A
NACIONES UNIDAS
Asambl•• Genera.
•
PROVISIONAL A/40/PV.19 3 octubre 1985 ESP~L
cuadragésimo período de sesiones ASAMBLEA
GEN~RAL
ACTA TAQUIGRAFICA PROVISIONAL DE LA 19a. SES!CN Celebrada en la Sede, Nueva York, el miércoles 2 de octubre de 1985, a las l5.0C horas
,
Presidentea
Sr. DE PINIES
más tardes
Sr. GUISSOU (Vicepresidente)
(Burkina Faso)
más tardes
Sr. BASSOLE (Vicepresidente)
(Burkina Faso)
más tardes
Sr. GUISSOU (Vicepresidente)
(Burkina Faso)
(Espana)
Coordinación administrativa y presupuestaria de las Naciones Unidas con los organismos especializados y el Organismo Internacional de Energía Atómica: informe de la Quinta Comisi6n (119) Dependencia Común de Inspecci6ns
informe de la Quinta Comisi6n [120)
Debate general (9) (continuaci6n) Discurso del Sr. Rodolfo Antonio Castillo Claramount, Vicepresidente Ministro de Relaciones Exterioras de la República de El Salvador
J
Declaraciones formuladas por. Sr. Sr. Sr. Sr.
Ndinga Oba Estimé Al Nuarni Farah
(Congo) (Haití) (Emiratos Arabes Unidos) (Djibouti)
Este documento contiene la verei6n taquigrkfica de los discursos pronunciados en espanol y de la interpretaci6n de los demás discursos. El texto definitivo será reproducido en los Documentos Oficiales de la Asamblea General. Las correcciones deben referirse solamente a los discursos originales y se enviarán firmadas por un miembro de la delegaci6n inter.esada, e incorporadas en un ejemplar del acta, dentro del plazo de una semana, a la Jefa de la Sección de Edici6n de los Documentos Oficiales, Departamento de Servicios de Conferencias, 2 united Nations Plaza, oficina DC2-0750. 1989V 85-64114/A
Espaftol AF/jg
A/40/PV.19 -2-
Se abre la sesi6n a las 15.30 horas. TEMAS 119 Y 120 DEL PROGRAMA COORDINACION ADMINISTRATIVA Y PRESUPUESTARIA DE LAS NACIONES UNIDAS CON LOS ORGANISMOS ESPECIALIZADOS Y EL ORGANISMO INTEr..NACIONAL DE ENERGIA ATOMICA: INFORME DE LA QUINTA COMISION (A/40/695) DEPENDENCIA COMUN DE INSPECCION:
INFORME DE LA QUINTA COMISION (A/40/695)
El Sr. Meltke(República Democrática Alemana), Relator de la Quinta Comisión, presenta el informe de dicha Comisi6n (A/40/695) Sr. MELTKE (República Democrática Alemana) (Relator de la Quinta Comisi6n) (interpretación del inglés):
Es para mí un gran placer presentar el
primer informe sustantivo de la Quinta Comisi6n en este cuadragésimo período de sesiones de la Asamblea Ge." ralo
El informe que aparece en el documento A/40/695
se refiere a los temas 119, titulado "Coordinación Administrativa y Presupuestaria de las Naciones Unidas con los organismos
esp~cializados
y el Organismo
Internacional de Energía At6mica" y 120, titulado "Dependencia Común de Inspecci6n". Se refiere concretamente a la cuestión de los servicios comunes para las organizaciones de las Naciones Unidas en el Centro Internacional de Viena. respecto, la Quinta
C~misi6n
A este
recomienda en el párrafo 5 de su informe, un proyecto
de decisi6n a la aprobaci6n de la Asamblea General. Este proyecto de decisi6n fue aprobado por la Quinta Comisi6n sin objeciones. El PRESIDENTE:
De no haber propuesta alguna, con arreglo al artículo 66
del reglamento, entenderé que la Asamblea General decide no discutir el informe de la Quinta Comisi6n. Así queda acordado. El PRESIDENTE:
Por consiguiente, las delegaciones s6lo harán
declaraciones de explicaci6n de voto. Las posiciones de las delegaciones respecto de la recomendación de la Quinta Comisi6n se manifestaron claramente en los debates de la Comisi6n y se reflejan en las actas resumidas correspondientes.
Espaftol AF/jg
A/40/PV.19
El Presidente
-3-
Me permito recordar a los representantes que en el párrafo 7 de su decisión 34/401, la Asamblea General dispuso que cuando el mismo proyecto de
~esoluci6n
se
examinase en una Comisión Principal y en sesión plenaria, las delegaciones, en la medida de lo posible, explicarían su voto una sola vez, ya fuera en la Comisión o en sesión plenaria, a menos que votasen de distinta manera en cada una de ellas. Deseo igualmente recordar a los representantes que, con arreglo a la decisión 34/401, las explicaciones de voto se limitarán a 10 minutos y las delegaciones deberán formularlas desde sus asientos. La Asamblea adoptará ahora una decisión sobre la recomendación de la Quinta Comisión que figura en el párrafo 5 de su informe (A/40/695).
El proyecto de
decisión que figura en el párrafo mencionado se titula "Servicios de conferencias unificados y otros servicios comunes para las organizaciones de las Naciones Unidas en el Centro Internacional de Viena" y fue aprobado por la Quinta Comisión sin objeciones. ¿Puedo considerar que la Asamblea desea hacer lo propio? Así queda acordado. TEMA 9 DEL PROGRAMA DEBATE GENERAL (continuación) DISCURSO DEL SR. RODOLFO ANTONIO CASTILLO CLARAMOUNT, VICEPRESIDENTE RELACIONES EXTERIORES DE LA REPUBLICA DE EL SALVADOR El PRESIDENTE:
y
MINISTRO DE
La Asamblea escuchará ahora un discurso del
Vicepresidente y Ministro de Relaciones Exteriores de la República de El Salvador. El Sr. Rodolfo Antoni.o Castillo C:aramount, Vicepresidente y Ministro de Relaciones Exteriores de la República de El Salvador, es acompanado a la tribuna. El PRESIDENTE:
En nombre de la Asamblea General tengo el honor de dar la
bienvenida en las Naciones Unidas al Vicepresidente y Ministro de Relaciones Exteriores de la República de El Salvador, Su Excelencia el licenciado Rodolfo Antonio Castillo Claramount, y lo invito a hacer uso de la palabra en la Asamblea.
Espaftol AF/jg
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Sr. CASTILLO CLARAMOUNT (El Salvador):
Permítame expresarle mis más
sinceras felicitaciones por haber asumido la Presidencia del cuadragésimo período ordinario de sesiones de la Asamblea General.
Tengo la firme confianza que su
habilidad y experiencia diplomáticas garantizan el mejor de los éxitos.
ES también
motivo de especial complacencia el que un distinguido ciudadano de Espafta, país a qui~n
tanto debemos y admiramos, presida las delibernciones de este magno órgano. Asimismo, deseo reiterar mi reconocimiento al Secretario General, Sr. Javier
pérez de Cué1lar, por los esfuerzos que realiza en pro de la paz mundial, en un contexto en que la situación internacional se presenta cada vez más compleja. Deseo expresar la condolencia y solidaridad de mi pueblo y Gobierno, con el pueblo y Gobierno de México por el desastre natural sufrido hace unos pocos días. El Salvador estará al lado de México en estas horas de angustia ofreciéndole, sin reservas, todo su concurso de hermano latinoamericano que se identifica con las mismas inquietudes, sufrimientos, ideales y esperanzas. Es un honor para mí presentarme por primera vez en el plenario de este magno foro en el que se plantean problemas, posiciones y soluciones que generan diferentes expectativas acerca de los diversos y acuciantes conflictos que caracterizan la dinámica histórica de la sociedad mundial, particularmente cuando se celebran los 40 aftos de existencia de las Naciones Unidas, cuyos propósitos y principios siguen teniendo la misma vigencia e importancia que en 1945, como consecuencia de la fragilidad del sistema mundial y de las amenazas constantes que se ciernen sobre la paz y la seguridad internacionales. No obstante que el ámbito de acción de la Organización se ha ampliado, no sólo en términos geográficos, sino también por el incremento, la diversificación y la complejidad de la problemática internacional que aborda, y a pesar de que su fuerza y eficacia depende de la voluntad de todos los Estados Miembros, en especial la de países altamente desarrollados, los esfuerzos y logros alcanzados en estos 40 aftos de vivencia me producen un sentimiento de esperanza y fe en que alcanzaremos una com~nidad
internacional solidaria que permita mejorar las condiciones de nuestros
pueblos y naciones, a partir de la vigencia universal de los principios angulares de la justicia social y del derecho internacional en sus diferentes dimensiones, fundamentos de la armonía social, la unidad, la seguridad y la paz permanente.
Espaftol AF/jg
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Sr. Castillo Claramount, El Salvador
La situación en Centroamérica ha sido objeto de mucha atención en la comunidad internacion3l durante los últimos aftos, razón por la cual en esta oportunidad, y en la misma forma en que lo hiciera en 1984 el Ingeniero José Napoleón Duarte, Presidente Constitucional de la República de El Salvador, creo oportuno y de gran importancia exponer y aclarar ante las honorables delegaciones del mundo entero, aspectos relacionados con nuestro orden interno, tales como los'avances del proceso político, las medidas y los esfuezos para solidificar la democracia, y la percepción y posición de mi país ~nte la crisis regional, aspectos que, coyunturalmente, constituyen determi~antes fundamentales en la formulación de nuestras políticas.
Espaftol HL/rn/lag
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Sr. Castillo Claramount, El Salvador
También los problemas y conflictos internacionales de toda naturaleza, que inciden y afectan la estructura política, econ6mica y social de cada uno de los miembros de la sociedad internacional y que han sido expuestos en su multiplicidad de proyecciones por los distinguidos oradores que me han precedido, son objeto de nuestra preocupaci6n, y es así como deseo dejar constancia de la posici6n de El Salvador en varios asuntos relevantes de la política internacional. Las relaciones internacionales de El Salvador se fundamentan en una política de principios, consecuente con lo que creemos debe constituir una sociedad internacional justa y arm6nica, basada en el entendimiento, la buena fe y la cooperaci6n solidaria, y no en la desigualdad, la marginaci6n y la explotaci6n de los pueblos. Además, El Salvador, como país pequefto y subdesarrollado, enfrenta serios desafíos internos y externos que amenazan nuestra identidad, y nuestro sentido de independencia y libertad, causados por grupos empeftados en
alcanza~
el poder por la
fuerza de las armas, y que se valen de acciones terroristas, por la injerencia externa y por la penetraci6n ideol6gica antidemocrática. En el campo internacional considero necesario reiterar la importancia de luchar porque las relaciones entre los pueblos y las naciones se desarrollen en base a postulados filos6ficos doctrinarios que aseguren la vigencia del derecho internacional, en particular principios básicos como la igualdad jurídica de los Estados, la autodeterminaci6n de los pueblos, la no intervenci6n en los asuntos internos, la universalidad y democratizaci6n de las relaciones internacionales, la soluci6n pacífica de las controversias, la defensa de los derechos civiles y políticos y otros principios que, respetados y aplicados conscientemente por las naciones, darían como resultado relaciones arm6nicas que podrían ser a la vez los propios fundamentos de la paz y la cooperaci6n, condiciones previas necesarias para lograr los objetivos que realmente permitan evolucionar hacia una mayor justicia social internacional. Nadie desconoce en este foro las desigualdades de que son 7íctimas los países pequeftos y subdesarrollados, tampoco las dificultades que enfrentan para solucionar los principales problemas que inciden y obstaculizan su desarrollo. Es aquí donde surge como factor esencial el concepto de la dimensi6n internaclonal del desarrollo, en el que la configuraci6n de un nuevo orden econ6mico internacional debe dejar de ser una quimera para convertirse en una
Espaftol HL/rn/lag
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Sr. Castillo Claramount, El Salvador
realidad, de tal suerte que permita superar las relaciones asimétricas entre los Estados, que han sido el origen de grandes desigualdades y de algunas de las principales tensiones que sufre la comunidad internacional. Por ello, pugnamos no sólo por la reestructuración de las relaciones de intercambio, la eliminación de barreras proteccionistas en los países industrializados, sino también por la circulación de la información, de la transferencia de la ciencia y la tecnología, por un cambio en las formas de concertación para que se ajusten a los requerimientos del desarrollo y así superar situaciones que, como la deuda externa, limitan e impiden el progreso de nuestros países y se convierten en elementos de presión y de grave inestabilidad política y social.
Por ello estamos de acuerdo en que al tema de la deuda debe dársele
especial prioridad, encuadrado en un diálogo no sólo económico, sino político, en que las consideraciones contables deben ceder paso ante los aspectos de justicia aocial, único camino que conduce a la consecución de la paz interna y a la preservación de las instituciones democráticas. Este espíritu de comprensión, solidaridad y cooperación podría manifestarse con mayor amplitud en el marco del diálogo Norte-Sur, en el cual El Salvador es solidario con los otros países en vías de desarrollo que, unidos en el Grupo de los 77, realizan acciones para promover y adoptar medidas para su desarrollo. Entendemos que este proceso de cambio sería el medio idóneo para solucionar gradualmente los diferentes problemas y tensiones que afectan al mundo.
No
obstante, quiero enfatizar, reiterar, que los logros y avances se darán únicamente si se establecen fuertes vínculos de conciencia, de solidaridad y de cooperación internacional, para romper las cadenas del atraso y la miseria que padece la mayoría de los pueblos de la tierra. En esa misma dirección, abogamos por modelos económicos justr.s y por procesos de integración que minimicen la desigualdad económica y la brecha diferencial entre países ricos y países pobres, como base ineludible de la concordia y la seguridad internacionales. A pesar de la voluntad y de los esfuerzos realizados por
~as
naciones Unidas,
la comunidad internacional, permanentamente está amenazada por el fantasma dg una guerra de grandes proporciones, por la existencia de conflictos y tensiones, y por actitudes que violan las disposiciones de la Carta y ponen en peligro la paz y la seguridad internacionales.
Espaftol HL/rn/lag
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Sr. Castillo Claramount, El Salvador
Ante esta situaci6n deseo reiterar nuestra confianza y nuestro apoyo no s6lo a los principios y objetivos de la Carta,
~ino
también a la propia Organizaci6n, sin
cuyo concurso el ideal de la paz y de un mundo mejor para la humanidad sería mucho más oscuro e incierto. Creo oportuno referirme específicamente a algunos de los problemas que pre~cupan
a la comunidad internacional.
En lo que respecta al desarme mi delegaci6n expresa su preocupaci6n y lamenta que los esfuerzos para detener la carrera armamentista no hayan tenido avances significativos y, por el contrario, se hayan incrementado sustancialmente los presupuestos para la investigaci6n y producci6n de más armas de alto poder destructivo, tanto convencionales como nucleares, cuando parad6jicamente vivimos en un mundo en que un alto porcentaje de la poblaci6n sufre hambre y miseria. Sin embargo, una nota de esperanza la constituye la reuni6n que sostendrán en noviembre, en Ginebra, el Presidente de los Estados Unidos de América y el máximo dirigente de la Uni6n soviética.
Mi país hace votos por que ella sea lo más
fructífera posible puesto que en dicha materia no s610 está en juego la relaci6n estratégica entre ambas superpotencias, sino que afecta el destino de los demás pueblos del planeta. Queremos reiterar nuestra condena al régimen sudafricano por su política de apartheid, haciendo un llamado a las Naciones Unidas y a la comunidad internacional para que adopten las medidas necesarias en el cumplimiento de las disposiciones de la Carta y así contribuir a poner término a una política que ha sido bald6n para la humanidad. También nos preocupa la situación de Namibia y la falta de realizaci6n del contenido de la resolución 435 (1978) del Consejo de Seguridad.
Esta ausencia de
progreso es más significativa en este afto en que se conmemora el vigésimo quinto aniversario de la Declaraci6n de las Naciones Unidas en materia de descolonizaci6n. La prolongación y profundización del conflicto entre el Irán y el Irag, con su secuela de grandes pérdidas de vidas y de destrucci6n material y que amenaza involucrar en sus efectos a países vecinos, sigue siendo un motivo de preocupaci6n para la comunidad internacional.
Consideramos necesario que los países enfrentados
busquen fórmulas que permitan un acercamiento y establezcan negociaciones para una solución pacífica del mismo.
Espaftol HL/:n/lag
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Sr. Castillo Claramount, El Salvador
La situaci6n del Afganistán es una muestra de las actitudes hegem6nicas de una gran Potencia contra las aspiraciones y los derechos de un pueblo al que debe restaurársele su independencia y autodeterminaci6n.
Raz6n por la cual reiteramos
nuestro apoyo a los esfuerzos realizados por el Secretario General para encontrar una soluci6n política a dicho conflicto y esperamos que los países involucrados cumplan con las resoluciones de las Naciones Unidas, en especial la referida al retiro de las fuerzas de ocupaci6n y el respeto al derecho del pueblo afgano a determinar su propio destino. Nuestra posici6n en el problQma del Oriente Medio ha sido consecuente: rechazamos y condenamos todas aquellas acciones y posiciones que violan las disposiciones de la Carta y las resoluciones del Consejo de Seguridad y que crean una atm6sfera de inestabilidad e inseguridad para todos los países de la regi6n, impidiendo lograr una soluci6n integral, justa y duradera. Estamos de acuerdo en que el elemento central del conflicto es la cuesti6n de Palestina, por lo cual expresamos nuestro apoyo y nuestro deseo de que el pueblo palestino pueda ejercer sus derechos inalienables, incluido el de la libre determinaci6n.
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Sr. Castillo Claramount, El Salvador
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Al mismo tiempo apoyamos el reconocimiento universal a la existencia del Estado de Israel y su derecho a vivir en paz dentro de fronteras seguras y reconocidas. Mi delegaci6n no puede más que expresar su preocupaci6n y lamentar que los esfuerzos para lograr la paz en el Líbano no hayan sido positivos, observando que ha habido un recrudecimiento del conflicto.
Abogamos entonces porque se termine la
injerencia externa y que las fuerzas internas en pugna comprendan la necesidad de lograr un entendimiento para recobrar su status de Estado libre, soberano e independiente, a fin de terminar con los sufrimientos del noble pueblo libanés y restituir su derecho para decidir el tipo de sistema sociopolítico que corresponda a sus aspiraciones. La situaci6n de Kampuchea presenta una clara violaci6n a los principios, objetivos y resoluciones de las Naciones Unidas.
El Salvador considera que para
alcanzar una solución justa y duradera es condici6n indispensable que las fuerzas militares extranjeras se retiren de los territorios ocupados y que cesen los actos de intervenci6n en los asuntos internos del país, a efecto de permitir la restauraci6n de la independencia, soberanía e integridad territorial de Kampuchea. Así como existen situaciones y actitudes que atentan contra la paz y la seguridad internacionales, también existen acontecimientos dignos de elogio que contribuyen a fomentar la confianza y la cordialidad entre los pueblos y las naciones.
En este contexto es promisorio el progreso alcanzado en los últimos
tiempos en las relaciones entre la República de Corea y la República popular Democrática de Corea, adquiriendo relevancia el proceso con vistas a mantener un diálogo permanente y lograr un entendimiento que disminuya progresivamente las tensiones en el área, actitudes de las cuales el Gobierno de El Salvador no puede dejar de congratularse por tan alentadores indicios de buena voluntad. Si bien el Gobierno de El Salvador reconoce los nobles esfuerzos que guían el diálogo, reconoce la necesidad de que las Naciones Unidas contribuyan a fomentar esas conversaciones bilaterales para que gradualmente se creen las condiciones para una reunificaci6n pacífica de ambas Coreas, considerando que un factor que contribuiría a fomentar el diálogo y la búsqueda de una soluci6n pacífica podría darse a través de la adquisición de los derechos y obligaciones que se derivarían del ingreso a la Organizaci6n de las Naciones Unidas.
Espaftol JCE/rs/mlll
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Sr. Castillo Claramount, El Salvador
Bajo esos criterios y con base en el principio de la universalidad que caracteriza a la Organización, el Gobierno de El Salvador apoyaría cualquier solicitud que el Gobierno de la República de Corea presentase para ingresar como Miembro pleno de las Naciones Unidas. Mi Gobierno reitera su solidaridad y su apoyo a la hermana República Argentina en su diferendo con la Gran Bretana respecto a las Islas Malvinas, exhortando a ambos países para que reanuden las negociaciones a fin de encontrar a la brevedad posible una solución pacífica y justa a dicho problema. Me referiré ahora a los factores determinantes de nuestra política en el momento histórico en que vivimos. En contra de los designios, las acciones terroristas y las interpretaciones históricas realizadas por la extrema izquierda y la ultraderecha, respecto a nuestro proceso de democratización iniciado en 1979, fortalecido y legitimado progresivamente a través de las elecciones para una Asamblea Constituyente en 1982, presidenciales en 1984 y para diputados y concejos municipales en el presente ano, mi GObierno ha mantenido la convicción de que es factible impulsar un
proces~
democrático que responda a la voluntad y los intereses del pueblo salvadorefto, dentro de un marco de acción filosófico-político. En dicho marco, el pluralismo, la representación, la participación, la justicia social, la equidad y el bien común se constituyen en elementos estabilizadores y aglutinadores de una nueva sociedad, en la cual el individuo y la colectividad entera son los destinatarios últimos de la acción social y estatal, tal como lo establece nuestra Constitución política, planteando una alternativa histórica nacional a la crisis y ofreciendo opciones de solución pacífica e integral que contribuyan a consolidar el proceso y la nueva institucionalidad democrática de la República. Para consolidar dicho proceso se desarrolla y perfecciona la reforma agraria más integral en América Latina) se nacionaliza el sistema bancario y financiero) se nacionaliza también el comercio exterior, todo con el objeto de encauzar nuestras políticas y nuestros reCUrsos a la conformación de una sociedad más justa, democrática, participativa y solidaria que propugne por el bien común de la sociedad política como un todo, y del individuo como parte esencial de ese todo. Para asegurar ese bien común se deben garantizar los beneficios económicos del trabajo, de la propiedad y de la distribución de la riqueza, a partir de parámetros fundados en los principios de justicia y de equidad) esos constituyen los
Espafio1 JCE/rs/m1l1
Sr. Castillo C1aramount, El Salvador
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fuadamentos de nuestra política económica y es en esa razón que estamos aplicando medidas económicas que regulen las utilidades excesivas en el proceso productivo por parte de grupos minoritarios, en detrimento de la economía de las grandes mayorías, sin que ello constituya un intento de estatizar o centralizar las fuentes de producción.
Así, cerca de noventa mil familias son hoy propietarias de las
mejores tierras profuctivas del país, ya que al constituir la base del sector social de la economía el Estado les apoya en capacitación y en asistencia técnica y financiera. Estamos desarrollando la producción de fuentes alternativas de energía a partir de la cana de azúcar, asegurando mercados y precios a su producción, así como también estamos incrementando la producción de alcoholes carburantes para reducir nuestra dependencia energética. Dentro de nuestra política agraria, dirigentes campesinos, libremente elegidos por sus organizaciones, 'presiden organismos básicos que respaldan al proceso de reforma agraria.
Las organizaciones sindicales campesinas tienen participación
directa en los organismos financieros, de asistencia técnica y de capacitación. Finalmente, todos los
dis~nos
de la política agraria que se ejecutan cuentan con la
presencia y el control de dirigentes campesinos. Hemos democJ·é;1U.zado el crédito, no sólo en materia de otorgamiento, sino además de control, al entregar el 49% de las acciones de las instituciones bancarias y
financi~ras
al sector privado.
Al mismo tiempo se descentralizan,
modernizan e incrementan las líneas de créditos a los sectores populares. Es digno mencionar que dentro de nuestra política de bienestar y en atención a nuestro espíritu de proyección social, mi Gobierno, con la colaboración del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) y otros organismos internacionales impulsó este afio una exitosa campana de inmunización infantil a nivel nacional, hecho que cobra mayor relevancia ya que se efectuó dentro de una situación de conflicto que de ninguna manera ha desviado nuestra política de protección a este sector vital de nuestra sociedad.
Consecuente con
e110~
mi Gobierno exhorta a la
comunidad internacional a que apoye la noble meta de las Naciones Unidas de lograr para 1990 la inmunización de todos los nifios de nuestro planeta. En un mundo donde los derechos del hombre son tan frecuentemente violados, la protección y promoci6n integral de los derechos humanos constituyen parte fundamental de nuestra filosofía de Gobierno, y por eso, los mismos han sido
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Espaftol JCE/rs/mlll
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estipulados claramente en nuestra Carta Magna.
Sr. Castillo Claramount, El Salvador
Ellos representan nuestra máxima
aspiración luego de la historia de oprobio, represión y marginalidad que sufrían los sectores mayoritarios de nuestra patria. Es por ello que dentro de nuestro proyecto político la plena vigencia de esos derechos constituye uno de los objetivos primordiales, ya que los mismos son consustanciales a la persona humana y son la base de la realidad democrática, sustentada ésta en el ser humano y en el respeto y la protección de sus derechos inalienables. En atención a estos propósitos, mediante Decreto Legislativo No. 53, recientemente emitido, se aprobó la Ley de Creación de la Comisión de Investigación de Hechos Delictivos, la cual tiene a su cargo la investigación de aquellos delitos que por su incidencia ocasionen graves repercusiones en el orden público y social éiel país. Para asegurar los derechos y libertades fundamentales del pueblo salvadoreno se ha promovido la enseftanza activa y el conocimiento institucional de los instrumentos internacionales en materia de derechos humanos que obligan a El Salvador. Mi Gobierno está comprometido y obligado, por ética propia. a perfeccionar la situación de los derechos humanos del pueblo salvadoreno y en aras de ese objetivo realiza grandes esfuerzos para reformar el sistema judicial, para lo cual ya se formó la Comisión Especial Revisora del Sistema Judicial, esperando que a corto plazo exista una mayor capacidad y eficiencia, de acuerdo con los anhelos de la sociedad salvadorena.
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Espanol BA/7/jg
Sr. Castillo Claramount, El Salvador
Sin embargo, estos esfuerzos no son reconocidos y por el contrario son violentamente cuestionados por aquellos extremistas que, guiados por ideas contrarias a nuestra identidad histórico-cultural y aspiraciones democráticas, quieren alcanzar el POder por la vía violenta causando terror y destrucción mediante el ejercicio ilegítimo e irracional de la fuerza. Mi Gobierno, presidido por el Ingeniero José Napoleón Duarte, ha adoptado medidas y disposiciones que han mejorado sustancialmente el disfrute de esos derechos, los cuales progresiva y gradualmente alcanzarán mayores niveles en la medida en que la situación interna se normalice en todo el territorio nacional, opinión que comparten - y así lo testifican - diferentes gobiernos y organizaciones que han estudiado la situación de los derechos humanos y libertades fundamentales en El Salvador, dando como resultado un mayor reconocimiento a los esfuerzos que realizamos. Las violaciones a los derechos humanos son imputadas tradicionalmente a los gobiernos, especialmente por razones políticas e ideológicas.
En el caso de
El Salvador, diferentes gobiernos y organizaciones internacionales públicas y privadas han constatado y reconocido que los grupos de oposición armada al Gobierno legalmente constituido han violado los derechos humanos fundamentales de nuestra población.
En ese sentido, creo oportuno presentar ante la conciencia de los
distinguidos aclegados y dejar constancia en este foro, de dos hechos recientemente ocurridos en El Salvador que conmocionaron a la opinión pública y que han sido condenados por diferentes sectores nacionales e internacionales.
Me refiero al
secuestro por el Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional de más de 21 alcaldes de ciudades de la zona oriental del país que fueron electos libre y democráticamente por el pueblo en las elecciones que se celebraron en marzo de este anOI Y más recientemente el secuestro de la senora Inés Guadalupe Duarte Durán, hija del senor Presidente de la República, hecho ejecutado con lujo de barbarie, en el que simultáneamente se secuestró a la senorita Ana Cecilia Villeda Sosa y se asesinó a un miembro de seguridad, dejando gravemente herido a otrol acción que además puso en peligro la vida de otras personas.
Estas actividades, por su forma
y carácter son claramente tipificadas como acciones terroristas y constituyen una violación a los derechos y libertades fundamentales de la persona humana. Asimismo, tal acción presupone una actitud ética insana que surge, contradictoriamente, cuando los
ter~oristas-guerrillerospretenden
justificar sus
criminales acciones como actos revolucionarios revestidos de una pretendida moralidad en la cual ya nadie cree.
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Sr. Castillo Claramount, El Salvador
Por ello solicitamos la firme solidaridad de la comunidad internacional para condenar cualquier forma y tipo de terrorismo, nacional o internacional, a fin de avanzar en la promoción y la protección universal de los derechos humanos, ya que tenemos la convicción de que intereses determinados y contraposiciones ideológicas y políticas no pueden justificar el apoyo a hechos que son repudiados por la comunidad internacional, como lo son el secuestro y los criminales atentados en contra de personas inocentes, con fines políticos. Con una clara decisión y la esperanza de un mejor futuro para el pueblo salvadoreno hemos emprendido ingentes esfuerzos, comprendidos en cinco grandes objetivos que se constituyen en lineamientos indispensables para alcanzar la paz, aspiración básica del pueblo salvadoreno. Nuestros esfuerzos se encaminan a lograr la humanización del conflicto, la pacificación, fundamentada en el diálogo sincero y no táctico, la democratización, estimulando la concurrencia de todos los sectores sociales en el esquema pluralista que impulsamos, la participación también del pueblo en las decisiones del Gobierno a través del pacto social propuesto a la nación. y la reactivación económica, tendiente a estabilizar nuestra economía con la función básica de enfrentar los problemas que afectan a la mayoría de nuestro pueblo. A la vez que estamos tratando de superar las raíces estructurales de la violencia social, hemos aceptado el reto de humanizar el conflicto, en contraposición a la oposición alzada en armas, que con una interpretación desfasada de la realidad histórica que vivimos, ha decidido continuar con su estrategia de guerra popular prolongada, dedicándose al terrorismo indiscriminado en sus diferentes formas, al sabotaje, la destrucción de vidas humanas y de bienes públicos y privados, en un insensato y antipatriótico afán de bloquear y distorsionar el proceso democrático que constituye la verdacsra opción histórica de nuestro pueblo. Los sucp.sivos eventos electorales en los cuales ha habido una masiva participación del pueblo salvadoreno, realizados en presencia de numerosos observadores internacionales, permiten afirmer ante propios y extranos la legitimidad incuestionable de nuestro proceso democrático. Nuestro proyecto político conlleva el máximo deseo de promover un proceso dinámiccl orientado hacia una sociedad libre y justa, basado en la responsabilidad y la participación activa de todos los sectores de nuestra sociedad en los asuntos del Esta.do, por lo que nuestra tarea básica consiste en defender y perfeccionar sostenidamente las bases reales y los principios éticos de una sociedad democrática, participativa y pluralista.
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Espanol BA/7/mm
Sr. Castillo Claramount, El Salvador
Durante el trigésimo noveno período de sesiones de esta Asamblea General, el senor Presidente de la República de El Salvador propuso a los grupos alzados en armas en mi país una oferta de paz en la que a través del diálogo se tendiese al logro de la reconciliaci6n nacional, dentro de un contexto de democracia, justicia y equidad y en el marco de nuestra constituci6n política, con el objeto de crear f proporcionarles un espacio político para que se integrasen a la gran tarea de la democratizaci6n de nuestra patria. Consecuente con los grandes objetivos de pacificaci6n y democratizaci6n y basados en la promesa formulada ante este foro, se realiz6 en la poblaci6n de La Palma, Chalatenango, el día 15 de octubre de 1984, el primer encuentro entre representantes del Gobierno y del Frente Farabundo Martí para la Liberaci6n Nacional y del Frente Democrático Revolucionario para iniciar un
di~logo
que fuese
caracterizado por la sinceridad, la honestidad y la buena voluntad para lograr el entendimiento, y de ninguna manera basado en un diálogo de carácter táctico para ganar posiciones. Nuestra disposici6n al diálogo constructivo sigue constituyendo nuestra regla, sentimiento que no ha privado en los grupos extremistas tal corno qued6 demostrado en la segunda ronda de las pláticas sostenidas en Ayagualo, Departamento de La Libertad, el 30 de noviembre de 1984, en la qUQ aprovecharon la oportunidad para incitar a la violencia y no para fortalecer el camino hacia la paz que les hemos propuesto.
En términos generales, en Ayagualo los grupos extremistas pedían la
rendici6n incondicional de un gobierno legítimamente constituido. Así, a pesar dél ropaje de la desinformaci6n sobre el desarrollo del diálogo que luego impuls6 a nivel internacional, la dirigencia del FMLN-FDR antepuso un obstáculo serio en el camino hacia la paz, al querer utilizar el diálogo desde un punto de vista táctico, a fin de concentrar esfuerzos para el desarrollo global de su estrategia de guerra popular prolongada contra nuestro pueblo y nuestras instituciones. A pesar de ello, el Gobierno concibe el diálogo con un carácter de permanencia y como un medio viable para una soluci6n racional al conflicto, y corno tal debe de continuarse con sinceridad y buena voluntad para alcanzar la paz.
Consecuentemente
reitero en este foro la disponibilidad de mi Gobierno para continuar con los esfuerzos para lograr la pacificación, inclusive el compromiso de hacerlo a través del diálogo.
ESpanol BA/7/mm
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Sr. Castillo Claramount, El Salvador
En cuanto a la situaci6n en Centroamérica, la paz en la regi6n no será posible mientrac se aduzcan unilateralmente derechos para unos Estados y a la vez se promueva una política intervencionista con el objeto de apoyar a grupos ilegales armados que buscan derrocar gobiernog legítimamente constituidos, para imponer un sistema social caracterizado por el dominio totalitario del Estado sobre las actividades de los hombres. Es por ello que en diferentes foros hemos denunciado en repetidas ocasiones que el Gobierno sandinista de Nicaragua ha convertido el territorio de su país en un refugio de la subversi6n salvadorefta, allí descansan, se avituallan y entrenan los grupos armados de la extrema izquierda y desde allí se coordina y envía a El Salvador ayuda logística para la guerrilla.
Espafiol OM/gp
A/40/PV.19 -21-
Sr. Castillo Claramount, El Salvador
Nicaragua se ha constituido así en un factor de desestabilización en Centroamérica que frena los esfuerzos de paz, tal y como quedó demostrado el pasado ~es
de junio en la ciudad de Panamá, donde sus delegados bloquearon la reunión
convocada dentro del marco de la iniciativa de Contadora, al negarse a discutir una agenda previamente aprobada. . Para crear condiciones objetivas que fortalezcan el camino hacia la paz regional es necesario que los gobiernos, específicamente el de Nicaragua, oriencen esfuerzos y voluntades, a fin de adoptar medidas recíprocas para reducir los factores de conflicto y provocación.
y
eliminar
Asimismo, deben procurar alentar una
orientación que aparte a la región de las implicaciones y las influencias del conflicto Este-Oeste, a través de medidas verificables que eliminen los factores injerencistas y permitan a nuestros pueblos optár por sus propias vías democráticas de desarrollo. En razón de estos anhelos, respetuosamente exhorto al Gobierno de Nicaragua a reanudar de buena fe las negociaciones de paz para conocer y concluir los acuerdos pendientes sobre materia de reconciliación nacional mediante procesos de diálogo ~on
la oposición política y armada que conduzcan al establecimiento de sistemas
democráticos, plura1istas y representativos; asimismo, sobre limitación y reducción de armamentos y efectivos militares y sobre la verificación y el control internacionales de los acuerdos que se pacten. El Salvador reitera su confianza en la iniciativa de paz del Grupo de Contadora, integrado por Venezuela, Colombia, Panamá y México y reforzado actualmente por el Grupo de Apoyo integrado por el Brasil, la Argentina, el Perú y el Uruguay, que constituye una manifestación más del respaldo concreto dado a la gestión por el sistema interamericano, por los organismos internacionales y por la comunidad internacional entera. Sostenemos que Contadora continúa siendo la alternativa más viable para propiciar un diálogo regional que fundamente en su espíritu los objetivos originales del proyecto del Acta para la Paz y la Cooperación en Centroamérica y que aglutine las respectivas posiciones e intereses de nuestros países como sujetos protagónicos
d~
manera tal que se posibilite el consenso y el acuerdo global y
simultáneo en la región. El Salvador continúa comprometido con el esfuerzo del Grupo de Contadora y reafirma su disposición y buena fe para reactivar el diálogo y la negociación sobre las materias pendientes; así como sostiene su decisión de lograr la paz regional
A/40/PV.19 -22-
Espaftol OM/9P
Sr. Castillo Claramount, El Salvador
permanente entre los pueblos centroamericanos para que encontremos y
modeleh~s
nuestro propio destino hist6rico en libertad, con el espíritu integracionista y solidario que debe prevalecer, sin injerencias e instrumentalizaciones externas de ninguna clase. Un común anhelo de paz nos condujo a las negociaciones con Honduras y por ello iniciamos el proceso de negociaci6n en el mes de marzo de 1980, estableciéndose un programa de trabajo para abordar los siete puntos que habían sido encomendados al mediador de conformidad con el Convenio de Mediaci6n firmado en Washington en 1976 y conforme a las resoluciones de la XIII Reunión de Consulta de la Organización de los Estados Americanos.
El mejor fruto de esas negociaciones lo constituyó la
firma del Tratado General de Paz entre Honduras y El Salvador en 1980, bajo cuyos lineamientos hemos avanzado en la mayoría de los puntos fundamentales establecidos, abocándonos ahora a la solución de la delimitación fronteriza como uno de los puntos básicos de nuestro interés y decisión nacional, acorde a la letra y el espíritu de ese Tratado.
Estamos avanzando en el cumplimiento de las disposiciones
y procedimientos establecidos por el instrumento.
La Comisión Mixta de Límites
trabaja según lo dispuesto con el fin de lograr en el plazo fijado la solución del problema fronterizo y fortalecer así el proceso hacia la paz duradera y la cooperación solidaria de la región. Formulo un fervoroso llamamiento por la consecución efectiva de la paz, la libertad, la justicia, la equidad, la solidaridad, la cooperación y el reforzamiento de nuestros valores espirituales y morales corno única alternativa, la más deseable por cierto, que se nos presenta para evitar los signos de la confrontación y el desaliento. Quiero finalizar esta intervención reiterando nuestra exhortación a la comunidad internacional a pronunciarse y solidarizarse en un frente común contra todas las formas de terrorismo que actualmente constituyen un flagelo para la humanidad y que es imprescindible erradicar para fortalecer la dignidad humana y la convivencia pacífica y armónica entre las naciones.
A/40/PV.l9
Espaflol OM/gp
-23-·
El PRESIDENTE:
En nombre de la Asamblea General deseo agradecer al
vicepresidente y Ministro de Relaciones Exteriores de la República de El Salvador la i.mportante declaraci6n que ha formulado. El Sr. Rodolfo Antonio castillo Claramount, Vicepresidente y Ministro de Rel~ciones
Exteriores de la República de El Salvador, es acompaftado al retirarse de
la tribuna.* Sr. NDINGA OBA (Congo) (interpretaci6n del francés):
Antes de comenzar
mis palabras desearía seftalar a la atenci6n de la Asamblea General tres graves acontecimientos que acaban de producirse.
Una vez más, Sudáfrica e Israel, dos
países que con el apoyo de sus amigos aplican "ideologías peligrosas, acaban de demostrar al mundo su agresividad y su desprecio por las diversas resoluciones y decisiones de nuestra Organizaci6n.
Mi delegaci6n se manifiesta contra el ataque
cometido por Israel contra el cuartel general de la Organizaci6n de Liberaci6n de Palestina (OLP), y condena la reciente agresi6n perpetrada contra el pueblo pacífico de Angola por el régimen colonialista y racista de Pretoria.
Apoyamos las
iniciativas del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas y las de los Ministros de los países no alineados tendientes a lograr que entren en raz6n los re3ímenes de Tel Aviv y Pretoria. Expresamos nuestra simpatía al pueblo de México, cuya capital ha sido sacudida recientemente por violentos temblores de tierra. Los cuarenta aftos de experiencia que tiene la Carta de las Naciones Unidas, con la que se ha enriquecido considerablemente la vida
~~ternacional,
constituyen
para este siglo que toca a su fin una etapa importante, un momento de alcances hist6ricos, que debemos sentirnos orgullosos de honrar porque las Naciones Unidas, con sus cualidades y sus defectos, se presentan hoy como un adulto que se comporta bastante bien. Mi país, cuyo renacimiento a la libertad y a la soberanía datan desde el momento en que la Asamblea General adoptara la Declaraci6n sobre la concesi6n de la independencia a los países y pueblos coloniales, ve en estos cuarenta aftos de la Carta y en los veinticinco aftos de la resoluci6n 1514 (XV), de 1960, mucho más que una coincidencia feliz.
*
El Sr. Guissou, Vicepresidente, (Burkina Faso) ocupa la Presidencia.
Espaftol OM/gp
A/40/PV.19 -24-25-
Sr. Ndinga Oba, Congo
Retrospectivamente se puede considerar que la historia, en un movimiento espectacular
tendient~
a codificar masivamente el comportamiento de los actores de
la vida internacional, ha terminado por remodelar en gran medida el panorama del mundo tal como lo vemos en la actualidad, y que se traduce aquí mismo por una universalización sin retorno de nuestra Organización. Es un hecho feliz que el balance de esta evolución se haga bajo la autoridad del Presidente, competente y erudita.
La
elección unánime de que ha sido objeto
consagra, para nosotros, el gran mérito y la calidad de hombre de Estado y de diplomático experimentado que posee. No cabe duda alguna de que bajo su dirección sagaz el cuadragésimo período de sesiones de la Asamblea General marcará una etapa importante en la vida de nuestra Organización.
A/40/PV.19 -26-
Espaftol AMlrn/myo
Sr. Ndinga Oba, Congo
Por lo demás, para la delegaci6n del Congo, su calidad de representante de Espafta lo identifica con una parte de Europa situada desde hace mucho tiempo en la encrucijada de corrientes de civilizaci6n que, al fecundarse, predisponen a una cooperaci6n internacional vívida, a la imagen de la que se ha establecido entre nuestros dos países. su
~poyo
Por lo tanto, huelga decir que nuestra delegaci6n le prestará
total durante todo su mandato.
En esta misma ocasi6n mi delegaci6n se suma a los numerosos oradores que presentaron a su predecesor los elogios que tanto ha merecido por la autoridad y la eficacia con que desempeft6 su mandato de Presidente de la Asamblea General en su trigésimo noveno período de sesiones. Permítaseme también reiterar al Secretario General de las Naciones Unidas, Sr. Javier pérez de Cuéllar, el interés y la confianza que la República popular del Congo presta al esfuerzo de reflexión que ha emprendido para aumentar la eficacia del sistema de las Naciones Unidas al permitirle asumir plenamente sus responsabilidades frente a los graves problemas que amenazan la paz y la seguridad internacionales. En su brillante Memoria sobre la labor de la Organización, nuestro Secretario General hizo hincapié especialmente en la idea de la autoridad internacional, mostrándonos todas las exigencias para tal autoridad en el plano de la cooperación internacional. Esta idea conlleva, en efecto, el del multilateralismo en lo que éste tiene de fecundo y dinámico para justificar la responsabilidad colectiva que asumimos con relaci6n a las normas y principios de la Carta, cuyos prop6sitos y objetivos tenemos la obligación de promover. Pero la ironía del destino quiere que en momentos de celebrarse este cuadragésimo aniversario los signos más patentes de una situaci6n desde muchos puntos de vista inquietante, se manifiesten sobre el conjunto de la trama de las relaciones internacionales, cubriendo incluso nuestros horizontes más previsibles con una niebla de incertidumbre. En efecto, es hoy cuando asolan, en forma tal vez más aguda que ayer, el hambre, la desnutrici6n y la pobreza en numerosos países.
Hoy se cuentan
casi 30 millones de africanos cogidos en una crisis en la cual los caprichos de la fatalidad, como la sequía y la desertificaci6n, no asumen menor responsabilidad que los hombres y sus sistemas.
Espaftol AM/rn/myo
A/40/PV.19 -27-
Sr. Ndinga Oba, Congo
Incluso en esta época experimentamos cuán doloroso es seftalar a la parte del mundo desarrollado, que el subdesarrollo no es, en absoluto, resultado de una ley natural y que una acción concertada y resuelta puede hacerle frente. El multilateralismo no debería entraftar siempre, como con la mayor frecuencia se lo percibe, una solidaridad entendida en términos mercantiles.
De allí que la
consecuencia necesaria sea una subutilización de posibilidades enormes .del orden intelectual, tecnológico y de otra índole que el mundo de hoy puede asignar a la satisfacción de las necesidades más fundamentales de los seres humanos. Debido a esta realidad, y aunque nuestra Organización haya sido concebida come la suma de las lecciones aprendidas de la más atroz de las guerras mundiales, los 40 aftos de las Naciones Unidas no pueden celebrarse dondequiera en la misma atmósfera de tranquilidad.
La guerra es aún el destino de muchas naciones y la
carrera de armamentos no deja de afectar siquiera el espacio ultraterrestre. En cuanto a los derechos humanos y al derecho a la libre determinación
d~
los
pueblos, el odioso sistema del apartheid sigue asolando en Sudáfrica, mientras se continúan oponiendo obstáculos injustificables a la independencia de Namibia.
Los
pueblos de Nicaragua, del Sáhara occidental, de Palestina y de muchas otras regiones sufren diariamente las consecuencias nefastas de la política de agresión, de dominación y de división de las Potencias imperialistas. La persistencia y el agravamiento de algunos de los males que las Naciones Unidas estaban llamadas a curar, o por lo menos a prevenir o circunscribir, colocan a la Organización en el centro de dificultades que le atribuyen, no sin mala intención, algunos Estados preocupados sobre todo por sus propios intereses y que se oponen a una cooperación ventajosa para todos, a pesar de su participación en la elaboración de decisiones comunes. En esta coyuntura internacional inquietante, nacen por doquier focos de tirantez que son mantenidos adrede para aumentar esferas de influencia imponiendo bases militares extranjeras a poblaciones pacíficas y asegurándose de que las naciones subyugadas sean protectorados disfrazados.
Pisoteando las
regl~ls
y las
convenciones internacionales, las Potencias colonialistas, imperialistas, expansionistas y racistas han erigido un verdadero sistema de prácticas irregulares, ilegales e inmorales. Las agresiones armadas, la ocupación de los territorios de otros EStlldos y las intervenciones militares siguen siendo los medios preferidos para imponer su autoridad y hacer triunfar sus intereses egoístas y hegemónicos en detrimento del derecho de los pueblos a la libre determinación.
Espaftol AH/rn/myo
A/40/PV.19 -28-
Sr. Ndinga Oba, Congo
En la esfera econ6mica, el desorden monetario, la inflaci6n galopante, el aumento desenfrenado e incesante de las tasas de interés, el desequilibrio insostenible de las balanzas de pago y el aumento de la deuda, constituyen las principales características de nuestra época, junto con el deterioro creciente de la relaci6n de intercambio que disminuye peligrosamente los ingresos previstos en los ,países en desarrollo. Mi delegaci6n estima que s6lo mediante negociaciones globales se POdrá corregir la situaci6n econ6mica internacional para llegar al establecimiento de un nuevo orden econ6mico internacional.
Al subrayar en sus conclusiones la necesidad
de ordenar y reforzar sobre bases equitativas las relaciones entre el Norte y el Sur, la octava Conferencia de
Minis~ros
de Relaciones Exteriores de los Países
No Alineados, que acaba de celebrarse en Luanda,' Angola, no ha hecho sino reflejar el convencimiento que anima a este respecto a los países en desarrollo. En esta batalla en pro del desarrollo y del establecimiento de relaciones de cooperaci6n justas entre los pueblos, la ciencia y la informaci6n deben ocupar un lugar preponderante como factores indispensables para el mantenimiento de la paz y de la seguridad.
Deben colocarse al servicio del desarrollo y del florecimiento
total del ser humano, en lugar de servir para su enajenaci6n y la destrucción de la humanidad mediante la carrera de armamentos y la subversi6n. La comunidad internacional tiene el deber de respaldar los esfuerzos de los organismos especializados del sistema de las Naciones Unidas, especialmente de la Organizaci6n de las Naciones Unidas para la Educaci6n, la Ciencia y la Cultura, (UNESCO), orientados a elaborar
políti~as
generales y programas favorables a la
puesta en práctica de un nuevo orden mundial de la informaci6n y a la promoci6n de la ciencia y las tecnologías necesarias para resolver los problemas del desarrollo en los países del tercer mundo.
Sobre estas cuestiones, las relaciones entre los
países del Norte y del Sur se beneficiarían si avanzaran hacia un mejor conocimiento de los recursos del
mund~
y merced a un progreso en todos los dominios
de la vida de la humanidad. Para algunos, las Naciones Unidas no deben regir ni garantizar los intereses generales ni las aspiraciones más legítimas de la comunidad internacional, lo que equivaldría a volver al derecho del más fuerte, que prevaleció durante la mayor parte de los siglos precedentes.
Diariamente observamos las manifestaciones de
esta actitud en la esfera econ6mica, en la cual el proteccionismo de las Potencias
Espaftol AM/rn/myo
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Sr. Nainga aba, Congo
dominadoras impide toda redistribuci6n equitativa de los recursos del planeta, sobre todo en cuanto se basa en un sistema monetario imprevisible y en tasas de interés arbitrarias. Si el papel regulador conferido por la Carta a las Naciones Unidas le hubiera sido plenamente reconocido por los Estados Miembros, muchas hipotecas paralizantes para la vida de las naciones se habrían reducido al mínimo. En lugar de un compromiso en tal sentido, hasta ahora no se han propuesto más que mecanisrnoa de asistencia minúscula o préstamos generadores de endeudamiento para la mayor parte de los países en desarrollo. Permítaseme que para ilustrar las innumerables dificultades que afrontan las j6venes naciones en su voluntad y su esfuerzo de desarrollo me extienda sobre el caso de mi país.
Espariol HS/myo
A/40/PV.19
Sr. Ndinga Cba, Congo
-31-
La República Popular del Congo ha desplegado esfuerzos constantes para llevar a la práctica su plan quinquenal de desárrollo econ6mico y social, de 1982 a 1986, en una situaci6n econ6mica mundial regida por los factores que acabamos de mencionar.
Ahora bien, no existe ni una corriente reguladora de recursos
financieros, ni un mercado remunerativo para las materias primas que nosotros producimos y que constituyen nuestra única fuente de ingresos. Es difícil ya escapar al endeudamiento y a la guillotina que constituye el servicio de deuda. si los acreedores y deudores pudieran, por lo menos, como asociados solidarios y corresponsables, examinar de consuno los medios capaces de hacer que esta deuda resulte soportable, previéndola con una perspectiva de largo plazo que preserve los equilibrios macroecon6micos y sociales de los países deudores y garantice las condiciones sanas de crecimiento y estabilidad, habrían beneficios seguros para todos. Por eso, para garantizar la continuaci6n del plan de desarrollo dentro de una coyuntura
il~ternacional
cada vez más sombría, el Comité Central del Partido
congolés del Trabajo, con la conducci6n del Presidente Sassou-Nguesso, decidi6 proceder a la adopci6n de un programa de ajuste estructural que permita adaptar la ejecuci6n de los proyectos prioritarios y esenciales a los recursos realmente disponibles. Al hacerlo, nos mantenemos abiertos a la cooperaci6n con el exterior, esperando que nuestros asociados de ayer, de hoy y de mariana sigan siéndolo, no solamente en los períodos de pror " ddad relativa sino también, y sobre todo, cuando surjan dificultades coyunturales. Tierra de paz y de concordia, la República Popular del Congo propugna el establecimiento de una atm6sfera de comprensi6n y cooperaci6n mutuamente beneficiosa en sus relaciones con sus asociados econ6micos, el fortalecimiento de los vínculos de amistad y fraternidad con sus vecinos y la necesidad de subordinar los egoísmos nacionales a la creaci6n de una regi6n econ6mica integrada en el Africa central, con el entendimiento y la solidaridad que son caros a nuestros pueblos. La voluntad de paz de la República Popular del Congo, denodadamente defendida por su pueblo, su Gobierno y su Presidente, ha valido a mi país que se le confiriera, entre otras cosas, la Presidencia de la Comunidad Econ6mica de los Estados del Africa Central y misiones delicadas con fines de arbitraje para el arreglo de la cuesti6n del Chad, caracterizada por una guerra fratricida y preftada de consecuencias para el pueblo chadian.).
---------
Espéai"iol HS/myo
Sr.
A/40/PV.19 -32-
~dir-~3
Oba, Congo
La simpatía y la atenci6n que la comunidad internacional, y especialmente el Africa central y la Organizaci6n de la Unidad Africana (OUA), manifiestan en relaci6n con mi país, confiándole esas misiones tan importantes para la promoci6n de la paz y la cooperaci6n internacionales, son fruto de los esfuerzos que constantemente despliega al
Presiden~e
Sassou-Nguesso con miras a consolidar la paz
y fortalecer las relaciones de buena vecindad en la regi6n y en toda Africa. En la medida en que la experiencia nos informa acerca de lo que hemos podido ·-cer, distinguiéndolo claramente de lo que habríamos podido realizar, dediquémosnos por lo menos a inspirarnos en el lema de este cuadragésimo aniversal:cio o a saber, "Las Naciones Unidas por un mundo mejor", y organicemos, en consecuencia, nuestra solidaridad. refl~xi6n
A ello nos invita una cantidad de temas de
que todos tienen en este ano de 1985 como punto de referencia.
NosotX0S, especialmente en Africa, además de recordar los 25 anos de la re~oluci6n
1514 (XV), del 14 de diciembre de 1960, en la que figura la Declaraci6n
sobre la concesi6n de la independencia a los países y pueblos coloniales, meditamos sobre el
~entenario
del Acta de Berlín que, en 1885, coloc6 a nuestro continente a
la merc,;!'"- de las ambiciones imperialistas europeas, para ser sojuzgado y explotado. Un seminario internacional, que tuvo este ano a Brazeville como marco y en el que se conmemor6 ese triste centenario de la balcanización de Africa, en sus conclusion~s
exhort6 a los africanos a trascender las estrechas visiones nacionales
para prever, más allá de las fronteras de los Estados, las bases fundamentales de la unidad y la recuperaci6n de Africa. La exigencia de libertad y dignidad que se desprende de esta conmemoraci6n no deja ninguna duda acerca de nuestra decisi6n de extirpar el régimen de apartheid del suelo africano.
Los ecos que suscita hoy en el mundo la lucha que se libra en
el terreno, a pesar de los aceos de represi6n del poder minoritario y su agresi6n continua contra los países vecinos, confirman esta decisión de destruir el apartheid en lugar de reformarlo, como se piensa en Pretoria. Lo mismo ocurre en cuanto
ata~e
a la liberación del territorio colonial de
Namibia, que sigue ocupado ilegalmente por Sudáfrica.
No cabe duda alguna de que
condenarnos el acto gratuito de agresi6n perpetrado contra el territorio de la República Popular de Angola por el poder racista acorralado, que fue objeto de la resolución 571 (1985) del Consejo de Seguridad, aprobada el"20 de septiembre último.
Sr. Ndinga Oba, Congo
A/40/PV.19 -33-
Espanol HS/myo
Como dependiente de las Naciones Unidas, Namibia, que ha figurado en nuestro programa durante tantos anos corno los que lleva de existencia esta Organización, tiene derecho a ser emancipada de acuerdo con el plan de acción que figura en la resolución 435 (1978) del Consejo de Seguridad. Las posibilidades reales de establecer condiciones de paz en otras partes de Africa, en las zonas o países más atribulados, siguen manteniendo su plena vigencia.
Para prestar asistencia en ese sentido, nos parece que una actitud
general de no injerencia sería uno de los
factor~s
esenciales a promover en este
nivel. Asimismo,
compa~timos
este ano, con el resto del
mundo~
de la celebración del Ano Internacional de la Juventud.
los efectos benéficos
No solamente la juventud
debe estar asociada a la acción de las Naciones Unidas para imprimir su cuno de generosidad, sino que, sobre todo, ella debe ser percibida corno última destinataria de los productos de ese mundo mejor que las Naciones Unidas se han propuesto alcanzar. No Podría concebirse un roundc mejor sin la participación plena y efectiva de la mujer, cuyo decenio acabarnos de
s~na1ar
hace algunos meses en Nairobi, al
aprobar las estrategias de acción con vistas a su promoción para el futuro.
El
éxito de esa conferencia, pese a algunas discrepancias de opiniones, es augurio cierto de una toma de conciencia promisoria acerca de la igualdad del desarrollo y la paz que todos podemos realizar, ajenos a todo prejuicio y a toda discriminación. En verdad, serían necesarias todas las energías y la dedicación de todos para desbrozar el camino hacia la paz, noción que para nosotros entrana una movilización tanto psicológica como práctica.
El alcance que ha de tener 1986, proclamado Ano
Internacional de la Paz, dependerá en gran parte de las decisiones reales de los Estados grandes o pequenos, débiles o poderosos, en favor de las condiciones de nuestra supervivencia común. Dentro de este contexto, el fortalecimiento de la cooperación internacional, como 10 sena1a el Secretario General en su Memoria: " ••• por más complejo y difícil que sea el organizarla, no es una opción sino una necesidad." (A/40/l, pág. 5) En efecto, la cooperación internacional integra tanto las dimensiones preventivas como su único aspecto constructivo.
Mediante la prevención, podemos
organizar mejor nuestra seguridad, no sólo por medio de un control regular de las
Espaftol HS/myo
A/40/PV.19 -34-35-
Sr. Ndinga Oba, Congo
aplicaciones de la ciencia, cuyo ritmo de evoluci6n excede peligrosamente el de la percepci6n inmediata del hombre medio, sino también por medio de una divisi6n creciente de la responsabilidad en el plano mundial. Tal participaci6n tendría como consecuencia colmar la laguna ins6lita que existe entre el espíritu de una Carta que ha sido hecha para propiciar el acuerdo y la unanimidad, en
particula~
en el Consejo de Seguridad, y la realidad peligrosa
que convierte a una minoría de Estados en detentores, sin mandato, del destino de todas las naciones, falseando así todo el enfoque del sistema de seguridad colectiva. La celebraci6n del nacimiento de las Naciones Unidas no nos hace olvidar en absoluto que hace 40 aftos, al mismo tiempo que en la victoria sobre el fascismo, el mundo entraba en la era nuclear, lo que nos lleva también a conmemorar el drama en Hiroshima y Nagasaki.
Desde entonces y a pesar del Tratado sobre la no
proliferaci6n de las armas nucleares, no sólo ninguna de las Potencias iniciadoras de ese Tratado ha manifestado la menor voluntad de desarmarse bajo un control internacional eficaz, sino que, por el contrario, el arma nuclear prácticamente se ha vulgarizado a punto de caer, incluso con la participación de grandes potencias bien conocidas, en manos de una Sudáfrica heredera directa de la tradici6n nazi.
I
Espaftol CD/mic
A/40/PV.19
Sr. Ndinga Oba, Congo
-36-
Hace 40 anos era más bien arriesgado prever que unos 10 anos más tarde se forjaría, a partir de la Conferencia de Bandung, cuyo trigésimo aniversario celebramos en abril pasado, una toma de conciencia que llevaría a la política de la no alineación.
El Movimiento de los Países No Alineados intenta desde entonces
hacer que la comunidad internacional, incluso dentro de las Naciones Unidas, recobre el significado de una paz verdadera que esté más allá de los antagonismos y de la búsqueda de esfera de influencias, en el no recurso a la fuerza y en el arreglo pacífico de las controversias, en la búsqueda incesante del bienestar para todos los habitantes de nuestro planeta y en el establecimiento de la igualdad y la justicia. Es cierto que el sistema de las Naciones Unidas en su conjunto constituye ya una amplia síntesis de todas las aspiraciones universales prácticamente en todos los planos - político, económico, humano, cultural -, así como los sólidos cimientos para la edificación de un mundo mejor que trascienda las fronteras nacionales o regionales. No es menos cierto que queda por librar un combate a cada instante tanto para salvaguardar lo logrado durante 40 anos de experiencia como para mejorar incesantemente lo que corre el riesgo de embotarse. Entre los logros cabe mencionar toda la gama de convenios surgidos más o menos directamente de la Declaración Universal de Derechos Humanos y que protegen a la humanidad, al trabajo, al nino, al incapacitado físico y a las personas de edad avanzada. Igualmente hay que felicitarse del apoyo legítimo que han prestado las Naciones Unidas a los combatientes de los movimientos de liberación que han sacrificado su propia vida para hacer realidad los derechos fundamentales a la libre determinación y la libertad. Estos logros ponen de manifiesto sobre todo el valor y la flexibilidad de la Carta que sigue siendo verdaderamente el tratado de los tratados, sin parangón en la historia de la humanidad y a la que deberían estar subordinados todos los compromisos internacionales asumidos por un Estado Miembro, en virtud del Artículo 103. No obstante, es menester proteger la Carta de toda interpretación abusiva de sus disposiciones, incluso de su utilización con fines partidistas.
La Carta puede
ser revisada para garantizar su adaptación a las realidades, pero manteniendo su perspectiva fundamental como piedra angular de toda política internacional.
Espaftol CD/mic
A/40/PV.19 -37-
Sr. Ndinga aba, Congo
Al hacerlo, tenemos presente la imperiosa necesidad de dar a conocer la verdadera imagen de las Naciones Unidas a la opinión pública mundial.
Los medios
de comunicación de masa no siempre ayudan a ello, sin duda debido a su concentración excesiva en manos de algunos grupos de presión que pertenecen casi todos a un número limitado de países. las comunicaciones
o~berá
A este respecto, el nuevo orden de la información y de constituir una de las batallas pacíficas más importantes
a librar en el nivel internacional para propiciar la comprensión y el entendimiento de las naciones y de los pueblos por conducto del sistema de las Naciones Unidas. En efecto, sería incongruente y peligroso que se erigieran barreras nefastas entre la Organización y los pueblos. Si bien es verdad que la humanidad espera muchas veces encontrarse en condiciones de precariedad absoluta para recuperar el impulso necesario para luchar por la supervivencia, el pasado del que provienen las Naciones Unidas es suficientemente elocuente en sí mismo y tan rico en enseftanzas de toda clase como para no necesitar otras pruebas para demost:ar nuestra decisión de sobrevivir juntos. Para concluir, citaré la admirable recomendación hecha por los Presidentes de la Asamblea General con motivo de su reunión celebrada bajo los auspicios del Instituto de las Naciones Unidas para Formación Profesional e Investigaciones (UNITAR) el pasado mes de junio.
Sugirieron a la Asamblea General que:
"Aprovechara esta ocasión única para concentrar su atención en los últimos 15 aftos de este siglo y elaborar, con una perspectiva de futuro, planes a escala mundial para el afto 2000 y el principio de un nuevo milenio." En efecto, en 1985 ya no se puede concebir la vida sin las Naciones Unidas y menos aún prescindir de ellas en la determinación de nuestro futuro, próximo o lejano. Sr. ESTIME (Haití) (interpretación del francés):
Permítanme, en nombre
de la delegación de Haití, felicitar al Presidente por su brillante elección a la Presidencia de la Asamblea General de las Naciones Unidas en su cuadragésimo período de sesiones.
Su vasta experiencia en las relaciones internacionales, su talento de
diplomático experimentado, la objetividad y la visión que caracterizan por lo general sus intervenciones lo llamaban naturalmente a cumplir esta delicada función. Nos alegra que así se honre al eminente representante de la gran nación espaftola, con la cual la República de Haití ha forjado lazos privilegiados que se arraigan en ese encuentro excepcional de civilizaciones que marca el destino del Caribe.
A/40/PV.19 -38-40-
Espanol C~m~
Sr. Estimé, Haití
Quisiera igualmente expresar todo nuestro agradecimiento al Embajador Lusaka, de Zambia, por la maestría y habilidad con la que manejó los debates en el trigésimo noveno período de sesiones de la Asamblea General. Séame permitido asimismo rendir un merecido homenaje a la dedicación incansable con que el Secretario General de las Naciones Unidas, el Sr. Javier pérez de Cuéllar, se consagra a la causa de nuestra Organización para fortalecer su papel y contribuir así al fomento de la paz y cooperación internacionales. y no puedo dejar de expresar una vez más al Gobierno y el pueblo mexicanos nuestra profunda tristeza por la catástrofe que asoló hace poco a ese país amigo, y asegurarles nuestra total solidaridad en estos momentos tan penosos a los que hacen frente con valentía y determinación ejemplares. En este momento en que nos preparamos a celebrar con brillantez el cuadragésimo aniversario de nuestra Organización, me parece indispensable mirar sin complacencia el camino recorrido desde el ano 1945, y evaluar restrospectivamente los logros realizados en el curso de ese período, a fin de sacar las conclusiones que nos permitan corregir nuestra trayectoria y acercarnos más a los objetivos solemnemente consagrados en nuestra Carta. Evidentemente, el balance de estas cuatro últimas décadas será presentado de distinta manera y los resultados globales serán apreciados de diversas formas según el mundo ideológico al que se pertenece, según el grado de riqueza y de poderío que se posea, según las ambiciones profundas y las motivaciones reales que se tengan. Una cosa, sin embargo, es cierta:
que pese a las ocasiones perdidas, las crisis no
resueltas, las tragedias no evitadas y los desafíos cada día más numerosos, las Naciones Unidas han probado su capacidad para sobrevivir en una época marcada por conmociones políticas, económicas, sociales y tecnológicas sin precedentes en la historia de la humanidad. Durante estos 40 anos, las Naciones Unidas han estado en el centro de la red más amplia de intercambios que haya jamás existido, han sido el meollo mismo de la más compleja red de reglas jurídicas internacionales, convirtiéndose, a través de sus órganos y sus organismos especializados, en un instrumento único de alcance universal que permite materializar los suenos y aspiraciones más nobles y más ambiciosos de la comunidad internacional. No podemos subestimar el papel de primer orden de nuestra Organización en el proceso de descolonización, en el hallazgo de soluciones y de compromisos que han p~rmitido
limitar ciertos conflictos, en el estudio y la puesta en práctica de
programas de asistencia económica y técnica y en la defensa de las libertades básicas y de los derechos
fundame~tales
de la persona humana.
Espaftol AF/lag
A/40/PV.19 -41-
Sr. Estimé, Haití
Igualmente o no podemos asistir en silencio a las múltiples iniciativas tomadas en beneficio de la infancia, la acción humanitaria en pro de los refugiados, y los esfuerzos desplegados para sensibilizar a la opinión pública sobre los problemas del desarrollo, el desarme y todas las formas de discriminación. Sin embargo, por encima de estas constataciones reconfortantes, hemos de admitir que para nosotros, pequeno país del tercer mundo, que luchamos desesperadamente para mejorar las condiciones de existencia de nuestros pueblos a pesar de la precariedad de los medios disponibles, las promesas no se han cumplido y no han sido colmadas nuestras aspiraciones más legítimas. La República de Haití estuvo presente en San Francisco y creyó sinceramente, tras ese espantoso cataclismo que constituyó la segunda guerra mundial, que la voluntad, la sabiduría y la generosidad de los hombres, prendados de la paz y la justicia, iban a permitir el advenimiento de una nueva era, fundada en el respeto imperativo de los principios inscritos en nuestra Carta.
Creyó que iba a crearse
un nuevo orden de cosas que descansaría esencialmente sobre la igualdad y la soberanía de los países Miembros, sobre el derecho de los pueblos a disponer de ellos mismos, sobre la solución pacífica de los conflictos y la no injerencia en los asuntos internos de los Estados. Creyó sobre todo que nuestra Organización, conforme a su vocación, sería el epicentro de un inmenso movimiento de solidaridad activa que propiciaría verdaderas transferencias de recursos desde los pueblos más ricos hacia
lo~
más pobres, del
Norte al Sur, en un clima de comprensión y de respeto recíprocos, con una visión inteligente de los intereses a largo plazo de la comunidad internacional. La República de Haití creyó, pues, que la ciencia y la tecnología serían puestas al servicio del hombre, en lugar de contribuir a su perdición, para conjurar definitivamente el espectro del hambre, de la ignoranciu y de la enfermedad, y para ofrecer a los Miembros de nuestra Organización, particularmente a los más desprovistos, los medios de acceder a condiciones de vida a la altura de su dignidad. ¿Acaso se debía esto a un optimismo injustificado?
¿Acaso esta actitud
revelaba una falta tal de conocimiento de la realidad política que 181 aftas de independencia duramente adquirida y conservada al precio de sacrificios sin nombre debían estar constantemente presentes en la memoria de nuestro pueblo? creímos, justamente, que serían eliminados
progresivam~nte
Nosotros
plagas tale3 como el
racismo, el ostracismo y la dominación extranjera, que sufrimos por habernos atrevidü a desafiar a las Potencias coloniales, en una época en la que la libertad era patrimonio de algunos privilegiados del planeta.
Sr. Estimé, Haití
A/40/PV.19 -42-
Espanol AF/lag
Tuvimos fe, tuvimos esperanza y nos hemos visto decepcionados.
¿Cómo ignorar,
en efecto, el desfase creciente entre los objetivos y los principios de nuestra Organización, por una parte, y la inquietante degradación del ambiente internacional, por otra?
¿Cómo dejar de subrayar el agravamiento de las tensiones,
la persistencia de los focos de crisis, la brecha cada vez mayor y continua que separa a los países pobres de las naciones industrializadas, todo lo cual senala el fracaso dramático de las estrategias de desarrollo, de las cuales han sido promotoras las Naciones Unidas? Esta situación alarmante representa, evidentemente, un reto mayor al que hay que hacer frente hoy sin más tardanza, si queremos evitar que la crisis de confianza producida por tantas frustraciones no desemboque en una paralización progresiva de nuestras instituciones, que se manifiesta ya por ciertos signos precursores. Para nosotros, no cabe la menor duda de que este lamentable estado de cosas se debe ante todo a la actitud decepcionante de ciertos países Miembros, particularmente de los más POderosos, cuya propensión a subordinar la aplicación de las disposiciones de la Carta a sus intereses nacionales no ha hecho más que colocar a las Naciones Unidas en la incapacidad de actuar para resolver los conflictos y favorecer la cooperación internacional.
En consecuencia, deseamos que
se manifieste una recuperación general de la voluntad política indispensable para una mejor observancia de los principios de nuestra Organización.
Porque,
dondequiera que miremos, sea el continente que sea, no podemos menos que encontrar un sentimiento de gran inquietud, hasta tal punto que la paz parece amenazada y el desarrollo socioeconómico de las naciones del tercer mundo comprometido. Hoy un foco de crisis, cuya gravedad no se le oculta a nadie, sacude al Africa meridional, donde el derecho de los pueblos a disponer de sí mismos no había sido nunca tan trágicamente escarnecido.
Las matanzas salvajes y vergonzosas
perpetradas cotidianamente a lo largo de todo este ano prolongan la lista impresionante de las víctimas que, desde la masacre de Sharpeville, pagando con su vida han manifestado de manera irreversible el rechazo absoluto del régimen del apartheid. Estas víctimas llaman la atención de la com~nidad internacional sobre una situación injustificable que constituye no solamente la violación más flagrante de los derechos fundamentales de la
pe~sona
humana, sino también un desafío
permanente a nuestra Organización en la medida en que ésta, desde 1946, no ha podido desmantelar esta supervivencia anacrónica del colonialismo y del racismo.
Espaftol AF/lag
Sr. Estimé, Haití
A/40/PV.19 -43-
La República de Haití que, cabe recordarlo, fue la primera en someter ante la Sociedad de Naciones el escándalo de la masacre de los hotentotes en el sudoeste africano, y en pronunciarse sobre la política racial de la Unión Sudafricana estima, hoy más que nunca, que son condenables los retrasos y las maniobras que tienden a obstruir la desaparición definitiva del sistema del apartheid. Rebelándonos una vez más contra las pretendidas reformas internas que, sin duda, sólo tratan de perpetuar el sistema, nuestra República no puede dejar de denunciar las complejidades mal disimiludas, de las que son culpables todos los países que, bajo el pretexto muy discutible de intereses estratégicos a preservar, no se deciden a cesar definitivamente toda colaboración con Pretoria en los terrenos político, militar, económico y nuclear.
Es hora de que se logre un consenso no
sobre medidas parciales, por otro lado de alcance ilusorio, sino sobre la urgente necesidad de adoptar contra la minoría racista de Sudáfrica sanciones globales y obligatorias que, unidas a un apoyo creciente al movimiento de liberación, son las únicas que pondrán fin a su brutal arrogancia y que
~~rmitirán
la aparición de una
sociedad justa y democrática, fundada en la igualdad de los derechos y de los deb&res de todos los ciudadanos. El Gobierno haitiano se ve alentado por las decisiones tomadas recientemente por ciertos países occidentales con vistas a acentuar las presiones sobre el régimen sudafricano y que constituyen avances innegables en comparación con posiciones anteriores.
Pero estima que estas medidas son todavía muy insuficientes
y que hay que ir hasta el fin, hasta la victoria total, cualesquiera que sean las
declaraciones, por otro lado preocupantes e
incoh~rentes,
de los dirigentes de
Pretoria. Saludamos calurosamente los loables esfuerzos desplegados por el comité Especial contra el Apartheid y renovamos nuestra solidaridad y nuestro inalterable apoyo a la lucha pertinaz del pueblo de Sudáfrica. En el mismo orden de cosas, el Gobierno haitiano se opone con firmeza a la ocupación ilegal de Namibia por el régimen de Pretoria, en violación flagrante de las resoluciones pertinentes del Consejo de Seguridad y de la Asamblea General, y a la negativa de dicho régimen a cooperar para llevar a la práctica la resolución 435 (1978), que establece las bases de una solución pacífica y negociada de la cuestión namibiana.
Condenamos la represión salvaje de que es víctima el pueblo namibiano,
el pillaje de sus recursos naturales, así como las maniobras tendentes a destruir su unidad nacional y su integridad territorial.
Reafirmamos nuestro apoyo sin
Sr. Estimé, Haití
A/40/PV.19 -44-45-
Espaftol AF/lag
reservas y nuestro compromiso incondicional para con la South West Africa people's Organization (SWAPO), único representante auténtico y legítimo del pueblo namibiano, en su combate heroico por librarse de un siglo de opresión colonial y racial. La República de
Hai~í
continúa rechazando categóricamente toda tentativa de
vincular la independencia de Namibia a consideraciones geopolíticas y a la solución de cuestiones pertenecientes a la soberanía de otros Estados.
Nos pronunciamos en
favor de una independencia auténtica de Namibia sobre la base de la resolución 435 (1978) Y pedimos que el Consejo de Seguridad asuma sus responsabilidades con la aprobaci6n de sanciones previstas en el Capítulo VII de la Carta.
Hacemos un
llamamiento solemne a la comunidad internacional para que no escatime esfuerzos al objeto de permitir al pueblo namibiano ejercer sin menoscabo su soberanía plena y entera sobre su territorio, y recuperar sus derechos inalienables a la libertad, a la dignidad y a la felicidad. En el Oriente Medio, que sigue siendo el escenario de un siglo ininterrumpido de violencia, donde el terrorismo ciego y gratuito aumenta día tras día las incertidumbres, resulta evidente que toda solucion a la crisis reside en la instauración de una paz de conjunto para la región, basada en las resoluciones 243 (1967) Y 338 (1973) del Consejo de Seguridad.
El Gobierno haitiano, que sigue de cerca las recientes iniciativas tendentes a entablar un diálogo entre todas las partes directamente interesadas, espera que ésta sabrán valerse de la actual oportunidad para contribuir a una solución justa, pacífica y duradera que consagre, de una parte, el derecho de Israel a la existencia y a la seguridad dentro de fronteras reconocidas y garantizadas y, de otra parte, el derecho inalienable del pueblo palestino a la libre expresión de su identidad y a la libre determinación efectiva en el terreno físico, jurídico y administrativo, conforme a sus aspiraciones legítimas.
Espaftol BL/RN/rb
Sr. Estimé, Haití
A/40/PV.19 -46-
En Asia persisten también los focos de tensión creados y mantenidos por los deseos expansionistas de ciertos Estados, manifiestamente decididos a imponer a otros su voluntad, mediante
un~l
la Carta de las Naciones Unidas.
presencia militar ilegal, en flagrante violación de ¿Cómo no recordar en estas circunstancias la
tragedia que padecen Afganistán y Camboya ocupadas?
La República de Haití saluda
calurosamente la lucha patriótica de los pueblos khmer y afgano, y expresa su profunda gratitud al Secretario General, a sus representantes y a todos aquellos que, de una manera u otra, laboran por el restablecimiento de la paz y de la seguridad en esta parte del mundo tan castigada.
Asimismo, se une a la comunidad
internacional para demandar la retirada total, inmediata e incondicional de las tropas de ocupación, para permitir así que estos Estados elijan libremente el modelo de gobierno que les conviene, sin ningún tipo de presión foránea. En
~.o
que se refiere a la península coreana, la República de Haití considera
que su división continúa representando una fuente de inestabilidad y de tensión en la región. En esta perspectiva, abrigamos la esperanza de que continúe el diálogo intercoreano, que redundará en resultados sumamente alentadores, como la constitución de un comité conjunto de cooperación económica, la primera reunión interparlamentaria, así como los intercambios de visitas de familias separadas desde el fin de la guerra, y de conjuntos artísticos. Haití apoya asimismo, a la espera de que sea definitivamente solucionada la cuestión de la reunificación, la idea de la admisión de ambas Coreas en las Naciones Unidas, lo que realmente contribuirá a reducir las tiranteces y aproximar la Organización a su ideal de universalidad. El Gobierno haitiano sigue con interés muy particular la evolución de la crisis en Centroamérica, marcada en el curso de los últimos aftos por una lamentable escalada de violencia, que pone en peligro las legítimas aspiraciones de los Estados preocupados por la salvaguardia de la paz en esa región.
Nos resulta
evidente que se ha formado allí un foco de tirantez que Podría extenderse con el tiempo si no se toman medidas oportunas, más allá de la zona actualmente involucrada.
A este respecto, resulta importante destacar que esta dramática
situación encuentra su origen, esencialmente, en los graves y múltiples problemas socioeconómicos que afligen a los pueblos de la región, a quienes incumbe el derecho exclusivo de definir su proyecto de sociedad y de establecer su modelo de desarrollo.
Espaftol RL/RN/rb
A/40/PV.19 -47-
Sr. Estimé, Haití
Con este ánimo, el Gobierno haitiano, fiel a los principios que siempre han impulsado su política exterior, continúa prestando su apoyo sin reservas a las gestiones constructivas emprendidas de manera valerosa por el Grupo de Contadora, a fin de restablecer mediante el diálogo y la concertación la paz y la seguridad, que constituyen los fundamentos irreemplazables de todo progreso econ6mico y social. Nos complace comprobar que la paciencia y la voluntad han redundado en la elaboración de un conjunto coherente y completo de proposiciones concretas, agrupadas en el proyecto de Acta de Paz y de Cooperación en América Central. Confiamos en que el Documento Final sea aprobado lo más rápidamente posible en su versión definitiva, pero también y sobre todo que los compromisos suscritos sean acatados escrupulosamente, y se reduzca de manera efectiva el nivel de los armamentos para que esta región pueda recuperar su vocación pacífica, gracias al restablecimiento de un equilibrio indispensable y de una convivencia armoniosa. En este contexto, la República de Haití se felicita del papel que desempefta, en esta parte del mundo, la Comunidad Econ6mica Europea al contribuir a los esfuerzos de negociaciones con el apoyo de una cooperación activa y desinteresada. Asimismo, la próxima instalación de una agencia para el desarrollo de América central constituirá una contribución positiva a la solución de los problemas socioecon6micos de la región. En lo que respecta al Atlántico meridional, la República de Haití, como lo ha reiterado en diversas oportunidades, considera la situación prevaleciente en las Islas Malvinas como el resultado de un orden colonial anacrónico. Rechazamos toda situaci6n de hecho impuesta por la fuerza y exhortamos a las partes a que reanuden las negociaciones a fin de llegar a una solución justa y equitativa, que tenga en cuenta las aspiraciones legítimas de la Argentina. Este ano, inclusive en vísperas del reencuentro que tendrá lugar entre las superpotencias, luego de haber escuchado las propuestas y las explicaciones de los representantes de las Potencias que poseen un arsenal capaz de aniquilar varias veces a la humanidad, renovamos solemnemente nuestra exhortación para que se ponga fin a la carrera de los armamentos. Exhortamos a las naciones que poseen la responsabilidad de encontrar una solución a esta cuestión angustiante, a que continúen sin reservas el diálogo prometedor que saludamos con esperanzas, con motivo de su reanudación al comienzo de este ano, Y que exploten sistemáticamente todas las oportunidades de concertación que puedan ofrecérseles.
Lo que está en juego es demasiado
Espanol HL/RN/rb
Sr. Estimé, Haití
A/40/PV.19 -48-50-
importante, las ocasiones demasiado escasas y las consecuencias demasiado graves para que prevalezcan objetivos de propaganda ideol6gica o de búsqueda de una supremacía militar costosa, peligrosa y aleatoria. Nuevamente, la República de Haití insiste en que se adopte una iniciativa colectiva a fin de llevar a cabo, a través de las instituciones internacionales de desarrollo, la transferencia de una fracci6n de los enormes recursos financieros que pudieran quedar disponibles por la puesta en marcha de un programa de desarme general, gradual y equilibrado.
Estamos convencidos de que allí reside el medio
más seguro para aliviar las tiranteces y consolidar la paz. El aspecto sombrío que nos ofrece la escena política internacional no nos hace olvidar, sin embargo, la gravedad de los problemas econ6micos que enfrenta actualmente la mayor parte de los países en desarrollo.
Si bien es cierto que las
turbulencias de los últimos anos en cierto modo se han apaciguado, el ritmo de desarrollo de las naciones del tercer mundo no se ha equiparado al del decenio de 1960, y para la mayor parte de los países de Africa y de América Latina, el ingreso real por habitante ha retrocedido al de hace 10 aftoso
También por todos
lados se elevan voces para preguntarse sobre la capacidad del sistema internacional, en su forma actual, para encontrar soluciones adecuadas a una situaci6n angustiante que adquiere, para una gran fracci6n de la humanidad, proporciones de catástrofe. Una de las dimensiones particularmente inquietantes de este drama consiste, sin ninguna duda, en la persistencia de las terribles hambrunas que en el continente africano, amenazan directamente a 200 millones de personas.
Por otra
parte, las perspectivas optimistas prevén para 1990 una cifra de más de 900 millones de personas que vivirán en estado de pobreza absoluta.
Es
necesario destacar el escándalo cotidiano de estas violaciones a los derechos fundamentales de la persona humana, que nos llevan a interrogarnos acerca de la significaci6n y la eficacia de los mecanismos de cooperaci6n internacional instituidos precisamente en nombre de la "solidaridad moral e intelectual de la humanidad".
Por cierto, sabemos en qué medida sería aventurado hacer recaer
únicamente sobre las Naciones Unidas la responsabilidad de una situaci6n que, sobre todo, no hace más que reflejar, como ya lo hemos dicho, la falta de voluntad política de los países proveedores para proceder a cambios estructurales decisivos.
Espafiol JCE/RN/mtt
A/40/PV.19
Sr. Estimé, Haití
-51-
El análisis de los factores que constituyen el meollo de la situación actual, que sacude con el más extremo rigor a los más pobres entre nosotros, puede darnos un cierto número de evidencias.
Por otra parte, las respuestas aportadas hasta
ahora por la comunidad internacional al problema del subdesarrollo no han sido sino paliativos, frecuentemente engaftosos, frente a la amplitud de las necesidades de los países del tercer mundo. En efecto, en todos los dominios especialmente cruciales, las transferencias de recursos hacia las naciones pobres se han mostrado dramáticamente in:'lficientes, disminuyendo más y más las posibilidades de los países en desarrollo de asociarse efectivamente a la prosperidad del norte. La situación ya precaria de la década de 1970 ha redundado así, a
favo~
del
reciente período de recesión internacional, en una agravación espectacular de las disparidades económicas Norte-Sur, ilustrada por la degradación persistente de los términos del intercambio, la baja vertiginosa, en ciertos casos, de los ingresos de exportación y las tensiones provocadas por el acrecentamiento de la deuda externa del tercer mundo, que representa más del 40% de su producto nacional bruto, con 36% de préstamos comerciales a corto plazo.
El nivel de endeudamiento ha pasado el
límite de los 800.000 millones de dólares y el servicio de la deuda continuará representando una carga excesiva, lo que conlleva, como es lógico, un elemento de inseguridad creciente para el sistema financiero internacional, a menos que se apliquen medidas apropiadas de reordenamiento, teniendo en cuenta las capacidades efectivas de reembolso de los países interesados y la necesidad de garantizar la prosecución de sus programas de inversión. El problema de la deuda se ha convertido así para todas las naciones en desarrollo en una cuestión prioritaria, respecto a la cual conviene seftalar las graves consecuencias sociopotíticas y a la que es preciso aportar inmediata y solidariamente una respuesta satisfactoria.
Por otra parte, la historia nos
demuestra que la transferencia de capitales internacionales, bajo la forma de préstamos o de inversiones directas ha desempeftado, a lo largo de los siglos XIX y XX,' un papel importante en el desarrollo de muchos países, especialmente los actualmente industrializados y noS revela que en cada período de crisis únicamente las medidas tomadas conjuntamenta por los acreedores y los deudores, a fin de graduar el pago de lo principal y disminuir la carga de los intereses, estimulando
Espaftol JCE/RN/mtt
Sr. Estimé, Haití
A/40/PV.19 -52-
los intercambios comerciales, han permitido al sistema financiero mundial volver a encontrar su equilibrio y su fluidez. En definitiva, la solución final consiste en promover el crecimiento, sobre todo mediante transferencias adecuadas de recursos de toda naturaleza. Desgraciadamente, los ritmos de inversión se han espaciado sustancialmente, convirtiendo en ilusorio el objetivo del 7% de crecimiento previsto en el marco del Tercer Decenio de las Naciones Unidas para el Desarrollo.
Igualmente, el
compromiso asumido por la comunidad internacional, hace 10 aftos, en la Conferencia Mundial sobre la Alimentación, de eliminar en 1984 el flagelo del hamb.re sig'oie siendo, letra muerta. Paralelamente, se ha registrado una auténtica baja en los niveles de los objetivos de ayuda pública para el desarrollo la cUál, óebemos recordar, tenía que alcanzar en 1985, a más tardar, el umbral fatídico del 0,7% del producto
nacio~al
bruto de los países desarlollados, cifra altamente simb61ica que estos últimos se habían comprometido a lograr hace ya 25 aftoso Además, nos interrogamos muy seriamente sobre la suerte reservada a los fondos comunes para los productos básicos, cuyo funcionamiento debía entraftar un mejoramiento efectivo de la corriente de ciertas materias primas, sobre el porvenir de la sección "Energía" del Banco Mundial, o aun sobre la iniciación de las negociaciones globales respecto a las cuales el consenso general parecía definitivamente adquirido. ¿Cómo no condenar tan graves retrocesos?
¿Cómo admitir que la última
reconstitución de los fondos de la Asociación Internacional para el Desarrollo (IDA) haya sido arbitrariamente limitada a 9.000 millones de dólares en lugar de los 15.000 millones normalmente previstos y que los recursos destinados al FIDA implican el abandono de cerca de las dos terceras partes de su programa actual de financiamiento, mientras cada ano la dinámica de la carrera de armamentos absorbe cerca de 50 veces el volumen total de la ayuda al tercer mundo, impidiéndose así atacar los verdaderos problemas del desarrollo? Por otra parte, la reciente crisis económica, lejos de provocar la solidaridad que el tercer mundo tenía derecho a esperar, por el contrario ha marcado un despertar peligroso posib~.lidades
d~
los reflejos
~goístas
que comprometen gravemente las
de los países en desarrollo de lograr el beneficio de la recuperación
en curso en las naciones industrializadas.
EsPt.fiol JCE/RN/mtt
Sr. Estimé, Haití
A/40/PV.l9 -53-
Al respecto, uno no puede dejar de preocupar$e muy especialmente por la pL~liferación
de medidas restrictivas y por la intensificación de las presiones
proteccionistas contrarias a las obligaciones internacionales suscritas y que, proviniendo de naciones ricas, tienden a castigar,
~ás
y más severamente, a los
países en desarrollo, en los sectores vitales de su economía, donde ellos disponen de
~na
cierta ventaja comparativa.
Así, el
G~bierno
haitiano ha tomado nota con satisfacción de la determinación
con la cual la Administración norteamericana está decidida a combatir el aumento del proteccionismo y abriga la esperanza de que otros países desarrollados multipliquen las disposiciones susceptibles de contribuir al mejoramiento económico mundial mediante un acrecentamiento de las inversiones y una liberalización creciente de los intercamoios. Finalmente, una vez más, es bueno admitir que la prioridad teórica acordada a los problemas de los países más desfavorecidos está lejos de traducirse en esfuerzos suficientes de la comunidad internacional. Al respecto, la situación de los menos adelantados, cinco afios después del lanzamiento del nuevo Programa Sustancial de Acción para la década de 1980, continúa, a justo
ti~ulo,
inspirando las más graves preocupaciones, pues en su
mayor parte el producto per cápita ha disminuido sensiblemente y el crecimiento medio del ingreso
n~ciona1
no ha pasado del 0,7% durante los tres primeros anos del
programa. Es cierto que no se pueden ignorar los empenos constructivos ni las decisiones efectivamente adoptadas por ciertos donantes para tratar de atenuar las dificultades específicas a las cuales se enfrentan los países menos adelantados. Lo esencial es poner en práctica un programa eficaz, de amplitud suficiente, que
permita a
es~os
países dotarse de las infraestructuras básicas tan necesarias para
hacer frente al financiamiento de su desarrollo agrícola e industrial, ptomover la educación y la formación técnica de su población y reducir su gran vulnerabilidad a las fluctuaciones externas y a los avatares inherentes a la estructura de su producción interna. La República de Haití estima, al respecto, que los procesos de ajuste a los que tenemos que someternos todos, deben ante todo tender
3
la producción y no al
empobrecimiento y que, en consecuencia, deben abarcar, prioritariamente, la creación de nuevos empleos, la instalación de nuevas industrias y el financiamiento de nuevos programas.
Espaftol JCE/RN/lIltt
Sr. Estimé, Haití
A/40/PV.l9 -54-55-
Por consiguiente, el financiamiento externo debe ser aumentado para permitir hacer frente al servicio e~ la deuda, manteniendo las inversiones y estimulando las exportaciones, porque un mundo en el cual los países en desarrollo tengan que hacer frente simultáneamente a una baja de su nivel de vida y a un drenaje de sus capitales es, por definici6n, eminentemente volátil. En conclusión, no cabe la menor duda de que el éxito o el fracaso del nuevo Programa Sustancial de Acción constituye la prueba más elocuente de la voluntad de los ~aíses ricos de restaurar la credibilidad del diálogo Norte-Sur.
Porque, si
para este pequefio grupo de Estados, con necesidades relativamente pequeftas, la comunidad internacional no es capaz de aportar los medios necesarios, cabe preguntarse cuándo y en favor de quién lo hará. Sea como fuere, el tercer mundo debe más que nunca contar consigo mismo, reafirmar su cohesión y explorar sistemáticamente las innumerables posibilidades de la cooperaci6n Sur-Sur, para lograr su autonomía colectiva y asumir solidariamente su destino. La República de Haití, por su parte, fiel a sus tradiciones, continúa, en condiciones particularmente difíciles, desplegando
esfuer~os
denodados para
asegurar la plena movilizaci6n de sus recursos interiores al servicio de los objetivos fundamentales del desarrollo socioeconómico y de la promoci6n de los derechos esenciales del pueblo haitiano, de conformidad con las disposiciones de la Carta de las ~';ciones Unidas, de las instituciones regionales de las que somos miembros y de las convenciones multilaterales que hemos suscrito.
Espaftol BA/l5/jg
A/40/PV.19 -56-
Sr. Estimé, Haití
A este respecto, el Gobierno ha puesto en práctica, en el transcurso del ano, una de las reformas institucionales más importantes emprendidas en el país, uno de cuyos principales aspectos ha sido el establecimiento reciente, con éxito, del marco constitucional y legal indispensable para el desarrollo de una democracia haitiana auténtica. Este nuevo ·contrato social" que descansa sobre las más estrictas normas de la democracia liberal y pluralista, garantiza el ejercicio de las libertades fundamentales, organiza por primera vez el funcionamiento de los partidos pollticos en Haití, fortalece el control que ejerce el poder legislativo sobre la acción del Gobierno, que será conducido por un primer ministro surgido de la agrupación política que tenga la mayoría en el parlamento luego de las próximas elecciones legislativas previstas para febrero de 1987. Así se define, bajo el liderazgo decidido del Presidente Jean-Claude Duvalier, el perfil de una democracia haitiana acorde con nuestra personalidad socio-cultural profunda, irreversiblemente dedicada a la lucha por el desarrollo universal de los derechos políticos, sociales, económicos y culturales intrínsecos a la dignidad de la persona humana. El objetivo que se persigue no consiste en este caso en copiar fielmente modelos importados difícilmente aplicables, sino en construir una sociedad democrática basada en el respeto a la ley, que extrae su inspiración de las fuentes más auténticas de nuestra historia y de nuestra cultura, favoreciendo todas las formas de expresión y alentando la participación efectiva de todos en las decisiones que determinan nuestro destino nacional. Pero un proyecto como este, una ambición como esta, no se realizarán plenamente sino en la paz y la estabilidad, el progreso social y el crecimiento econ6mico.
Es así que la República de Haití, como todos los paísE!s del tercer
mundo dedicados no sólo a librar la difícil batalla del desarrollo, sino preocupados además por defender la justicia y la libertad, deberá contar en los aftos próximos con el apoyo sin reservas de la cooperación internacional, de la cual las Naciones Unidas deben seguir siendo un foco irreemplazable de reflexión, decisi6n, ejecuci6n y coordinación.
I • t' Sr. Est i me, Hall
A/40/PV.19 -57-
Espanol BA/15/jg
El Gobierno de Haití quiere por lo tanto renovar su confianza total en el porvenir de nuestra Organizaci6n.
Cree firmemente que los errores pueden
corregirse, las lagunas colmarse, los recursos aumentar, la confianza fortalecerse.
Está convencido de que podremos acatar mejor los principios de
nuestra Carta y en todo momento está dispuesto a aportar una participaci6n activa en todas las iniciativas que se tomen en esa direcci6n.
Sigue persuadido de que
antes de fin de siglo podremos alcanzar ciertos objetivos, como la erradicacion del hambre y el analfabetismo que, por su importancia universal, se ubican por encima de todo debate ideol6gico y de toda contingencia política. hacerlo.
Tenemos los medios para
¿Por qué no expresar hoy nuestra voluntad? Sr. AL-NUAMI (Emiratos Arabes Unidos) (interpretaci6n del árabe):
Sr. Presidente:
En nombre de los Emiratos Arabes Unidos, es para mí motivo de gran
satisfacci6n presentarle mis sentidas felicitaciones por haber sido elegido Presidente de la Asamblea General de las Naciones Unidas en su cuadragésimo período de sesiones.
Durante su vinculaci6n a esta Organizaci6n, usted ha hecho una
contribuci6n considerable con consecuencias de gran magnitud para el fortalecimiento de esta Organizaci6n internacional.
Confiamos también que su larga
experiencia es garantía del éxito de las deliberaciones de este período de sesiones.
En lo que nos concierne, mis felicitaciones tienen una significaci6n
especial, porque usted es ciudadano de Espana, gran país con el que mantenemos buenas relaciones que destacan los lazos hist6ricos y culturales que nos unen. También me complace expresar nuestro sincero reconocimiento y gratitud a su predecesor en la Presidencia durante el último período de sesiones, el Embajador Paul Lusaka, por el modo como ejerci6 su cargo, caracterizado por su idoneidad y una organizaci6n meticulosa. Me complace asimismo aprovechar la oportunidad para reafirmar, en nombre de los Emiratos Arabes Unidos, nuestra confianza en los empeftos y esfuerzos del Secretario General de las Naciones Unidas, Su Excelencia serior Javier pérez de Cuéllar, por cumplir con las metas y objetivos de las Naciones Unidas. La agresi6n israelí cometida ayer contra el país hermano de Túnez confirma acabadamente la política agresiva que pone en práctica Israel.
Sus aviones
violaron la soberanía de un Estado árabe miembro de la Liga de los Estados Arabes así como de esta Organizaci6n, dando lugar a muchos muertos y heridos entre la poblaci6n civil.
Al condenar la agresi6n israelí contra el hermano país de Túnez y
Espaftol BA/15íjg
A/40/PV.19 -58-60-
Sr. AI-Nuami, Emiratos Arabes Unidos
el pueblo palestino, afirmamos que ese acto de agresi6n no habría tenido lugar si Israel no hubiera contado con la protecci6n que le dan las superpotencias contra la condena de la comunidad internacional.
Esta agresi6n coincide con otra del régimen
racista de Sudáfrica contra Angola, y ambas confirman la teoría de la solidaridad racista entre Pretoria y Tel Aviv. o
Este período de sesiones se celebra conjuntamente con la conmemoración del
cuadragésimo aniversario de las Naciones Unidas.
Es esta una oportunidad para
evaluar el progreso de nuestra Organizaci6n durante los objetivo es
permiti~pos
a~os
anteriores.
El
aumentar las perspectivas de éxito y eliminar los motivos
de los fracasos, aaí como elaborar nuevos métodos coherentes con las condiciones internacionales contemporáneas que consiguientemente conduzcan al logro de los nobles prop6sitos que dieron lugar a la creación de esta Organizaci6n. No vamos a permitirnos enumerar los logros de las Naciones Unidas. es necesario arrojar cierta luz sobre algunas de esas realizaciones.
Con todo,
Primero y
ante todo, esta Organizaci6n representa un marco internacional para las negociaciones pacíficas entre sus miembros.
Sus fundadores la crearon con el
prop6sito de que se recurriera a ella para la soluci6n de las controversias a través del diálogo constructivo, ajeno al uso y la amenaza de la fuerza,que promoviera la universalidad mediante el logro de la independencia por los territorios colonizados, y que protegiera a los refugiados y aliviara los sufrimientos humanos en las regiones afectadas por el hambre y otras catástrofes naturale~.
En consecuencia, el papel de la Organizaci6n se ha desarrollado con el
aumento del número de sus miembros y con la ampliaci6n de sus funciones, que incluyen ayuda a los países en desarrollo y recientemente independizados para crear sus instituciones y formar sus estructuras econ6micas y sociales.
Esta ayuda ha
sido proporcionada a través de numerosos organismos y programas establecidos y auspiciados por las Naciones Unidas.
Esta Organizaci6n
tam~ién
ha salvado al mundo
del flagelo de una nueva guerra mundial, y se ha transformado en base de un nuevo orden internacional y en una herramienta que puede disponer esfuerzos colectivos para hacer frente a conflictos internacionales y eliminar el enfrentamiento nuclear.
Espaftol OM/mlll
Sr. Al-Nuami, Emiratos Arabes Unidos
A/40/PV.19 -61-
Todos estos logros positivos no deben excusar una referencia a algunos de los fracasos experimentados por las Naciones Unidas en el cumplimiento de sus objetivos. Las críticas sobre su debilidad y su falta de eficacia se deben básicamente a la frustraci6n de algunos debido al peligro creciente de una guerra nuclear y a la no aplicaci6n de resoluciones aprobadas por las Naciones Unidas.
Esta crítica es
válida cuando se juzga desde el punto de vista de las causas, pero no tiene justificativo si se encara sobre la base de los objetivos.
La responsabilidad
fundamental, a nuestro juicio, radica en la falta de voluntad política de algunos Estados,
especia1ro~nte
las principales Potencias, y el
empl~o
de presiones que
impiden que esta Organizaci6n cumpla con su papel pacífico humanitario. Los acontecimientos en la regi6n del Golfo destacan la necesidad de que las Naciones Unidas desempenen su papel para el arreglo de las controversias entre los Estados por medios pacíficos.
La guerra destructiva entre los dos vecinos
musulmanes, el Irán y el Iraq, lleva ya largo tiempo) ha entrado en su sexto ano con pérdida de miles de vidas inocentes y considerables danos materiales a expensas del desarrollo de ambos países.
Esto ha ido en detrimento del bienestar de las
naciones. Desde el principio, mi país ha expresado su posici6n con respecto a esa guerra.
Advertimos sobre sus consecuencias perjudiciales para la paz y la
seguridad en el Golfo.
Siempre estuvimos
~
y continuamos estando - convencidos de
que el único medio para terminar con esa guerra y con sus efectos destructivos es el de proseguir las negociaciones pacíficas para resolver los problemas entre los dos países de modo que se preserven los derechos nacionales de ambas partes.
Mi
país manifest6 su posici6n en la práctica al participar en los esfuerzos para poner fin de una vez por todas a esa controversia.
Estamos siempre dispuestos a
participar en todo esfuerzo serio tendiente a la cesaci6n de este cruento conflicto.
Encomiamos la posici6n responsable adoptada por nuestro hermano, el
Iraq, con respecto a las iniciativas pacíficas y seguimos
espe~ando
que también la
República Islámica del Irán responda positivamente a las iniciativas tendientes a cesar la guerra.
Nos vemos obligados a destacar esto en interés de la estabilidad
de nuestra regi6n y para evitar los peligros de la intervenci6n extranjera, 10 que daría lugar a que se convirtiera en escenario de conflicto entre las superpotencias y de intereses foráneos. Al conmemorarse el cuadragésimo aniversario de las Naciones Unidas, celebramos que decenas de naciones hayan podido obtener la libertad y establecer sus entidades nacionales en Estados independientes, manejando sus asuntos con plena libertad para
Espaftol OM/mlll
A/40/PV.19 -62-
Sr. AI-Nuami, Emiratos Arabes Unidos
lograr el progreso y el bienestar de sus pueblos y desempenar su papel en la comunidad internacional como Estados soberanos en esta Organizaci6n. Excepci6n a ello es el pueblo árabe de Palestina, que atraviesa por un período de persecuci6n y desarraigo, resultante de la denegaci6n de sus derechos fundamentales a la libertad y a la libre determinaci6n.
Esto fue causado por el
desarraigo del pueblo palestino de su tierra, por. la usurpaci6n de su país, por los intentos de suprimir su identidad nacional y por la suspensi6n del papel humano y cultural que había desempenado a través de toda su historia. La cuesti6n de Palestina, con sus consecuencias políticas, sociales y morales continúa planteando un reto a la conciencia humana y es una prueba para la capacidad de esta Organizaci6n que la cre6.
Toda revisi6n del desarrollo y las extrem~s
consecuencias de esta cuesti6n lleva inevitablemente a senalar a qué
han
llegado la irresponsabilidad y la arrogancia que caracterizan a la políticu racista que Israel adopt6 como pauta para sus actos de agresi6n contra el pueblo palestino y contra los Estados árabes.
Esto se inspir6 en las metas coloniales del
movimiento sionista y en el hecho de que basa su poderío militar en fuentes extranjeras.
Todos sabemos el papel que desempefta una de las grandes Potencias al
apoyar y consolidar la ocupaci6n israelí mediante el suministro de ayuda econ6mica, militar y tecno16gica, además de que por su inequívoco apoyo político, impide la aplicaci6n de las resoluciones aprobadas por la Asamblea General y evita que el Consejo de Seguridad adopte medidas disuasivas contra la política expansionista israelí. La situaci6n en deterioro del Oriente Medio es una consecuencia inevitable e i16gica del hecho de que la comunidad internacional no haya tratado el problema básico de poner fin a la ocupaci6n obligando al agresor a que no la continúe. Los acontecimientos ocurridos en nuestra regi6n han demostrado que los arreglos separados y las soluciones parciales no s5lo son inadecuadas para sentar bases s61idas sino que, de hecho, contribuyen a agravar y complicar los problemas. Por tanto, el desconocer la esencia del problema a nuestro juicio una soluci6n justa y permanente como la que aspiramos con los comunidad internacional.
~o
d~más
puede llevar a
Miembros de la
Con esto queremos decir que se deben reconocer los
derechos nacionales legítimos del pueblo palestino para recuperar su libre determinaci6n y crear su Estado independiente en Palestina bajo la direcci6n de su legítima representante, la Organizaci6n de Liberaci6n de Palestina (OLP), mediante la aplicaci6n de las renoluciones de la Asamblea General en las que se pide la convocaci6n de una Conferencia Internacional de la Paz para el Oriente Medio bajo los auspicios de las Naciones Unidas.
Espaftol OM/mlll
A/40/PV.19 -63-65-
Sr. Al-Nuami, Emiratos Arabes Unidos
Entre los diversos aspectos relacionados con el Oriente Medio, es de destacar la situación del Estado hermano del Líbano, que continúa sufriendo por las prácticas agresivas israelíes en su territorio, manifestadas desde la ocupación de parte del país en violación clara de los principios de la Carta, del derecho internacional y de las resoluciones pertinentes del Consejo de Seguridad.
Esto se
manifiesta también al fomentar conflictos entre los partidos libaneses. A la vez que rendimos homenaje a la resistencia libanesa por su heroica lucha contra las fuerzas israelíes de ocupación, exhortarnos ~ nuestros hermanos del Líbano a que arreglen GUS controversias y se dediquen a t staurar la estabilidad y la soberanía de su país. Pedirnos a la comunidad internacional que ayude al Líbano a superar la severa prueba por la que atraviesa. Los pueblos del Africa meridional son sometidos a prácticas inhumanas por el régimen racista de Pretoria, que recientemente intensificó sus medidas terroristas y discriminatorias contra la poblaci6n autóctona de Sudáfrica y ocupó Namibia.
Las
Naciones Unidas han aprobado muchas resoluciones en las que se condena a ese régimen racista y por las que se pide que se ponga fin a esas medidas que violan los derechos humanos de la poblaci6n privándola de su libertad. Sin embargo, esas resoluciones han sido desconocidas por la negativa de algunos Estados Miembros a aplicar las sanciones que en ellas se estipulan.
Esto es una violación de los
principios de la Carta y un acicate a ese régimen para que continúe con la persecución de la población autóctona del Africa meridional, desafiando completamente la voluntad internacional.
Esos Estados debieran sumarse al consenso
internacional para rechazar las prácticas racistas del régimen de Pretoria y cumplir las resoluciones internacionales. La declaración del Sr. Bhota, jefe del régimen racista que rechaza de manera desvengonzada y desafiante todo cambio en la política establecida de apartheid, refuerza nuestra conv{cci6n de que los únicos medios para terminar con esa política, que constituye un crimen contra los derechos y la dignidad humana, radica en la aplicaci6n al régimen racista del Capítulo VII de la Carta. Rechazarnos la política de tolerancia adoptada por algunos Estados puesto que la llamada participaci6n constructiva ha fracasado totalmente en su intento de persuadir al régimen de que cambie.*
*
El Sr. Bassole (Burkina Faso), Vicepresidente, ocupa la Presidencia.
Espal\ol AH/myo
Sr. Al-Nuami, Emiratos ArabfJS Unidos
A/40/PV .19 -66-
Al condenar la odiosa política de apartheid, los Emiratos Arabes Unidos reiteran su apoyo a la lucha del pueblo de Sudáfrica y a la lucha del pueblo de Namibia bajo la conducción de la South West Africa People's Organization (SWAPO). piden a la comunidad internacional continúe ayudando a este valeroso
pueb~~
perseguido para permitirle recuperar sus derechos usurpados. La conmemoración del cuadragésimo aniversario de las Naciones Unidas da una
especial y singular importancia a la cuesti6n del desarme.
Es muy pertinente
referirnos al pr.imer párrafo del preámbulo de la Carta que dice que debemos preservar a las generaciones venideras del flagelo de la guerra.
Sin embargo, el
peligro de la guerra, en particular de la guerra nuclear, crece día a día. Esperamos que la reanudaci6n de las negociaciones entre las dos superpotencias permita echar las bases necesarias para la limitaci6n de los armamentos y el deE3rme.
El logro de estos dos objetivos y el ahorro consiguiente de ingentes
recursos para el desarrollo económico y social sólo podrán tener lugar en una atmósfera de estabilidad política y confianza mutua, o sea garantizando la paz y la seguridad internacionales.
Los hechos y la experiencia nos han demostrado que no
se puede lograr la paz mediante el almacenamiento y el desarrollo de las armas. Una vez más mi país insta al establecimiento de zonas libres de armas nucleares, especialmente en el Oriente Medio.
Mi país reafirma su apoyo a las
resoluciones de las Naciones Unidas que declaran al Océano Indico zona de paz. Aguardamoe con interés la convocación de la conferencia sobre el OCéano Indico el afto que viene, para adoptar las medidas necesarias a fin de aplicar la Declaraci6n y la adhesión a ella, especialmente por las grandes Potencias. Un compromiso a los principios de la Carta de las Naciones Unidas y a las resoluciones de las Naciones Unidas que disponen el derecho de los países y de los pueblos a la libre determinaci6n y el respeto a sus deseos y a la no injerencia en sus asuntos internos indudablemente habrá de reducir en gran medida la magnitud de la actual tirantez internacional y, en consecuencia, habrá de garantizar la seguridad y la estabilidad de los Estados, especialmente los pequeftos y en desarrollo. Esto nos lleva a seftalar la situaci6n en Afganistán, cuyo pueblo sufre la intervención externa y un conflicto de intereses foráneos.
Los Emiratos Arabes
Unidos piden a todas las fuerzas extranjeras que pongan fin a su injerencia y se retiren todas las tropas foráneas del territorio del
Afg~nistán.
Espaftol AM/myo
A/40/PV.19 -67-
Sr. AI-Nuami, Emiratos Arabes Unidos
Esto también se aplica a la situación de Kampuchea, cuyo pueblo ha tenido que soportar la intervención extranjera. Centroamérica.
Lo mismo ocurre con los problemas en
A este respecto apoyamos la fórmula propuesta por el Grupo de
Contadora para resolver los problemas de los países involucrados sobre una base regional.
Por nuestra parte, instamos también a la soluci6n de las controversias
existentes entre Corea del Norte y del Sur mediante el diálogo entre ambas partes orientado a la eliminación de las causas de la controversia y a la realización de los deseos de sus pueblos por la reunificación. La cuestión de Chipre constituye uno de los problemas que requiere que las Naciones Unidas prosigan sus esfuerzos por lograr una solución definitiva. A este respecto deseamos expresar nuestro reconocimiento al Secretario General de las Naciones Unidas por sus logros y nuestro apoyo a sus esfuerzos por encontrar solución a la cuestión de Chipre acercando las posiciones de ambas partes en el conflicto, lo que conduciría a la pronta concertación de un acuerdo acerca del marco necesario para un arreglo justo y permanente del problema. a la isla de Chipre su independencia, su
se~uridad,
Esto garantizaría
su integridad territorial y su
condición de país no alineado, así como los legítimos derechos de ambas comunidades. Las cuestiones del desarrollo económico y social son tan importantes como los problemas políticos del mundo.
Pese al hecho de que mucho se ha logrado en las
esferas del desarrollo económico y del progreso tecnológico, existen graves problemas que aún afronta el mundo. La experiencia de los últimos 40 aftos ha demostrado que el problema básico, intrínseco a la naturaleza del régimen económico existente radica en el hecho de que las fuerzas ocultas del mercado profundizan la desigualdad de oportunidades y la injusticia de las relaciones económicas, que son originalmente desiguales entre los participantes en ese orden establecido. Bajo el sistema prevaleciente, el tremendo progreso en la capacidad tecnológica ha dado lugar a la multiplicación de obstáculos al desarrollo económico en lugar de mitigar su carga.
Y el proceso de desarrollo mundial, en lugar de
conducir a un aumento en las tasas de crecimiento y a una mejora en los niveles de vida, ha hecho que los países en desarrollo enfrenten ahora una declinación aterradora en sus niveles de crecimiento y en sus niveles de vida.
Además, los
países en desarrollo se enfrentan con una deuda externa creciente, que ha llegado a alcanzar magnitudes peligrosas, al propio tiempo que la relación de intercambio empeora para ellos, sus ingresos por exportación disminuyen y sus ingresos nacionales se ven erosionados como resultado de la creciente inflación y fluctuación de los tipos de cambio.
Espaftol AM/myo
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Sr. Al-Nuami, Emiratos Arabes Unidos
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En consecuencia, la capacidad de los países en desarrollo de hacer frente a los costos del desarrollo, sea económico, social o político, disminuye rápidamente en tanto que los costos aumentan constantemente. Esta situación tiene lugar en una atmósfera de creciente falta de confianza entre los participantes en el orden económico existente y dentro de una marcada declinación en el espíritu de cooperación y transacción, especialmente de parte de los países desarrollados e industrializados y, además, tras los intentos de reducir el papel de los organismos de cooperación multilateral. Por lo tanto, es menester destacar que la solución de este problema requiere de un esfuerzo considerable y
gr~n
valor para enfrentar los problemas principales Y
fundamentales, el más importante de los cuales es poner fin a la influencia de las fuerzas del mercado sobre la situación económica internacional.
Esto puede
lograrse dando una seria y sincera oportunidad al sistema de las Naciones Unidas y a sus diversos órganos económicos para que se conviertan en el medio de restablecer la confianza en la capacidad de los esfuerzos colectivos internacionales de llegar a soluciones fructíferas que garanticen el desarrollo futuro de todos los pueblos y salven a la raza humana de las posibles catástrofes que parece podrían producirse de continuar el orden económico existente. Durante los últimos 40 aftos las Naciones Unidas han tenido varias experiencias que van del éxito al fracaso.
Cualesquiera sean nuestras opiniones y actitudes, la
realidad nos exige declarar que las Naciones Unidas siguen representando la esperanza y los mecanismos del futuro para salvar al mundo del flagelo de una tercera guerra mundial en 10 tocante a establecer las bases de un orden mundial y crear un marco eficaz y democrático de participación internacional en la elaboración de resoluciones que se ajusten a las pautas del comportamiento internacional. El poderío de las Naciones Unidas radica en el compromiso de sus Miembros de adherirse a la Carta, en la realización de una armonía política entre Oriente y OCcidente y en una armonía económica entre Norte y Sur.
La existencia de las
Naciones Unidas se deriva del imperativo de nuestra supervivencia y de la necesidad de nuestra constante interacción en este mundo conturbado.
En consecuencia,
debemos empeftarnos en apoyar a la Organización y realzar su posición para hacer verdad nuestras aspiraciones de un nuevo mundo basado en la paz y la seguridad, en la justicia y en la igualdad y donde puedan lograrse el progreso y la prosperidad.
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Espanol HS/mic
Sr. FARAH (Djibouti) (interpretaci6n del francés):
Túnez, país hermano y
amigo, acaba de ser víctima de una agresi6n criminal perpetrada por la entidad sionista, que ha causado más de 100 víctimas inocentes.
Este terrorismo de Estado
demuestra, como si hubiera necesidad de ello, los designios bárbaros que persigue Israel en esta parte del mundo, despreciando los objetivos y principios de las Naciones Unidas. La comunidad internacional debe condenar firmemente este acto criminal cometido por Israel contra un Estado soberano. Ese acto deliberado de la entidad sionista, perpetrado en el momento en que la comunidad internacional se reúne en esta augusta Asamblea a fin de encontrar una soluci6n equitativa para el doloroso problema del Oriente Medio, tiene como objetivo único obstaculizar los esfuerzos desplegados con miras a instaurar la paz en esa parte del mundo. La República de Djibouti considera que este acto criminal no está dirigido solamente contra
~únez
y Palestina sino contra la toda la naci6n árabe.
En nombre del Gobierno y el pueblo de Djibouti, condenamos categ6ricamente este acto criminal y aseguramos nuestra total solidaridad con los pueblos hermanos árabes de Palestina y Túnez. Deseo expresar, en nombre del pueblo y el Gobierno de Djibouti,
nu~stras
más
profundas condolencias al pueblo hermano de México con motivo de los terremotos que han sumido en duelo a ese país.
Le aseguramos que puede contar con toda nuestra
solidaridad frente a esta catástrofe. En nombre de mi delegaci6n y en el mío propio, quiero felicitar. al Sr. Presidente con motivo de su elecci6n para desempenar ese alto cargo durante cuadragésimo período de sesiones de la Asamblea General de las Naciones Unidas.
~l
Su
elecci6n para ejercer esa elevada responsabilidad es a la vez un homenaje a su país y un reconocimiento de sus probadas cualidades de diplomático.
Es indudable que su
competencia y la vasta experiencia que tiene en nuestra Organizaci6n harán que las deliberaciones de este importante período de sesiones se vean coronadas por el éxito.
Mi delegaci6n estará siempre dispuesta a ofrecerle su ayuda y su
cooperaci6n activas en el cumplimiento de las pesadas funciones que se le han confiado. Asimismo, deseo expresar el reconocimiento y la gratitud de mi delegaci6n a su predecesor, el Embajador Paul Lusaka, de Zambia, que durante su mandato dio muestras de competencia y dedicaci6n ejemplares.
Espartol HS/mic
A/40/PV.19 -72-
Sr. Farah, ojibouti
También deseo en esta oportunidad rendir homenaje al Secretario General por los esfuerzos que viene desplegando en pro de la paz y la cooperaci6n internacionales y por la dedicaci6n que ha puesto de manifiesto para con los objetivos y principios de las Naciones Unidas. El cuadragésimo período de sesiones de la Asamblea General reviste interés especial para la comunidad internacional. A nuestro juicio, se han depositado en este importante período de sesiones grandes esperanzas y aspiraciones de que se logre una mejor interacci6n humana y una posibilidad de supervivencia para la humanidad. Al respecto, nos complace aprovechar la oportunidad de este acontecimiento especial para reflexionar juntos nuestras experiencias e intercambiar puntos de vista sobre los problemas de la actualidad, cuyas soluciones son tan vitales para el mantenimiento de la paz y la seguridad internacionales. Estamos convencidos de que las Naciones Unidas siempre han sido la plataforma más apropiada para lograr una mayor comprensi6n en las relaciones internacionales. En ese espíritu, mi delegaci6n, adherida a los principios y objetivos de las Naciones Unidas, viene a anadir su voz a la de otros países a fin de expresar su voluntad de cooperaci6n. Al reunirnos aquí, no podemos menos que expresar nuestra inquietud ante la crisis econ6mica, social y política que existe en numerosas partes del mundo. La crisis econ6mica internacional continúa agravándose y provoca desequilibrios inquietantes, especialmente en los países en desarrollo.
Esta
situaci6n lleva a la comunidad internacional a ocuparse de esta cuesti6n.
Sin
embargo, sigue vigente el problema de la reestructuraci6n de las relaciones econ6micas que existen actualmente en el mundo para el establecimiento de un nuevo orden econ6mico internacional.
Por consiguiente, la comunidad internacional
debería realizar un esfuerzo para encontrar en ella la voluntad necesaria que le permita superar la inercia y la falta de entusiasmo de que da prueba en las negociaciones entre los países desarrollados y los países en desarrollo. Asimismo, debería crear el ambiente necesario de comprensi6n mutua y de voluntad política para llegar a un acuerdo en los campos que preocupan a las naciones del mundo. Los países en desarrollo vienen atravesando una situaci6n de deterioro econ6mico extremo desde el comienzo del decenio de 1970.
Esto se debe, sobre todo,
a la baja de los precios de las materias primas, al alza de las tasas de interés, al crecimiento de la deuda y a la política proteccionista de los países desarrollados.
Numerosos países africanos, incluido el mío, se ven enfrentados a
Espaftol SS/mic
Sr. Farah, Djibouti
A/40/PV.19 -73-75-
los problemas de la deuda y se han visto obligados a adoptar rigurosas medidas de austeridad. sociales
La aplicaci6n de estas medidas ha creado condiciones econ6micas y
crí~icas
que frenan de manera grave su desarrollo.
La situaci6n trágica que viven los países africanos debido a la
cri~is
de la
economía mundial se ha convertido en fuente de gran inquietud en las Naciofles Unidas y en otros foros internacionales. Nos felicitamos de los esfuerzos encomiables que realiza el Secretario General en la búsqueda de soluciones eficaces y apropiadas para resolver las dificultades econ6micas que existen actualmente en
Africa.
Expresamos nuestro reconocimiento y gratitud a la comunidad internacional
por la atenci6n especial que otorga a la situaci6n econ6mica crítica que impera en Africa. Desde hace más de 20 aftos el continente africano soporta cambios en las condiciones climáticas que han provocado una sequía y una desertificaci6n sin precedentes. Ese proceso de sequía y desertificaci6n ha afectado gravemente a los países de la regi6n sudanosaheliana, a la zona oriental del continente y al Africa meridional. El fen6meno persiste, disminuyendo así la producci6n alimentaria, destruyendo los medios de subsistencia de millones de personas y amenazando a otras tantas con el hambre y la indigencia total. La ampl\tud y la gravedad de
~a
crisis han llevado a los países del Africa
oriental a unir sus esfuerzos para hacer frente a la sequía y a sus consecuencias desastrosas.
Así, seis países de la subregi6n, a saber, Etiopía, Kenya, Uganda,
Somalia, Sudán y Djibouti, han decidido, de
con~ormidad
con las disposiciones de la
resoluci6n 35/90 de la Asamblea General y ot¡as resoluciones subsiguientes, crear un organismo inter9ubernam~ntal a fin de combatir los efectos de la sequía y de otras catástrofes naturales conexas.
Sr. Farah, Djibouti
A/40/PV.19 -76-
Espanol CD/gp
Para ello, los Ministros de estos países, habiendo terminado sus consultas sobre el tema en :.ueva York en octubre de 1984, se reunieron en Dj ib()uti en febrero de este ano en una conferencia regional sobre la sequía y el desarrollo.
Durante estas
reuniones, los Ministros reiteraron su voluntad común de unir sus esfuerzos para luchar contra los efectos de la sequía en el marco de la Autoridad Intergubernamental para la Sequía y el Desarrollo en el Africa Oriental. En mayo pasado se celebr6 una segunda reunión ministerial en Djibouti en la que se adoptaron los documentos básicos que recogían la creación dp la Autoridad. Los seis países de la subregión celebrarán otra reunión ministerial en octubre y noviembre del presente ano para dar el toque final y adoptar un plan de acción y para
rub~icar
los textos básicos de la Autoridad Intergubernamental para la sequía
y el Desar.rollo en el Africa Oriental.
La firma final de estos documentos se
efectuara durante la reunión cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno de esos países, prevista para enero de 1986 en Djibouti.
Quisiera, en mi calidad de
Ministro Coordinador de dicho organismo, expresar especial agradecimiento al Programa de las Naciones Unidas para el
Desa~rollo
(PNUD) y a la Oficina de las
Naciones Unidas para la región sudanosaheliana por la ayuda que nos han prestado para poner en marcha esa organización.
Quisiera asimismo aprovechar esta ocasión
para dirigir un llamamiento urgente a los miembros de esta augusta Asamblea y a las instituciones y organizaciones internacionales, para que aporten la ayuda financiera, material y técnica que necesita la Autoridad para poder llevar a cabo la tarea para la cual fue creada. La República de Djibouti atraviesa una precarici.
coy~ntura
económica y financiera
Esa coyuntura se caracteriza por la inexistencia de actividades
agrícolas e industriales, por la falta de recursos naturales y por la escasez de mano de obra profesionalmente calificada.
Esa coyuntura se ha visto agravada por
la presencia de un número elevado de refugiados y por los efectos que se hacen sentir todavía de una sequía devastadora en la región. La República de Djibouti, país de los menos adelantados, no cuenta con los medios monetarios, financieros o técnicos necesarios para sobrellevar la pesada carga que conlleva su desarrollo económico sin ayuda externa.
A este respecto,
necesitamos, al igual que otros muchos países en desarrollo, una ayuda sustancial para poder construir las bases necesarias para el proceso de desarrollo económico de mi país.
A/40/PV.19 -77-
Espanol CD/gp
Sr. Farah, Djibouti
La cuestión de Palestina continúa representando un gran reto a la credibilidad de las Naciones Unidas.
Contrariamente a otros problemas que preocupan a la
comunidad internacional, el problema de Palestina nació en esta augusta Asamblea. Por ello, las Naciones Unidas tienen la obligación moral y política de encontrar una solución justa y duradera a esta cuestión. Ahora que las Naciones Unidas conmemoran el cuadragésimo aniversario de su creación, deberían aprovechar esta ocasión para evaluar sus actividades durante estos últimos cuarenta anos.
También en esta ocasión las Naciones Unidas podrían
evaluar la situación del pueblo palestino desde la adopción por la Asamblea General de la resolución 181 '(II) por la cual la Organización preveía la creación de un Estado árabe palestino.
Creemos que esta resolución es tan pertinente hoy como lo
era en 1947, puesto que está basada en los derechos inalienables del pueblo palestino.
Todos sabemos muy bien que las tensiones y los conflictos que se vienen
desarrollando en el Oriente Medio desde 1948 tienen su origen directo en la oposición a que el pueblo palestino ejerza sus derechos fundamentales.
Durante
estos últimos 40 anos, las naciones árabes han sufrido cuatro guerras devastadoras que han amenazado la paz y la seguridad internacionales.
Tales conflictos son
inevitables cuando se violan los derechos humanos fundamentales, donde quiera que ello ocurra. Continúa implacable y sin tregua una guerra en el Oriente Medio, una guerra menos notoria y, sin embargo, más radical que las otras guerras que asolan esa parte del mundo.
Se trata de una guerra cuyo objetivo es desarraigar a los
palestinos de su patria ancestral, de arrancarles su identidad cultural y nacional y de alterar su historia. Nuestro propósito no es presentar un informe sobre la situación en los territorios ocupados.
Las detalladas informaciones que ha publicado el comité
Especial encargado de investigar las prácticas israelíes que afecten a los derechos humanos de la población de los territorios ocupados indican muy bien las condiciones que imperan en esos
territo~ios.
La política sionista de asentamientos es la negativa a la existencia de la población árabe que posee esa tierra desde tiempos inmemorables.
Esa política
constituye un obstáculo a cualquier intento de paz basado en la justicia y la legalidad.
En consecuencia, el primer paso hacia una paz real y global en el
Oriente Medio sería poner término a la ocupación israelí de los territorios palestinos y árabes ocupados, comprendida la Ciudad Santa de Jerusalén.
Espanol CD/gp
Sr. Farah, Djibouti
A/40/PV.19 -78-80-
Como dije anteriormente, las Naciones Unidas deben asumir una responsabilidad especial para con el pueblo palestino, y estamos convencidos de que son el lugar apropiado para discutir y solucionar la cuestión palestina.
Creemos que cualquier
conferencia internacional que se celebre respecto de Palesf,ina debe reunir en pie de igualdad a todas las partes interesadas, incluida la Organización de Liberación de falestina (OLP), único y auténtico representante del pueblo palestino. El plan de paz de Fez es prueba del sincero deseo de las naciones árabes de una paz real y duradera en el Oriente Medio.
Pero acogemos con beneplácito
cualquier otra iniciativa que pueda llevar a una paz global y duradera que permita al pueblo palestino ejercer su derecho inalienable a establecer un Estado independiente en su propio suelo nacional, puesto que sin el reconocimiento de los derechos del pueblo palestino la paz y la estabilidad en el Oriente Medio seguirán siendo una ilusión. Durante estos seis últimos aftos la violencia está en el orden del día en el Líbano. Las luchas fratricidas que asolan al país desde hace seis anos han sumido en d~elo a innumerables familias y han causado muy importantes danos materiales. Esta situación preocupante se vio agravada en 1982 por la invasión israelí, invasión cuyas consecuencias aún soporta el país.
Hoy día, el Líbano necesita que
la solidaridad internacional garantice su soberanía e integridad territorial y que le ayuden a restaurar su unidad nacional.
Esperamos sinceramente que el Líbano
recupere la seguridad y los cauces de prosperidad y de paz con los que antano contaba. En el Africa meridional impera una situación explosiva, donde el régimen racista de Pretoria perpetúa agresiones repetidas contra los Estados de la línea del frente. En efecto, Angola acaba de ser de nuevo víctima de ataques bárbaros y criminales perpetrados por el régimen racista de Pretoria. El régimen racista de Pretoria continúa estos ataques para intimidar a los países africanos de la línea del frente que apoyan a los pueblos de Sudáfrica y de Namibia en la recuperación de su libertad.
Estos actos criminales perpetrados hoy
contra Angola y ayer contra Bctswana por el régimen racista de Pretoria son testimonio de la gravedad de la situación en el Africa meridional. agresiones constituyen una
am~naza
Tales
a la paz y la seguridad internacionales.
Nuestro deseo es que las Naciones Unidas y el Consejo de Seguridad en especial tomen las medidas ap,opiadas, de conformidad con el Capítulo VII de la Carta, para que cesen las agresiones constantes de Sudáfrica contra los Estados vecinos soberanos.
ESpaftol AF/lag
Sr. Farah, Djibouti
A/40/PV.19 -81-
La situación en Sudáfrica es trágica.
La mayoría negra soporta el duro
sistema del apartheid, y sus derechos y libertades fundamentales son pisoteados. El régimen sudafricano, en pos de nefastos designios, ha
impue~to
recientemente el estado de emergencia en el país, creando así un clima. de terror ain precedentes.
A esto ha seguido un estallido de violencia que se ha extendido a
numerosas ciudades de negros y que continúa ampliándose a un ritmo alarmante. La brutalidad de las fuerzas policiales, transformando las huelgas pacíficas de los diversos sectores de la sociedad africana en banos de sangre, ha provocado ya la muerte de millares de seres inocentes.
A pesar de este horror, estamos
seguros de que la campana flagrante de intimidación y de hostigamiento emprendida contra los mineros, las incursiones de las fuerzas policiales en las diversas ciudades y los
arresto~
masivos son tácticas peligrosas condenadas al fracaso.
Si la comunidad internacional ha condenado el apartheid como crimen de lesa humanidad, ya va siendo hora de que dicha comunidad movilice sus fuerzas a fin de eliminar complEtamente este sistema innoble, y de que apoye la legítima lucha que libra el pueblo sudafricano para desmantelar el apartheid y establecer una sociedad democrática. Esperamos que los recientes acontecimientos en Sudáfrica llevarán a la comunidad internacional a ejercer presiones eficaces contra el régimen de Pretoria para que éste levante el estado de emergencia, libere a los presos políticos y a las personas detenidas y reconozca los derechos fundamentales de la mayoría negra. La acción internacional contra el apartheid debería tomar seriamente en consideración sanciones económicas y militares conducentes a la desinversión y a un embargo total, particularmente en lo
q~e
para la fabricación de armas nucleares.
concierne a la adquisición de recursos Creemos que toda colaboración económica y
militar con Sudáfrica no hace sino aumentar la capacidad agresiva del régimen racista de Pretoria y conducirle a intensificar aún más su represión contra la mayoría africana oprimida de Sudáfrica y de Namibia. Reiteramos una vez más que la condena internacional del apartheid debería traducirse en un apoyo activo y en una asistencia concreta a la lucha continua de los movimientos de liberación del pueblo sudafricano.
Espaftol AF/lag
Sr. Farah, Djibouti
A/40/PV.19 -82-
La ocupación ilegal de Namibia por parte de Sudáfrica continúa perpetuándose. La p~esencia de fuerzas armadas de Sudáfrica en Namibia, la represión brutal del
pueblo namibiano y la violación constante de sus derechos fundamentales deben ser condenados con firmeza. Estimamos que cualquier solución política para el arreglo de este problema de~
tener, como requisito previo, el retiro inmediato e incondicional de las
fuerzas de ocupación sudafricanas del territorio namibiano, de manera que se permita a este pueblo ejercer su derecho inalienable a la libre determinación Y a la independencia, de acuerdo con la resolución 1514
(XV)
de la Asamblea General.
El plan de las Naciones Unidas para Namibia, tal como 10 recoge la resolución 435 (1978) del Consejo de Seguridad sigue siendo la única base para el arreglo de este problema. El régimen racista de Pretoria, en su política arrogante, intenta sustraerse al plan de las Naciones Unidas, con miras a retrasar la independencia de Namibia. Rechazamos firmemente todo intento que tenga como objetivo retrasar la independencia total de Namibia. Hacemos un llamamiento a la comunidad internacional para que proporcione una asistencia generosa al pueblo namibiano y a la lucha de liberación que lleva a cabo bajo la dirección de la South West Africa People's Organization (SWAPO), su único y auténtico
represent~nte.
La comunidad internacional debe condenar con vigor los actos de agresión repetidos y los ataques perpetrados continuamente por l&s fuerzas armadas sudafricanas contra los Estados vecinos, con el fin de desestabilizarlos y de impedirles que apoyen a los movimientos de liberación. Estamos hondamente preocupados por la guerra fratricida que se viene librando en el Chad, que continúa destruyendo los recursos humanos y materiales de ese país. La comunidad internacional debería ayudar al 'pueblo chadiano y a su Gobierno a conservar su soberanía y su integridad territorial y a llevar a cabo el proceso de reconciliación nacional por medios pacíficos.
Hay que condenar las intervenciones
extranjeras en los asuntos internos del Chad, que son una violación flagrante de su soberanía y de su integridad territorial.
Deben continuarse los esfuerzos
emprendidos por los Estados africanos para restaurar la paz y la estabilidad del Chad.
Espaftol AF/lag
Sr. Farah, ojibouti
A/40/PV.19 -83-85-
No podemos dejat de expresar nuestra inquietud ante el conflicto entre el Irán y el Iraq, que está causando a los dos países enormes pérdidas en vidas humanas y
la destrucción de sus recursos económicos.
A pesar de los esfuerzos incansables
del Secretario General de las Naciones Unidas, del Movimiento de los Países no Alineados y de la Organización de la Conferencia Islámica, las perspectivas de soluci6n pacífica para este conflicto no son muy
alentado~as.
La continuación de
este conflicto no solamente agota los recursos de los países afectados, sino que amenaza la paz y la seguridad de la región, en particular, y del mundo, en general. Quisiéramos expresar nuestro aprecio a los Estados miembros del Consejo de Cooperación Económica de los Países del Golfo por sus esfuerzos en la búsqueda de una solución pacífica a este conflicto fratricida.
Apreciamos la iniciativa
constructiva tomada por el Gobierno del Iraq con el fin de poner término a este conflicto e instaurar un diálogo que pueda conducir a un arreglo pacífico y global de la crisis.
Deseamos que el Secretario General de las Naciones Unidas, el
Movimiento de los Países no Alineados y la Organización de la Conferencia Islámica continúen sus esfuerzos tendientes a poner término a las hostilidades y a
lle~ar
la
paz a la región. El genocidio afgano viene perpetuándose desde hace seis aftos, que han sido los más trágicos en la historia de ese país.
La presencia de centenas de millares de
soldados extranjeros perpetrando matanzas de civiles, ha obligado a una cuarta parte de la población del Afganistán a huir de su patria y a buscar refugio en los países vecinos.
El pueblo afgano ha demostrado al mundo que ningún sacrificio es
demasiado grande para preservar su independencia y sus valores culturales y espirituales.
A pesar de las numerosas matanzas de hombres, mujeres y niftos, a
pesar de la destrucción de cosechas y de aldeas enteras, las fuerzas de ocupación no han conseguido vencer la resistencia del valeroso pueblo afgano. La República de Ojibouti se ha opuesto y se opondrá siempre a la intervención
armada extranjera y a la presencia de las fuerzas de ocupación sobre el territorio afgano o en cualquier otro lugar. Esperamos sinceramente que las negociaciones entre las partes afectadas en la crisis afgana lleven rápidamente a una conclusión satisfactoria, de acuerdo con las disposiciones y las resoluciones pertinentes de las Naciones Unidas para la restauración de la soberanía del Afganistán.
Espaftol HL/jma/mtt
Sr. Farah, Djibouti
A/40/PV.19 -86-
El pueblo kampucheano continúa sufriendo la ocupaci6n militar extranjera desde 1978.
A pesar del deseo expresado por la inmensa mayoría de 10G miembros de
la comunidad internacional, la situaci6n kampucheana sigue sin
soluc~ón.
Reiteramos que es necesario que las fuerzas extranjeras se retiren de Kampuchea, para crear así una atm6sfera favorable a una solución política tendiente a la pre~ervaci6n
de la independencia y al restablecimiento de la soberanía kampucheana,
de acuerdo con las resoluciones pertinentes de las Naciones Unidas. Jamás se ha visto que en un foro internacional se reúnan tantos Jefes de Estado y de Gobierno.
Esperamos que este cuadragésimo aniversario de la fundación
de las Naciones Unidas sea la ocasi6n de
se~~lár
a la atención de la comunidad
internacional la necesidad que existe de una participación más a fondo en esta Organizaci6n, a fin de consolidar su eficacia en la búsqueda de la paz y la seguridad internacionales. El actual período de sesiones de la Asamblea General debiera ser de reevaluaci6n y de reflexión sobre los cauces y medios susceptibles de contribuir a la mejora del bienestar de la humanidad y al mantenimiento de la paz y de la estabilidad en el mundo. Este período de sesiones debiera quedar en el recuerdo por su orientación hacia la acci6n.
Asimismo, debiera caracterizarse por el surgimiento de un
diál~o
constructivo tendiente a satisfacer las necesidades acuciantes de los países del tercer mundo en materia de desarrollo econ6mico y de progreso social.
La comunidad
internacional debiera aprovechar esta excepcional ocasi6n para buscar soluciones encaminadas a reducir las crisis mundiales y a resolver los conflictos regionales e interregionales.
Este período de sesiones debería, asimismo, permitirnos sentar
las bases de una mejor cooperaci6n internacional. El PRESIDENTE (interpretación del francés):
El Observador de la
Organizaci6n de Liberación de Palestina (OLP) ha solicitado autorización para contestar a una declaración realizada por uno de los oradores que participó en el debate general.
Me propongo concederle la palabra para una declaraci6n que tenga
el carácter de una respuesta, de conformidad con la resoluci6n 3237 (XXIX) de la Asamblea General, del 22 de noviembre de 1974, la decisi6n adoptada por el Presidente del trigésimo primer período de sesiones y los precedentes establecidos en circunstancias análogas y en el transcurso de ulteriores períodos de sesiones. Concedo ahora la palabra al Observador de la Organización de Liberación de Palestina.
Espaftol HL/jma/mtt
A/40/PV.19 -87-
Sr. MANSOUR (Organizaci6n de Liberaci6n de Palestina (OLP» (interpretaci6n del árabe):
En la reuni6n de esta maftana, uno de los líderes del
terrorismo internacional, llamado Vitzak Shamir, hab16 desde este foro, un terrorista cuya historia infame se remonta a mucho antes de 1948, cuando fue requerido por actos criminales.
Ahora practica el terrorismo oficial desde la
cumbre del Gobierno de Israel. Shamir proclam6 que Israel procura la paz. Todo el mundo sabe la verdad de la posici6n y de las prácticas de Israel, que están en contra de la paz, que libra guerras y lleva a cabo actos de destrucci6n y de agresi6n contra nuestro pueblo palestino y los pueblos árabes de la regi6n.
El último episodio de esta serie de
actos criminales y agresivos se realiz6 contra la hermana RepGblica de Túnez y la sede de la OLP en ese país. Este acto criminal, denunciado internacionalmente, está siendo examinado además en las reuniones del Consejo de Seguridad que comenzaron esta maftana. Las afirmaciones israelíes de que Israel procura la paz tienen un carácter cínico, porque todas sus prácticas contra el pueblo palestino demuestran lo contrario: árabes.
afirman la agresi6n y el fascismo contra nuestro pueblo y los pueblos
La guerra de 1ge2 contra los pueblos libanés y palestino, y contra la
hermana República del Líbano, constituye otro ejemplo de la verdadera esencia de su política agresiva, que no s6lo provoc6
dec~nas
los pueblos palestino y libanés, sino que
de miles de muertos y heridos entre
tarnbi~n
le cost6 al propio Israel, de
acuerdo con las declaraciones hechas por los funcionarios israelíes, cerca de 5.000 bajas.
Esa fue la "paz para Galilea".
¿Acaso esto condujo a la destrucci6n de la infraestructura de la OLP, tal corno fue planeada por los dirigentes israelíes y su aliado estratégico, el imperialismo norteamericano?
La respuesta proviene de los propios líderes israelíes, cuando
hicieron responsables a la OLP y a su direcci6n de la insurrecci6n contra la ocupaci6n en los territorios ocupados, durante los últimos meses.
De
acuerdo con
lo que han sostenido, bombardearon la sede la OLP en Túnez con aeronaves de fabricaci6n norteamericana. La política de Israel, que obstaculiza la paz, también es conocida en las Naciones Unidas.
Es bien sabido que se opone a la convocaci6n de una conferencia
internacional de paz para el Oriente Medio. aplicaci6n de la resoluci6n 38/58 C.
También es sabido que obstaculiza la
Es también sabido de qué manera obstaculiza
la aplicaci6n de las resoluciones de las Naciones Unidas.
Es asimismo sabido que
Espartol HL/jma/mtt
A/40/PV.19 -88-
Sr. Mansour, Organizaci6n de Liberaci6n de Palestina
no adhiere a los documentos y resoluciones de carácter internacional.
También es
bien sabido por qué Israel y su aliado estratégico, los Estados Unidos de América, padecen de un casi total aislamiento internacional. Todos los intentos desesperados de Israel para dominar la revoluci6n creciente de nuestro pueblo en resistencia a la ocupaci6n, a las prácticas y a la política de la "mano de hierro" están destinados al fracaso. Nuestro pueblo combatiente, en definitiva, obligará a los dirigentes sionistas, así como a su aliado estratégico americano, a reconocer nuestros legítimos derechos a regresar a nuestra patria, a la libre determinaci6n y a la creaci6n de nuestro Estado palestino independiente en nuestro suelo nacional, bajo la direcci6n de la OLP, el único y legítimo representante del pueblo palestino. Se levanta la sesi6n a las 18.30 horas.