Aliados de la desertificación: sequía, deforestación y el ser humano

18 jun. 2013 - LA DESERTIFICACIÓN AVANZA SILENCIOSA EN LA PATAGONIA. El modo de cría de los ovinos sería una de las causas. La urbanización y ...
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DIARIO LOS ANDES, SECCIÓN OPINIÓN

Aliados de la desertificación: sequía, deforestación y el ser humano El 17 de junio se conmemoró el Día Mundial contra la Desertificación y la Sequía. Una cuestión que tiene mucho que ver con las necesidades medioambientales de Mendoza. Edición Impresa: martes, 18 de junio de 2013

Por Roberto Mario Romano - Arquitecto. Docente e Investigador. F.I.UNCuyo

La desertificación es en la actualidad uno de los mayores desafíos medioambientales, considerándose un obstáculo de primer orden a la hora de satisfacer las necesidades básicas del ser humano. El 17 de junio se conmemora el Día Mundial contra la Desertificación y la Sequía: "Reafirmando las disposiciones pertinentes del capítulo 12 del Programa 211/, aprobado por la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo (30-1-1995). Considerando que el fomento de medidas para aplicar la Convención de las Naciones Unidas de lucha contra la desertificación en los países afectados por sequía grave o desertificación (en particular África), exige que se aumente la conciencia pública en los planos local,

nacional,

subregional,

regional

e

internacional".

¿A qué se denomina desertificación? "A la degradación persistente de los ecosistemas de las tierras secas producto de las variaciones climáticas y la actividad del hombre. Está presente en todos los continentes (menos la Antártida) afectando el medio de vida de millones de personas, entre ellas un gran porcentaje de pobres que habitan las llamadas tierras secas". La Convención de las Naciones Unidas de Lucha contra la Desertificación (UNCCD) define este proceso como "la degradación de las tierras de zonas áridas, semiáridas y sub-húmedas secas resultante de diversos factores tales como: las intervenciones humanas y los cambios climáticos". Lo mencionado anteriormente genera la degradación de las tierras, provocando la reducción o pérdida de productividad

biológica

y/o

económica

de

las

mismas.

"Las tierras secas abarcan aproximadamente el 41% de la superficie terrestre del planeta, donde habitan 2.000 millones de personas (referencia del año 2000) o sea un tercio de la población humana". Como habitantes, ¿cuáles son los beneficios que obtenemos de los ecosistemas? Nada más ni menos que los productos que generan mediante las cosechas: tales como el forraje y la madera (entre otros por ejemplo).

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En el caso de las llamadas tierras secas, los productos generados son afectados (en cantidad y calidad) y por ende limitados por la escasez de agua. Lo que determina superficies de suelo más vulnerables a la desertificación (es el caso de tierras secas subsaharianas y centroasiáticas). Actualmente la explotación desmedida (sobre los ecosistemas de las tierras secas) "en cuanto al suministro de productos tales como: la alimentación, el forraje, el combustible, los materiales para construcción, el agua (necesaria para la vida humana),

el

ganado,

el

riego

y

el

saneamiento".

Las causales de esta sobreexplotación son atribuible a una conjunción de factores: humanos (comenzando por la presión demográfica y el modelo de abuso del uso del suelo) y climáticos (como las sequías). Se estima que aproximadamente entre el 10% y el 20% del total de las tierras secas, se encuentran ya degradadas. Nos cabe preguntar: ¿qué papel juega la deforestación en esta preocupante realidad? Por deforestación se entiende la destrucción de la cobertura vegetal (ésta se la puede graficar como la alfombra que tapiza el suelo), entre ellos los bosques "que ayudan a mantener el equilibrio ecológico y la biodiversidad, controlan la erosión en las cuencas hidrográficas e influyen en las variaciones climáticas". Sintetizando, la deforestación "provoca pérdida de diversidad biológica a nivel genético, poblacional y ecosistémico". "La función de los bosques desempeña un papel clave en el almacenamiento del carbono; si se eliminan, el exceso de dióxido de carbono en la atmósfera puede llevar a un calentamiento global de la Tierra, con multitud de efectos secundarios problemáticos". Actualmente, una de las causales principales en la disminución de bosques nativos está generada por el llamado

avance

de

la

frontera

agropecuaria.

En los últimos diez años en el caso de la Argentina el desmonte de miles de hectáreas, fue motivado por la plantación de diferentes especies agrícolas (principalmente la soja). "Una de las causas actuales de pérdida de los bosques nativos, son sin duda las miles de hectáreas desmontadas

para

el

cultivo",

afirmó

la

Secretaría

de

Ambiente

de

la

Nación.

Al mismo tiempo dicha Secretaría hace hincapié puntualmente sobre los efectos: "Aumento de la erosión y desertificación, pérdida de la regulación de aguas superficiales y del subsuelo, disminución de la calidad del agua, pérdida de la diversidad biológica, migración de la población hacia los centros urbanos, pérdida de valores culturales". Es de interés y al mismo tiempo nos acerca a la (triste) realidad local, en referencia a nuestro país. En junio de 2012 otro documento oficial confirmó que la pérdida de monte continuaba: "Monitoreo de la superficie de bosque nativo", es el nombre del informe realizado por la Unidad de Manejo del Sistema de Evaluación

Forestal

(Umsef

-

de

la

Dirección

de

Bosques

de

la

Nación).

Esta Unidad relevó (período 2006-2011) las regiones del Parque Chaqueño, Selva Misionera y Selva Tucumano Boliviana. Se detalló la pérdida de 1.779.360 hectáreas. Un promedio de 34 hectáreas por hora. Santiago del Estero 701.030 hectáreas. Salta, 440.943. Chaco 168.588. Formosa 174.340. De esas 1,7 millones hectáreas, 932.109 fueron arrasadas luego de aprobada la Ley de Bosques (26.331), que justamente- prohíbe desmontar. "Entre 2004 y 2012 las topadoras arrasaron 2.501.912 hectáreas, el equivalente a 124 veces la superficie de la Ciudad de Buenos Aires. Otra forma de decir lo mismo: en la Argentina se arrasan 36 canchas de fútbol por hora" (estos datos

2

surgen

del

cruce

de

relevamientos

Oficiales

y

de

Onges).

Como corolario, la Ley Nacional 26.331 de Presupuestos Mínimos de Protección Ambiental de los Bosques Nativos (más conocida como Ley de Bosques), se sancionó el 28 de noviembre de 2007. El Estado Nacional tardó 14 meses en reglamentarla. Lamentablemente su aplicación (según los datos precedentes),

brilla

por

su

ausencia.

(Bibliografía: Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA- 1998), Comisión Mundial de los Bosques y del Desarrollo Sostenible (1999), Situación de los bosques del mundo1999 (FAO-Roma), Universidad de las Naciones Unidas (1999), Instituto Mundial sobre Recursos.2000 (World Resources 2000-2001), (Umsef - de la Dirección de Bosques de la Nación (2006-2011). Reflexión final. Mas allá de las variantes climáticas que de hecho por su comportamiento y efectos, en un cierto porcentaje escapan al control humano, las intervenciones del ser humano sobre la naturaleza que puebla este planeta han roto el equilibrio mediante el uso indiscriminado de los recursos naturales. Considero fundamental para revertir esta situación, planificar a partir de tres objetivos: utilizar los recursos naturales necesarios); reponer el bien utilizado; aumentar los recursos naturales. A partir de esta propuesta podremos aspirar a concretar el camino a la sostenibilidad.

DIARIO RIO NEGRO, SECCIÓN SOCIEDAD 12 DE AGOSTO DE 2007 LA DESERTIFICACIÓN AVANZA SILENCIOSA EN LA PATAGONIA El modo de cría de los ovinos sería una de las causas. La urbanización y las obras influyen en forma negativa.

VIEDMA (AV)- La desertificación es el gran problema de Río Negro y de la Patagonia en su conjunto. Es mucho más profundo que la sequía que hoy produce graves daños en la producción ganadera de la provincia. Estudios señalan que la causa más importante de la desertificación en la Patagonia es el método de producción ovina que desplazó a la fauna silvestre, especialmente al guanaco. Por la modalidad de pastoreo de las ovejas, los sitios más afectados son las superficies donde están emplazadas las aguadas y sus alrededores, en las cuales se observa la ausencia de las especies más palatables y el incremento de especies arbustivas. Se destacó que este hecho refleja la diferencia entre los hábitos alimenticios y de movilidad de la oveja respecto del guanaco.

El guanaco, como especie autóctona, resulta menos nocivo para la vegetación que el ovino, sobre todo el orientado a producir lana. Las áreas cercanas a las aguadas son las más afectadas por la falta de pasturas.

Algunos estudiosos sostienen que una de las causas del deterioro ambiental que tuvo lugar en la región responde a ciertas características de la producción de lana, por cuanto los ovinos mal alimentados por la escasez de forraje producen lana fina de alto precio en el mercado. En este aspecto se destacó que si el énfasis de la actividad ovina hubiese sido la producción de carne, probablemente los métodos de producción implementados serían más compatibles con el ambiente. Un estudio realizado por Larry Andrade de la Universidad Nacional de la Patagonia Austral titulado "Sociología de la Desertificación en la Patagonia Austral: los productores ovinos de la meseta central de Santa Cruz" señaló que existen numerosos síntomas de la ocurrencia de desertificación que se mani

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fiestan en forma localizada o en extensiones de regular tamaño pero sin abarcar la totalidad de la superficie de la región. Sobre la situación en Río Negro puntualizó que la ganadería ovina quedó confinada paralela al río Negro y situada a 100 kilómetros al sur de éste. Agregó que entre 1970 y 1991 la cantidad de habitantes de la provincia aumentó en un 46% pero la rural bajó en un 42% (de 25.200 pasó a 11.500 habitantes) debido principalmente a que la disminución de las existencias ovinas implicó la pérdida de unos 1.000 puestos de trabajo permanente y 100.000 jornales de trabajadores temporarios. Por otra parte agregó que en la cuenca alta del río Neuquén, específicamente en los departamentos de Minas y Chos Malal, el área afectada por erosión hídrica fue estimada -en 1985- en alrededor de 570.000 hectáreas. Esta circunstancia fue observada como un doble problema. Por un lado la situación en el lugar y por el otro, el hecho de que al ocurrir en las superficies de cotas más altas de la provincia generó un proceso de arrastre y de contaminación del aire que terminó siendo más abarcativo. Pastoreo selectivo Otros estudios sostienen que la vegetación patagónica fue más afectada por el pastoreo selectivo de las ovejas que por las altas cargas, potenciado por el método de producción extensivo en potreros de gran superficie y con pocas aguadas. Es decir que consideran que la desertificación no es producto del pastoreo de los animales en sí sino del método de producción de lana aplicado en la región. Por su parte el informe Patagonia XXI señaló la existencia de otras causas que contribuyeron al proceso de desertificación como el desmonte, la expansión de los pueblos y ciudades, la construcción de rutas y grandes obras de infraestructura y la explotación del subsuelo pero no por sí mismas sino por las metodologías aplicadas en las respectivas implementaciones. También incluyó como causal significativa la magnitud de la actividad de extracción de madera del bosque nativo -algarrobillo, molle, monte negro, michay, etc- con fines energéticos. En este aspecto se estimó que el consumo anual de leña, aproximadamente desde comienzos del siglo XX se mantiene en un orden de alrededor de 80.000 toneladas, lo que generó procesos de deforestación. Se destacó el rol de aquellas especies, tanto en la protección contra los vientos como en el de plántulas, retención de la humedad, disminución de la escorrentía, entre otros efectos.

intainforma.inta.gov.ar/ 14 de junio de 2010

Patagonia: el INTA lucha contra la desertificación Hugo Méndez Casariego –del INTA Bariloche– explica las tecnologías que utiliza el organismo para contrarrestar sus efectos y cómo se monitorea el estado de los recursos naturales.

Hugo Méndez Casariego, responsable del grupo Sistemas de Producción, Economía y Sociología Rural del INTA Bariloche, explica las tecnologías que utiliza el organismo para contrarrestar sus efectos y cómo se monitorea el estado de los recursos naturales. “Hace 20 años el término ‘desertificación’ no se conocía y hoy es moneda corriente. Se ha dado muchísima capacitación y se ha avanzado mucho en la cantidad de técnicos capacitados en tecnologías de manejo extensivo en toda la Patagonia”, afirmó Hugo Méndez Casariego, responsable del grupo Sistemas de Producción, Economía y Sociología Rural del INTA Bariloche. “El compromiso del INTA es muy serio. Hay muchos actores que luchan contra la desertificación en esta región del país y, si llegara a tener éxito su control, estaría relacionado al esfuerzo conjunto en atacar este problema”, afirmó.

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- ¿Qué es la desertificación y porqué se produce? - Es un problema complejo. Suele definirse como la suma entre la desertización (el proceso natural de deterioro de los recursos en ambientes frágiles), y la acción antrópica (las actividades que desarrolla el hombre sobre esos terrenos). Se trata de la consecuencia de un proceso de uso inadecuado de un territorio. Tiene muchos componentes: la acción del clima, del agua, sumadas al sobrepastoreo por distintas especies animales. Esto hace que la cobertura vegetal se vaya deteriorando y haya menos protección de los suelos, por lo que la acción del clima pasa a ser más importante y más grave. -¿Qué consecuencias presenta a nivel ambiental, económico y sanitario? - Con respecto al ambiente, se va deteriorando la cobertura vegetal y se pierden especies vegetales. Con respecto a lo económico, el proceso de desertificación va haciendo que los campos tengan menos receptividad y los sistemas sean más afectados por eventos climáticos. Eso va creando un deterioro de la economía familiar, afectando especialmente a los pequeños productores. Hay menos animales para vender y menos lana o con baja calidad porque el viento vuela la tierra, la tierra se mete en los vellones y los vellones valen menos porque son más sucios. Con respecto a lo social, está relacionado a lo económico. - ¿Se puede recuperar un suelo con desertificación? - Sí. Hay numerosas tecnologías y métodos para recuperar la desertificación en distintos grados. Hay algunos más terminales como el caso de la provincia de Santa Cruz que tiene grandes extensiones de tierra muy deteriorada donde la recuperación puede ser muy cara para encararla. También hay lugares donde el deterioro no fue muy grande y se puede frenar el proceso antes de que llegue a esos niveles. - ¿Cuánto tiempo requerirá y qué acciones se deberían realizar para recuperar un campo? - Eso depende del tipo de campo, de las precipitaciones y del grado de deterioro. Hay lugares que se recuperarían en 100 años y otros en tres o cuatro. Todo depende de la fragilidad del ambiente y de lo profundo del deterioro. - ¿Qué niveles de desertificación posee la Argentina? - No hay estudios generales del país que den números exactos. Sabemos que el 75 por ciento del territorio argentino está compuesto por ecosistemas áridos y semiáridos que son frágiles y tienen predisposición a desertificarse si son mal manejados. En la Patagonia se dice que el 30 ó 35 por ciento del territorio está afectado por desertificación grave a muy grave y una buena porción del territorio tiene procesos de desertificación en escala un poco menor pero que siguen siendo significativos. Acciones preventivas El INTA está trabaja desde hace más de 30 años en la prevención y el control de la desertificación en esta región. En el ‘89 empezó un proyecto muy grande que abarcaba toda la Patagonia (se llamó proyecto “Prevención y control de la desertificación en Patagonia” PRECODEPA- y fue financiado por el INTA), donde por primera vez se reunieron todas las experimentales del INTA Patagonia y otros socios o actores en el territorio que trabajaron durante cinco años para concientizar a la población y a los productores sobre el problema de la desertificación y su gravedad, y extender tecnología para la prevención y el control. Paralelamente, se desarrolló el proyecto “Lucha contra la desertificación en Patagonia” LUDEPA- (que fue un convenio entre el INTA y la GTZ de Alemania), en el cual se trabajó especialmente en el monitoreo del proceso de desertificación. En el ‘94 se reunieron los dos proyectos y se presentó y aprobó el de “Prevención de la desertificación para un manejo sustentable de la Patagonia” -PRODESAR- que siguió hasta el ‘97, en el cual se trabajó en transferencia de tecnología para controlar el proceso. A partir de entonces, se empezó a trabajar en el proyecto “Manejo sustentable de sistemas áridos y semiáridos para el control de la desertificación en Patagonia”, para producir un cambio en la forma de encarar este problema (se trabaja en educación ambiental, información y herramientas para la toma de decisiones y transferencia de tecnología, entre otros). - See more at: http://intainforma.inta.gov.ar/?p=438#sthash.V0fsTjOS.dpuf

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