Boletín final 1 - Centro Científico Tropical

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Año II N° I

La zona CCT

Julio 2016

La Ciudad Pérdida Por Luis Poveda y Anayensy Herrera

En las entrañas de las Mosquitia Hondureña

Usando un escáner laser teletransportado (LiDAR= Light Detection and Ranging o Laser Imaging Detection and Ranging), un grupo de investigadores norteamericanos detectó en 2012 una ciudad precolombina en las entrañas de la Mosquitia hondureña. La zona es llamada también “la pequeña Amazonia” y buena parte de ella, se localiza dentro de la Reserva de la Biosfera del Río Plátano. El sitio arqueológico que algunos medios relacionan con la legendaria “Ciudad Perdida” o “Ciudad Blanca”, ha sido el centro de debate en los años recientes. Debate que enfrenta a arqueólogos trabajando por largo tiempo en la región, con quienes organizaron la búsqueda y realizaron el posterior hallazgo. La polémica gira en torno a si se trata de un “descubrimiento” cuando los locales han conocido su existencia desde siempre. La noticia dicen algunos, sólo sirve para desatar la euforia por los tesoros perdidos, olvidando que se trata de patrimonio cultural del pueblo de Honduras. Lo cierto es que cuando nueva información arqueológica sale a la luz pública, siempre es una oportunidad para hacer aportes al conocimiento del pasado y en este caso, es una posibilidad para enaltecer la historia cultural hondureña. Entre los grupos originarios que pueblan la región se encuentran los pech o payas, quienes conservan numerosos mitos entre los que se destacan la creencia en la Ciudad Blanca; lugar mítico construido por el relámpago y el trueno, bajo el poder del dios Wata. Los pech habrían estado viviendo en la zona por más de tres mil años. Su lengua pertenece de la familia lingüística macro-chibcha. El paleochibcha habría surgido en un territorio que comprendía parte de lo que hoy es Costa Rica y Panamá. Posiblemente la instauración de la agricultura propició la dispersión de sus hablantes. De esa manera, habrían ocupado un vasto territorio que se extiende desde Honduras hasta Colombia. El mismo que hoy ocupan sus descendientes directos. Aunque muchos han desaparecido o han perdido su lengua, la genética y la arqueología permiten establecer sus nexos históricos (paya, rama, malecu, huetar, bribri, cabécar, boruca, teribe, ngöbe-buglé, cuna/gunadule, tairona, muisca, chimila, cágala, guamaca birituca, bari, duit, tunebo, entre otros). La cultura de los pech se desarrolló en interacción con sus familiares situados al sur de América Central de tradición chibcha, así como con sus vecinos inmediatos, los mayas y otros pueblos de tradición mesoamericana. Algunos arqueólogos postulan que la Ciudad Blanca es el sitio arqueológico Crucitas del Río Aner. Otros investigadores creen que el hallazgo en 2012 de una ciudad en las inmediaciones del río Plátano, es en realidad el lugar mítico de los pech. Lo cierto es que en la región existen muchos sitios grandes con arquitectura monumental que resaltan la importancia de la zona para las poblaciones precolombinas, especialmente durante el último milenio antes del arribo de los españoles. Decir que una u otra ciudad corresponde al mito es aventurarse más allá de cualquier evidencia concluyente hasta el momento. Lo importante es contar con la posibilidad de realizar investigaciones científicas y actuar para su protección y conservación.

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El viaje de Plotkin y Poveda

Su misión era describir las plantas presentes que pudieran haber tenido un uso por parte de los pobladores originales del sitio. Es bien sabido que las áreas que rodeaban los pueblos indígenas en el trópico, eran en realidad jardines o huertos de donde se abastecían de materias primas, alimentos y medicinas. Lo que sigue es el nombre de algunos de los hallazgos botánicos más sobresalientes que realizaron durante el viaje. Brosimum alicastrum, conocido como el árbol ojoche o ramón, de la familia Moraceae. Sus hojas y frutos son apreciados por todos los mamíferos. La gente obtiene harina de las semillas que emplea en la preparación de alimentos. Las hojas hervidas sirven como lactagogo, es decir, para producir leche materna. Actualmente se usa como forraje, ya que fomenta la producción lechera en el ganado. Carpotroche platyptera, identificado como cresta de gallo o caraña, de la familia Salicaceae. El aceite de la semilla es curativo. Virolas o epená de la familia  Myristicaceae, son árboles cuya sabia rojiza se usaba en los rituales con propiedades enteogénicas. Epifitas del género Philodendron, de la familia Araceae, son usadas como bejuco y para sacar fibras. Entre ellas, Philodendron hederaceum, hoja de hombre. Chamaedorea tepejilote, palmas nombradas como pacayas cuya inflorescencia y palmito se comen. Es conocida como el “maíz de montaña”. Pertenece a la familia Araceae. Cacao silvestre del género Theobroma. Fue ampliamente cultivado por los mayas y su uso se extendió por toda Mesoamérica. Melastomataceas, conocidas como caña agria, pertenecen al género Arthostemma, además de otras cañas agrias del género Costus de la familia Costaceae. Se halló Arthrostemma ciliatum, de la cual se come el tallo, las hojas y las flores porque contienen agua. También se le conocen otras propiedades medicinales para quitar la calentura, como diurético y descongestionante. Macfadyena unguis-cati, uña de gato o uña de murciélago, es una especie fanerógama, trepadora, de la familia de las bignoniáceas. Se usa como bejuco para amarrar.

Macfadyena unguis-cati https://es.wikipedia.org/wiki/Dolichandra_unguis-cati#/media/File:Starr_070321-5997_Macfadyena_unguis-cati.jpg

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Carludovica palmata, planta de la familia Cyclanthaceae. Parece palma, pero no es. Se usa para obtener fibras suaves empleadas en la confección de sombreros y artículos para la pesca. Se comen las hojas tiernas, el palmito y la inflorescencia.

Carludovica palmata. https://es.wikipedia.org/wiki/Carludovica_palmata#/media/File:Carludovica_palmata_starr_030807_0128.jpg

Pipper auritum, de la familia z entre las que se encuentra la pimienta negra. Se le conoce como hoja de estrella con propiedades medicinales, sus raíces son anestésicas y también sirve como repelente de mosquitos. Es dispersado por los murciélagos.

Pipper auritum https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=6163295 https://es.wikipedia.org/wiki/Piper_auritum#/media/File:Starr_070321-6116_Piper_auritum.jpg

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Iriartea deltoidea de la familia Arecaceae. Palma grande con palmito dulce, empleada para hacer puntas de flechas, arcos paredes y pisos.

Iriartea deltoidea. https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=14545259

Socratea exorrihiza o chonta o palmera que camina, pertenece a la familia Arecaceae y es conocida como Maquenque o palmito amargo. Sus frutos amarillos se consumen y el tronco se emplea en la construcción de casas o para hacer lanzas. Se dice que la parte interna de las raíces es un afrodisiaco masculino.

Socratea exorrihiza. https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/9/9d/Walkingpalm.jpg

Bursera simaruba, indio desnudo, familia Burseraceae, con propiedades curativas. Symphonia globulifera, familia Clusiaceae, es un árbol inmenso conocido como cerillo. Sus flores son rojas. Madera de mucha calidad. La sabia es usada para sellar canoas cuando se mezcla con arena fina. Pero también la sabia tiene propiedades medicinales para tratar infecciones de la piel. En el sitio se apreciaron árboles con la corteza comida por las dantas o tapires.

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Symphonia globulifera https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/d/df/Symphonia_globulifera_L._f.jpg

Cecropia obtusifolia, familia Cecropiaceae. Conocido como guarumo. La fibra de la corteza es muy fina y a partir de ella se elaboran diversos productos como bolsos. Es además, medicinal y comestible. Se veía mucho en los claros del bosque. Pouteria spp de la familia Sapotaceae con propiedades maderables. Sus frutos son comestibles. Castilla elastica de la familia de las moráceas, Su sabia es un hule o latex blanco que los indígenas usaban para hacer las bolas utilizadas en el juego de pelota. Además, su savia servía para impermeabilizar ranchos y telas. Protium sp es el género de árboles cuyas cortezas, maderas, savias y frutos son usadas como incienso o copales empleados en diversas ceremonias. En algunas especies el arilo de las semillas es comestible. Myroxylon balsamun, de la familia Fabaceae, son árboles de madera fina, conocidos como chirraca, del cual se obtiene el bálsamo del Perú o aceite usado por los sacerdotes católicos en la extremaunción. Aunque su nombre hace referencia a Perú siempre se ha obtenido en las tierras de El Salvador. Spondias mombin, conocido como jobo, pertenece a la familia Anacardiaceae. El fruto se come y las hojas tienen propiedades medicinales. Las raíces contienen agua que en caso crítico pueden aprovecharse. Herrania purpurea, de la familia Sterculiaceae, es conocido como cacao de mono o cacao de monte. Se emplea como bebida de sabor amargo. Carpothroche platyptera, de la familia Salicaceae se le llama carambola de monte o cacao de ardilla. El aceite de las semillas sirve para curar la lepra. Trattinickia aspera o caraña, es medicinal y pertenece a la familia Burseraceae. Se obtiene incienso y es medicinal. Caña danta o Geonoma congesta de la familia Arecaceae, sus hojas se emplean para techar. Había muchas otras plantas que tenían propiedades y usos para fibras, colorantes, usos enteogénicos, medicinales, construcción, etc. Lo más interesante es que pese al abandono de los sitios, después de varios siglos, los bosques en torno a ellos, siguen siendo vergeles y brindan información valiosísima sobre la vida de los pueblos antiguos.

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Lo que pasó

Como parte de la exploración del lugar, también se conocieron los edificios arqueológicos. “Esa ciudad es mucho más grande que Copán y tiene varios templos escalonados. Yo subí a uno de ellos”, dice Luis Poveda, “Estaba cubierto de tierra y vegetación”. Continúa el relato: Alguien había subido primero y dejado caer un mecate de nylon con nudos para facilitar el ascenso a los demás que íbamos en fila india. Eso intentaba ayudarnos, aunque la experiencia de escalar en muchos lugares tan lejanos como Brasil, convertían aquella faena en un reto manejable. Casi como decir “fácil”, al menos así lo creí en aquel momento. Sin embargo, la tierra estaba húmeda y dificultaba la subida. Un árbol llamó mi atención porque no sabía qué especie era y por mirarlo, perdí el paso y me resbalé. Me fui con las dos piernas abiertas, hice el Split. Sentí que la cabeza del fémur se separaba de la cadera… semejante leñazo me llevé como nunca en mi vida y eso que me he dado tantos golpes en la montaña que ya ni me puedo hincar porque tengo las rodillas despedazadas. Pero, como este accidente ninguno… y a mi edad ¡Qué dolor! Un señor inglés se quedó conmigo durante media hora hasta que logré juntar las dos piernas. Sin embargo, no pude ponerme en pie, el dolor era insoportable. Así que decidí irme sentado bajando entre la vegetación y el barro, agarrándome de las matas y cuanta cosa se atravesaba en el camino. Cuando llegué abajo tuve que hacer un esfuerzo para irme apoyado con una rama hasta el río. Lo mejor era meterme adentro y dejarme aliviar por el agua fresca y cristalina. Aproveché para tomar agua. Lo había hecho desde que llegué, como siempre lo hago y así sin miedo, sacié mi sed. Tengo en la pansa un bosque con serpientes y excrementos de monos. Estaba ahí tendido al borde del torrente, cuando de repente escuché un ruido. Levanté levemente mi cabeza y vi aproximarse una danta. Venía despacio, distraída, arrastrando su nariz sobre la tierra. Seguro que la lluvia que había empezado a caer con más fuerza, ocultó mi aroma, porque se aproximó como hasta dos metros, sin al parecer haberme notado. Fue entonces que nuestras miradas se cruzaron, nuestras chispas de los ojos se reconocieron entre los sonidos del agua fluyendo por el río y desde el cielo. Esa danta no era una danta cualquiera. Su mirada me miraba desde el pasado, desde sus ancestros y los míos. Ahí con mi dolor, como estaba, pude sonreír. “

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La Poza de la danta transparente, tefrescante, primorosa, bañada de pececitos y algas, así es la poza del tapir en esta sagrada pluvioselva al pie de la ciudad perdida de los venerables mayas en el departamento Gracias a Dios, Honduras. Oh maravilla de maravillas, preciosas y delicadísimas libélulas vuelas por doquier, diminutos colibríes blanco, negroazulados nos pasan jugueteando como alucinantes meteoritos; y canto de multitud de aves, chicharras y monos, celebran el mágico momento Po-Urük

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Sin ceviche en la mesa:

Urge evitar que los mares se conviertan en desiertos biológicos Por Mario A. Boza y Anayensy Herrera En el año 2011, los países del Mundo firmaron Las Metas de Aichi. Se espera que en efecto se cumplan los compromisos adquiridos para lograr que en el año 2020, un 20% del área terrestre y el 17% de los mares del planeta, estén siendo gestionados para asegurar la diversidad biológica y el futuro de la humanidad. La vida se lleva a los grandes amigos, pero no las grandes ideas. Álvaro Ugalde Víquez nos dejó un estandarte de aspiraciones y luchas, entre las que se encuentra la idea de crear un área marina protegida en el Pacífico Sur de Costa Rica. Afortunadamente, han sido muchos los que están levantando ese pendón y venimos a coincidir en la urgencia de proteger efectivamente nuestros mares, uno de los últimos bastiones de la diversidad biológica saludable que puede dar esperanza para el futuro de nuestro país y para la humanidad entera. La zona en maras comprende una franja costera que abarca desde la Boca del río Barú hasta la Punta Matapalo, pasando por la desembocadura de los ríos Térraba, Sierpe y Drake. Hacia mar adentro, la franja se amplia de 5 a 20 millas, especialmente en la Bahía de Coronado

Área aproximada propuesta para la Reserva Marina Alvaro Ugalde Víquez

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La biodiversidad costero marina de esta zona es extraordinaria en el contexto nacional, ya que ahí confluyen varias especies marinas de mamíferos, reptiles y peces, tanto para su reproducción como porque son sus lugares de hábitat. Los usos para las comunidades costeras, las indígenas y el turismo son fundamentales y merecen ser conservados para su manejo sostenible. La biodiversidad costera Cuatro especies de tortugas marinas: la verde, la carey, la lora y la baula, anidan en las playas de la zona de interés, sobresaliendo las Playas Tortuga (Ojochal), Drake, Piro, Carate y Oro-Pejeperro. Estas playas son puntos de trabajo voluntario que proporciona ingresos a la economía local.

Las formaciones coralinas sirven de crianza y refugio a gran cantidad de peces, muchos de ellos de importancia comercial. Los corales son muy vulnerables a las alteraciones ambientales provocados por la actividad humana y en San Josecito, localizado entre Bahía Drake y Llorona, la calidad de los corales es relevante, sobresaliendo los corales ramificados (Pocillopora spp). Este punto es un gran atractivo ecoturístico. Las playas rocosas de Ventanas y Piñuela han sido tradicionalmente lugares de visitación de los borucas, pueblo indígena asentado en la cuenca media del río Térraba. Hasta ahí viajan para obtener los caracoles púrpura o de múrice conque teñir de morado los hilos de algodón usados en sus tejidos tradicionales. El uso sostenible del recurso y su importancia como patrimonio intangible, vuelven estos lugares sitios de relevancia cultural, espiritual y económica. La biodiversidad marina Las aguas más profundas que se intentan proteger son el hábitat de muchas especies. Se destacan las tortugas carey, lora y verde, las cuales son vistas comúnmente desde 30 km de la costa. Son vulnerables a las embarcaciones y las prácticas de pesca masiva.

Entre las particularidades de la zona, sobresalen las ballenas, especialmente las ballenas jorobadas. A Bahía Coronado acuden a reproducirse los grupos que vienen desde California y Argentina, es el punto de convergencia, de ahí su importancia. Otro evento sobresaliente son los delfines que en escolta y por gran número acompañan a los botes que salen de Marenco hacia la Isla del Caño. El avistamiento de estos mamíferos marinos es un espectáculo que acerca muchos visitantes a la zona. Por otra parte, abundan los tiburones y mantarrayas. Es especialmente llamativo, el hallazgo reciente de que las desembocaduras de los ríos Térraba y Sierpe son hábitats preferidos de las hembras preñadas y las crías en estadios tempranos de especies que comúnmente viven cerca del fondo del mar. Lo que significa una alta presión sobre estas poblaciones porque a su vez, es un punto preferido para la pesca artesanal y de arrastre.El proyecto en marcha El Área de Conservación de Osa (Acosa) desde hace ya varios años planteó la importancia de conservar una zona marina en el Pacífico Sur de Costa Rica, pero es hasta más recientemente cuando se creó una comisión marina a cargo del Lic. Miguel Madrigal, funcionario Sinac/Minae que la idea se concretó.

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Esta idea más formal coincide con las recomendaciones de conservación en Bahía Coronado del proyecto de consolidación de las Áreas Marinas Protegidas de Costa Rica del Sistema Nacional de Áreas de Conservación, liderado por el biólogo marino Damián Martínez Fernández. A su vez, el Centro Científico Tropical ante gestiones de uno de los suscritos, sumó esfuerzos en la tarea por justificar y promover un proyecto de ley para la creación de una Reserva Marina que permita la conservación y restauración de los extraordinarios recursos costero-marinos de la zona, al mismo tiempo que permitiría la utilización a baja escala de actividades como la observación de ballenas, tortugas y aves, la pesca artesanal y la investigación científica. Para este propósito, el CCT aportó los fondos que permitieron llevar a cabo un estudio técnico que incluyó el texto de un proyecto de ley. Este texto fue elaborado por el Biólogo Marino Gerardo Palacios. Es importante destacar que las propias comunidades, entre ellos, grupos indígenas, los pescadores artesanales, los boteros, las pequeñas y medianas empresas de ecoturismo y personas afines, reconocían con antelación la urgencia por establecer reglas claras para las distintas actividades. Esto con el fin de evitar el abuso por parte de la industria pesquera a gran escala y otros sectores económicos que no consideraban los actores locales ni su beneficio económico y social en el corto y en el largo plazo.

Actualmente el proyecto para la creación de la Reserva Marina Álvaro Ugalde Víquez está en proceso de socialización. Esto quiere decir que se va presentando para su discusión en distintas mesas de trabajo, primero a nivel local y luego con las autoridades del gobierno. La primera reunión ocurrió en Palmar Norte. Fue una mesa de diálogo institucional para la gestión sostenible del mar coordinado por el consultor Luis A. Monge y que contó con la participación de diversas instituciones, organizaciones no gubernamentales y representantes de organizaciones comunales. Esta reunión ocurrió el pasado 25 de febrero de 2016. Los asistentes estuvieron de acuerdo en su creación y en limitar el acceso a la pesca masiva. Lo que sigue ahora es una reunión con el grupo denominado “Consolidación de Modelo de Gobernanza para el Sitio de Importancia para el Bienestar y la Conservación del Pacífico Sur”, de la cual el CCT es parte, y posteriormente con la comisión marina del Minae y con el concejo local de Acosa. Una vez que estos lo aprueben, el proyecto pasa al Concejo Nacional de Áreas de Conservación (Conac), el cual si lo ratifica lo envía al secretario ejecutivo del Sinac, quien a su vez lo traspasa al ministro para que elabore un decreto o para que el Poder Ejecutivo lo envíe a la Asamblea Legislativa, o ambos. Todo este proceso de consulta y aceptación llevará unos seis meses.

Pesca Artesanal nocturna. Foto Gerardo Palacios.

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Detalles importantes Que la Reserva Marina Álvaro Ugalde Víquez se constituya por ley es una forma de asegurar su vigencia y cometido. El proyecto contempla la existencia de un fideicomiso público que permite a las instituciones y organizaciones nacionales e internacionales hacer donaciones directas a la reserva para su protección y desarrollo. Los aportes de la Junta de Desarrollo Regional de la Zona Sur (Judesur), del Instituto Costarricense de Turismo (ICT) y de la cooperación internacional que busca mitigar el cambio climático y la conservación de los recursos marinos, serán fundamentales. El reto será aumentar y hacer efectiva la capacidad de gestión local para conseguir los fondos necesarios. Se cuenta con los recursos y el capital humano necesario, y a nivel mundial se está en un momento histórico donde los países del primer mundo buscan donar para cumplir con los compromisos adquiridos en las convenciones mundiales particularmente las Metas de Aichi para la Diversidad Biológica y el reciente Acuerdo de París, como resultado de la Conferencia sobre el Cambio Climático del año pasado.

Ante todo… Soy Mujer Por Mercedes Díaz Herrera

Desde que nacemos estamos inmersos en los valores y paradigmas de la sociedad occidental. Está establecido qué y cómo actuar, sentir y expresar nuestras ideas. Actuamos bajo el supuesto que tenemos principios democráticos, liberales e independientes, sin embargo, no se acepta el que seamos sinceros y expresemos puntos de vista diferentes. Este hecho es real para ambos géneros, pero para nosotras las féminas, este estigma es mucho más fuerte. Es normal escuchar en las tertulias cotidianas expresiones como “Es que esa...” (Póngale el título que prefiera). Solemos caer en el error de autonombramos jueces para señalar y apabullar a las personas, sin conocer las circunstancias que mediaron en su comportamiento. Todo ser humano es producto de las experiencias vividas en su entorno familiar y hasta de su propia genética. Lo que si es cierto, es que las mujeres somos un género excepcional; ya sea por nuestro ADN o valores y principios aprendidos en nuestra núcleo familiar, somos valientes, poderosas, generosas, ponemos el bienestar de nuestros seres más próximos en primer lugar. Para el desarrollo y crecimiento de la familia no hay cansancio, ni dolor, ni agotamiento, la disponibilidad es lo que prima en todos los actos, tal vez no sea así en todos los casos, pero eso es lo que aprendí de mi madrecita querida y supongo que es la norma con la madrecita de todos los lectores. Tal vez me equivoco y haya casos contrarios, pero son minoría, sino fuera de esta manera, la sociedad estaría bajo las ruinas de extinción total desde hace muchos siglos atrás. No es posible que en nuestro país, que se dice ser una sociedad de paz, amante de la naturaleza y Siempre Pura Vida, tengamos cifras alarmantes en materia de Violencia Familiar. Según un estudio del BID realizado en América Latina en el 2013, la violencia tiene un llamativo patrón de género: Los hombres son más propensos a ser atacados por un extraño que por una persona de su círculo íntimo, mientras que los principales agresores de mujeres son sus maridos o parejas. De acuerdo a las estadísticas del Departamento de Planificación del Poder Judicial Costarricense; entre enero y marzo del presente año, de las listas de estadísticas de género reportados por los 72 despachos que conocen la materia de violencia doméstica, ingresaron 12.341 solicitudes de medidas de protección; de ellas, 507 (4,1%) fueron de varones y 11.834 de mujeres. Este patrón de poder y dominio está muy lejos de los verdaderos valores que profesamos. Es un hecho que para amar lo que nos circunda,

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nuestra familia, vecindario y comunidad, tenemos que amarnos a nosotros mismos, respetarnos tal cual somos, aceptarnos con nuestras fortalezas y porque no nuestras debilidades también, ya que muchas veces al reconocerlas nos hacemos más humanos, más finitos y agradecidos con la vida por ser como somos y aprovechar las oportunidades tal como se nos presentan. En el mes de marzo celebramos el Día Internacional de la Mujer. Ahora y siempre a lo largo del año, debemos recordar que las mujeres somos las formadoras casi directas de la integralidad del ser humano en crecimiento. No importa nuestra condición económica y social, ni los muchos o pocos títulos que tengamos, ni en que mansión o chocita habitemos, lo que importa es que somos MUJERES- Por eso recordamos nuestra valía como seres humanos pensantes, ávidas de aprender y amar a nuestros semejantes. En este momento deseo compartir con ustedes un poema que escribió una vecina de la comunidad de Guaria, madre y esposa, que escasamente terminó sus estudios primarios, con una gran habilidad para expresar sus sentimientos, poeta, artesana, agricultora y sobre todo MUJER. Para la Reserva Por: Eberny Villalobos, Vecina de la Comunidad de La Guaria

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