BOLETÍN 5315-05

Lejos de cumplirse están las promesas que el Gobierno realizara en materia de salud ... El hospital de La Florida es el único concesionado y que cuenta con ...
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PERSPECTIVA ECONÓMICA Vol. IV Nº 76

01 DE FEBRERO DE 2017

0719-0298

LENTO AVANCE EN LA CONSTRUCCIÓN DE HOSPITALES PÚBLICOS Lejos de cumplirse están las promesas que el Gobierno realizara en materia de salud, particularmente respecto de infraestructura. El plan original del Gobierno contemplaba que para marzo del 2018 hubiera 20 hospitales nuevos en funcionamiento, y la misma cantidad en etapa de diseño de proyecto o licitación. Además, se levantarían 332 recintos de atención primaria, y se duplicaría el parque de ambulancias en todo el país. Para cumplir dicha meta, se deben destinar unos US$4.000 millones en inversión pública. Sin embargo, el estado de avance de las obras en esta materia dista mucho como para asegurar el cumplimiento del programa de inversiones. En marzo de 2016, el estado de avance de las obras era el siguiente: Infraestructura en Salud Comprometida para 2018 (Estado de avance a diciembre de 2016)

Fuente: Ministerio de Salud

En promedio se observa un estado de avance de apenas 32% en la construcción de obras. En este contexto, el cumplimiento de la meta oficial sería improbable, dado que a pocos más de un año para el término del Gobierno el avance apenas alcanza a un tercio de las obras. Considerando la escasa eficiencia del Gobierno en alcanzar las metas propuestas, llama la atención que se resista sistemáticamente a revitalizar el programa de concesiones hospitalarias. El hospital de La Florida es el único concesionado y que cuenta con algunos servicios administrados por privados, junto con el hospital de Maipú. Los hospitales concesionados corresponden a los siguientes: Hospital de Antofagasta, Hospital Feliz Bulnes, Hospital Salvador Geriátrico y los Hospital de La Florida de Maipú, ya mencionados. Cabe recordar que a fines de agosto pasado se redujeron en un 40,4% los recursos anunciados en 2014 para efectos de inversión en infraestructura de salud, los cuales ascendían a US$ 4.000 millones1. Es así como a agosto la cartera de inversiones en salud sólo contempla recursos por una suma de US$ 2.384 millones2, sin embargo en aquella fecha, la titular de salud insistió en que se cumplirá el compromiso de dejar listos 20 hospitales para el 2018. Desde la Subsecretaría de Redes Asistenciales, se dijo que la estimación se hizo al comienzo del periodo de Gobierno, pero las obras se han tenido que ir ajustando a los precios de las licitaciones, o se han tenido que reevaluar algunos proyectos. Considerando los recintos de atención primaria, se sabe que a diciembre de 2016 solamente 16 de los 100 Centros de Salud Familiar (CESFAM) se encuentran terminados, lo que significa que entre 12 y 14 meses deberán tardarse en terminar el resto. Además hay 54 CESFAM que aún no inician obras, entre las regiones de Arica y Aysén. Los CESFAM son parte de la promesa del gobierno en el área salud, la cual incluye también 100 Centros Comunitarios de Salud Familiar (CECOSF), 132 Servicios de Urgencia de Alta Resolución (SAR) y 60 hospitales. Actualmente 16 CESFAM están terminados, pese a que 3 de ellos aún no se encuentran operativos, 30 de ellos se encuentran en diferentes fases y 54 no han siquiera iniciado obras. Actualmente Chile se encuentra afectado por un déficit en infraestructura hospitalaria, puesto que la oferta en materia de salud no se ha ajustado al incremento en la demanda, la cual se espera que siga aumentando, puesto que el cambio demográfico a futuro apunta a un envejecimiento de la población, en consecuencia la necesidad de acelerar la construcción de recintos de salud es primordial. Pese a lo último, el ejecutivo no manifiesta intención de concesionar nuevos proyectos y ha paralizado los recintos que se encontraban programados para ser construidos bajo el modelo de concesiones. Desde el oficialismo se plantea que el sistema de concesiones debe ser descartado para la construcción de hospitales públicos, principalmente bajo argumentos mayormente de tipo ideológico más que técnicos. Si bien por una parte el modelo de concesiones en los recintos de salud públicos ha presentado problemas en algunos aspectos, no debe ser descartado, puesto que las concesiones han permitido acelerar la construcción de los proyectos de infraestructura pública. Este modelo corresponde a una asociación público – privada en donde se aprovecha la sinergia entre el Estado y el sector privado. Por una parte la participación del Estado es

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El tipo de cambio en $563

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valorada por el hecho de que la infraestructura pública genera externalidades positivas como por ejemplo las carreteras, los puentes, los hospitales, entre otros. Por otro lado la participación del privado permite mayor eficiencia en las distintas fases del proyecto, puesto que la empresa privada cuenta con una mayor expertise en cuanto a construcción, operación, mantención de las obras, entre otros. Ello sin considerar otros beneficios del sistema de concesiones, como es la posibilidad de liberar (al menos en el corto plazo) recursos fiscales para efectos de la inversión inicial del proyecto. Recursos que perfectamente podrían utilizarse en proyectos con rentabilidad social más alta, o donde existan necesidades apremiantes, como podría ser el caso de mejorar las pensiones, la educación, o combatir de forma más eficiente las catástrofes naturales que sistemáticamente golpean al país. Modelo de Concesiones Hospitalarias Tradicional

Concesiones

Contratos

Múltiples contratos, sin integración ni sinergias entre ellos

Contrato de largo plazo, integral

Gestión del Riesgo

Riesgos asumidos por el Estado, escaza modelación y poco conocidos

Se identifican y modelan, siendo asumidos por el concesionario

Inciertos y sin control

Conocidos y regulados

No conocida y con bajos niveles de exigencia

Conocida y exigible

Costos

Calidad

Obviamente el sistema de concesiones no está exento de críticas y deficiencias. Debido a la experiencia chilena (más de 10 años de existencia del programa de concesiones), se pueden identificar dos problemas fundamentales: primero la renegociación recurrente de los contratos (en algunos casos favoreciendo al concesionario y perjudicando a los usuarios), y segundo para eludir la adecuada fiscalización de presupuestos y la provisión de los servicios. Para países de ingreso medio, como es el caso de Chile, con necesidades importantes en materia social, pero con ingresos per cápita atractivos para inversionistas, el modelo de concesiones resulta muy útil pues permite destinar recursos escasos a financiar proyectos sociales urgentes, como lo es en salud. Además permite obtener ganancias en gestión de recursos, lo que también se traduce en ahorros significativos en las arcas fiscales. En Chile es “normal” que los hospitales públicos gasten recursos por sobre los fondos asignados en el presupuesto, y con ello abultando la deuda pública en salud hasta niveles extraordinarios. También es usual que los equipos y pabellones estén ociosos, lo que contrasta con las largas listas de espera que existen en la actualidad.

Todos estos problemas pueden subsanarse adecuadamente con un programa de concesiones hospitalarias que se haga cargo de las deficiencias observadas a lo largo de la implementación de este sistema en Chile. Sólo de esa forma se podrá dar un servicio de salud de primer nivel al grueso de la población, y de paso se podrá cumplir con las promesas del gobierno en materia de infraestructura hospitalaria.

EDITOR RESPONSABLE: GUSTAVO DÍAZ S.; ECONOMISTA