Boletín de prensa Marzo 21 de 2018
4%, una nueva frustración
· El ajuste al precio de la leche que los industriales deben pagar al ganadero, no cubre las expectativas, ni los requerimientos del sector ·
Es hora de que el gobierno se atreva a analizar las cifras de la industria.
· Colombia está al borde de perder un sector productivo necesario socialmente, generador de empleo, y de gente de bien.
José Félix Lafaurie Rivera, presidente ejecutivo de Fedegán, dijo que los ganaderos guardaban la esperanza que el ajuste anual del precio del litro de leche que se debe pagar al productor a partir del primer día de marzo de cada año en virtud de la Resolución 17 de 2012, estuviera acorde con los esfuerzos invertidos por los ganaderos y resarciera las grandes pérdidas en que han incurrido en el último año terminado en febrero 28, y no que los llevara a salir del negocio lechero. “Son miles de productores, la gran mayoría de ellos campesinos que viven de unos pocos litros de leche, que deben hacer frente a una inequitativa competencia de las importaciones de leche en polvo y otros derivados lácteos que traen industriales y para quienes el gobierno les acaba de tirar un salvavidas con la subasta de leche en polvo”, afirma Lafaurie. El ajuste, que fue del 4 %, deja sin incremento real el ingreso de los productores pues escasamente cubre la inflación registrada en 2017. “No se trata de cubrirles la perdida adquisitiva del dinero, porque sus variables productivas tienen otras medidas. Para no ir tan lejos, solo hay que ver los costos de producción que se incrementaron un poco más de 8 por ciento. No hay actividad que aguante cuando el aumento de sus costos duplica los ingresos”. El precio que se paga hoy por litro de leche es idéntico al que se pagaba en 1999, lo cual representa una pérdida en el ingreso real de 26 por ciento. ANALAC señala que hoy el precio de la leche debería estar alrededor de los $1.420 por litro, y escasamente alcanza los $1.050 -a quien bien le pagan-.
“Esos irrisorios incrementos van en contra de la calidad de la leche, tarea en la se han comprometido muchos ganaderos, porque se supone que el ajuste anual a la Resolución 017 de 2012 se hace de acuerdo a los contenidos en grasa, proteína y sólidos de la leche, pero en la práctica no se conocen o se les hace el quite. Algo rescatable en esta oportunidad es que el Ministerio de Agricultura, por iniciativa propia, se dio a la tarea de actualizar las bonificaciones por BPG que pasarán de $10 a $14,5 cada una. “Tampoco se tiene en cuenta que el riesgo del negocio en la producción de leche que los asume enteramente el productor, que debe afrontar los avatares del cambio climático, las dificultades para comercializar su producto, las alteraciones del orden público –como el paro armado decretado por el ELN, además del brote de aftosa que destruyó las finanzas de muchos ganaderos de doble propósito, para que no se le reconozca un justo papel en la seguridad alimentaria del país”. Es hora de que el gobierno se atreva a analizar las cifras de la industria y nos demos cuenta en dónde está la verdadera pérdida de competitividad que no les permite exportar, porque lo que se nos viene es un exceso de importaciones, más aún si en la Alianza del Pacífico se autoriza el ingreso de Nueva Zelanda. Colombia está al borde de perder un sector productivo necesario socialmente, generador de empleo, y de gente de bien, puntualiza, Lafaurie Rivera.