en mi living. “En vez de sorprenderme, me pareció muy divertido.” Es curioso: además de deambular entre esculturas, pintura, cerámica, grabado a fotografía, uno también puede encontrarse con un vecino que aprovecha para vender sus muebles viejos. “Hay muchas situaciones espontáneas, de gente que no está en el programa y que yo ni conozco”, explicó María. Y definió Puertas Abiertas como un paréntesis a nuestra época, donde todo sucede en la calle, sin signos de inseguridad y, especialmente, donde reina la cooperación. Entonces, reformulo la descripción del bajo de San Isidro, válida hasta este fin de semana: un trencito de la alegría transporta visitantes. Otros, a pie, recorren errantes el barrio. Hay quienes siguen meticulosamente un mapa que describe la ubicación de los distintos talleres y ateliers. De fondo, distintos tipos de música. Algún violín en vivo. Encuentros, mucho color y otras mixturas. ß