PERSPECTIVA ECONÓMICA Vol. IV Nº 80
05 DE MAYO DE 2017
0719-0298
LA IMPORTANCIA DE COTIZAR Las bajas pensiones que, en promedio, está pagando el sistema de pensiones, se ha traducido en manifestaciones sociales que buscan influir en la autoridad política y económica en orden a reestructurar dicho sistema, privilegiando un esquema de reparto que entregue pensiones más altas en el presente, pero sin preocuparse de la falta de financiamiento a futuro. La realidad que enfrenta Chile en la actualidad no permite aventurarse en un sistema de reparto, pues la transición demográfica apunta a que el país va progresivamente envejeciendo, en el cual las personas económicamente activas deberán financiar una proporción creciente de población pasiva. Esta realidad, que también enfrentan otros países que han abrazado sistemas de reparto, ha llevado a que sus dirigentes incorporen pilares contributivos individuales, que les permita enfrentar esta transición poblacional y evitar el colapso de los sistemas de seguridad social. Población Total por Sexo y Grupos Etáreos (Estimación 2020)
Fuente: Instituto Nacional de Estadísticas (INE)
El problema de las bajas pensiones no radica entonces en la naturaleza del sistema, sino que como planteó en su momento el informe de la Comisión Bravo, obedece a los incrementos observados en la esperanza de vida, las bajas tasas de contribución y la baja densidad de cotización. Además la rentabilidad de los fondos ha ido bajando desde la creación del sistema dado que en el mercado de capitales ha sido más difícil obtener altos retornos en el largo plazo.
En general, dentro de las propuestas que se han discutido, todas o al menos la mayoría contempla incrementos en la tasa de cotización. Hay que tener presente que actualmente dicha tasa es de 10% en Chile, cifra que difiere notoriamente en relación a los países de la OCDE, la cual es alrededor del 19,6%, es decir el doble. Pero por otro lado, subir la tasa de cotización debe ir de la mano con un incremento en los sueldos reales, puesto que en nuestro país son bajos y sería difícil sostener una tasa de cotización del orden del 20%. Al margen de lo anterior, también debemos reconocer que la pensión promedio difiere significativamente al corregir por años de cotización efectiva. De acuerdo a la Superintendencia de Pensiones, en marzo de 2017, la pensión promedio pagada 1 ascendía a $217.093 considerando el número total de pensiones pagadas en dicho mes, el cual asciende a 564.246 pensiones2. A partir de estos datos se observa que la pensión promedio para los que cotizan a lo más 20 años, es menor que el promedio de la distribución completa, y que las pensiones promedio para los pensionados que cotizaron a lo menos 20 años superan la pensión promedio de $217.093. Obviamente la pensión promedio es mayor conforme los años de cotización aumentan, pero lo interesante es la forma de la curva del gráfico, la cual indica que la pensión promedio aumenta de forma creciente a medida que aumentan los años cotizados. Esto último tiene que ver con el hecho de que las personas que han cotizado durante gran parte de su vida de trabajo, lo hicieron desde una temprana edad laboral, y las primeras cotizaciones son las más relevantes puesto que generan rentabilidad por más años. Además la rentabilidad de los fondos era mayor en los años en que el sistema de pensiones actual había recién iniciado. Pensión Promedio por Tramos de Años Cotizados (En $, Marzo 2017)
Fuente: Elaboración propia con datos de Superintendencia de Pensiones
1
Considerando el monto promedio de las pensiones autofinanciadas por vejez más el Aporte Previsional Solidario (APS) en marzo de 2017 2 Este total corresponde al número mensual de personas que reciben pago de pensión autofinanciada en el mes. Incluye todas las modalidades de pensión. No considera a aquellas personas que financian su pensión solo con APS
Otro antecedente interesante es que solamente un 0,8% de las pensiones pagadas en marzo corresponden a los que cotizaron entre 35 y 40 años, grupo etáreo que también presenta las pensiones más altas. El número de pensiones pagadas se concentra principalmente entre los que cotizan más de 5 años y menos de 30, en particular corresponde al 71% central de la distribución. También es importante dar cuenta de que el 69,1% cotiza a lo más 25 años y solo un 11,2% cotiza a lo menos 30 años. A la luz de estas cifras, se desprende que para obtener una “buena pensión” de acuerdo a la esperanza de vida actual, idealmente se debiese cotizar por lo menos unos 30 años, puesto que se ahorra el 10% del salario todos los meses para que una vez que las personas jubilen, deban financiar por lo menos alrededor de 20 años más de vida. Claramente alcanzar dicho objetivo es bastante difícil, dado que el mercado laboral, como las condiciones demográficas no ha sido favorable, lo que afecta a todo sistema de pensiones. A pesar de que la tasa de cotización de 10% es considerada baja en comparación a los países OCDE, se aprecia que la pensión promedio para los que cotizaron entre 35 y 40 años de su vida laboral es de $613.017, el cual, es un buen monto de pensión considerando que el sueldo en Chile es de $505.477 en promedio3. Distribución en el Número de Pensiones Pagadas por Tramos de Años Cotizados (Marzo 2017)
Fuente: Elaboración propia con datos de Superintendencia de Pensiones Nota: No se incluyen las personas que registran inconsistencias entre las variables, número de meses cotizados y número de meses transcurridos desde la fecha de afiliación hasta la fecha de pensión
Se concluye que el sistema actual permite lograr pensiones para una vejez “digna”, en la medida en que se incorporen algunas modificaciones que incentiven la acumulación de ahorro. También se debe buscar perfeccionar el mercado laboral, en donde ocurre que muchas personas pasan por periodos de lagunas previsionales, o por periodos de empleos informales, los cuales son más precarios y afectan negativamente el comportamiento de ahorro previsional.
3
Según la Encuesta Suplementaria de Ingresos 2016, del Instituto Nacional de Estadísticas.
Otro aspecto interesante que se discute tiene que ver con la posibilidad de incrementar la edad de jubilación, de acuerdo a este punto, hay países en donde sus autoridades discuten sobre esta medida con el fin de mitigar el efecto del aumento en la esperanza de vida sobre el monto de la jubilación. De hecho en Alemania se ha manifestado la necesidad de aumentar la edad de jubilación a los 69 años para el año 2060. El envejecimiento de la población, es un fenómeno que ocurre no solo en Chile, sino que en varios países del mundo, por lo que al parecer se hace inevitable tener que recurrir a este tipo de medidas. El aumento en la edad de jubilación obviamente aumentará la pensión, sin embargo el desafío en la implementación de esta medida tiene que ver con el hecho de su alto grado de rechazo en la opinión pública. Otro obstáculo en el aumento en la edad de jubilación tiene que ver con el mercado laboral para los trabajadores de edad avanzada, puesto que es más difícil la contratación para los adultos mayores como también la conservación de su empleo. Por esta razón es primordial que esta propuesta pueda ser complementada de forma óptima con el perfeccionamiento del mercado laboral para el adulto mayor. En conclusión, el espacio de solución para efectos de mejorar las pensiones puede encontrarse dentro del actual sistema, a través de medidas que permitan que las personas tengan trabajos formales durante la mayor parte de la vida laboral de forma de evitar vacíos en el ahorro previsional. Más difícil es enfrentar el escenario de bajas rentabilidades, lo que obedece a un problema estructural en los mercados financieros y al exceso de liquidez internacional. La rentabilidad de los fondos es una variable fundamental puesto que 2 puntos porcentuales más de rentabilidad anual significan un efecto notorio en el aumento de la pensión. Cuando el sistema actual había iniciado recientemente, los retornos anuales eran superiores a los de hoy, en particular, la rentabilidad promedio anual desde julio de 1981 hasta marzo de 2017 es de aproximadamente un 8%. En cambio, la rentabilidad promedio anual entre septiembre de 2002 hasta marzo de 2017 es de alrededor de un 5%.4 No obstante la solución tiene que continuar por el camino del sistema actual, puesto que para un sistema de reparto, dado el cambio demográfico que sufrirá Chile en los próximos años, se requerirá tasas de cotización muy altas que no podrían soportar los trabajadores activos, por ende esa alternativa debe ser descartada definitivamente.
AUTORES: GUSTAVO DÍAZ Y STEFANO ZECCHETTO, ECONOMISTAS.
4
Considerando solo el fondo C