La Psicología de la Teoría de la Elección en la Educación
 


William Glasser, el creador de la Teoría de la Elección, dijo alguna vez que la enseñanza era el trabajo más difícil en el planeta. En una fábrica de muebles, los trabajadores hacen mesas y sillas y eso es todo. ¡La madera no se resiste! Sin embargo, en un colegio, el maestro se encuentra con que algunos estudiantes no quieren que se les enseñe. No solo eso, sino que hay un porcentaje de ellos que tienen otros problemas que interfieren no solo con el proceso de aprendizaje sino también con su propia felicidad. Glasser desarrolló la psicología de la Teoría de la Elección como una forma de explicar la Terapia de la Realidad, un enfoque que había creado en la década de los 60. El principio básico de la Teoría es que nosotros nos controlamos a nosotros mismos y, por lo tanto, no podemos controlar a otras personas (ni ellos pueden controlarnos). En consecuencia, la Terapia de la Realidad ayuda a las personas a darse cuenta de cuántas opciones tienen para solucionar lo que sea que no esté funcionando en sus vidas. En educación, la Teoría de la Elección ayuda a los maestros a ver que ellos no pueden controlar a sus estudiantes, y que, a cambio, la educación se trata de ofrecer contenidos de clase de calidad en el contexto de una buena relación.
 En las relaciones humanas diarias, la Teoría de la Elección demuestra que no podemos controlarnos entre nosotros. Sin embargo, en nuestra vida cotidiana la mayoría de nosotros tiene la creencia de que no solo podemos controlar a otros, sino que deberíamos hacerlo. Del mismo modo, creemos que otros nos controlan, que nos enojamos o nos entristecemos por culpa de ellos, que ellos son la causa de nuestros problemas, pero ¿Realmente puedes controlar a otra persona? ¿Pueden controlarte a ti si no les permites hacerlo? Glasser alegaría que debemos adoptar la psicología del control interior que es la Teoría de la Elección.
 Él explica que todos nos comportamos para satisfacer nuestras propias necesidades básicas internas, la necesidad de amor y pertenencia, poder, libertad, diversión y la de supervivencia. A través de nuestra experiencia de vida, cada uno de nosotros construye su propia selección personal de formas de satisfacer nuestras necesidades. Glasser llama a esto nuestro "mundo de calidad", un álbum interno de personas, lugares, cosas, valores y acciones que creemos que satisfarán nuestras necesidades. No siempre tenemos razón en esta creencia, e infortunadamente, algunas veces escogemos formas que no son socialmente aceptables por diferentes razones. Son estas "imágenes" las que impulsan nuestro comportamiento cada minuto de cada día. Por ejemplo, puede que estés pensando en invitar un amigo a tu restaurante favorito durante el fin de semana. Esto les dará la oportunidad de ponerse al día con sus vidas y divertirse juntos (necesidad de amor y pertenencia más la necesidad de diversión). En tu tiempo libre durante la semana averiguas cuando está libre tu amigo, llamas al restaurante para hacer la reservación, te aseguras de tener suficiente efectivo para la comida. Varios comportamientos son impulsados por esta imagen de una comida juntos. Tu comportamiento está dirigido por tus propias imágenes internas, no por algunos eventos externos. No importa lo atractivo que sea el restaurante, eso no te hace ir allí. Es tu propia atracción interna al restaurante que controla tu comportamiento. 


¿Cómo se podría esto aplicar en la educación? Bueno, consideremos al niño que está constantemente charlando con su amigo en el último puesto en lugar de atender al maestro. Probablemente está construyendo su necesidad de pertenencia a través de esta broma amistosa. Si él no está atendiendo al maestro es porque no percibe la actividad de clase como satisfactoria de sus necesidades mientras que la conversación sí lo es. Para que este estudiante preste atención, lo que el maestro esté ofreciendo debe ser atractivo. No solo el material debe ser interesante, sino que se tiene que poner al nivel actual de estudiante, debe ofrecer un valor agregado a la vida del estudiante. El maestro no puede hacer que el niño aprenda, pero sí puede ofrecer contenidos de clase que son tan interesantes que el niño quiera aprender. Este es un gran desafío para el maestro, encontrar formas de hacer los contenidos de la materia más que obvios relevantes para la vida del estudiante. La alternativa por lo general es tratar de obligarlos a aprender y castigarlos cuando no lo hacen. Por extraño que parezca, los antiguos griegos, que conocían la "mayéutica", en lugar de "contarle" constantemente la información a los estudiantes, les ayudaban a decidir por sí mismos. Por ejemplo, pregúntale a tu clase "¿Qué necesitas hacer para ser rico?" (la mayoría de las personas encuentran que el dinero satisface las necesidades ampliamente) Esta discusión puede llevar a temas como la necesidad de conocimientos y habilidades. Si su asignatura es matemáticas, pregúnteles entonces "¿Cómo pueden las matemáticas ayudarlos a ser ricos?" Traiga esto inmediatamente a lo que está enseñando hoy.

"¿Cómo te ayudará el Teorema de Pitágoras a hacerte millonario?" (Si el maestro no está seguro de la respuesta, piense en todos los trabajos donde la altura, los ángulos y las áreas deben calcularse regularmente). En vez de una misión imposible al intentar forzar los contenidos de tu materia en sus cabezas contra su voluntad, el proceso de enseñanza se puede volver una tarea aún desalentadora pero infinitamente más satisfactoria al hacer tu materia relevante para tus estudiantes. Prestar atención no es problema si la persona realmente quiere aprender. Esa debe ser la primera prioridad en la enseñanza, proporcionar material a los estudiantes de tal manera que ellos deseen aprenderlo. Los colegios dependen en gran medida de las pruebas y exámenes. Obviamente, se necesita alguna forma de evaluación oficial de logros. Sin embargo, la medición del progreso es bastante diferente de la evaluación final. Considere los efectos motivacionales de una mala calificación. El estudiante que obtiene el 30% en un examen ha "reprobado". Ahora la materia es instantáneamente menos atractiva para el estudiante, ya que reprobar está lejos de satisfacer sus necesidades. Glasser sugiere que veamos la educación como un proceso que apunte a la competencia, un nivel que va mucho más allá de lo que generalmente consideramos un "aprobar" en nuestras pruebas. ¡El estudiante al nivel del 30% no ha fracasado! Éste todavía está en proceso y es importante ver el 30% como 30% lleno en lugar de 70% vacío. El profesor de francés podría decir: "Has sido muy preciso en el uso de acentos en francés y tu ortografía es excelente. Parece que hay varias palabras que no sabes y parte de tu gramática es bastante original. ¿Te gustaría tener ayuda con esto?" Ahora el énfasis pasa del maestro al estudiante, al deseo interno del joven de hacerlo bien. En un colegio construido alrededor de la Teoría de la Elección se ayuda a los estudiantes a lograr la competencia en sus materias, y antes de que ellos alcancen el nivel se considera que están en el proceso. No son un fracaso.
 La psicología de la Teoría de Elección también ofrece una gran estructura para ayudar a los estudiantes con problemas más individuales como el estrés, el enojo, el acoso y las drogas. Lo hace centrándose en las elecciones que pueden hacer sobre tales cuestiones. Un consejero capacitado en Teoría de Elección ayudará a la persona a hacerse cargo de su propia vida y a considerar las elecciones que puede hacer. Cuando un niño ha sido víctima de la intimidación, por ejemplo, un enfoque de control externo es centrarse en el agresor y tomar medidas para garantizar que él o ella no lo haga de nuevo. Sin embargo, la víctima de la intimidación es frecuentemente una persona que no sabe cómo manejar tales situaciones y esa es una habilidad importante para adquirir. Un enfoque típico de consejería con Teoría de la Elección sería invitar al joven a considerar cuatro formas de lidiar con el agresor: ignorar al acosador, tomar represalias, cambiar de tema o utilizar el humor. Se haría un juego de roles con cada uno de los enfoques anteriores y se analizaría a la luz de las consecuencias. Esto guiaría al joven a tomar una decisión deliberada sobre el enfoque que quiera utilizar y después ensayarlo en la oficina de consejería. De la misma manera, la Teoría de la Elección proporciona un escenario maravilloso para una serie de lecciones sobre el bienestar personal (conocido como "salud mental"). Los jóvenes pueden aprender sobre la importancia de atender todas sus necesidades básicas y sobre el rol de los comportamientos que ellos eligen para satisfacer esas necesidades. Se les puede invitar a agregar nuevos comportamientos a su repertorio de manera que todas sus necesidades estén cubiertas. Las actividades de ocio, el trabajo voluntario y los pasatiempos pueden ser muy importantes aquí. Las necesidades proporcionan una buena guía para vivir una vida equilibrada y plena. Un curso de Teoría de la Elección en Bienestar Personal también puede considerar una comparación entre el enfoque de control externo con el de control interior donde nadie intenta controlar otras personas. En los colegios, donde el enfoque de Teoría de la Elección ha sido adoptado como la psicología básica para el personal y los estudiantes, las estadísticas de logro han mejorado considerablemente y la disciplina se ha reducido a incidentes aislados menores. Asistir al colegio se vuelve muy satisfactorio tanto para los estudiantes como para el personal. Obviamente, este nivel de integración de la psicología de la Teoría de la Elección en la vida escolar requiere tiempo y esfuerzo, pero realmente vale la pena.


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 Brian Lennon
 Brian es miembro de la facultad sénior de William Glasser International y fue asociado cercano del Dr. William Glasser, fundador de la Teoría de la Elección.
 
 
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