ASPECTOS ECOLOGICOS DE HUMEDALES

hidrológicas; entonces así la vegetación es un indicador. Los humeda- ... agua periódicamente, que albergaría una vegetación hidrofítica en algún momento de ...
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ASPECTOS ECOLÓGICOS DE HUMEDALES UN ENFOQUE FUNCIONAL *Martín

G. Sirombra

Cátedra de Ecología General. Facultad de Ciencias Naturales. U.N.T.

Introducción La sociedad americana de ecología (1915) define a la ecología como la disciplina científica comprometida con el estudio de la relaciones entre organismos y sus ambientes pasados, presentes y futuros. Estas relaciones incluyen: • respuestas fisiológicas, • estructura y dinámica de poblaciones, • interacciones entre especies, • organización de las comunidades biológicas y el procesamiento de materia y energía en los ecosistemas. Los Humedales Una aproximación al significado del término "humedales" es aquella que los define como zonas de transición entre la tierra y el agua; como ecosistemas de aguas poco profundas, temporaria o per*

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manentemente inundados como esteros, bañados, lagunas y pantanos. Bajo este término se engloba una gran variedad de ambientes, que comparten una propiedad que los diferencia de los ecosistemas terrestres: la presencia de agua como elemento característico. Esta juega un rol fundamental en la determinación de su estructura y funciones ecológicas. Un humedal no es solo un área cubierta de agua que alberga plantas acuáticas. La vegetación por sí sola no define un humedal (Smith & Smith, 2001). Se deben considerar primero las condiciones hidrológicas; entonces así la vegetación es un indicador. Los humedales se distribuyen a lo largo de un gradiente de humedad que incluye desde suelos permanentemente inundados hasta otros saturados de agua periódicamente, que albergaría una vegetación hidrofítica en algún momento de la estación de crecimiento. Los hidrófitos están adaptados a crecer en agua o en suelos que son periódicamente anaerobios a causa de un exceso de agua. Los hidrófitos incluyen varios grupos a) plantas exclusivas de humedales (sumergidas, flotantes, arraigadas), b) plantas facultativas o anfibias (juncos), c) plantas intermedias que pueden crecer indistintamente en suelos inundados, o no y d) plantas de tierras altas, que tienen bajas probabilidades de crecer en un humedal. Este último grupo es crítico a la hora de determinar el límite superior de un humedal en un gradiente de humedad del suelo. Entonces es esencial tener en cuenta las condiciones hidrológicas y las propiedades del suelo junto con la vegetación (Smith y Smith, 2001). La mayor parte de los humedales ocurren bajo tres situaciones topográficas: a) cubetas someras o humedales de depresión; b) otros se desarrollan a lo largo de orillas poco profundas, que ocasional o estacionalmente son inundadas por las aguas del río o arroyo, o humedales de ribera, pero que permanecen secos durante la mayor parte de la estación de crecimiento, c) los que se desarrollan a lo largo de áreas costeras de grandes lagos y mares o humedales costeros. Lo que diferencia estos tres tipos de humedales es la dirección del flujo de agua. En a) el flujo es vertical, incluyendo precipitaciones, y flujo capilar, en b) es unidireccional y en c) es en dos direcciones.

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Estructura e Hidroperíodo

La estructura de un humedal está influida por los fenómenos que lo crearon, es decir por su hidrología. Esta tiene dos componentes: a) las propiedades del agua y sus movimientos: precipitaciones, flujo superficial y subsuperficial, dirección energía cinética y química, b) el hidroperíodo que incluye la duración, frecuencia, profundidad, y estacionalidad de las inundaciones. La duración de un hidroperiodo es diferente entre humedales. En los de “depresión” es más largo, los de ribera tienen un período corto de inundación asociado con el máximo caudal del río, mientras que el viento y las olas influyen en humedales costeros. El hidroperíodo influye en la composición vegetal, dominando diferentes grupos (sumergidas, arraigadas) según las características y combinaciones de períodos de humedad y desecamiento del humedal a lo largo del año. Si la cubeta es profunda en el centro y de área grande pueden desarrollarse diferentes zonas de vegetación, que refleja la respuesta de las plantas al hidroperiodo. Los períodos de sequía y humedad pueden inducir ciclos de vegetación asociados a cambios en el nivel del agua. Biológicamente, los humedales están entre los ecosistemas más ricos e interesantes que contienen una comunidad muy diversa de invertebrados bentónicos, limnéticos y litorales (especialmente crustáceos e insectos), que junto con los peces son la base alimenticia para muchos grupos de aves. Además albergan gran diversidad de anfibios y reptiles. Los herbívoros constituyen un componente destacado de la fauna: los microcrustáceos filtran algas de la columna de agua, los caracoles comen las algas que crecen sobre las hojas y restos orgánicos, algunas aves pastan en los brotes de la vegetación emergente, algunas especies de patos también consumen algas.

Los humedales y el ciclo del agua

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Los Humedales juegan un papel muy importante en el ciclo del agua: reciben agua por precipitaciones (lluvia, nieve, granizo), agua subterránea o a través de ríos y arroyos, y la liberan ya sea a otros cursos de agua superficiales, por infiltración a través del suelo constituyendo depósitos de agua subterránea o por evaporación y transpiración de las plantas nuevamente a la atmósfera. Como en general el agua se acumula o su circulación en los humedales es más lenta, su liberación ocurre también más lentamente, y esto tiene importantes efectos: Funcionan como reguladores de los excesos y deficiencias hídricas Favorecen la mitigación de crecientes, la recarga y descarga del agua subterránea. Juegan un rol fundamental en el ciclo de la materia - energía y en el mantenimiento de la calidad del agua, mediante la retención, transformación y transporte de sedimentos, nutrientes y contaminantes. La disponibilidad del agua dulce se evidencia como uno de los problemas ambientales más significativos de los próximos años, por lo tanto la conservación de los humedales es de importancia vital para la humanidad.

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Figura 1. Los Humedales y el ciclo del agua (Fuente Internet)

Los Humedales y la diversidad biológica

Mayormente sustentan una importante diversidad, y en muchos casos constituyen hábitat críticos para especies seriamente amenazadas. Asimismo, dada su alta productividad, pueden albergar poblaciones muy numerosas de animales. Muchas especies están asociadas a los humedales ya sea en una etapa de su ciclo de vida, para alimentarse, nidificar o descansar. Son muy importantes para aves migratorias. Los recursos naturales provistos por los humedales son necesarios para el desarrollo de numerosas actividades humanas, como la pesca, el aprovechamiento de la fauna silvestre, el pastoreo, la agricultura, la actividad forestal, el transporte, la recreación y el turismo. A pesar de todos estos beneficios, durante siglos los humedales fueron considerados tierras marginales que debían ser drenadas o recuperadas, ya sea para mejorar las condiciones sanitarias o para su afectación a la producción, ampliación del área agrícola o urbana. Una estimación indica que debido a la actividad humana se han perdido, a nivel mundial, más del 50% de los humedales.

Figura 2. Los humedales y la diversidad biológica “Vista en sección vertical de las comunidades acuáticas y terrestres. En ambas, la zona de descomposición y regeneración corresponde al estrato inferior y la zona de fijación de energía al estrato superior. De izquierda a derecha: la estratificación y complejidad de la comunidad aumenta. La estratificación en las comunidades acuáticas es en gran manera física, influida por los gradientes de oxígeno, luz y temperatura. La estratificación en los ambientes terrestres

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Aspectos ecológicos de humedales. Un enfoque funcional Martin G. Sirombra es en gran medida biológica. La vegetación dominante afecta a la estructura física de la comunidad y a las condiciones microclimáticas de temperatura, humedad y luminosidad. Ya que los bosques tienen cuatro o cinco estratos, estos pueden albergar una mayor diversidad de formas de vida que un pasto con dos estratos. Las comunidades vegetales acuáticas flotantes o emergentes pueden albergar mayor diversidad que las aguas abiertas” (Fuente Smith & Smith, 2001).

Importancia de los Humedales

Del mismo modo que existe una tendencia a represar los ríos, los humedales tienden a ser drenados según estándares humanos: tierras de cultivo, vertederos, industrias etc. La realidad es que asumen una importancia ecológica y económica desproporcionada en relación a su tamaño (Cappato, 2000). En general son vistos como una desventaja económica por propietarios de tierras ya que no proporcionan ingresos económicos y el gobierno, obtiene poca entrada en impuestos. La fauna nativa es considerada una amenaza para los cultivos. Su principal contribución esta relacionada con la hidrología: recargad e aguas subterráneas, descargando el agua de lluvia etc. lentamente en los acuíferos. Los humedales actúan como sistemas filtradores de la contaminación del agua. La vegetación extrae el exceso de nitrógeno, fósforo, sulfatos, cobre, otros metales pesados llevados por el agua de escorrentía y por afluentes, y los incorpora a su biomasa. Debido a su capacidad para filtrar metales pesados y modificar el PH, se está empezando a tratar las aguas residuales urbanas en humedales construidos especialmente con este fin. Por otra parte constituyen lugares de recreación y son importantes zonas de nidificación e invernada para aves silvestres. En líneas generales, un mosaico de humedales en un ambiente terrestre incrementa la abundancia y diversidad de las poblaciones de fauna silvestre. La pérdida de humedales ha alcanzado un punto en el que tanto sus valores ambientales como socioeconómicos – incluyendo hábitat de aves, abastecimiento y calidad de agua, prevención de crecidas y captura de sedimentos – están en alerta roja, siendo su futuro incierto.

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Conceptos relacionados con el manejo de humedales

La conservación y el manejo de humedales implican el uso sostenible de sus recursos a través de un enfoque integrado. Esta idea, implica un uso que produzca mayor beneficio continuo para las generaciones presentes, manteniendo al mismo tiempo su potencial para satisfacer las necesidades y aspiraciones de las generaciones futuras. Para el logro de estos fines resulta de utilidad el desarrollo de planes de manejo, que según las características - funciones del humedal y los aspectos socioeconómicos del área, examine los usos posibles de dicho ambiente. Dado que el agua fluye naturalmente, existe una estrecha vinculación entre los ecosistemas acuáticos permanentes, los temporariamente húmedos y los terrestres adyacentes. Esta situación evidencia la vulnerabilidad de los humedales a impactos que ocurren fuera de ellos. Se impone entonces un enfoque integrado que considere los diferentes ecosistemas asociados. Para el caso de un humedal continental resultará esencial referirse así a la cuenca hidrográfica como unidad ambiental mínima deseable. Por tratarse de zonas muy dinámicas, los humedales poseen una variabilidad temporal importante, esta situación implica que los planes de manejo deban someterse a análisis y revisión permanentes. Por otra parte, la participación de los diferentes sectores involucrados en la utilización de los recursos naturales y de la comunidad local, asegura una mayor eficacia de los planes de manejo desarrollados. Regeneración de Nutrientes en Ecosistemas Acuáticos La mayoría de los procesos químicos y bioquímicos que intervienen en el reciclado de nutrientes ocurren en el medio acuoso (ecosistemas terrestres y acuáticos). Lo característico de ríos, lagos y océanos es la sedimentación de nutrientes en los depósitos del fondo, a partir de donde son regenerados (por descomposición bacteriana en los sedimentos acuáticos) y retornan lentamente a las zonas de productividad. Los sedimentos en los sistemas acuáticos son la contrapartida de los suelos terrestres, pero difieren de los suelos en dos aspectos importantes. La regeneración de nutrientes a partir de detri-

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tus vegetales ocurre cerca de las raíces, mientras que las algas y las plantas acuáticas asimilan nutrientes directamente del agua en las zonas superiores (fóticas) iluminadas por el sol, a menudo lejos de los sedimentos del fondo. Por otra parte la descomposición de los detritus terrestres ocurre en condiciones aeróbicas (con relativa rapidez), mientras que los sedimentos acuáticos a menudos se tornan anóxicos (sin oxígeno) y disminuye por lo tanto la velocidad de descomposición. Fósforo y Eutrofización

El fósforo suele ser escaso en aguas bien oxigenadas de la superficie de cuerpos de agua, por lo tanto su bajo nivel limita la producción de sistemas de agua dulce. Esto es debido a que el fósforo forma compuestos insolubles con el hierro y precipita fácilmente bajo condiciones de aguas superficiales bien oxigenadas. Los cuerpos de agua naturales muestran una amplia gama de productividades según los ingresos de nutrientes desde el exterior (precipitación, corrientes de agua etc.) y la regeneración dentro del lago (recarga interna). En lagos poco profundos (sin hipolimnio) la reposición interna se produce continuamente mediante resuspensión de los sedimentos del fondo, si es algo mas profundo, los vientos pueden mezclar el agua y si es muy profundo, las aguas del fondo rara vez se mezclan con las superficiales. Los ecólogos especializados en hábitat acuáticos clasifican a los lagos en una serie continua que va desde los mal nutridos (oligotróficos) hasta bien nutridos (eutróficos), según su estado de nutrientes y su producción. Los lagos eutróficos tienen patrones temporales característicos de producción y reciclado de nutrientes, que mantienen el sistema en estado de equilibrio. El agregado de nutrientes en forma de aguas cloacales y drenaje de tierras agrícolas fertilizadas, puede producir una inadecuada carga de nutrientes y alterar los ciclos naturales en cuerpos de agua. El aumento de la producción no es malo por sí mismo; en efecto muchos lagos o embalse son fertilizados para aumentar la producción de peces. Pero la hiperproducción puede conducir a un desequilibrio cuando los procesos de regeneración natural no pueden manejar el

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aumento de las demandas sobre el reciclado. La contaminación orgánica (Ej. volcado de efluentes cloacales sin tratar en cuerpos de agua), crea una demanda biológica de oxígeno (DBO) como resultado de la degradación oxidativa del detritus por los microorganismos. Los nutrientes inorgánicos, que incluyen el drenaje del suelo agrícola fertilizado o residuos de fumigaciones, estimulan la producción de detritus orgánico lo que se agrega a la DBO. Este problema se incrementa en invierno cuando la tasa de fotosíntesis es baja y se genera poco oxígeno en el agua. En sus peores manifestaciones este tipo de contaminación puede producir agotamientos de oxígeno en el agua de superficie, lo que hace que los peces y otros organismos aeróbicos se asfixien. Si se interrumpen los ingresos externos de nutrientes, un cuerpo de agua puede retomar su condición original. Retornan las condiciones óxicas (O2), el fósforo precipita hacia el fondo y se restablecen los ciclos normales de asimilación y regeneración. Eutrofización en los ambientes acuáticos

La palabra eutrofización es de origen griego y hace referencia a la idea de "buena alimentación". Es un proceso originado por el incremento de nutrientes, que se traduce en una alta y fluctuante densidad del fitoplancton y frecuentes cambios en su composición de especies. Debido a sus características fisiológicas y ecológicas, las cianobacterias resultan competitivamente superiores a otros organismos del fitoplancton. La cianobacteria colonial Microcystis aeruginosa (Figura 3) es una de las especies más peligrosas, debido a la producción de una potente toxina algal (microcistina L-R) (Pitois, et al., 2000 ). La floración de cianobacterias afecta a otros organismos acuáticos y al agua misma. Pitois, et al. (2000); & Barbier (2000), mencionan los siguientes efectos: ü inhibición de la capacidad fotosintética de otras especies de algas por el sombreado. ü escasa disponibilidad de oxígeno en el agua que afecta la respiración de la fauna, debido a la muerte y descomposición de las densas poblaciones de cianobacterias. ü disminución de la calidad estética del agua por la producción de olor y sabor desagradables.

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Figura 3. Vista, bajo microscopio, de una colonia de Mycrocystis aeruginosa. Cianobacteria que frecuentemente produce floraciones algales. (Fuente Braga, 2003) Como se observa el fenómeno. Efectos

En la superficie del espejo de agua se destaca una espuma verdosa (Figura 4). A mayor concentración celular, despiden un fuerte y desagradable olor, similar al de un conocido insecticida. En esta etapa, pueden producir dos tipos de sustancias tóxicas (Prosperi, 2003): •



Las NEUROTÓXICAS (anatoxina): son de tipo bloqueante neuromuscular, que cuando están concentradas pueden llegar a producir parálisis cardiorespiratoria. Las HEPATOTÓXICAS (microcistina), Microcystis aeruginosa. Afecta al hígado por estancamiento de la sangre y hasta pueden producir un coma hepático.

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Figura 4. Vista de una floración algal. Nótese la espuma y coloración del agua. (Fuente Braga, 2003)

Algunas Recomendaciones En ambientes acuáticos de uso recreativo, se recomienda evitar el contacto directo cuando la densidad de la especie excede las 20.000 células por ml (Falconer, 1994). Además, recomienda controlar el desarrollo, de cianobacterias filamentosas de los géneros Anabaena, Nodularia, Aphanizomenon y Oscillatoria, que también producen toxinas, aunque comparativamente son menos potentes. La presencia de Cianobacterias en ambientes acuáticos –sobre todo si producen florecimientos- debe ser considerada "a priori" como un INDICIO DE EUTROFIZACIÓN, es decir de aguas con exceso de nutrientes, anticipando además, la posible presencia de florecimientos tóxicos con los consiguientes efectos (Prosperi, 2003).

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La Vegetación como indicadora del Ambiente La vegetación es uno de los elementos del paisaje de más fácil percepción por el ojo humano. A diferencia de los animales, son sésiles facilitando las observaciones y mediciones. Las especies que forman la vegetación responden individualmente y en conjunto a los factores bióticos y abióticos del medio, por lo cual reflejan muchas de sus características a través de su composición florística y de su arquitectura. Las respuestas de la vegetación a los cambios ambientales, son relativamente rápidas comparándolas con las del suelo, pero relativamente lentas con relación a cambios en regímenes hídricos. La vegetación como elemento del paisaje también provee información histórica. Aquel que sabe leer la vegetación, puede extraer muchos datos acerca de otros elementos del paisaje, del paisaje natural en su conjunto, de las relaciones sociedad naturaleza y de su historia. Para ello se requiere tener conocimientos acerca de los tipos de respuestas de la vegetación a los factores ambientales; del efecto de la escala sobre la respuesta y de los métodos que pueden emplearse para explicar estas respuestas y predecirlas (Mateucci et al, 1998). El término vegetación es muy amplio y se refiere a muchas formas de manifestación de las plantas sobre la superficie terrestre. Es un conjunto de plantas que forman parte de un ecosistema en un sitio dado. Es una capa de materia viva que recubre la superficie del sitio, con mayor o menor grado de cobertura. Es el resultado de los factores ambientales actuando sobre el pool génico disponible, por lo tanto, refleja el suelo, el clima, la disponibilidad de agua y nutrientes, numerosos factores bióticos y antropogénicos y el paso del tiempo: Vegetación terrestre o acuática (hace referencia a tipos de adaptación a medios particulares), Vegetación invernal o estival (a estacionalidad en el crecimiento), Vegetación tropical o templada (a categorías climáticas). La vegetación se estructura jerárquicamente en dos sentidos: vertical y horizontal. A cada nivel jerárquico, la vegetación se manifiesta de manera diferente y refleja variables distintas o niveles distintos de las mismas variables. Esto implica que la lectura que se haga de la vegetación depende del nivel jerárquico que se considere. La vegetación está formada por individuos vegetales (plantas) cuyas propie-

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dades son estudiadas por la Fisiología. Este es un nivel jerárquico del cual la ecología no se ocupa, pero cuyo comportamiento forma parte del análisis como información básica para explicar el funcionamiento del conjunto. La ecología se ocupa de todos los niveles por encima del de organismo. El nivel siguiente es el de población (conjunto de individuos de una misma especie creciendo juntos en un área dada). El estudio de las poblaciones en su ambiente es tema de la Autoecología. En general los individuos de diferentes poblaciones se entremezclan formando comunidades, estudiadas por la Sinecología o fitosociología. Una comunidad es una agregación en proporciones definidas de plantas de diferentes especies, que son interdependientes en mayor o menor grado, que utilizan los recursos de un hábitat común, que ellas mantienen o modifican. Esta definición incluye varios elementos: I) la identidad, dada por el hecho de que las poblaciones se encuentran en proporciones definidas, II) las relaciones entre especies, que pueden ser de competencia (utilizan recursos de un hábitat común) o de simbiosis o cooperación (pueden ser interdependientes); III) la dinámica funcional y temporal, expresada en el mantenimiento o modificación del medio. El nivel siguiente de organización es el de ecosistema, en el cual se integran las comunidades vegetales con las animales y con los factores abióticos del medio. Este modelo jerárquico de la vegetación, responde a la aplicación ecológica del axioma holístico del todo es más que la suma de sus partes, expresado a principio de siglo (1926) por Smuts (en Naveh y Lieberman, 1944), Citados por Mateucci et al (1998).

Tipos Funcionales de Plantas (TPFs). Desde una perspectiva práctica

El enfoque de TFPs se basa en la utilización de caracteres de significado ecológico y provee clasificaciones flexibles, que varían de acuerdo con la escala de análisis y los objetivos de investigación. El enfoque de TFPs es útil para describir la biodiversidad funcional del mundo vegetal a diferentes escalas espaciales. También ayuda a comprender los efectos de la biodiversidad sobre procesos eco sistémicos. Este enfoque es complementario de la clasificación clásica y filogenética (Díaz, et al. 2002).

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Se trata de grupos de plantas, frecuentemente polifiléticos (no emparentadas), que presentan respuestas similares al ambiente y producen efectos similares en los principales procesos ecosistémicos, como productividad, ciclado de nutrientes o transferencia trófica. El enfoque funcional se basa en caracteres ecológicamente significativos, o sea, relevantes para las relaciones de la planta con su entorno abiótico y biótico. En el caso de humedales, podemos decir que tanto los vegetales sumergidos, flotantes y arraigados cumplen con una función similar al extraer nutrientes del medio acuoso, nótese que se hace referencia a grupos de plantas no emparentadas, desde algas microscópicas a plantas superiores. El sistema de tipos funcionales resulta muy útil a la hora de comparar floras y comunidades con pocas semejanzas taxonómicas o filogenéticas. También permite resumir la enorme diversidad de especies que existen en los sistemas naturales, en un número menor de grupos con comportamiento más o menos predecible ante determinados factores. Esto es particularmente útil en aquellos casos donde es preciso obtener información básica en poco tiempo. La principal razón es que el enfoque funcional permite entender las relaciones entre biodiversidad, factores abióticos y procesos ecosistémicos de un modo tal que las clasificaciones taxonómica clásica y filogenética, por sí solas, no pueden. Hay creciente consenso en que el número de especies es solo uno de los componentes de la biodiversidad de un área. La biodiversidad funcional, o sea el tipo y rango de caracteres funcionales presentes, es considerada más importante que el número de especies per se para la determinación de los procesos eco sistémicos. El tipo de caracteres morfofuncionales que presentan las plantas más abundantes en un área no sólo muestran claramente cuáles son los factores selectivos más importantes (disponibilidad de agua, temperatura, herbivoría, eutrofización, etc.), sino que determinan fuertemente la magnitud, tasa y dirección de los procesos eco-sistémicos. Por ejemplo, la velocidad de crecimiento, el contenido de nutrientes y la periodicidad de las hojas de las especies dominantes influyen directamente sobre la productividad primaria, capacidad de carga para herbívoros y ciclado de nutrientes de un ecosistema. El enfoque de TFPs no es bueno para la catalogación estandarizada ni provee información sobre cómo

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evolucionaron los distintos síndromes de caracteres que aparecen en el presente. Sin embargo, es el que posee las mejores herramientas para entender cómo las especies reaccionan ante cambios en el clima y en el uso de la tierra y cómo la biodiversidad afecta los procesos eco-sistémicos y los bienes y servicios que las sociedades humanas obtienen de ellos (Díaz et al, 2002). Muchas especies diferentes de plantas acuáticas, fueron y son utilizadas para el tratamiento de las aguas negras. Su biomasa resultante es destinada a diferentes usos (alimentación de animales, elaboración de biogas, papel etc.). Sirombra (2000), presenta una síntesis de una propuesta de aplicación de macrófitas para depuración de aguas cloacales para la ciudad de Trancas, Tucumán. Cuenca del río Salí - Dulce Nace en el sur de la Provincia de Salta en la confluencia de dos tributarios locales: los ríos Candelaria y Tala. Ambos ocupan un área de 3.750 Km 2 en Salta, con 37 y 40 Km de longitud respectivamente. El río Salí, que recibe este nombre desde el límite con Salta, es el colector de toda la cuenca en Tucumán y derrama en la presa El Frontal. Desde allí se llama río Dulce hasta la laguna de mar Chiquita en la Provincia de Córdoba. En la cuenca Salí - Dulce se consideran dos regiones: la SUPERIOR y la INFERIOR. La primera comprende el área sur de la Provincia de Salta y el área que ocupa la cuenca del Salí en Tucumán. La segunda, se desarrolla desde el límite de Tucumán y Santiago del Estero en la presa El frontal hasta la laguna de Mar Chiquita en Córdoba. Región Superior. La región superior de la cuenca Salí - Dulce abarca un área total de 20.000 Km2, de los cuales 3.750 Km2 corresponden a Salta y 16.250 Km2 en Tucumán, ocupando un área equivalente al 72.14 % de la Provincia. Sus límites son al Norte las estribaciones de las Sierras Pampeanas y Subandinas (cumbres Calchaquíes, Sierra de Santa Bárbara, Sierra de la Candelaria y Sierra de Medina), colectando las descargas al Este, Sur y Oeste respectivamente de esta área montañosa; al Oeste, la línea divisoria de aguas en las cumbres

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Calchaquíes y Sierras del Aconquija, colectando la vertiente Este de las mismas, que a través de arroyos y ríos finalizan como afluentes del río Salí. Desde las altas cumbres mencionadas, fluyen en abanico y constituyen la gran área, en franja de captación y descarga del recurso agua de Tucumán. Al Sur limita con las Sierras de Narváez y de Guasayán y, al Este con la llanura Chaco - Pampeana. En esta cuenca se concentra la mayor parte de la población y por ende también la mayor actividad en Tucumán. Es zona de suelos fértiles, abundancia de agua pero también con suelos frágiles por las pendientes y el régimen de lluvias. Tienen fuertes contrastes de desniveles, con alturas máximas de 5.500 msnm en el Clavillo, descendiendo hacia el este, hasta alrededor de 3.000 msnm. En algunos ríos, esto ocurre en trayectos cortos que oscilan entre 30 y 60 Km de recorrido. La cuenca del río Salí puede subdividirse en dos sub cuencas: Subcuenca Tapia - Trancas y Subcuenca Aconquija - Salí. Cada una comprende diferentes tipos de comunidades vegetales y asociaciones particulares, como consecuencia de la geomorfología, precipitación, insolación y altura sobre el nivel del mar. Las aguas de la sub cuenca Tapia – Trancas convergen en el embalse El Cadillal. Sobre la limnología de este embalse conviene consultar a Tracanna et al (1991). Asimismo Villagra de Gamundi, et al (1993) realizaron un detallado trabajo sobre la limnología físico química del río Salí y sus tributarios, en áreas próximas al embalse El Cadillal. En cuanto a la subcuenca Aconquija Salí, corresponde mencionar el alto grado de contaminación de los ríos y arroyos que la componen. Esto es debido a las actividades agrícolas e industriales que se desarrollan en la zona. Una nuestra de esta situación es el Embalse Termas de Río Hondo. Acerca de la problemática de los embalses del NOA, se sugiere consultar el trabajo de Locascio de Mitrovich et al (1997). El Superior Gobierno de la Provincia de Tucumán publicó en el año 2000, el Diagnóstico de la Contaminación de la Cuenca del Río Salí. Plan Integral de Acción para la Solución de la Contaminación de la Cuenca del Río Salí. Este se puede consultar en la Dirección de Medio Ambiente, Cuadernos de Medio Ambiente N° 3. En la provincia de Tucumán convergen, debido a su topografía, clima y posición geográfica, tres dominios biogeográficos (Figura

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5): Amazónico, Chaqueño y Andino Patagónico, incluyendo las siguientes provincias fitogeográficas "yungas" perteneciente al Dominio Amazónico); "Chaqueña, Prepuneña y del Monte " del Dominio Chaqueño y "Altoandina y Puneña" correspondientes al Dominio Andino – Patagónico (Vervoorst, 1981). Esta situación se evidencia en la abundante biodiversidad que posee (Sirombra & Neder, 2003). La provincia fitogeográfica de las Yungas, con sus pisos altitudinales, constituye el sitio principal de captación, regulación y control de la cuenca media y baja del Río Salí (Morales et al 1995). Su conservación es clave para asegurar el futuro del agua y por consiguiente, el futuro desarrollo de la provincia de Tucumán. Asimismo la conservación de la calidad ecológica de la vegetación de los márgenes de los ríos, constituye la clave para el mantenimiento de corredores biológicos, la biodiversidad, la regulación de los cursos de agua, las propiedades físicas y químicas del agua etc.(González del Tánago, 2002; Sirombra, 2003).

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Figura 5. Características de la vegetación de la Provincia de Tucumán. Obsérvese el avance de la urbanización y de la agricultura en el Este y la relativamente pequeña fracción remanente, de vegetación de selva (yungas) en las serranías y cadenas montañosas del oeste provincial.

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