Aproximación para el diálogo de saberes: Curso Diseño, Cultura y Ambiente – Comunidad IKU Castro Pardo Iván Darío Diseñador Industrial Magister en Gestión Ambiental Profesor investigador grupo Diseño Sociocultural Departamento de Diseño Pontificia Universidad Javeriana Resumen La existencia de pueblos indígenas, afrodescendientes y campesinos, que permanecen a partir de la conservación de sus conocimientos, usos y oficios tradicionales, representan un patrimonio cultural que debe ser más visible y relevante para el diseño colombiano. Las características propias representadas en sus formas de vida, relación con el hábitat, conocimiento ansestral, comportamientos, sistemas de significación y sistemas productivos, ofrecen infinitas oportunidades para el rescate, adecuación, renovación e innovación de productos de diseño. Este trabajo presenta una experiencia académica de estudiantes de diseño con la comunidad IKU del CIED basada el diálogo intercultural que abre espacio para el diseño participativo. Palabras claves Diversidad ecosistémica, patrimonio cultural, dialogo de saberes, compromiso social, responsabilidad ambiental, diseño participativo. Contenido Colombia territorio mega diverso y potente La abundante diversidad de Colombia se manifiesta a través de la compleja composición del territorio en relación con su geografía y con sus habitantes. Las condiciones geográficas del territorio colombiano han propiciado que los procesos evolutivos de la naturaleza adornen a nuestra patria hermosa con la existencia de múltiples ecosistemas: manglares, acantilados, islas, arrecifes coralinos e innumerables playas sobre dos litorales, sumados a inmensas llanuras, selva amazónica, además bosques secos espinosos, de niebla, húmedos tropicales, páramos y glaciares sobre tres cordilleras y varios sistemas montañosos independientes. Dentro de esta multiplicidad cada uno de los escenarios naturales está conformado por un sin número de organismos vivos y elementos inertes que coexisten y danzan en dinámicas de permanente intercambio. Los procesos históricos relacionados con la población del territorio nacional han dado espacio para que grupos humanos de diferentes procedencias se asienten en distintos lugares del país siguiendo principalmente dos tendencias. Muchas personas 1
y cada vez más siguiendo la corriente del modelo de desarrollo propuesto por el sistema hegemónico y que generalmente residen en los centros urbanos; y otras personas que constituyen pequeñas comunidades especiales que presentan diferencias notables en sus formas de vida, cosmovisiones e identidades culturales habitando sus propios territorios. La existencia en Colombia de pueblos indígenas, afrodescendientes o campesinos, representa una parte importante de la diversidad cultural colombiana. Estas son comunidades especiales con identidades propias que han logrado mantenerse en el tiempo a partir de la conservación de sus conocimientos, oficios y usos tradicionales. Son pequeñas sociedades que logran conservar características propias de sus vidas en estrecha relación con su hábitat y que a pesar de relacionase con los procesos globalizadores agobiantes que tienden a la uniformidad de la cultura permanecen dentro de su dimensión local. Los colombianos somos los herederos de la riqueza verdadera de nuestro país que tiene dos ingredientes principales: su gente y su territorio. Esta realidad representa un escenario generoso y poco explorado para la incursión del diseño con enfoque social y ambiental. Los grandes potenciales que se ven desde esta perspectiva dan cabida para que diferentes ámbitos del diseño piensen y actúen enfocados en favorecer principalmente a las comunidades llamadas especiales y a sus hábitats. Un enfoque emergente para el diseño en Colombia Es precisamente el modelo de desarrollo occidentalizado el que dio origen al diseño y es el que tradicionalmente ha dado espacio para el ejercicio académico y profesional de nuestra disciplina. El diseño sin lugar a dudas ha conseguido alternativas para el mejoramiento de la calidad de vida de algunos actores sociales contemporáneos, satisfaciendo sus requerimientos, aspiraciones y deseos. De esta forma el diseño ha contribuido a constituir en muchos casos escenarios exclusivos que superan las expectativas comunes y dan paso a la satisfacción de las necesidades emergentes de grupos selectos y privilegiados por el manejo del poder adquisitivo y el curso histórico de tomar sus propias decisiones. Estos beneficios definidos para algunas personas pertenecientes a esferas sociales específicas, han estado acompañados por el detrimento del buen vivir de otras sociedades que han sido marginadas y menos favorecidas. Esta última es la situación a la que se ven abocadas algunas comunidades especiales que habitan en Colombia, que por su condición diferente históricamente han sido excluidas de los beneficios del proceso cultural llamado desarrollo, y en cambio han recibido pobreza, exclusión, discriminación, desplazamiento forzado, desaparición de sus patrones de vida tradicionales y violación sistemática de sus derechos. Se puede ver que por sus consecuencias el modelo de desarrollo occidentalizado presenta las dos caras de la moneda, una favorable para algunos y otra inconveniente para muchos. Sobre la base de esta reflexión el Departamento de Diseño de la Pontificia Universidad Javeriana ha trazado un horizonte optimista para llevar a cabo sus actividades de investigación, docencia y servicio dentro de un marco de acciones que 2
se ha denominado “diseño y transformación social responsable”. En este sentido es importante emprender proyectos de diseño que apoyen el buen vivir de algunas comunidades especiales, que hasta el momento han sido poco visibles desde el ámbito disciplinar y que ofrecen un panorama rico en oportunidades para tomar parte y realizar acciones. La incursión del diseño en contextos que hasta el momento le han sido lejanos o ajenos pretende trazar una ruta hacia la elaboración de un modelo para la formulación, desarrollo y ejecución de proyectos que aporten al buen vivir de comunidades indígenas, afrodescendientes o campesinas, que aporten a la construcción de conocimiento en diseño, identificando y aprovechando los potenciales de la diversidad cultural y ecosistémica de Colombia. La gran amenaza Desaparición sistemática de elementos de la cultura ancestral en las comunidades indígenas, afrodescendientes o campesinas de Colombia, que viven una situación adversa derivada de una compleja red de aspectos sociales, biofísicos, simbólicos, estéticos, políticos, económicos y tecnológicos que constituyen su entorno cultural. Situación que los enfrenta con un futuro incierto por la pérdida progresiva de su identidad cultural y del conocimiento tradicional que las soporta, todo esto ligado al despojo y deterioro ambiental de su territorio que los conduce al empobrecimiento y a la vida en permanente tensión y conflicto. La oportunidad La abundancia de la oferta ambiental del territorio colombiano que se hace evidente en cada región sumada a la riqueza cultural representada por las comunidades indígenas, afrodescendientes o campesinas, constituyen un escenario con inmenso potencial para mejorar y sostener el buen vivir de las comunidades que la habitan a partir del acercamiento para la formulación, desarrollo y ejecución de proyectos de diseño participativo. Visiones del curso Diseño, Cultura y Ambiente El curso Diseño, Cultura y Ambiente promulga un alto compromiso social dentro del marco de la responsabilidad ambiental. Por este motivo encuentra en la diversidad cultural y ecosistémica de Colombia un escenario propicio para construir país, con un extenso panorama de oportunidades para la participación activa del diseño a través de proyectos tendientes a favorecer comunidades especiales de acuerdo con sus planes integrales de vida o prioridades manifiestas por sus representantes. Por esto se consideran como principios para las actividades académicas del curso: •
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Reconocimiento, rescate, valoración y proyección de la cultura como esencia de la identidad y de la participación de estas comunidades en las inminentes dinámicas globales. Realización de procesos de diseño participativo para el mejoramiento del hábitat y la innovación de productos adecuados a los mercados contemporáneos.
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Incorporación en los proyectos de conceptos relacionados con identidad cultural, denominación de origen, comercio justo, mercados verdes y producción más limpia. Apoyo a la autonomía y empoderamiento de la comunidad para el buen vivir, la producción sostenible y el emprendimiento.
El curso Diseño, Cultura y Ambiente tiene por objeto principal abrir espacios académicos para que los estudiantes de diseño adquieran la capacidad de interpretar y comprender el entorno cultural de comunidades específicas; con el propósito de incorporar el valor de elementos auténticos derivados de sus conocimientos, oficios y usos tradicionales en la realización de proyectos de diseño participativo en los que la comundad será beneficiara. Para el logro de este propósito el curso tiene como parte fundamental de sus estrategias de formación la realización de trabajos de campo, que permitan a los estudiantes y a los profesores hacer una inmersión en el hábitat de las comunidades para el reconocimiento mutuo y la valoración de aspectos culturales. Además el trabajo que realiza el curso en conjunto con los representantes de la comunidad es la base de los procesos de diseño participativo y juega un papel fundamental para la construcción colectiva de proyectos. De esta manera la aproximación a las fuentes primarias y la derivada apropiación que logren los estudiantes en torno a la realidad de dichas comunidades es la plataforma que soporta el desarrollo del proyecto de forma participativa. El éxito de los proyectos académicos depende entonces de la vinculación del diseñador con el contexto, de tal forma que pueda asumir efectivamente el compromiso que reviste esta modalidad particular de abordar el proyecto de diseño. Experiencia académica del curso Diseño Cultura y Ambiente en Nabusimake Esta ponencia pretende compartir con la comundad académica de Diseño la experiencia en campo de un equipo de estudiantes de Diseño industrial de la Pontificia Universidad Javeriana, pertenecentes al curso Diseño Cultura y Ambiente, con la realización de un taller intensivo de una semana de duración en Nabusimake, principal asentamiento de la Comunidad Indígena IKU en la Sierra Nevada de Santa Marta, SNSM. Los Indígenas IKU son nuestros hermanos mayores guardianes del territorio que desde su cosmovisión es el “corazón del mundo”. El trabajo de campo consistió en hacer una inmersión en el Centro Indígena de Educación Diversificada, CIED, para que a través de acciones de transformación de los escenarios del colegio se lograra el acercamiento para el diálogo intercultural y la participación en diseño. El CIED es una institución de educación étnica que está ubicada en el corregimiento de Nabusimake, municipio de Pueblo Bello en el Departamento del Cesar. Pertenece al resguardo indígena otorgado1 a la comunidad IKU con soberanía sobre su territorio ubicado en el costado sur occidental de la SNSM, constituido por 195.900 hectáreas, que representan una gran diversidad biológica por la variedad de pisos térmicos. El CIED cuenta con una cobertura de 150 niños entre los 12 y 17 años de los cuales 81 son internos. Desarrolla la educación básica en el ciclo de secundaria y la educación media técnica fundamentada en las leyes y decretos reglamentarios nacionales del servicio educativo a las Comunidades Indígenas. En el CIED el 4
modelo educativo se ha centrado en la formación calificada en la especialidad agrícola tradicional en cuanto a los componentes seleccionados por la Comunidad correspondientes al 20% de conocimientos propios integrados en el plan de estudios, dejando así el 80% a contenidos de educación formal2. Bajo la dirección del CIED funcionan además cuatro escuelas de formación básica primaria ubicadas en veredas cercanas con cobertura promedio de 40 niños cada una. La Ley General de Educación en Colombia dictamina que para las comundades étnicas se tendrán en cuenta “los criterios de integralidad, interculturalidad, diversidad lingüística, participación comunitaria, flexibilidad y progresividad. Tendrá como finalidad afianzar los procesos de identidad, conocimiento, socialización, protección y uso adecuado de la naturaleza, sistemas y prácticas comunitarias de organización, uso de las lenguas vernáculas, formación docente e investigación en todos los ámbitos de la cultura”3. Es fundamental considerar que la Comunidad IKU ha asumido como estrategia para la conservación de su cultura permitir una aproximación progresiva a las propuestas tecnológicas del mundo occidentalizado, y de esta forma, a través del reconocimiento de las diferencias de la cultura externa validar su identidad como Pueblo Indígena. Esta estrategia les permite tener la oportunidad de seleccionar las mejores opciones que garanticen el bienestar sostenible de la comunidad sobre la base de la conservación de su conocimiento tradicional, cosmovisión y territorio, abriendo así la posibilidad para incorporar a sus procesos algunos elementos externos que puedan ser apropiados de forma adecuada4. En una visita de Ana Cielo Quiñones directora del Departamento de Diseño e Iván Darío Castro Pardo profesor investigador del grupo diseño sociocultural a Nabusimake (fotografía 1), se realizó una reunión con Antolino Torres rector del CIED acompañado por algunos profesores. Esta reunión sirvió como consulta previa5 pues se concertó la posibilidad de realizar el taller de diseño participativo con estudiantes de diseño industrial y estudiantes del CIED dos meses después. El objetivo principal de este trabajo de campo fue aproximar a los estudiantes de diseño a una comunidad étnica por medio de un taller intensivo de diseño participativo cuyos resultados puedieran favorecer a dicha comunidad. Después de conversar varios temas de interés para el mejoramiento del hábitat en el CIED, de manera concertada se decidió enfocar los esfuerzos hacía el diseño de mobiliario adecuado para este centro educativo. La posterior planificación realizada por el curso desde Bogotá planteaba un ejercicio de trabajo por parejas de estudiantes, cada una con el compromiso de diseñar y realizar de forma participativa un mueble que facilitara a los estudiantes del CIED la realización de actividades propias de las aulas, comedores, campus o alojamientos. El alcance académico que inicialmente se estableció para el taller intensivo en Nabusimake fue la documentación del proceso de diseño participativo, el desarrollo de alternativas de diseño a nivel de bocetos y la presentación de resultados ante la comunidad. Acciones del curso en Nabusimake y diseño participativo El trabajo de campo se realizó en Nubusímake con una semana de duración en la que se desarrollaron varias actividades que permitieron el acercamiento para el 5
diálogo de saberes. (fotografía 2) La primera reunión se realizó con la comunidad educativa del CIED en pleno, todos los estudiantes, algunos profesores y el rector, quienes dieron la bienvenida a los hermanos menores que conformaban el equipo de diseñadores. Seguidamente se presentó el plan propuesto desde Bogotá para el tema diseño de mobiliario, como resultado de esta concertación se ajustaron el enfoque, los alcances del taller y la consecuentemente organización del equipo de diseño. El nuevo planteamiento consistía en el diseño participativo, producción e instalación de un escenario para la formación tradicional en el que participaría todos los diseñadores. El trabajo de campo en Nabusimake incluyó diversas actividades que complementan el aprendizaje propio del taller de diseño participativo, a partir de experiencias alternas de gran importancia para la formación de los estudiantes de diseño en torno a el compromiso social y la responsabilidad ambiental. El trabajo de campo estuvo compuesto por las la realización de las siguientes acciones: 1. La primera acción surgió expontáneamente y fue denominada “somos pescadores” y consistíó en conformar una brigada armada con varas de madera con una punta afilada que servían para pinchar y recoger en las mochilas multiples envoltorios de productos llegados desde fuera del territorio indígena. (fotografía 3) La proliferación de basuras en el pueblo y en los senderos del Valle de Nabusimake salta a la vista del visitante y se viene combiertiendo en un problema ambiental que atenta en contra la forma de vida tradicional de la Comunidad IKU y la belleza de su teritorio. Esta acción se combirtió en un mensaje de los hermanos menores para los hermanos mayores que los invita a hacer un mejor manejo de las basuras que invaden peligrosamente su hábitat. Para complementar la información inherente al tema de manejo de las basuras se presentaron dos charlas técnicas a las que asistieron estudiantes de las dos partes. (fotografía 4) El resultado físico de esta acción fue un costal lleno con lo recogido que al finalizar el trabajo de campo se llevó a Valledupar de regreso, pero más importante aún fue poder comunicar a los estudiantes del CIED y a través de ellos a la Comunidad IKU la importancia de darle buen manejo a la basura que llega de afuera. 2. La segunda acción correspondió al planteamiento del taller intensivo que consistió en el diseño participativo, producción e instalación de un sistema de mobiliario adecuado para la tradición oral, que es la manera ansestral para la transmisión de los conocimientos que soportan la Cultura IKU. El proceso arrancó con un diálogo del equipo de diseño con Antolino Torres, el rector, para la apropiación del significado de esta forma de educación y su consecuente traducción en componentes y distrubución de un sistema de mobiliario que sería ubicado en el espacio abierto. (fotografía 5) Se desidió así la localización estratégica en el patio central del CIED, con bancas moduladas radialmente sobre un plano inclinado para favorecer la acústica y permitir el contacto visual del público con el orador que permanece en el centro de atención. La ubicación del mobiliario en el campo abierto permite a los asistentes mejorar la conexión con la madre naturaleza que es la base de la cosmovision IKU, además deja como fondo la casa ceremonial tradicional en la que se toman las decisiones más importantes para el colegio. (fotografía 6) La definición de los materiales fue 6
consecuente con los recursos disponibles y con las posibilidades y limitaciones locales para la construcción del sistema de mobiliario con el fin de permitir a la comunidad del CIED apropiar y replicar los resultados. Por esta razón se utilizaron en la simentación piedras de canto rodado provenientes del río (fotografía 7) y para los cuerpos de los muebles contornos de árboles de pino que habían sido desechados de una tala reciente (fotografía 8). El proceso de diseño que arrancó con el rector continuó con algunos estudiantes IKU que voluntariamente se aproximaron al equipo de diseño que trabajaba en el área designada para la instalación (fotografía 9). Al comienzo muy pocos estudiantes del CIED interactuaron con el equipo de diseño aunque manifestaban una actitud de inmensa curiosidad por lo que estaba sucediendo con los visitantes (fotografía 10), en la medida que avanzaba el trabajo se fueron uniendo cada vez más para aportar sus opiniones y colaborar con el trabajo. Después de la definición formal del mobiliario se realizó una planificación consertada de la producción e instalación que derivó en la constitución de equipos de trabajo mixtos con labores específicas (fotografía 11): realizar el trazado sobre el terreno, seleccionar y cargar las piedras del río, ubicar y cargar los contornos de pino, alistar las herramientas y realizar los cortes correspondientes en la madera. Estos equipos de trabajo interculturales conformados por estudiantes de Diseño Industrial de la PUJ y estudiantes IKU del CIED de forma expontánea se mezclaban y compartían conversaciones y acciones durante el proceso. (fotografía 12) Los resultados de la segunda acción fueron un sistema de mobiliario a campo abierto para la transmisión oral de conocimientos tradicionales y una experiencia importante para la definición de una modalidad de la participación en diseño con y para una comunidad indígena. (fotografía 13) 3. La tercera acción fue el diseño participativo, producción e instalación de un sistema de mobiliario para las reuniones casuales de estudiantes en el campus del CIED. Está compuesto por una superficie central rodeada por cuatro bancas bajas para conversar, tejer mochilas o poporear. Los materieles y las actividades relacionadas con este proceso se llevaron a cabo de forma similar al caso anterior y el resultado físico también se dejó instalado. (fotografía 14) 4. La cuarta acción consistió en el diseño de la disposición del mobiliario del comedor, para esto se comisionó a un grupo de tres estudiantes de diseño y tres estudiantes de grado 11° del CIED para realizar las actividades inherentes a este fin: levantamiento del área dispuesta para este fin, definición de la disposición de mesones para el servicio y consumo de alimentos y elaboración del plano correspondiente. (fotografía 15) El resultado fue una distribución concertada de los mesones que optimiza el uso del espacio y de las zonas de circulación expresada en un esquema hecho a mano alzada con las especificaciones correspondientes. 5. La quinta acción fue un recorrido guiado del equipo de diseño por el poblado indígena del Valle de Nabusimaque (fotografía 16) y sus alrededores acompañados por el profesor tradicional Luis Angel Niño que con sus relatos propios de la cultura ansestral IKU aportó al curso información muy valiosa para 7
la contextualización del trabajo de campo. (fotografía 17) El recorrido incluyó la visita a una cascada sagrada que se llama Atisereicha que es el lugar mítico en el que las parejas van a encomendarse para tener descendencia, este lugar es como el pozo de la fertilidad para los IKU. (fotografía 18) El reconocimiento de la cultura IKU a través de la observación de sus manifestaciones arquitectónicas, agrícolas, míticas, simbólicas, objetuales, sociales y demás es parte fundamental para el cumplimiento del objetivo del trabajo de campo. (fotografía 19) 6. La sexta acción como la anterior no tiene que ver directamente con el diseño, pero si con el logro objetivo del trabajo de campo. Consistió en la contribución de los estudiantes del curso Diseño, Cultura y Ambiente para la organización de la biblioteca del CIED. (fotografía 20) Por petición del rector se seleccionaron, limpiaron y organizaron cerca de 1000 libros que conforman la biblioteca de este centro educativo. (fotografía 21) Esta actividad fortaleció la confianza entre las partes como plataforma fundamental de la relación interinstitucional para este y futuros trabajos de campo con la Comunidad IKU. 7. La séptima y última acción fue la asistencia del equipo de diseño a un evento organizado por los estudiantes del CIED para omenajear a los hermanos menores por sus aportes al colegio. (fotografía 22) Esta ceremonia se adornó con los bailes Carrizo y Chicote que son típicos de la Cultura IKU en los que participaron alegremente las dos partes. Los comentarios de los asistentes para despedir y agradecer mutuamente la experiencia estuvieron llenos de emotividad anhelando la oportunidad de realizar más trabajos de campo de la misma naturaleza. Aportes a la construcción de conocimiento en diseño participativo La experiencia de diseño participativo, producción e instalación del mobiliario en el CIED puede servir como modelo para la realización de trabajos de campo similares con comunidades indígenas. (fotografía 23) El proceso estuvo compuesto por las siguientes actividades: 1. Reunión con los representantes de la comunidad para decidir a cerca de la pertinencia y prioridad del tema del trabajo de campo. En este caso fue con el rector y los profesores del CIED y equivale a la consulta previa. 2. Presentación de los miembros del equipo de diseño y del objetivo del trabajo de campo. En una reunión con la comunidad del CIED se dialoga en torno al objetivo del taller y la planificación de las acciones. 3. Contextualización del equipo de diseño por medio de una inmersión en la que reciben nutrida información a través de la interacción con miembros de la comunidad. Los relatos culturales, las historias de vida y las conversaciones expontáneas alimentan el proceso. 4. Consenso para determinar las características formales y las funciones del objeto de estudio. El diálogo entre estudiantes de diseño y estudiantes indígenas dió luz a la configuración del sistema de mobiliario. (fotografía 24) 8
5. Planificación de las acciones pertinentes a la producción e instalación y constitución de equipos de trabajo. Entre todos los participantes se consiguieron los materiales y las herramientas necesarias. 6. Producción e instalación del mobiliario. Espacio importante para la construcción colectiva y el afianzamiento del vínculo entre las dos partes. 7. Entrega del resultado a la comunidad. Es el equivalente a la rendición de cuentas y sirve para cerrar públicamente el compromiso asumido con el CIED desde la formulacion del taller de diseño participativo. (fotografía 25) Reflexiones derivadas de esta experiencia Ya es tiempo para que en Colombia algunos diseñadores estén comprometidos con la expanción de las fronteras disciplinares dando inclusión con el diseño a comunidades especiales como indígenas, afrodescendientes o campesinas. La mejor manera en la que los estudiantes de diseño pueden apropiar y entender la riqueza cultural y ecosistémica de Colombia es a través de la realización de trabajos de campo que marcan profundamente el sentido de pertenencia y el compromiso socioambiental en las nuevas generaciones de diseñadores. Los aportes que el diseño puede hacer a las comunidades especiales son diversos y se basan en el respeto, reconocimiento, valoración, protección y proyección de sus culturas y sus territorios. El proceso participativo en diseño arranca con la consulta previa que determina claramente los alcances del proyecto para no crear falsas expectativas, continúa con la planificación y ejecución de acciones en conjunto para el desarrollo del proyecto a realizar y culmina con la rendición de cuentas presentando a la comunidad los resultados obtenidos. Todo el proceso de diseño participativo funciona sobre la base de excelentes relaciones humanas en todos los niveles de representación propios las dos partes: equipo de diseñadores de la PUJ y la comunidad. (fotografía 26) El reconocimiento y la valoración mutua del talento humano es el soporte para el diálogo intercultural que produce la sinergia enfocada en la transformación positiva del hábitat con propuestas construidas conjuntamente. Los resultados de esta experiencia académica de diseño aportan a la definición de un método de diseño que se basa prioritariamente en el diálogo de saberes y el trabajo conjunto, constituyendo escenarios para la participación activa y sistemática de los dos actores, que en este caso fueron miembros de la Comunidad Indígena IKU y el curso Diseño, Cultura y Ambiente. (fotografía 27)
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INCORA. Resolución 078 de 1983. QUIÑONES, Ana Cielo. Diseño para la etnoeducación en agricultura y prácticas sostenibles hacia la seguridad alimentaria en el Centro Indígena de Educación Diversificada, CIED. Departamento de Diseño - PUJ. 2008. 3 Ley 115 del 21 de diciembre de 1994, capítulo III. 2
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Manifiesto de los estudiantes de grado XI del CIED, promoción 2008. Rodríguez, Gloria Amparo. LA CONSULTA PREVIA A PUEBLOS INDÍGENAS. Artículo publicado en el libro “Comunidades Étnicas en Colombia. Cultura y Jurisprudencia”. Universidad del Rosario. 2005. 5
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