CARPETA DE APRENDIZAJE (PORTAFOLIO)
La carpeta de aprendizaje es una estrategia formativa que podemos utilizar en el módulo de “La práctica docente e investigación” para articular el aprendizaje de nuestros alumnos. A la vez que nos sirve como herramienta de trabajo para la reflexión, se puede convertir en una estrategia de evaluación. Es el eje que permite articular las actividades que los estudiantes tienen que ir realizando durante el módulo en sus diferentes etapas. Incluso puede ser de gran interés integrar las diferentes fases las que se realizan en el Instituto y las que son in situ. Esto les permitiría a los estudiantes en prácticas ser conscientes de su desarrollo durante el período de formación. También les permite vivenciar una estrategia que pueden utilizar en la formación continua y con sus propios alumnos. Además de ser una estrategia didáctica, la carpeta de aprendizaje será el medio a través del cuál los alumnos demostrarán lo que han aprendido durante el desarrollo de los módulos. Como esta área tiene carácter transversal se debería reflejar la evolución de los aprendizajes durante los diferentes períodos y fases de la práctica docente. Es decir que la carpeta de aprendiza se convierte en una estrategia de autoevaluación y evaluación. De autoevaluación porque el propio alumnado puede realizar un juicio crítico de su trabajo y analizar la evolución en su desarrollo personal y formativo. De evaluación porque permite a los profesores realizar un seguimiento de las capacidades adquiridas por los alumnos. Para que esto pueda darse, es necesario que el profesorado y los alumnos conviertan las carpetas docentes en un “acto teórico”, es decir, realicen un análisis y un metanálisis a través del cual vayan construyendo una imagen docente, conozcan sus preconcepciones e ideas previas, reflexionen sobre sus actitudes, detecten sus potencialidades, identifiquen sus necesidades de formación y los aspectos que necesitan profundizar. En muchos casos, el resultado de este análisis supondrá desaprender, cuestionar lo que hacemos habitualmente y preguntarnos el por qué lo hacemos. Lo que se incluya y documente en la carpeta de aprendizaje tiene que servir de base para la reflexión y el aprendizaje de habilidades necesarias para que ésta se produzca. Esta reflexión, no sólo se restringe al ámbito pedagógico sino que aparece la necesidad de contextualizar la práctica en el marco institucional en el que desempeña la docencia, lo que conlleva ampliar el análisis teniendo en cuenta los determinantes sociales, políticos e ideológicos que determinan la práctica educativa. Sin duda, que toda estas actividades de reflexión y sistematización suponen tiempo. Un tiempo de lectura, de recogida de información, de indagación, de análisis, de debate, de reflexión. Un tiempo para sistematizar por escrito nuestras reflexiones, es decir, para producir una documentación escrita. Esto debemos tenerlo en cuenta para dar a los alumnos la oportunidad de tener ese tiempo dedicado a la carpeta de aprendizaje. Lo que debemos tener en cuenta es que no se trata de una exhibición o recopilación de trabajos, es importante seguir una serie de fases interrelacionadas recordando siempre que tienen un carácter cíclico que permiten ir profundizando, completando y reconstruyendo nuestro aprendizaje a lo largo de todos los módulos.
Las carpetas de aprendizaje tienen un carácter netamente procesual. Tendremos que analizar muy bien cuáles serán las dimensiones y apartados de la misma y explicitar además los criterios de evaluación. Por ejemplo, podemos pensar en cuestiones tales como:
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La inclusión de las producciones individuales y grupales de los participantes a través de la resolución de actividades que se vayan realizando (diarios, entrevistas, notas de campo) de reflexiones sobre diferentes temas y prácticas (resultado de seminarios, jornadas, estudios de casos biografías, estudios de casos) indagaciones y búsquedas bibliográficas, programaciones etc... Las entrevistas, diálogos, reuniones con los tutores del Instituto y de los centros, de los otros compañeros para reflexionar sobre los trabajos escritos, realizar la devolución de correcciones, orientaciones, sugerencias, etc.... La finalidad principal de esta fase de diálogo es guiar la reflexión a cerca de los por qué, y para qué. Es decir, profundizar en el saber sobre el hacer. El trabajo en pequeños grupos para estimular la colaboración, el debate entre los compañeros y también para avanzar hacia la elaboración conjunta de algunas tareas. Las discusiones grupales ayudan a los estudiantes a comprender diferentes perspectivas, a respetar las diferencias y a comprender que situaciones complejas y diversas exigen también respuestas complejas. La presentación de la carpeta de aprendizaje al finalizar cada periodo de formación con el enriquecimiento de las aportaciones y reestructuraciones realizadas durante todo el proceso de elaboración.
Esta estrategia otorga un rol protagónico a la persona que se encuentra en proceso de formación. Parte de reconocer su papel activo en la selección de las cuestiones a incluir en la Carpeta, en la reflexión y en el análisis de los documentos o trabajos presentados. Por ello, tiene un carácter abierto que permite al estudiante incluir o suprimir, documentación, añadir nuevas ideas o cuestiones según la reconstrucción del aprendizaje y priorizar trabajos. También al hacerlas públicas entre su grupo de trabajo y compañeros contribuye al aprendizaje crítico. Las carpetas docentes, de aprendizaje o portafolios han realizado importantes contribuciones a los Programas de Formación Docente inicial y permanente y se ha convertido en una estrategia innovadora de formación. Sin embargo, su dimensión más desarrollada ha sido para procesos de evaluación y acreditación del profesorado. En nuestro caso, me interesa destacar su dimensión educativa y, en ese sentido, sus contribuciones a la formación del profesorado: -
Comprometer al alumno/profesor en su propio proceso formativo otorgándole un rol activo. Vincular la teoría y la práctica Partir de un conocimiento experiencial haciendo hincapié en la descripción y análisis de las propias creencias. Alcanzar un aprendizaje relevante mediante la reconstrucción de ese conocimiento experiencial a través del contraste con el conocimiento académico. Fomentar la reflexión, la indagación y la autonomía.
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Generar habilidades para el cuestionamiento de las finalidades y los principios de procedimiento que guían su práctica. Favorecer el debate y la colaboración no sólo entre profesor y alumnos sino entre alumnos. Ello lleva a traspasar las fronteras del aprendizaje como acto privado para convertirlo en un acto público.
En definitiva, las carpetas de aprendizaje se convierten en una estrategia didáctica que permite a las personas en formación una mejora de sus procesos de aprendizaje a través de la indagación y el cuestionamiento personal, la deliberación, el diálogo y la escritura reflexiva.
Para ampliar información:
CANO, E. E IMBERNON, F. (2003). La carpeta docente como instrumento de desarrollo profesional del profesor universitario. Revista Interuniversitaria de Formación del Profesorado, 17 (2). 43-51 LYONS, N. (comp.). (1999). El uso del portafolio. Buenos Aires: Amorrortu. MARGALEF, L. (1997). Nuevas tendencias en evaluación: Propuestas metodológicas alternativas. Bordón, Vol. 49, 2, 131-136. MARGALEF, L. (2004). Enseñar/Aprender. Profesores y alumnos que transforman sus contextos educativos. Actas Tercer Congreso Internacional Docencia universitaria e innovación.