MAYO 1, 2014
EL PREGONERO 3
REFLEXIONES
COLUMNA DEL EDITOR
Camino a un pueblo llamado Emaús L
Cambio climático y seguridad
En estos momentos de la historia estamos viviendo tiempos difíciles, lo cual no quiere decir que no haya habido en el pasado situaciones semejantes. La gran pena de estos tiempos difíciles, además del dolor y sufrimiento, es que hoy tenemos tantos medios para evitar el caos y la desesperación de mucha gente. La ciencia y la tecnología que pueden ser usadas para el bien de la humanidad, parece que tienen otro uso y la gente sigue siendo aguijoneada por el mal uso de las mismas, y como consecuencia muchos entran en ese estado de ánimo que llamamos desesperación, depresión, estrés. La página evangélica que hoy nos ofrece la sagrada liturgia nos debe hacer pensar y mucho. Nos relata ese primer día de Jesús Resucitado. Dos de sus discípulos dejan la ciudad de Jerusalén y se 58p REFLEXIONES van camino de un pueblo llamado Emaús. Si les mi» Hch 2,14.22-28 ramos las caras, reflejan lo » Sal 15 que sienten: desánimo, » 1 Pe 1,17-21 desilusión, fracaso. » Lc 24,13-35 Habían seguido a Jesús, le creían el Mesías, habían aguantado tres días sin Él, pero ya era demasiado, las promesas que les había hecho no se habían cumplido. Sí es verdad que algunas mujeres les habían contado que Jesús ya no estaba en la tumba, que unos ángeles les habían asegurado que Jesús estaba vivo, pero…ellos no lo habían visto, y por eso se iban, y se iban desilusionados, con el ánimo por los suelos. Es muy posible que algunos, tal vez muchos de nosotros, nos hallamos visto en una situación semejante por todas esas cosas que nos pasan, por no avanzar en nuestra vida espiritual, porque mirando a nuestro futuro no lo vemos muy claro, porque la enfermedad nos ha visitado, porque la familia no resulta como la habíamos soñado, etcétera. Esos dos discípulos, se alejáron no solamente de lo que habían vivido, sino también de lo que habían soñado. Y aquí viene lo mejor, Jesús que se coloca al lado de ellos y les empieza a hablar, primero con un suave reproche, y después con una explicación de que todo lo acontecido en esos días había sido anunciado, insistiendo en la necesidad de lo sucedido. Nosotros a veces nos alejamos, pero Jesús siempre nos busca, se nos acerca, nos llama la atención y se queda con nosotros. Esta es la oración que debemos decir siempre, especialmente, cuando estamos desorientados y nos sentimos desconsolados: “Quédate con nosotros”. ¿Cuáles son los beneficios? Estar junto a Jesús que para eso hemos sido llamados (Mc 3,13). Cuando estamos cerca de Él y especialmente
Mons. Francisco González, SF cuando le escuchamos, nuestros desánimos desaparecen, y como los dos discípulos confiesan que sus “corazones ardían escuchando su palabra”, y es que Jesús verdaderamente tiene “palabras de vida eterna”. Al escuchar la Palabra se nos disipan las dudas, comprendemos el mensaje, hay un profundo cambio en nuestro corazón, y nuestro abatimiento se convierte en esperanza, las nubes desaparecen y brilla un sol que nos ilumina, y hace que ardamos en el fuego del amor de Cristo. Hay otro punto que creo nos debe hacer pensar. Cuando Jesús se sienta a la mesa con ellos, nos dice el evangelio: “Tomó el pan, pronunció la bendición, lo partió y se los dio. A ellos se les abrieron los ojos y le reconocieron”. Por unos momentos los dos discípulos estaban encantados con este buen hombre que se les había acercado. Era todo un sabio pues conocía las Escrituras, hablaba con convicción, lo aceptaron como compañero con gusto, hasta al punto que cuando hizo el intento de seguir adelante cuando ellos dos habían llegado a su destino, le invitaron a quedarse, y no solamente porque se hacía de noche y viajar de noche por aquellos caminos podía ser peligroso. Le invitaron porque se sentían muy a gusto con Él. Sin embargo solamente lo reconocen “al partir el pan”, al partir ese pan bendecido, esa Eucaristía, ese Cuerpo del Señor. ¿Por qué hoy en día, a pesar de todo lo bueno que hay en la comunidad de fe, en esa comunidad de seguidores de Jesús, hay mucha gente que se marcha, hay mucha gente que se desilusiona, hay mucha gente que se seculariza, hay mucha gente que se mofa, hay mucha gente que critica? Es posible que nosotros no hayamos decidido partirnos por los demás, tal vez no sepamos o no queramos lavar los pies de algunos que no nos gustan, es posible que sigamos adorando ese diosito que yo me creo ser. El día que nos decidamos a dar la vida por el hermano/a, a partirnos por ellos/as, ese día muchos reconocerán a Cristo, muchos volverán, pues la sangre de mártires, incruentos incluidos, es semilla de cristianos. ¿No nos ardía nuestro corazón mientas nos hablaba por el camino? Quédate con nosotros Señor, sin ti la vida es un constante anochecer.
Oración… cuando estamos desorientados y nos sentimos desconsolados: “Quédate con nosotros”
a capacidad de destrucción del ‘poder atómico’ surgido en el ocaso de la II Guerra estableció de facto un nuevo orden bélico mundial. Hoy, el impacto del cambio climático está paulatinamente demarcando un nuevo orden mundial. Mas, a diferencia de la II Guerra, las amenazas que se ciernen sobre nuestro presente y futuro son el resultado de nuestros éxitos, de todo aquello que nos hizo prósperos. Ergo, los avances tecnológicos cambiaron y mejoraron sustancialmente nuestros estándares de vida, pero también crearon, paradójicamente, el problema del cambio climático que viene sufriendo el planeta debido a la masiva polución que acarrea la insaciable voracidad y necesidad de energía de los países industrializados. Los tratados por contener y reducir la polución poco han hecho al respecto, dejando en claro que, por sí solos, no solucionarán el problema de fondo si es que, primero, no se da un cambio fundamental en el modo cómo hoy vivimos. Por eso es que las Naciones Unidas ha incluido –en su agenda– al cambio climático como un tema prioritario de seguridad mundial. En el Ártico, comunidades enteras vienen desapareciendo o transformando radicalmente sus vidas y, en muchos lugares, la migración es una inevitable adaptación al cambio climático. Los hechos muestran que se encuentran más en peligro los que no se mueven, que los que emigran. La adaptación crea oportunidades para el cambio, mas también tiene limitaciones que se expresan en la agravación de los conflictos. Abordar el cambio climático desde una perspectiva costobeneficio no han ayudado a mitigar el problema en los últimos 20 años. Otra visión dice que si cuantificaramos el problema en función de los riesgos que acarrean los eventos que nos impactan estaríamos más seguros. En otras palabras, si abordáramos el problema como un tema de seguridad colectiva se tendría una mayor influencia, como sucede –por ejemplo– cuando cuantificamos y presupuestamos
Rafael Roncal anualmente la limpieza de la nieve y el mantenimiento de las autopistas. Crear una red, un sistema mundial abocado al cambio climático, es totalmente diferente a socializar unos con otros, como ocurre con los tratados donde se invierte mucho tiempo y se obtienen magros resultados porque la agenda está siempre en función de ‘quien’ habla. En ese sentido, tenemos la gran responsabilidad de informar y educar a nuetras comunidades sobre los efectos e implicancias del cambio climático en la cotidiana normalidad de sus vidas: como sucede en el Ártico y en muchas partes menos documentadas donde comunidades enteras emigran debido a las continuas sequías e inundaciones lo que ocasiona un problema mundial de seguridad alimentaria. El cambio climático está cambiando los niveles de producción y afectando el acceso a los alimentos, amén de incrementar sus precios al afectar al campo y a la geografía de la agricultura. Una consecuencia insospechada: cuando se cambia la geografía de la producción se tiene que cambiar inevitablemente la tecnología lo que implica mayores costos. Más aún, si a ello sumamos el cambio del consumo estacional de la población tendremos un problema de seguridad alimentaria de proporciones bíblicas. Solo a través de una toma de conciencia colectiva podremos tomar decisiones en nuestras comunidades que influyan en los gobiernos locales y nacionales sobre qué hacer para prevenir o adaptarse a los efectos de los cambios climáticos. En caso contrario, esos efectos se agudizarán y crearán millones de refugiados. En suma, una ‘guerra mundial’ extendida.
MAYO 15, 2014
EL PREGONERO 3
REFLEXIONES
COLUMNA DEL EDITOR
Luchemos por la justicia, si queremos la paz
E
stamos en el Quinto Domingo de Pascua. Tomando la primera lectura (Hech. 6,1-7) y comparando un poco la situación de aquellos días y ahora, da la impresión que la historia se repite como si la cosa no hubiera cambiado mucho. Son los comienzos de la Iglesia y ya empiezan a surgir pequeños resquicios en la unidad de la comunidad. Aquella maravillosa relación, descrita en el segundo capítulo de los Hechos, está cambiando: “Algunas viudas (las que pertenecen al grupo de los helenistas, o sea, los de afuera) no reciben la misma ayuda que las de los hebreos”. Como dice un buen amigo mío, “siempre ha habido clases”, y aunque todos somos iguales, parece ser que hay “quienes son más iguales que otros”. Los apóstoles piden ayuda pues no pueden lle58p REFLEXIONES gar a todo. La comunidad responde presentando a » Hech. 6,1-7 siete varones de “buena » Sal 32 fama, llenos del espíritu » 1 Pe. 2,4-9 de sabiduría, de fe y del » Jn. 14,1-12 Espíritu Santo” y así un problema serio que puede afectar profundamente a la comunidad cristiana, se resuelve con la participación de todos y la Iglesia se ve bendecida con la llegada de muchos. ¿Qué puedo hacer para que, por lo menos en la comunidad de fe, dejen de haber privilegios que discriminan y atentan contra la dignidad del pobre, del humilde, del inmigrante? Pablo VI, en su encíclica Populorum Progressio, nos dijo que si queríamos paz lucháramos por la justicia. La paz, hermanos, solo se escribe con la tinta indeleble de la justicia. Nuestro primer recurso para lograr la paz debe ser el diálogo de forma profunda, sin condenas ni exclusiones. Cada uno, en nuestro propio entorno puede empezar a ser la diferencia. Aunque parezca difícil, no podemos dejar de intentarlo. El evangelio (Jn. 14,1-12) nos narra otra enseñanza de Jesús. Se nos presenta en una situación de ir y de volver, de despedida y re-encuentro que exige fe y esperanza. Una situación que muchos inmigrantes tal vez la comprendan muy bien: tratar de convencer al resto de la familia que su salida hacia un país extraño es necesaria para mejorar la situación de todos y que cuando tenga todo lo necesario volverá para llevárselos consigo. En el caso de Jesús el lugar, la casa, es una persona: El Padre. El camino que lleva hasta Él, tam-
Mons. Francisco González, SF bién es una persona: Jesús mismo, quien se define como “el Camino, la Verdad y la Vida”. El domingo pasado se declaraba como “la Puerta para las ovejas”. Más y más, según vamos leyendo las lecturas que la liturgia nos presenta cada domingo de Pascua, podemos ver que Jesús es el todo para nosotros. La Palabra-Eucaristía que celebramos semanalmente nos debe confrontar con la vida. La Palabra-Eucaristía nos llama a una comunión, aún en medio de la diversidad que somos y representamos. Esta comunión significa la fraternidad humana, que nos dice que no podemos separar nuestra fe de nuestra vida ordinaria: vivimos en el mundo, pero no somos del mundo sino de Dios. Por la comunión con Jesús en la Palabra y Eucaristía recibimos la vida eterna, Jesús es la fuente íntima de mi ser y actuar. A la Madre Teresa de Calcuta le preguntaron en una ocasión por qué hizo lo que hizo, y simplemente dijo 'por Jesús'. Nuestra relación con Él debe ser muy personal: ‘Uno por uno’ somos guiados por Él. No somos extraños, Él nos llama por nuestro nombre. Como ha sugerido uno de los ‘Tweet’ del papa Francisco esta semana: “Leamos el Evangelio, un poco todos los días. Así aprenderemos a vivir lo esencial: el amor y la misericordia”. Dios nos habla en la oración y esa oración nos ayuda a mantener nuestra convicción y conocer mejor a su hijo: Jesús. San Pedro en la segunda lectura (1 Pe. 2,4-9) nos habla de que debemos convertirnos en constructores, porque “somos piedras vivas con las que se construye el Templo espiritual destinado al culto perfecto”. La comunión con Cristo nos eleva, nos hace “raza elegida, reino de sacerdotes, nación consagrada” y esto es de todos y para todos. Creo que sería extraordinario aceptar como reto la frase de Jesús en el evangelio de hoy cuando dice a Felipe: “El que me ha visto a mí ha visto al Padre”, y cambiándola un poco pudiéramos los miembros de la Iglesia decir todos juntos, incluidos laicos, religiosos/as y clérigos/obispos: “quien nos ve a nosotros, ve a Jesucristo”. No es exageración esperar todo eso, pues al fin y al cabo ¿no es la Iglesia (todos) el cuerpo de Cristo?
“La Palabra-Eucaristía nos llama a una comunión, aún en medio de la diversidad que somos y representamos”.
Sanciones para el racismo
E
n una reciente conversación con jóvenes estudiantes, de la generación del milenio, sobre los comentarios racistas del dueño de los ángeles Clippers, sostuvieron que el racismo es hoy un anacronismo y que –al igual que la esclavitud– es un pecado de otro tiempo. Cierto es que la esclavitud es un crimen de otro tiempo, así como la segregación racial fue también una institución legal y hoy proscrita. Sin embargo, ello no implica, ni garantiza, que el racismo haya sido erradicado o desaparecido, por arte de birlibirloque, de la mente y los corazones de la gente. Sin ir muy lejos, la industria cinematográfica cuando aborda el tema del racismo continúa haciéndolo de manera alegórica, en sentido figurativo, perpetuando la ‘consoladora idea’ de que erradicar el racismo es un simple tema personal de purgar nuestros estereotipos o prejuicios negativos. Ese tipo de films, rara vez interpelan al público el por qué esos censurables ‘hábitos raciales’ están tan arraigados en nuestra sociedad. Al no hacerlo, tácitamente, otorgan a una particular audiencia –caucásica por lo general–un sinfín de ventajas – como sucedió antaño– en casi todo, desde la vivienda hasta el empleo, amén del positivo perfil racial que le permite gozar de facilidades y acceso libre a casi todo. En lugar de confrontar el pernicioso legado de esa otrora discriminación oficial, la audiencia –con el corazón arteriosclerótico por los estereotipos– ve reforzado sus prejuicios raciales con los films ‘hollywoodenses’ donde los afroamericanos, por ejemplo, son confinados casi siempre a las comedias y dramas urbanos, mientras que la experiencia caucásica se representa en una amplia variedad de géneros, historias y caracteres. El tema es también sombrío en el caso de los hispanos. En su libro ‘Desigualdad Racial sin Racismo’, Nancy DiTomaso explica cómo los caucásicos que tienen mejores trabajos, mayores salarios y un mejor estatus, tienen la tendencia a ayudar a las personas que conocen, pero más frecuente-
Rafael Roncal mente a otros grupos étnicos. En suma, las disparidades en los ingresos y un mejor estatus están menos ancladas, hoy, en la discriminación o el prejuicio racial que en los “favoritismos a grupos” que son mucho más difíciles de cuantificar y erradicar. A pesar de ello, mucha gente, especialmente caucásica, no cae en la cuenta de que la persistencia estructural de los privilegios trae consigo un aumento de las disparidades. Según estimados, la riqueza acumulada de personas caucásicas es seis veces más –en forma de la plusvalía de la casa, ahorros y cuentas de retiro– que la de los afroamericanos. Esa discrepancia no se explica –por sí solo– por un sabio manejo financiero o por la mera suerte, sino por el legado, ahora illegal, de las prácticas discriminatorias en vivienda, educación y empleo que afianzó y amplió la brecha entre hispanos no caucásicos y las minorías. La idea de que uno se beneficia a expensas de otro es por demás mortificante; mas, es importante tener claro que uno puede beneficiarse de un privilegio aun así no lo hubiéramos solicitado explícitamente. Al final de cuentas, el último de los privilegios es quizá el de no estar consciente de ello. El guante lanzado por los jóvenes del milenio, y por el generalizado rechazo público a los comentarios racistas del dueño del citado equipo de basquetbol es, pues, crear carácteres que trasciendan la polarización y las inveteradas percepciones raciales, que juntos podemos superar si llamamos a las cosas por su nombre y actuamos con justicia e imparcialidad, honrando las ideas fundacionales de nuestra nación: libertad e igualdad de oportunidades para todos.
MAYO 29, 2014
EL PREGONERO 3
REFLEXIONES
COLUMNA DEL EDITOR
La belleza de la unidad
E
Este domingo celebramos una de las grandes fiestas litúrgicas del año: La Ascensión del Señor, de su retorno a los cielos para "sentarse a la derecha de Dios Padre". El que había bajado y se había humillado, ahora vuelve a su puesto original y lo hace con toda la gloria y poderío. Es el final de algo temporal y el comienzo de una era definitiva. El evangelio que hoy leemos es el capítulo final y la Gran Comisión. El último capítulo del evangelio de Mateo especifica el llamado a todos los discípulos de Cristo: "Por tanto, id y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, 58p REFLEXIONES hasta el fin del mundo (Mt 28,19-20). Esta es la » Hech. 1,1-11 misión de todos los cris» Sal 46 tianos que tienen un com» Ef. 1,17-23 promiso fiel con » Mt 28, 19. 20 Jesucristo. El predicar las Buenas Nuevas de Jesucristo al mundo y enseñar las lecciones que Él manda. ¿Cómo proclamamos la Buena Noticia de Jesús? Ante todo y sobre todo cumpliendo el deseo formal de Jesús que encontramos en la primera lectura: "Seréis mis testigos". Testigo viene del griego martys. El testigo inconquistable es el que está dispuesto a testificar con su vida y por eso el verdadero cristiano predica la Buena Noticia de Jesús con la propia vida, con su comportamiento, en su vivencia diaria, en la forma de actuar ante la vida, en relación a los demás, en su trato con Dios. En este sentido los movimientos eclesiásticos están ayudando mucho a su Iglesia evangelizando el pueblo de Dios, llevando la Buena Noticia, por doquier. El papa Francisco en su primera misa de Pentecostés frente a distintos movimientos eclesiásticos que se hicieron presentes en la Plaza de San Pedro, declaró que ha experimentado con ellos "la belleza de la unidad, de ser una sola cosa", gracias al Espíritu Santo que crea siempre nuevamente "la unidad de la Iglesia". Él pidió a los movimientos que fueran valientes y se dejen guiar por Jesús. Por eso San Pablo al hablarnos de los dones y carismas que el Espíritu nos da, nos recuerda que todo
Mons. Francisco González, SF lo que recibimos debe estar dirigido al bien común, no a la propia Gloria. Imitamos el estilo de Jesús que hasta en los últimos momentos de su vida toda su preocupación fue Dios, a quien encomendó su espíritu, y los seres humanos, por quienes ofreció toda su vida. Un hecho muy bien expresado en una frase con la que hace poco me encontré: "Mientras Jesús estaba en la cruz, tú estabas en su corazón". ¿Cómo recibimos ese mandato del Señor en nuestros días? Nosotros, los discípulos y seguidores de Jesús: ¿Nos distinguimos de alguna forma de los que no lo son? ¿Cuáles son nuestras actitudes ante el dinero, el poder, el sexo, el hambre, la violencia, la pobreza, la inmigración, la ciencia, la vida, la muerte, la ecología, etcétera? ¿Somos verdaderamente creyentes? En esta misma línea se expresaba Tomás de Kempis en su librito "La Imitación de Cristo": "No digas que eres cristiano, deja que lo descubran en tu vida". Jesús encargó la predicación del evangelio a unas personas que observados desde la mirilla humana, no daban muchas esperanzas. Eran ellos un grupo que no había dado grandes esperanzas de futuro: Le habían traicionado, abandonado, negado. Jesús, que ve donde nosotros no podemos penetrar, se fijó en el corazón de aquellos que Él después de la Resurrección llamaba hermanos. Le habían traicionado, sí. Le habían negado, sí. Le habían abandonado, sí, pero lo más importante es que habían regresado, ahora habían dejado de pensar en sí mismos y tenían su mirada y corazón puestos en el Señor, por eso el Buen Jesús les dio la misión de continuar su obra, y él podía regresar al Padre y sentarse en el puesto que desde toda la eternidad le correspondía. Recordemos, como muy bien dice Javier Prat Cambra en uno de sus dibujos: "La ascensión a los cielos pasa por el descenso a los enfermos, los marginados, los empobrecidos", en otras palabras, en la imitación de Cristo.
"No digas que eres cristiano, deja que lo descubran en tu vida".
Sesenta años después…
E
n 1954, la Corte Suprema de EEUU declaró inconstitucional la segregación en las escuelas públicas de la nación, cuyo impacto inmediato dio paso al desmantelamiento de la separación racial en todos los lugares públicos: buses, trenes, baños, tiendas y restaurantes, e insufló de energía y renovados esfuerzos a los manifestantes y defensores de los derechos civiles, quienes por primera vez, en más de una centuria, encontraron a las Cortes federales a su favor. Antes de la decisión de Brown vs. Topeka Board of Education, la segregación en las escuelas no solo era legal, sino que en muchos lugares solo había escuelas para niños caucásicos, mas después de Brown v. Board muchas municipalidades fueron forzadas a brindar educación secundaria, por primera vez, a jóvenes afroamericanos y de otros grupos étnicos, abriendo las puertas a la inmigración de un significativo número de hispanos, asiáticos, caribeños y africanos, obligando al Congreso a cambiar sus políticas inmigratorias de discriminación racial. Ese histórico cambio –que no fue nada fácil– continúa siendo un ideal por el cual seguir bregando: los actuales niveles de segregación son similares a los de hace 40 años debido a la emigración –en los años 70– de la población caucásica de clase media a zonas más pudientes lo que debilitó la recaudación de impuestos de las ciudades y aisló a las escuelas con población estudiantil afroamericana afectadas por la falta de recursos. Las cortes federales no pueden ordenar que las escuelas tengan igualdad de fondos porque no hay un derecho constitucional a la educación. Antes de Brown vs. Board, los mexicoamericanos fueron, en la praxis y por la ley, segregados en California, Arizona, Texas y Colorado, con la justificación de que eran hispano hablantes, algo similar sucedió con los asiáticos y los nativos americanos. En ese contexto, nació la Acción Afirmativa, a fines de los años 60, para dar oportunidades educativas a la gente de color a quienes por más de 200 años se les negó oportunidades y se les excluyó sistemáticamente de las instituciones. Mas desde 1977, a la fecha, la Corte Suprema viene limitando la Acción Afirmativa haciendo inoperante los esfuerzos de la gran mayoría de colleges y universidades públicas de ofrecer equitativas oportunidades educa-
Rafael Roncal tivas. A ello se suma una nueva preocupación: la urgente necesidad de revisar a conciencia el tema de la segregación en la vivienda que –para la mayoría de reportes sobre el tema– es la causa fundamental de la separación y la desigualdad en la educación. La segregación en la vivienda paraliza y desalienta a las minorías a mudarse a zonas urbanas –de mayoría caucásica– donde las escuelas públicas tienen más recursos y mejores profesores. El lugar donde uno escoja vivir y la comunidad a la que uno quiera llamar hogar está, pues, fuera del alcance de Brown. Según el Departmento de Educación, entre 1968 y el 2011, las escuelas públicas experimentaron un dramático cambio: la población estudiantil hispana creció en un 500 por ciento, mientras que el de los estudiantes afroamericanos y caucásicos aumentó en un 19 y 28 por ciento, respectivamente. En otras palabras, actualmente, hay más estudiantes hispanos asistiendo a escuelas segregadas, particularmente en el Oeste del país. Hace sesenta años la Corte Suprema destacó que “la educación es quizás la más importante función de los gobiernos locales y estatales”, amén de reconocer su vital importancia para nuestra sociedad democrática al llamar a la educación: “La base de una buena ciudadanía”. Este 60º aniversario de Brown vs. Board of Education es una buena ocasión para reafirmar nuestro compromiso con la educación de nuestros hijos, con una educación que brinde oportunidades por igual a nuestros jóvenes, toda vez que la decisión de la Corte de declarar inconstitucional “separados pero iguales” no cambió los corazones y mentes de todos, mas lanzó al país en una dirección distinta e irreversible. La sentencia de la Corte de 1954 sigue siendo tan vigente como antaño: “En estos tiempos, es dudoso esperar que algún niño pueda tener éxito en la vida si se le niega la oportunidad de la educación”.