AGRADECIMIENTOS Las personas con las que estoy agradecido saben lo que pienso al respecto, sin embargo, luego de dos años de haber sido apoyado, periodo en el cual desarrollé esta investigación, siempre tuve el respaldo de personas valiosas, mismas que es indispensable mencionar, aunque ellas ya lo sepan. Gracias a mi familia: mamá, papá, hermana, abuela, hermano y Muñeca. Gracias a mis amigos, los profesores: Hugo Cansino, José Antonio Guerrero y Martha Pérez Palomares, por compartir su tiempo, sus ideas y buenos chistes. Gracias a mi guía, a mi amigo, a mi asesor, a mi Maestro: Víctor Manuel Ramos García. El master de masters. Gracias a Edith Lechuga. Gracias a la Dra. Sonia de Regules, por la locura. Gracias a Magaly, a Anacatalina (joooorge), a Erik, a Cristian, a Jorge por ser tan buena onda. Gracias a Emilian Ortega, por ser buen amigo. Gracias a mi Institución. Gracias a aquellas personas que en el camino me brindaron el gusto por aprender en esto que es apenas el comienzo, humildemente les digo a todos ustedes: ¡gracias, …totales!
ÍNDICE INTRODUCCIÓN I
ORÍGENES Y DESARROLLO DE LA PRENSA CÍVICA EN MÉXICO
11
I.1. EL DESPERTADOR AMERICANO
14
I.2. LOS PRIMEROS AÑOS DEL MÉXICO INDEPENDIENTE: EL PRIMER IMPERIO MEXICANO Y EL FEDERALISMO
18
I.3. LA PRENSA EN LA REFORMA
24
I.4. LA PRENSA EN EL PORFIRIATO
31
I.5. EL HIJO DEL AHUIZOTE
35
I.6. REGENERACIÓN
39
I.7. LA PRENSA EN LA REVOLUCIÓN
43
LA PRENSA MODERNA MEXICANA
50
II.1 EL UNIVERSAL
52
II.2 EL EXCÉLSIOR
53
II.3 EL CASO EXCÉLSIOR
55
II.4 PROCESO
57
II.5 UNOMÁSUNO
60
II
II.5.1 LA FOTOGRAFÍA DEL UNOMÁSUNO: FOTOPERIODISMO DE VANGUARDIA
II.5.1 LA RUPTURA……… II.6 LA JORNADA
62
63
64
II.7 EL FINANCIERO
66
II.8 REFORMA
67
II.9 LA PRENSA MARGINAL
70
II.10 REVISTA ZÓCALO
75
1
II.11 PERIÓDICO MACHETEARTE III
76
79
III.1 CARACTERÍSTICAS DE UN ESTADO MEXICANO Y AUTORITARIO
81
III.2 CONCEPTO DE DEMOCRACIA
88
LA TRANSICIÓN EN EL SISTEMA POLÍTICO MEXICANO
III.2.1 ORIGEN Y DESARROLLO DEL CONCEPTO DE DEMOCRACIA 88 III.2.2 TRES TIPOS DE DEMOCRACIA: POLÍTICA, SOCIAL Y ECONÓMICA
95
III.3 LA TRANSICIÓN SIMULADA EN MÉXICO
97
III.4 EL ANTIGUO RÉGIMEN
102
III.5 USO RETÓRICO DE LA TRANSICIÓN EN MÉXICO
110
111
III.6 EL NACIONALISMO EN LA TRANSICIÓN MEXICANA
115
126
128
III.5.1 LA TIPOLOGÍA DE HIRSCHMAN: TRES CLASES DE DISCURSOS POLÍTICOS
III.7 EL POPULISMO Y LA TRANSICIÓN DEMOCRÁTICO‐POLÍTICA EN MÉXICO
III.7.1 CARACTERÍSTICAS DEL POPULISMO PREMODERNO
III.7.2 CARACTERÍSTICAS DEL POPULISMO POSTDEMOCRÁTICO
129
III.7.3 LÁZARO CÁRDENAS: POPULISMO A LA MEXICANA
132
III.7.4 LUIS ECHEVERRÍA Y JOSÉ LÓPEZ PORTILLO: POPULISMO DE LOS SETENTA
133
III.7.5 CARLOS SALINAS DE GORTARI: NEOPOPULISMO AUTORITARIO
135
III.8 LA CORRUPCIÓN EN LA TRANSICIÓN MEXICANA
137
III.8.1 EFECTOS DE LA CORRUPCIÓN EN EL RÉGIMEN POLÍTICO MEXICANO
139
III.9 LOS INTELECTUALES Y LA TRANSICIÓN MEXICANA
143
III.10 LA TRANSICIÓN EN VOZ DE LOS POLÍTICOS
147
2
III.11 LA CIUDADANÍA Y LA TRANSICIÓN
IV
III.12 LA TRANSICIÓN EN LA PRENSA MEXICANA
153
EL CONCEPTO MODERNO DE PODER
159
162
IV.2 LO “BUENO Y LO MALO” VERSUS LO “BUENO Y LO MALVADO”
165
IV.3 LA “CULPA”, LA “MALA CONSCIENCIA” Y SIMILARES
169
IV.4 ACERCA DE LOS IDEALES ASCÉTICOS
175
178
186
151
IV.1 LA GENEALOGÍA DE LA MORAL DE NIETZSCHE, LAS BASES NO JURÍDICAS DEL PODER
IV.5 LA MICROFÍSICA DEL PODER DE FOUCAULT
IV.6 EL PODER, SEGÚN LOS TRES MOMENTOS EN LA OBRA FOUCAULTIANA (SABER, PODER Y SUJETO)
IV.7 FOUCAULT Y EL SUJETO Y EL PODER
190
IV.8 EL ALMA, PRISIÓN CORPÓREA
199
IV.8.1 LA SOCIEDAD DISCIPLINARIA
204
IV.8.2 EL PANÓPTICO
204
IV.8.3 EL USO DEL TIEMPO
205
IV.8.4 LA MIRADA BUROCRÁTICA
206
209
IV.9 ASPECTO PSICOANALÍTICO DEL PODER EN EL INDIVIDUO SEGÚN FREUD
IV.10 FREUD VERSUS CLAUSEWITZ, SIMILITUDES DEL DUELO COMO COMO ESENCIA DE TODO CONFLICTO
213
IV.11 POSTULADOS BÁSICOS ACERCA DEL PODER DE NIKLAS LUHMANN Y NORBERTO BOBBIO
216
IV.11.1 EL PODER COMO MEDIO DE COMUNICACIÓN SEGÚN NIKLAS LUHMANN
216
IV.11 REFLEXIÓN DEL PODER DE NORBERTO BOBBIO RESPECTO A LA TEORÍA POLÍTICA
221
3
V
LA PRENSA Y EL PODER EN MÉXICO
V.1 LOS CANDIDATOS Y LOS DIRECTORES
224
234
237
245
V.2 ECHEVERRÍA Y EL PODER DE LA INFORMACIÓN V.2.1 ¿QUIÉN ES LUIS ECHEVERRÍA? V.3 EL PODER DE LOS VOCEADORES V.3.1 LAS REGLAS SECRETAS
236
246
V.4 NÓMINAS SECRETAS E INSTAURACIÓN DE PREMIOS A PERIODISTAS 247 V.4.1 LA PARTIDA ESPECIAL
248
V.5 NOTIMEX
251
V.6 EL CHAYO
252
V.7 LA PRENSA CIVILISTA Y SU CONFORMACIÓN
258
262
V.8 EL PROCESO DE TRANSFORMACIÓN DE LOS MEDIOS AUTORITARIOS EN LA PRENSA MEXICANA
V.9 EL MODELO CÍVICO, EL AUTORITARIO Y EL REGIDO POR EL MERCADO
264
266
V.11 LA TRANSFORMACIÓN DE LOS MEDIOS AUTORITARIOS
274
V.12 SALAS DE REDACCIÓN
276
V.13 AUGE Y TRANSFORMACIÓN DE LOS MEDIOS CÍVICOS
282
CONCLUSIONES
V.10 EL PERIODISMO CÍVICO EN MÉXICO
VI
BIBLIOGRAFÍA CONSULTADA
292
297
4
Nunca pienso en las consecuencias de fallar un gran tiro… cuando se piensa en las consecuencias, se está pensando en un resultado negativo. Michael Jordan
5
INTRODUCCIÓN El objetivo fundamental de esta tesis es analizar, comprender, estudiar, ubicar y reconocer el contexto en que surge el modelo civilista de periodismo en nuestro país para que tengamos una base sólida acerca del proceso de maduración profesional a lo largo de la transición política que vivió la prensa mexicana en el siglo XX. Se busca que encontremos los elementos fundamentales que han permitido que el ejercicio periodístico en México haya transformado su tradicional modelo autoritario, de índole pasivo y acrítico, en uno con tres características primordiales autónomo, proactivo y plural. Analizaremos mediante un recorrido histórico a la prensa mexicana y partiremos desde un punto inicial en el tiempo: el año de 1810 y la guerra de independencia, visto esto como un periodo de rompimiento en la historia de nuestro país que se valdrá de una herramienta potencial para transmitir sus ideas a la gente y reforzar el movimiento independentista mediante el involucramiento de la sociedad: la prensa. Mediante este suceso trascendental es que estableceremos un primer vínculo con el objetivo principal de este trabajo de investigación: ubicar genealógicamente el antecedente directo con la prensa cívica en México, El Despertador Americano, publicación creada por el cura insurgente Miguel Hidalgo y Costilla, cuyo primer número se publicó el 20 de diciembre de 1810. La característica de este medio informativo es que se asemeja, dadas las condiciones en las que sale a la luz, a un periodismo “combativo”, mismo que para ser de esta característica requería de otras cualidades: ser autónomo, crítico del sistema político en el que se desarrolla y un faro y guía de la sociedad. A través del reconocimiento de este periódico como el verdadero iniciador de un periodismo independiente en México, señalaremos ya desde ese momento histórico y sin que hubiera existido un caso similar previamente, a un medio que buscaba un “ideal de sociedad”, un contacto con la opinión pública y un pensamiento liberal. Aspectos que definitivamente darían forma al carácter elemental de un ejercicio periodístico libre, crítico y social, producto de un pensamiento ilustrado y muy avanzado a su época, tal que sería el
6
inicio de un movimiento que no tendría marcha atrás: lograr la independencia de lo que hoy conocemos como México, convocado originalmente por ese “cura cabrón”. Posteriormente, haremos un escrutinio de las principales publicaciones que sucedieron a El Despertador Americano y que a lo largo del siglo XIX, ya en el México independiente, fortalecieron el ideal de un tipo de periodismo crítico y combativo. Se destacan las publicaciones El Siglo XIX, El Monitor Republicano, El Hijo del Ahuizote, El Porvenir, y como medio protagónico y fundamental, Regeneración, creado por los hermanos Flores Magón, publicación que emerge en condiciones marcadas por el autoritarismo de una dictadura que llevaba dos décadas en el poder bajo el mando de Porfirio Díaz. La importancia que este medio representa para el periodismo mexicano, y en particular para la prensa cívica (nuestro tema principal), es un legado que al día de hoy sigue vigente en el ejercicio periodístico, mismo que a través de sus páginas pretende educar a la sociedad para concientizarla de sus derechos básicos y transmitir su función social a través de una asimilación y conquista ideológica que busca una transformación cultural de la totalidad de los modos de vida de la ciudadanía. Estas implicaciones hegemónicas que se incluyen en medios como el semanario Regeneración fueron posibles gracias al pensamiento de figuras como Ricardo Flores Magón, personajes que más allá de cumplir una labor de impresores o simples redactores, buscaron comprender el momento histórico que vivían y en consecuencia, transformarlo. Ricardo Flores Magón fue una persona que nació en la sierra oaxaqueña y que creció marcado por coyunturas bélicas, mismas en las que su papá se desenvolvió y que obtuvo el grado de coronel. El fundador de Regenración fue una persona preocupada por el enriquecimiento de su espíritu, en otras palabras, fue una mente lúcida y al igual que Miguel Hidalgo, dueño de sí mismo gracias a un pensamiento crítico, estudiado y autónomo, aspectos que determinarían su visión de la realidad, por lo que: “La libertad es para Ricardo la actividad por excelencia del hombre. Así lo postularon los liberales en la Reforma, pero con Díaz se convirtió en una meta frustrada al imponer el orden sobre ella” (Ramos, 1980:57). Pensamiento que
7
evidenciaba claramente su reflexión anarquista de la vida y un antibarredismo (Gabino Barreda fue en promotor del positivismo en México) bastante claro: “Para Ricardo, la autoridad ya sea civil o clerical o de cualquier otro tipo, es la negación de la libertad. La autoridad no hace falta sino para mantener una desigualdad social” (Ramos, 1980:58). La palabra clave, respecto al comentario anterior es “orden”, término que contextualmente señala al modelo porfirista de gobierno, y aunque no lo parezca, no me estoy refiriendo a la dictadura, sino, al positivismo. Estado de las cosas en donde la autoridad actúa como una medida de desequilibrio social y abiertamente anti humanista. Entonces ya que hemos analizado un factor determinante para el periodismo cívico (su sentido hegemónico), es primordial reconocer que por medio del pensamiento floresmagonista es que se transmitieron ideas benéficas para la “organización y concientización de las masas campesinas y obreras a través de la prensa” (Ramos, 1980:58). Luego de entrever un segundo momento de la prensa civilista, en el primer capítulo abordaremos aquellas publicaciones destacadas ya en el siglo XX como lo son El Universal, Excélsior, Proceso, Unomásuno, La Jornada, El financiero y Reforma. Además, incluiremos las nociones básicas de la prensa marginal en nuestro país al retomar al diario Machetearte y a la revista Zócalo dirigida por Carlos Padilla. A lo largo de esta revisión resaltaremos la influyente posición que al día de hoy ejerce un periodista que ha sido todo un hito en el periodismo mexicano: Julio Scherer García, quien reinventó a la prensa nacional en pleno sistema político autoritarista, cuando fue director de Excélsior y que lo llevó a ser uno de los más importantes en Latinoamérica, mismo que por su carácter crítico y de investigación generó la suficiente inconformidad (mal habida) en el gobierno de Luis Echeverría, quien intervino en la vida interna de ese diario a través de Regino Díaz Redondo (que fungía como subdirector el de ese periódico) y provocó el conocido “Golpe a Excélsior” hecho que provocaría la expulsión de Scherer y su equipo para formar 4 meses después el semanario Proceso. Por otro lado, un grupo afín a Scherer, pero bajo el liderazgo de Manuel Becerra, y que también provenía del Excélsior fundarían el Unomásuno y posteriormente La Jornada.
8
Este aspecto destacado es un suceso de índole central, ya que de un medio que fue dirigido por un periodista hábil, crítico y perseverante, emergieron varios más que a la larga fundarían otras publicaciones, hasta llegar a La Jornada en los ochenta o Reforma en los noventa, rotativos ya considerados como medios cívicos. Para que podamos reconocer la importancia histórica que esto significa, analizaremos temas trascendentales como democracia, nacionalismo, populismo, corrupción, violencia de Estado (en México), y sobre todo transición. Todos estos términos influyen en el proceso histórico por el cual la prensa mexicana ha ido recorriendo su camino, y como expondremos en el desarrollo de esta investigación, expresaron una realidad carente de sentido democrático durante varias décadas, mismo que la prensa civilista rechazó y por ello construyó su propio proyecto. La relación con el poder en un sistema autoritaritario la vamos a comprender con base en criterios que se derivan de lo que estos agentes del cambio (Miguel Hidalgo, Flores Magón, Scherer, ) entendieron como el bien o el mal, cómo asimilar su responsabilidad con el régimen priísta y de qué manera es que coexistirían prensa y gobierno según los criterios de una relación de poder donde uno tratará de imponer su hegemonía sobre el otro, pero este último tendrá la posibilidad de resistirse ante los embates de códigos de comportamiento con los que la idea es controlarlo y establecer un modelo de pensamiento similar (lo Mismo) que mediante el lenguaje defina aquello “anormal” que tiene que ser tratado (lo Otro). En ese punto, mismo que refiere al capítulo 3 del presente trabajo, abordaremos a la epistemología del poder y comprenderemos según criterios de teóricos de la sospecha (Nietzsche, Freud) y críticos del sociedad moderna (Foucault) aquellos resquicios que le dan forma y sentido a lo que llamamos “poder”. Es así que focalizaremos nuestra atención en las significaciones que ello implica, el concepto de culpa, el predominio de lo bueno y lo malo, el uso de la inteligencia, el establecimiento de la sociedad disciplinaria, el alma como habitante de una prisión corpórea dentro de una “normalidad” establecida por la imposición de una identidad, el uso de códigos como determinantes del poder y reflexiones etimológicas del término.
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Todo lo anterior, es una profundización en un punto que nutre al central, pero que se retomará en la última parte de esta investigación, el capítulo 4, mismo que cimienta los orígenes y desarrollo de la prensa cívica en México y donde primero develaremos ciertas maneras de proceder entre prensa y poder y al final, estableceremos el modelo de un periodismo civilista y delimitaremos sus diferencias respecto a lo tradicional. Conoceremos la relevancia que tiene la sociedad civil para este nuevo enfoque y el carácter, que en sintonía con publicaciones como El Despestador Americano y Regeneración, nos muestran periódicos civilistas al actuar como un enlace entre gobierno y sociedad, donde el medio se convierte en una herramienta similar a un watch dog y dará signo y seña de cómo procede el gobierno respecto a la rendición de cuentas con la ciudadanía. Es así que buscaremos definir, mediante este tipo de términos yuxtapuestos (transición, democracia, poder y prensa), las características elementales en las que el modelo cívico de periodismo se ha consolidado como un conjunto de acciones en beneficio de la sociedad civil a través de herramientas interpretativas que ejercen su hegemonía desde el dominio de las salas de redacción en los periódicos. La idea integral de esta tesis es reinterpretar el periodismo mexicano para transformarlo, luego de esta reflexión que tiene que ver con un proceso histórico, con una relación de la prensa con el poder y con las necesidades que nuestra nueva “complejidad social” determina en el espacio público de la sociedad.
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I. ORÍGENES Y DESARROLLO DE LA PRENSA CÍVICA EN MÉXICO Estatua derruida en cenizas la brasa consumida con la arcilla de ayer formó su vida. Salvador Novo
El periodismo mexicano está próximo a cumplir tres siglos de existencia, de ser enlace entre los hechos cotidianos y la sociedad y desde el primer periódico que vio la luz en nuestro país, aquel 1722 en que las noticias de La Gaceta de México eran difundidas por pregoneros ya se cumplen 289 años. Este antecedente es sólo un dato en que podemos enunciar que se publicó un periódico en el sentido en que actualmente lo conocemos, pues el origen directo que le podemos asignar como primordial a la labor periodística mexicana radica mucho tiempo antes, en épocas precolombinas, como Salvador Novo1 lo menciona en el prólogo de El periodismo en México: 500 años de historia (Reed y Ruíz, 2007:7) la primera nota de carácter relevante que se difundió fue “el arribo de esos hombres ‘blancos y barbados’ de quienes hablara Quetzalcoatl” al emperador Moctezuma por medio de enviados especiales. Durante este capítulo hablaré de la primera publicación que pretendió, desde su primer número, difundir la idea de una nación soberana e independiente, que buscó la unión de todos los criollos y de los habitantes “americanos” y que señalaba las tropelías cometidas por los españoles. El Despertador Americano fue un medio de carácter civilista que tuvo una existencia de siete números y que inaugura una nueva etapa en la historia nacional y da inicio al periodismo de combate y a una prensa libre y autónoma. Posteriormente se analizará el periodo de la Reforma para la prensa mexicana, los principales diarios, su posición respecto a los diferentes gobiernos en turno y aquellos personajes primordiales que fueron figuras y ejes de esa importante etapa del México ya
1 Premio Nacional de Literatura 1967; fue el primer poeta mexicano traducido al inglés (libro completo) en
1935; perteneció al grupo de los “Contemporáneos”. Nació en la ciudad de México en 1904 y falleció en 1974.
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independiente, pero aún joven, dividido y en constante lucha entre liberales y conservadores. Destacan los periódicos El Monitor Republicano y El Siglo XIX, los cuales, evolucionaron la prensa liberal y tuvieron como personaje elemental a Francisco Zarco. Su versión opuesta fue El Universal, considerado el periódico oficial de la dictadura de Santa Anna, tenía bases de su antecesor El tiempo y difundía ideas favorables a la monarquía. A diferencia de la prensa liberal, este tipo de medios pro gobierno se convirtieron en abiertos voceros gubernamentales, como ya se hablará con mayor detalle. El primer periódico de corte moderno fue El Imparcial, lo funda Rafael Reyes Espíndola, retomó el estilo de los periódicos norteamericanos de la época: secciones, corresponsales en el interior del país y contaba ya con los servicios de la agencia de noticias Associated Press y llegó a contar con un tiraje de 100 mil ejemplares. Posteriormente en el capítulo 4 se hablará acerca de un periódico moderno fundado en los noventa y cuyo base se sustenta en El Norte, rotativo regiomontano que desde los setenta es dirigido por Alejandro Junco de la Vega, hablo del Reforma, uno de los periódicos que representan a la prensa civilista en México. El Imparcial, además de ser un medio vanguardista, fue un diario de ideas contrarias a El Siglo XIX y El Monitor Republicano, contó con las primeras rotativas en nuestro país, publicó fotografías en primera plana y desapareció en 1914, fue impulsado por una figura del Porfiriato, José Ives Limonatour El ocaso de los logros obtenidos por la Reforma en el ámbito de la libertad de prensa, de ejercicio informativo y que da paso a una de las épocas más oscuras, autoritarias y represivas que ha tenido México fue la dictadura de Porfirio Díaz por más de 30 años. En ese lapso sólo existió una cosa: toda prensa de oposición sería perseguida y sus talleres incautados; se optó por institucionalizar la burocratización de los periodistas cuyos sueldos eran pagados por el gobierno y que salvo distinguidas excepciones como los fueron Filomeno Mata, Francisco Zarco, Manuel Cabrera y los hermanos Flores Magón, faro y guía
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de la prensa libre, constantemente atacados por el gobierno, y en el caso de los floresmagonistas, tuvieron que recurrir al autoexilio. Su legado fue precursor del auténtico periodismo civilista, crítico, mordaz, independiente, que hizo historia: El Diario del Hogar, El porvenir, El Hijo del Ahuizote, El Colmillo Público y por su puesto, Regeneración. Al caer la dictadura e iniciada la Revolución Mexicana, se revivió el momento de transición política entre periodos gubernamentales, primero con el interinato de Francisco León de la Barra y posteriormente con el gobierno constitucional de Francisco I. Madero, se presentó una libertad de prensa irrestricta. En los primeros años luego del estallido del levantamiento armado, los mismos periódicos que combatieron el Porfiriato, ahora se dedicarán a criticar al sistema o a la dictadura. Por el otro bando conservador, los periódicos católicos El Imparcial y El país, tenían como misión desprestigiar el proceso revolucionario (eran los arietes de la Contrarevolución), mismo objetivo que se logró al mantener una férrea oposición al régimen maderista y que no contó con control alguno del gobierno al gozar de absoluta libertad, con lo que muchos periodistas que solían ser antiporfiristas, terminaron arropando lo que por muchos años condenaron. De esta manera comenzamos el recorrido con un medio que no por su efímera existencia pasó desapercibido, al contrario, fue la llama que encendió a una nueva nación la cual se formaría de la mano de su fundador: el cura Miguel Hidalgo y Costilla y que es cuna y madre del periodismo crítico y autónomo en México, El Despertador Americano.
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1.1 El Despertador Americano Viva la Patria y viva y reine por siempre en este Continente Americano nuestra sagrada patrona, la santísima Virgen de Guadalupe Miguel Hidalgo y Costilla
Era el año de 1810 en la Nueva España, habían pasado casi tres siglos desde la caída de Tenochtitlán en 1521 y este territorio aún se encontraba regido por las leyes de la corona española. Pese a lo anterior, la sociedad “novoespañola” se integraba de una mayoría india (3 millones); 1.5 millones eran mestizos; medio millón eran negros y castas; 900 mil eran criollos y menos del uno por ciento de la población total eran españoles: 100 mil (Navarrete y Aguilar, 1998:19). El periodo de la revolución por la independencia comprende un proceso que inicia desde 1763 con las reformas borbónicas y culmina en 1821, con la conformación del estado nacional republicano. La etapa en la que nos centraremos comprende la revolución burguesa por la independencia (Navarrete y Aguilar, 1998:19), 1808 a 1815, momento en el cual la situación de la estructura social era de una clase dominante española, una oligarquía criolla y una realidad de explotación para las clases trabajadoras. La población conformada por los criollos manifestaba una clara inconformidad con la situación imperante, al grado que ser patriota significa ser antiespañol. Las libertades, la justicia para los pobladores de esta colonia española estaban realmente disminuidas y eran de conformidad a lo que asumiera el rey español. En la Nueva España los impresores requerían de una licencia otorgada por la Junta de Censura para poder publicar algún libro, folleto o periódico. Sin embargo, ciudades como Guadalajara y la zona del Bajío mexicano mostraban un creciente interés por la cultura y en aquella época se comenzaron a formas las “sociedades de amigos”, en las cuales se leían
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poemas, se discutían libros y escritos –muchos de ellos prohibidos– transmitidos en la clandestinidad y que compartían una visión liberal. La influencia de la Revolución francesa fue una escuela abierta y gracias a ella comenzaron a ventilarse poco a poco los conflictos entre españoles europeos y los americanos en dichas agrupaciones se encontraron personajes que más tarde fueron las cabezas del movimiento insurgente y de gobiernos posteriores ya en el México soberano. La madrugada del 16 de septiembre de 1810, un cura criollo con un inmenso apoyo social logró congregar las distintas facciones en pro de una independencia y luchar contra el yugo invasor que promovía la esclavitud, la miseria y la explotación de recursos para la corona. Durante este periodo surge la primera publicación “insurgente” de nuestro país. El primer periódico de carácter autónomo nació bajo la consigna de defender el derecho social, de mencionar en sus líneas lo que implicaba la soberanía del pueblo y los límites de la autoridad, de hablar sobre los deberes de los gobernantes, de informar al ciudadano cuestiones de su interés (Navarrete y Aguilar, 1998:18). El 20 de diciembre de 1810 nació El Despertador Americano, lo hizo en la ciudad de Guadalajara; lo fundó el mismo “cura cabrón” (como lo llamaba Ignacio Allende) que dio el Grito de Dolores unos cuantos meses antes, Miguel Hidalgo y Costilla quien difundió sus ideas en 7 números hasta el 17 de enero de 1811. Además del descontento social producto de la explotación ciudadana por parte de españoles, el mundo occidental vivía un momento de transición política, religiosa y civil. La invasión a España en 1808 por Napoleón Bonaparte fue un acontecimiento que marcó un hito para el mundo hispano ya que abrió la posibilidad de difundir sus ideas políticas. El 16 de noviembre de 1810 la Corte de Cádiz promulgó el Real Decreto sobre la Libertad Política de Imprenta y un mes después en la Nueva España ya se tenía conocimiento del mismo y fue en ese contexto que surgió El Despertador Americano.
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El dueño de la imprenta era Francisco Severo Maldonado, imprimía 2 mil ejemplares a un costo de dos reales. El tiraje era una cifra récord para esos tiempos y se pretendía llegar a los 30 mil “mexicanos” que entonces sabían leer. Los 7 números que se publicaron fueron suficientes para inaugurar el terreno de la libertad de imprimir ideas políticas y sociales. Las consecuencias fueron la desaparición del periódico y el encarcelamiento de su impresor. Este suceso inaugura lo que sería la relación entre gobierno y prensa escrita en la historia de México cuya realidad durante el siglo XIX y casi todo el siglo XX sería de una animadversión. Llegaría a su punto álgido en la época priísta de mediados del los sesenta cuando Díaz Ordaz era presidente y Luis Echeverría secretario de Gobernación, quienes, consientes de que la prensa crítica era un problema para la gestión del autoritarismo del PRI gobierno utilizaron todos los medios posibles para establecer una amistad con los dueños de medios a partir de 1968, cuando el conflicto social estudiantil tomaba influencia en la sociedad mexicana, más adelante se explicará este punto, aunque no se debe olvidar que fue desde épocas independentistas en que prensa y poder se confrontan por diferencia de opiniones respecto a la realidad social. El nombre completo era El Despertador Americano, correo político económico de Guadalajara, y se difundió con gran éxito entre la población porque promovía la emergencia de una conciencia americana durante un periodo clave. Lo hizo paralelamente con la aparición de una efervescencia intelectual y política, su impacto se extendió al nacimiento de una novela nacional, como lo fue El Periquillo Sarniento, de Joaquín Fernández de Lizardi. La población criolla utilizó la información de la prensa con un carácter doctrinario (Gueda:1992). El periodismo insurgente fue el producto de una necesidad propagandística e ideológica del movimiento independentista. En sus páginas se manifestó un “ideal de sociedad” y fue la primera manifestación de un espíritu libre y soberano de la Nueva España. Los únicos siete números de esta publicación exponen la opinión de los personajes de primer orden en el movimiento insurgente.
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Expresaron su criterio acerca del escenario histórico que ellos mismos estaban viviendo, y con ello, la ideología revolucionaria adquirió un aspecto formal, pues fueron personajes que por medio de la acción, el discurso y el escrito, buscaron convencer a sus compatriotas de los ideales libertarios. El discurso del periódico tenía como objetivo proyectar las circunstancias por las cuales se había llegado a un movimiento armado en busca de la libertad de los oprimidos. ¿Por qué ese nombre al primer periódico crítico de oposición de México? Miguel Hidalgo, un hombre lúcido y carismático sabía con claridad que la libertad del pensamiento es ante todo guía y sabiduría, un sendero a la seguridad: “El auxilio de la imprenta nos es quizás de mayor necesidad que las bocas de fuego” (Fregoso, 2002:71). En las relaciones de poder siempre es indispensable un elementos para que éstas puedan existir: la resistencia. Es importante mencionar que ante las terribles condiciones en las que vivían millones de indios y mestizos en la Nueva España, el proceso de inconformidad que dio origen a la lucha de independencia fue resultado de una resistencia ante el poder que ejercían los españoles, como medida para manifestar su malestar, en el movimiento se decidió emplear a la prensa para informar a aquellos (aún no) mexicanos que pretendían obtener una vida soberana. En el capítulo 3 hablaré acerca de la epistemología del poder (basado en términos no jurídicos) y contextualizaré qué tiene que ver con el tema que estamos tratando: la prensa mexicana. El nombre de la publicación es una expresión que manifiesta la voluntad de sus forjadores: difundir y penetrar ideológicamente a un mayor radio de acción y a los distintos niveles de la sociedad. La prensa insurgente es más humana, busca el contacto con lo que podemos llamar opinión pública, es abiertamente liberal. Hablar de El Despertador Americano es hablar de una conciencia cívica ya existente desde antes de que nuestro país se consolidará independiente, en la segunda parte del capítulo V explicaré qué implica y cómo surge la prensa civilista mexicana y por qué es importante.
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Durante la lucha por la independencia de México existieron más publicaciones afines al movimiento: el Ilustrador Nacional del presbítero José María Cos en abril de 1812, de periodicidad semanal y se imprimió cada sábado hasta el 16 de mayo. A partir del 27 de mayo surge el Ilustrador Americano, constó de 36 números y su último ejemplar se editó el 17 de 1813; en él escribieron, José María Cos, don Andrés Quintana Roo e Ignacio López Rayón. Se imprimía los miércoles y los sábados y fue financiado por la sociedad de los Guadalupes “grupo secreto que auxiliaba a los insurgentes” (Reed y Ruíz, 2007:112). Otros periódicos que circularon en ese periodo fueron el Correo Americano del Sur, fundado por el cura don José Manuel de Herrera y auxiliado por Carlos María de Bustamante; en la ciudad de México apareció El Noticioso General; La Abeja Poblana, nació el 30 de noviembre de 1820 y se imprimió hasta el 17 de diciembre de 1821, fue un semanario y en marzo de ese año publicó el Plan de Iguala jurado por Agustín de Iturbide, gobernante que marcó un nuevo periodo luego de la consumación de la independencia de nuestro país. Al respecto, brevemente hablaré de las principales características que existieron en ese lapso, luego, se mencionarán los principales acontecimientos dentro del federalismo y el papel de la prensa en él; posteriormente, hablaré acerca del periodo inmediato a la Reforma y sus implicaciones en las diferentes publicaciones de la época. 1.2 Los primeros años del México independiente: El Primer Imperio Mexicano y el Federalismo Las desgracias y el tiempo dirán a mis paisanos lo que les falta. ¡Ojalá me equivoque! Agustín de Iturbide2
2 El 27 de septiembre de 1821 se consuma la independencia de México, luego de 11 años y de 11 días de lucha.
Por medio del Plan de Iguala se constituyó al Ejército Trigarante cuyas tres garantías eran: independencia, religión y unión. Se firman los Tratados de Córdoba por Vicente Guerrero, Agustín de Iturbide y el último virrey Juan O’Donojú.
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El 7 de noviembre de 1823 se establece el Congreso Constituyente del cual surgiría la Constitución de 1824 con lo cual se instauró el federalismo como forma de gobierno en México luego de la abdicación de Agustín de Iturbide al Primer Imperio Mexicano. Guadalupe Victoria (José Miguel Ramón Adaucto Fernández y Félix) fue el primer presidente mexicano y gobernó de 1824 a 1829. Los primeros años del México independiente fueron caóticos, se vivía dentro de constantes guerras civiles y la mayoría de la población en ese entonces consideraba que la monarquía era una opción viable porque se estaba acostumbrado a este tipo de gobierno. La Constitución de 1824 detonó un profundo rechazo por parte de la sociedad, lo que devino en constantes luchas y desorganización político‐social. Victoria fue el único gobernante que culminó su mandato en más de 30 años, lo anterior fue el reflejo de un profundo divisionismo entre los que optaban por el federalismo y los que querían que regresara la monarquía por considerarla como lo mas óptimo para el país. La política intervencionista norteamericana sembró el descontento entre los políticos mexicanos al interesarlos por el federalismo como una visión a seguir, por medio de Joel R. Poinsett.3 En otras palabras, se auguraba una clara escisión entre las facciones políticas en México. Así el derrocamiento de Iturbide significó la instauración de la República y con ello una forma de gobierno que contemplaba la creación de muchas pequeñas repúblicas que eran los Estados y que gozaban de amplia autonomía “lo que ocasionó no pocas veces la total discordancia entre aquellos y el gobierno del centro, y esto aun en conflictos internacionales” (Reed y Ruiz, 2007:152). El federalismo en México produjo guerras intestinas, odios, persecuciones, expulsiones, enormes deudas, dilapidación escandalosa del erario público nacional y de cada una de las entidades federativas; luego, para sofocar esos males en los fondos públicos, se eligió al 3 Poinsett abre los caminos para la aplicación de la Doctrina Monroe e inicia la penetración de su país en la
vida del naciente estado mexicano. Se convertiría poco después en el primer ministro plenipotenciario de los Estados Unidos.
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centralismo como modelo, se amplió a ocho años el periodo presidencial y a los estados se les llamó Departamentos y se les suprimió la soberanía. Durante esta época inicial destacan figuras del periodismo nacional como Carlos María de Bustamante quien desde distintas publicaciones opinaba sobre el devenir de la política y sus actores, entre 1821 y 1822 publicó La Avispa de Chilpancingo en abierta oposición al Plan de Iguala y su impulsor Iturbide, era editado en la ciudad de México. Meses después, en 1823 sale a la luz el Diario Liberal de México posteriormente renombrado El Centzontli de México, festeja la caída del imperio y difunde ideas de la República, lo fundó el mismo Bustamante en la capital. El Águila Mexicana era un periódico político y literario, se fundó el 16 de abril de 1823, fue el órgano de difusión de los federalistas y perteneció a la logia yorkina.4 Contenía las sesiones del Congreso en extracto o en su totalidad (a la letra), se firmaba por medio de seudónimos o bien, los artículos eran anónimos. En 1826, el periódico lo adquiere Lorenzo de Zavala “para dirigir el periódico de acuerdo con los intereses del gobierno” de Victoria (Reed y Ruiz, 2007: 135). Su contraparte fue El Sol, nació el 5 de diciembre de 1821, fue difusor de las ideas de la logia escocesa, apoyó al Plan de Iguala y su fundador y director fue Manuel Codorniú.5 Este periódico tuvo varias etapas, en 1822 Iturbide hizo desaparecer al El Sol. Un año más tarde reaparece el 15 de junio, y mantiene cercanía en torno a Lucas Alamán, su criterio editorial se enfoca a ideas centralistas y a atacar al imperio de Iturbide por considerar que su política ha optado por un giro hacia el federalismo; duraría hasta 1828. 4 Las facciones políticas en el México independiente se divieron en dos: centralistas y federalistas, es decir,
conservadores y liberales. Los centralistas se conforman por los masones escoceses, los antiguos monarquistas, el alto clero, militares como Nicolás Bravo y Pedro Celestino Negrete. Los federalistas se componen de la secta yorkina, de los ex iturbidistas y generales de tendencia populista como Guadalupe Victoria y Vicente Guerrero. 5 Manuel Codorniú Ferreras fue el impulsor de la ideas heredadas del liberalismo español y apoyadas por la
logia escocesa, además, fue el médico del Jefe Político Superior de la Nueva España, o bien, del último virrey: Juan D’Odonujú y O’rian.
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Se volvería a difundir en 1829, en su tercera época desde el 1º de julio, su objetivo es desprestigiar a la facción de Vicente Guerrero y fue partidario del Pacto de Jalapa que desconocería al gobierno de este último.6 El 7 de diciembre de 1831 aparece El Fénix de la Libertad, fue un influyente periódico de oposición que se publicará hasta 1834, fue fundado por Vicente Rocafuerte, Andrés Quintana Roo, Mariano Riva Palacio y Juan Rodríguez Puebla. Su último número fue el 1º de junio y en sus páginas se criticó la disolución del Congreso que hizo Santa Anna, parte de su editorial dijo: “El general Santa‐Anna ha retrogradado; abandona la senda del inmortal Washington y se arroja a ciegas en los brazos del encarnizado partido que se complace en dar a la patria días de luto”. …En otras palabras, con el desconocimiento de las dos Cámaras, se establecía que la Constitución podía ser reformada “aun salvando los trámites establecidos”. En 1836, en Puebla, nace el periódico La Fuerza de la Opinión, del liberal don José María Lafragua; contemporáneo a este rotativo fue La Lima de Vulcano, un periódico editado en la ciudad de México, publicación que criticó al federalismo por el entreguismo hacia los Estados Unidos, en especial de don Lorenzo de Zavala, a quien se le atribuía un pacto secreto para ayudar a la rebelión de los texanos. Al respecto, El Mosquito Mexicano afirmó en sus páginas que el mismo Zavala, el vicepresidente Valentín Gómez Farias y José Antonio Mejía se comprometieron en un pacto secreto en Nueva Orleans a ayudar a dicha revuelta, Antonio López de Santa Anna ya era presidente. En ese entonces la situación en México era de una virtual bancarrota y el país se encontraba en estado de ruina y anarquía, aún faltarían la separación temporal de Yucatán, y posteriormente la invasión norteamericana a México. 6 El 4 de diciembre de 1829, el vicepresidente y general Anastasio Bustamante, junto con sus tropas, se
levantó en armas con el Plan de Jalapa para derrocar a Vicente Guerrero.
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Ya en 1840, surgiría un periódico que fue vocero de un prominente grupo intelectual de nuestro país cuyo nombre fue El Ateneo Mexicano, fue fundado por José Justo de la Cortina con colaboración del marqués Juan José de la Barca. Un año más tarde, en plena rebelión federalista contra el gobierno centralista nace un periódico eje en la historia diarista de México, El Siglo XIX cuyo fundador se llamó Ignacio Cumplido, tuvo cuatro épocas (1841‐1845; 1848‐1858; 1861‐1863 y 1867 – 1896), en las páginas de este periódico se hicieron famosos los artículos de Ignacio Ramírez, quien firmaba como “El Nigromante”. Francisco Zarco se hizo célebre en esta publicación y fue él director durante muchos años, además llegó a ser Ministro de Relaciones Exteriores. Este periódico contenía colaboraciones primordialmente de liberales, aunque también escribían personas del ala conservadora. Zarco fue una de las personajes más sobresalientes en el pensamiento mexicano del siglo XIX, como veremos en el capítulo 4, la prensa cívica surgida en a partir 1980 para romper con el pensamiento único impuesto por el sistema priísta, en las publicaciones de carácter civilista se optó desde un comienzo por incluir a un conjunto plural para que las distintas voces de la sociedad no quedaran relegadas en su contenido editorial, en el caso del periodista que después de muerto fue declarado Benemérito de la Patria en 1869, se destaca esa visión plural ya existente en él, en el México joven de hace siglo y medio y cuyo aspecto es vital para el modelo cívico que trataremos más adelante: opinión plural. Santa Anna, ante las constantes guerras civiles tuvo el apoyo de la sociedad mexicana para gobernar en más de una ocasión con la finalidad de crear gobernabilidad, sin embargo, cuando su régimen se convirtió en una franca dictadura, El Siglo XIX se volvió el principal periódico de oposición, mismo que informaba sobre las maniobras presidenciales para coartar las libertades públicas y establecer el despotismo. Era el periódico más popular del momento. En 1844, a partir del 22 de diciembre sale a la venta El Monitor Republicano, lo fundó Vicente García Torres y aportaba cierta innovación al periodismo de ese entonces al contar
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con secciones como Política, Literatura, Comercio, Sociología y ya poseía publicidad, muchos de sus colaboradores laboraban en El Siglo XIX. La presidencia del general conservador Mariano Paredes y Arrillaga (enero‐julio de 1946) fue una administración que vivió el principio de la invasión norteamericana y un mandato en el que no hubo concesiones con la prensa. El Siglo XIX suspendió la publicación al tomar el poder Paredes, mientras que Vicente García Torres fue enviado al exilio por un artículo publicado en El Monitor Republicano donde criticaba al presidente. El Tiempo fue un periódico conservador favorecido por Paredes y Arrillaga, lo fundaron Lucas Alamán e Ignacio Aguilar y Marocho. Su contenido manifestó apego por la monarquía y generó demasiadas polémicas entre las sociedad mexicana por hacer propaganda a favor del Infante don Enrique, cuñado de Isabel II de España, a quien promovían para tomar las riendas de nuestro país. En la segunda parte de 1846, las consecuencias del divisionismo entre los mexicanos centralistas y federalistas fueron la catástrofe llamada Guerra contra Estados Unidos; mientras el enemigo ganaba plazas en el norte de la república, en el centro se libraban combates a muerte entre las diferentes facciones políticas por el control de los asuntos públicos; los gobernadores Francisco Modesto, Benito Juárez y Melchor Ocampo o no enviaban tropa o no enviaban dinero. Al mismo tiempo Yucatán desconocía su unión con México. Luego de este incidente en la historia de nuestro país, y con la consecuente pérdida de más de la mitad del territorio nacional, ya en 1848, se publicó por primera vez en México The American Star, órgano del gobierno norteamericano editado en inglés. La Guerra contra los Estados Unidos provocó una interrupción en la publicación de distintos periódicos en la capital, al reaparecer, presentan un programa completo de reformas que incluían al ejército, al clero y a la burocracia, también se pretendía sanear al sistema hacendario y que se depurara la administración de la justicia. El periodo que siguió producto de estos acontecimientos fue el de la Reforma y en la cual se aguardó la transformación de una generación progresista en México y al que le
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antecedieron graves momentos de ingobernabilidad y que hasta había existido una dictadura en el breve lapso del México independiente. 1.3 La prensa en la Reforma El pueblo no existió para la prensa Gerald L. Mc Gowan
Los Estados Unidos Mexicanos se encontraron en un momento crítico que necesitaba se aplicaran reformas radicales por el sencillo motivo que era urgente y porque la sociedad lo exigía, como prueba de ello por medio de la prensa se publicó un programa completo de reformas necesarias cuando, inmediatamente después de la Guerra contra Estados Unidos, reaparecieron los periódicos que se editaban en la capital luego de una interrupción por el conflicto internacional. Manuel Payno, fundador de El Eco del Comercio, periódico portavoz de los intereses mercantiles en 1848 publicó en uno de sus editoriales: “El triste estado en que actualmente se encuentra la república es la contestación más victoriosa: no han hecho sino males, y de un desacierto han caído en otro mayor”. En este momento de la historia de México destaco la opinión de Iturbide, quien, en sentido resignado decía que el tiempo les diría a sus compatriotas mexicanos lo equivocados que estaban al proceder con una escisión de bandos y que lo único que provocaría sería la desorganización de la nueva república y una profundización en la lejanía de liberales y conservadores. Como sentencia al comentario de Iturbide sólo hay tener en cuenta que la única administración que concluyó completo su periodo fue la de Guadalupe Victoria en tres décadas. La presidencia interina de Manuel Peña y Peña pretendía lograr la paz con los norteamericanos y mantuvo un gobierno moderado, pacta el Tratado Guadalupe Hidalgo con los Estados Unidos con lo que se concluye la guerra.
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El Congreso mexicano elige como sucesor a José Joaquín de Herrera quien por tercera ocasión ocupa el cargo pero esta vez contaría con una administración en declive hacendaria y graves problemas sociales. El ala liberal se encontraba muy dividida entre sí, mientras que los conservadores unieron fuerzas entre las facciones santanista y monarquista y habían trabajado a favor de la dictadura. En 1850 el general Mariano Arista resulta electo presidente, durante su mandato existieron constantes campañas reformistas por parte de los periódicos capitalinos que defendían las doctrinas avanzadas con miras a un nuevo orden público. Uno de estos periódicos fue El Demócrata fundado por Francisco Zarco en 1850. El Siglo XIX donde también figuró Zarco, propuso a la totalidad de la prensa a participar en la discusión razonada a las modificaciones a la ley fundamental “en tanto el Congreso se ocupaba en el arreglo del crédito interior y exterior del país”. (Reed y Ruiz, 2007:174). El Siglo XIX siempre a la vanguardia en la prensa nacional publica un artículo redactado por Zarco llamado “Qué sucede?” en él se acusa al presidente Mariano Arista de preparar un golpe de estado. En respuesta fue perseguido por territorio nacional el periodista, pese a ser miembro del Congreso. Este tipo de historias de persecuciones gubernamentales contra periodistas críticos no se repetirían en el México del PRI gobierno, pero no por un avance en la libertad de prensa, sino porque existían métodos rigurosos y autoritarios que hacían desaparecer periódicos y revistas, en caso Excélsior es un ejemplo y se verá más adelante. Por otro lado, dado que por expresar una opinión contraria al gobierno no se estaba trasgrediendo ninguna ley, es básico tener presente que el análisis que posteriormente se hará del concepto de poder será en términos de relaciones entre dos partes (a y b), o bien, como lo dice el pensamiento foucaultiano, en términos de relaciones de poder. Zarco, al escribir ese artículo estaba rompiendo con “lo Mismo”, con un pensamiento controlado, y entonces, al pertenecer su opinión a “lo Otro” se volvía objeto de represión
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por parte de quien ejerce el poder. Para comprender esta relación, en el capítulo 3, además de Foucault, mencionaré la perspectiva de Nietzsche y Freud acerca del concepto de poder. La situación social no daba tregua a la manera en que se estaban conduciendo la vida nacional, crecía el número de desafectos al régimen, mientras que la prensa conservadora no cegaba en difundir ideas que apoyaran al gobierno. En Jalisco se pactó el Plan del Hospicio en octubre de 1852, se pretendía regresar a Santa Anna al poder bajo la Constitución Federal de 1824. El 22 de septiembre de 1852 Arista promulga una ley que prohíbe publicar cualquier idea que critique a las autoridades. En respuesta El Siglo XIX aparece en blanco ese día y el siguiente a manera de protesta, poco después y ante el descontento popular, el gobernante dio marcha atrás a esa ley. El poder es una constante en la que habrá resistencias, mismas que se entienden como un escape del control y la vigilancia, se pueden manifestar de mil maneras. Una publicación impresa tiene contenido, al publicarse en blanco luego de una normatividad impuesta por el gobierno, lo que está mostrando es una inconformidad, es una rebeldía espontánea, una resistencia ante el poder que es considerado en este caso autoritario por quien lo recibe, el periódico El Siglo XIX. En el capítulo 3 hablaré más acerca de las resistencias ante el poder. El 6 de enero de 1853 Arista renuncia a la presidencia y entrega el poder a Juan B. Ceballos quien disuelve al Congreso y el 20 de abril Santa Anna toma el poder y proclama una dictadura. El periódico del régimen fue El Universal, publicación que tuvo como antecedente a El Tiempo de Lucas Alamán. Entre su política editorial se contempló defender la venta de La Mesilla justificando la necesidad de salvar al resto del país del peligroso vecino del norte. Situaciones como esa le delegaron un rechazo popular entre los lectores. La última campaña de este rotativo consistió en desmentir los rumores de la huída de Santa Anna en 1855 y con ello el fin de la dictadura.
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Este antecedente decimonónico es el claro ejemplo de la prensa aliada al gobierno que durante los gobiernos del PRI existió en México, uno de ellos fue el Novedades, rotativo que literalmente prestaba su espacio a las órdenes del presidente en turno, es decir, servía para legitimar sus acciones, en la primera parte del capítulo IV haremos referencia a este periodismo “sobre todo [de] las bondades que tuvo hacia los gobiernos, con el sistema todo” (Rodríguez, 2007:101). De esta manera comenzaremos a analizar las características que definieron a este periodo en la sociedad mexicana y el papel que las distintas publicaciones ocuparon en ella. El México de mediados de siglo XIX estaba dominado por 4 grupos que aquí se definen como: el poder, la prensa, las élites y los partidos. En conjunto controlaban los asuntos nacionales. Esta sociedad política la ubicamos desde la última dictadura de Santa Anna, hasta el asesinato de Melchor Ocampo. Era común en esta sociedad que: el público y la prensa se unieron para derrotar a un gobierno; que existió una unión del gobierno y la prensa para engañar al pueblo; y hubo un enlace entre el público y el gobierno para destruir a un periódico. La Revolución liberal se gesta y procrea la Reforma gracias al regreso de prohombres del liberalismo que maduraron sus ideas reformistas en el exilio impuesto por la dictadura. El movimiento de la Reforma es una continuidad del pensamiento insurgente, pero en otro momento, en un México joven y ya independiente. Los ideales de libertad de expresión permitieron un caso particular, gran parte de los personajes que ostentaron un cargo público también fueron periodistas. El 12 de agosto de 1855, Francisco Zarco publica en El Siglo XIX un editorial que habla del inicio de una nueva era. Al final de ese año, Ignacio Cumplido lanza El Republicano que estaba destinado a difundir las ideas de las teorías liberales en los estratos inferiores de la población. Poco después resurge El Monitor Republicano dirigido por Florencio María del Castillo.
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Durante el periodo de 1853 a 1861, Mc Gowan menciona seis actitudes del poder hacia la prensa: 1) 1853‐1855: Decreto de imprenta Lares. Estricto control de la prensa. En provincia se extinguieron las publicaciones liberales. Presidente Santa Anna. 2) Agosto 1855‐diciembre de 1855: Absoluta libertad de prensa. Presidente Juan Álvarez. 3) Diciembre de 1855‐diciembre de 1857: Hubo cierto control y una relativa libertad de prensa. Presidente Ignacio Comonfort. 4) 1858‐diciembre de 1860: Estricto control de prensa. El poder conservador se establece en la Ciudad de México. Presidentes Alternativos: Félix Zuloaga y Miguel Miramón. 5) 1858‐1860: Amplia libertad de prensa. Presidente Benito Juárez. 6) Enero de 1861: Nuevo reglamento de imprenta. Francisco Zarco lo suscribe. Permanece vigente hasta el asesinato de Melchor Ocampo. En esta época existió una libertad de prensa real y plena únicamente durante la presidencia de Juan Álvarez. En el resto “se vio bastante maltratada” . “La prensa tenía, en general, que opinar a favor del gobierno o guardar silencio y, a veces, desaparecer por orden superior” (Mc Gowan, 1978:20). La consigna de la prensa de oposición fue esperar la caída de un gobierno para poder hablar libremente. Y en el momento de transición entre cada nuevo mandato existió una amplia libertad de prensa debido al vacío de autoridad que se producía. La libertad de prensa fue directamente proporcional a la seguridad del gobierno. A mayor seguridad del gobierno, mayor libertad de prensa. Un ejemplo (de la gran variedad que hubo) fue El Siglo XIX, luego de caer la dictadura impuesta por Santa Anna, ya en la época liberal vuelve a editarse. En ese entonces la Constitución de 1857 es alabada por el lado de los reformistas; mientras que los conservadores la denominan anticatólica, con tendencia a un fanatismo constitucional y demagógica.
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Periódicos como El Movimiento, en el año de 1860 dirigido por Gabino F. Bustamante introdujeron la tesis de que la Carta Magna recién aprobada era ya inoperante por lo cual proponía una convención para redactar una nueva Constitución. La posición conservadora sobre la Reforma fue de franca oposición y consideraban que la nueva Constitución era la que había realmente dividido al país, historia similar pero en otro momento a su antecesora de 1824. Dicho postulado permeó a otras publicaciones como lo fueron El Heraldo y El Monitor Republicano. En contra de estas ideas surge El Constitucional quien las relacionaba con el supuesto de un golpe de estado de Comonfort. En 1860 La prensa, periódico con tendencia conservadora nace para defender los bienes eclesiásticos. El periodismo en la Reforma le dio mayor importancia a la interpretación de las noticias (editoriales). De esta manera se consagró a las publicaciones como órganos de orientación y de combate. Desde la dictadura de Santa Anna se instaura una primera prensa oficial, la cual funge más como una máquina de propaganda con el expreso fin de mantener al gobernante en el poder, que como un medio informativo. Una nueva crisis política estaba por venir debido a la precaria situación de la nueva administración juarista lo que devino en el decreto de la suspensión de pagos de la deuda extranjera, este hecho abre un breve lapso en el cual existió la prensa antiintervencionista y a su rival, la prensa a favor del imperio y de la intervención. La situación anterior de un nuevo enfrentamiento entre las principales facciones políticas en México provino de las leyes de la Reforma que significaban una victoria para una visión federalista y era una derrota para los conservadores, quienes, sin poder mirar a otro lado más que para Europa, optaron por la idea del intervencionismo como medida para contrarrestar los avances que el juarismo y la Reforma estaban logrando en México, todo esto producto de los tratados binacionales Maclane‐Ocampo y Corwin‐Doblado firmados por el gobierno de Juárez.
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Durante el mandato de Benito Juárez la libertad de imprenta gozó de legalidad y la prensa tuvo como característica una férrea vigilancia del gobierno y de sus movimientos, sin embargo los conservadores, ofendidos por las leyes de la Reforma planeaban la manera de reinstalar los antiguos privilegios que solían tener, mientras que los liberales se mantenían firmes en continuar con una concepción vanguardista de la ley, aunque al pueblo de México eso no le interesara mucho como consecuencia de constantes crisis políticas, económicas y sociales. Del lado conservador, se ejerció una considerable influencia al ejecutar una visión pragmática y un concepto de unidad al poder. Al final del gobierno de Juárez, la presión ejercida por los conservadores en contra de la Constitución de 1857 generaría la discordia para que de facto quedara inoperante. Se limitó la libertad del individuo y se centralizó el poder con el fin de acrecentar la fuerza de una sola fracción en claro perjuicio del resto. En pocas palabras, se institucionalizó la violación de la Carta Magna hasta inutilizarla de facto y engendrar la próxima dictadura, la de Porfirio Díaz. ¿A qué se enfrentaron los liberales? El concepto conservador de unidad de poder propuso: un ejecutivo fuerte, un sistema centralista, democracia = demagogia, elecciones, un engaño. En el siguiente capítulo hablaré acerca de la corrupción en la transición mexicana, básicamente cómo es que surgió en los gobiernos del sistema político priísta. Lo anterior explica una característica del México en el siglo XIX: por más insurgente, reformista, revolucionaria, liberal y federalista que haya sido la nación en un momento dado, siempre regresó a lo tradicional y conservador, situación que a continuación explicaré y que es una época mejor conocida como El Porfiriato, que gobernó por medio de una dictadura y que duró más de 30 años, así concluye el siglo XIX, con una prensa siempre participativa y hegemónica.
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1.4 La prensa en el Porfiriato “Abierta o de manera subrepticia el gobierno sostenía una red de periodistas y periódicos fieles que creció conforme el Porfiriato necesitó mayores respaldos”. (Pineda y del Palacio, 2003:249)
Después de la muerte de Juárez, Porfirio Díaz aspiraba a la presidencia de la república, misma que conquistó para el periodo de 1876‐1880 con el Partido Militar que él dirigía. Nueve años antes, en 1867, Díaz compitió sin éxito por la silla presidencial luego de que rechazó el cargo que quiso darle Juárez, El Ministerio de Guerra. Con espíritu de violencia, el nuevo presidente se hizo del poder, lo que generó una vigorosa corriente oposicionista que desembocó en numerosas conspiraciones y rebeliones armadas de generales inconformes con la actitud del nuevo mandatario, quien las reprimió. Aunque ése no sería el problema de Díaz pues si alguien fue el aguafiestas de su gobierno, fue la prensa… los periodistas, un obstáculo de vigilancia informativa para una administración con tendencias dictatoriales, lo que condujo a una enemistad profunda entre los periodistas y los funcionarios de su administración. “El legado que en materia de prensa recibió el general Díaz de sus dos antecesores inmediatos en el poder, fue un periodismo de oposición vigilante y extraordinariamente combativo” (Reed y Ruiz, 2007:229). El periodismo de combate se ejerció con una libertad casi irrestricta durante el mandato de Díaz, quien posteriormente aplicó un antídoto para la prensa oposicionista, la prensa subvencionada por el Estado. Dicha circunstancia es un ejemplo de la hipótesis: “a mayor seguridad de un gobierno, mayor libertad de prensa” (Mc Gowan, 1978:20). En el caso de un gobierno autoritario y virulento como el de Díaz era más que evidente que ni era una administración con seguridad (se impuso por medio de la fuerza) ni mucho menos permitiría la libertad de prensa (su piedra en el zapato).
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Como todo un demasiado buen político, Porfirio consideró la eficacia del método subvencionista: aumentó las subvenciones a los periodistas “oficiosos” y favoreció con empleo y canonjías a redactores, mientras que en torno a estos organizaba un vacío oficial que contrarrestara a los periodistas combativos. Fue un vicio que comenzó en los albores de la guerra de Reforma y benefició a la dictadura de forma descarada debido a la burocratización de los profesionales. En la parte final de esta investigación veremos un punto que habla de las partidas especiales para sueldos de periodistas y dueños de medios durante los sexenios de Díaz Ordaz y Echeverría. Con el método en marcha, estos burócratas con facha de periodistas proclamaban su objetivo específico: colaborar con el gobierno en su labor de regeneración y alejar del pueblo toda idea revolucionaria… y también abstenerse de atacar a la figura presidencial y a su administración. La modificación a los artículos 6º y 7º constitucionales efectuada en 1883 implicó el hecho de que un periodista podía ser detenido por publicar información incómoda para el gobierno. Cuando el cuñado de Díaz, el general Manuel González estuvo al frente del ejecutivo se implementaron medidas más restrictivas: se podía confiscar imprentas y útiles de trabajo ya que (literalmente según esta ley) eran los instrumentos del delito. Si la Ley Lares (impuesta en la anterior dictadura) reventó la relación entre prensa y poder, esta nueva disposición la minó de por vida, fue una abrupta declaración de guerra y tuvo consecuencias inmediatas: la oposición se extremó y devino en radical y contundentemente combativa. Mas, como ejemplo lúcido de la prensa antiporfirista ubicamos a Filomeno Mata quien creó El Diario del Hogar en septiembre de 1881 y que en plena oposición editorial a la administración de Porfirio se volvió famoso por ser objeto de persecuciones del gobierno. Su periódico se editó hasta 1912, ya estallada la Revolución. En el año de 1885 ya se desmembraba el control total ostentado por la dictadura, los liberales tuxtepecanos rompen con él y se unen al bando de los oposicionistas. Es en ese
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año que surge El Hijo del Ahuizote, semanario ilustrado creado por Daniel Cabrera y al cual le dedicaremos una sección especial, por su influencia e importancia en la sociedad mexicana. La transición política mexicana en la segunda parte del Porfiriato significó una lucha insalvable del gobierno contra la prensa, pese a las medidas restrictivas que la dictadura impuso a la libertad de prensa, ésta siempre halló una forma de resistirse al poder, lo que era un potente detonador de tensiones en su relación, el semanario de Cabrera fue protagonista, junto a Regeneración en la denuncia de los abusos de poder del régimen porfirista, en este punto es elemental el concepto de poder que más adelante veremos. Ireneo Paz, fundó La Patria en 1887, fue el estandarte de la prensa oficiosa, su lema fue: “Industria. Paz. Progreso.”. Otro ejemplos fueron La Libertad, fundado en 1878 por Telésforo García y que existiría hasta 1900, y El Universal creado por Rafael reyes Espíndola en 1888 y que después pasó a manos de Ramón Prida quien convirtió al periódico en el órgano oficial de llamado “partido científico”. La situación entre la prensa de combate y el gobierno era un divorcio a muerte, manifestaban su desprecio uno del otro de manera evidente. Para ilustrar este relación basta mencionar al periódico El correo del Lunes de Adolfo Carrillo, cuya función era minar el prestigio del gobierno, existió de 1882 a 1885… y fue tal la confrontación que Carillo, editor del rotativo, terminó en el exilio. Es durante este periodo que surge el periódico visto como una empresa, momento en que se popularizaba este medio y se fomentaba su uso en la sociedad. En 1885, al igual que surgían influyentes publicaciones como El Hijo del Ahuizote, el gobierno fortalece sus filas y nace El Partido Liberal, fundado por José Vicente Villada (un periódico aliado de la dictadura). En 1888 la prensa subvencionada en cifras representaba un gasto al erario de un millón de pesos al año, costo similar a la dieta de los 248 diputados, 56 senadores federales y 27 legisladores locales de ese momento. En la capital existían 30 periódicos a los que se destinaban 40 mil pesos mensuales por parte del gobierno; en el interior de la república se
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contabilizaron 27, cifras que fueron publicadas el 24 de junio de ese año en el semanario de Daniel Cabrera. Si la dictadura de Díaz dedicaba un monto equivalente a la manutención del Congreso de la Unión en ese momento, los gobiernos del PRI harían algo más, instaurarían Premios y gratificaciones oficiales a periodistas, pero con una característica, el jurado era impuesto desde gobernación. Eso lo analizaremos en el capítulo 4. Esta prensa burocratizada se dedicó a sostener el oficialismo cuyos intereses representaron a la oligarquía porfirista: la burguesía, el clero y los representantes del capital extranjero. Se proclamó la paz (a costa de la represión oficial) y se satanizó cualquier tendencia revolucionaria. Por otro lado en la última década del siglo XIX, sectores cultos de la clase obrera fundaron sus propios periódicos, así como grupos de periodistas independientes, entre estas publicaciones encontramos a El demócrata, El 93, La Metralla, El Día, El Mosquito y La Oposición. Lo anterior era causa de la deserción de viejos periodistas ya conocidos que decidían dejar el oficio o bien, optaban por la redención ante el gobierno. Los únicos que se mantuvieron firme y a la cabeza fueron Filomeno Mata, Paulino Martínez y Cabrera. Los redactores de dichos rotativos antiporfiristas fueron aprendidos y las imprentas clausuradas en abril de 1893. Al salir de la cárcel “muchos de los brillantes oposicionistas del memorable año de 93 […] aceptan empleos y recompensas del gobierno a cambio de silencio o de su apoyo” (Reed y Ruiz, 2007:242). En 1896 Rafael Reyes Spíndola fundó El Imparcial un prototipo de la nueva prensa, industrializada y protegida por el gobierno. Su carácter fue de un amarillismo informativo, en sus contenidos predominaba la noticia, se redujeron los editoriales (muy comunes en ese momento), y esta publicación inicio la era de los grandes tirajes. Ya se acercaban los tiempos en los que el boomerang liberal provocado por la dictadura de Porfirio Díaz regresaba ahora con el poder de un nuevo orden social y como ejemplo tenemos al “vocero mejor orientado de todos los órganos periodísticos de la época […]
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llevaba gritos de rebeldía e impulsos de revolución social, política, económica y religiosa”: Regeneración. (Caloca, 2003:157) Ya en la primera década del siglo XX el espíritu de las Leyes de Reforma cobraba vida otra vez y las ideas liberales se propagaban y se organizaba a la sociedad para un cambio. Más adelante se hablará lo pertinente a su propio legado.“La Confederación de Clubes Liberales, formada en San Luis Potosí en 1901, alentó la aparición del semanario Regeneración” (Reed y Ruiz, 2007:243). Camilo Arriaga encabezó el movimiento liberal en ese entonces. La labor periodística de la prensa combativa fue elemental durante el régimen de Díaz, su misión fue dar los pormenores que desde su administración pretendían empoderar a un ínfimo grupo de oligarcas, de inversionistas extranjeros y de políticos que tenían al país en extremas medidas represivas, en una situación miserable y cuyo objetivo no era gobernar sino mantener sus privilegios. El Hijo del Ahuizote resalta durante esta época y se erige como una publicación que a pesar de persecuciones, encarcelaciones a sus redactores e incautación de talleres e imprentas, sagazmente persistió con el fin de informar a la sociedad, por lo que es el tema a seguir. 1.5 El Hijo del Ahuizote “…y me quedaba horas mirándolos, observando […] sus oscuros movimientos. Ahora soy un axolotl” . Julio Cortázar
Para comprender la vida intelectual del México prerevolucionario, es fundamental recurrir a El Hijo del Ahuizote, una publicación de una imbatible oposición a Díaz, un semanario central de la prensa en México la cual nos remite a un constante discurrir de opiniones en las que la información ha ido hablando de distintos intereses, de cómo legitimarse por medio de los periódicos. Fue una publicación distinguida, activa y puntual en registrar la dinámica intelectual de aquella república porfirista.
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“Falta un profundo estudio sociopolítico de la publicación que nos dé cuenta de la complejidad de las relaciones que se dieron en el mundo político y en las esferas intelectuales del Porfiriato para ubicar el papel del grupo que dio vida a El Hijo del Ahuizote durante tanto tiempo” (Pineda y del Palacio, 2003:263). Creada por Daniel Cabrera a sus escasos 27 años, de origen poblano, un 23 de agosto de 1885. Su primer número contó con un tiraje de 4 mil ejemplares, llegaron a imprimirse hasta 6 mil y en tiempos de persecución se redujo a 3 mil. Para comprender el significado del nombre empleado en este semanario tenemos que el octavo rey mexica, sanguinario y cruel, se llamó Ahuizotl; también se le conoce así a un animal de agua mexicana, el ajolote; así mismo, un “ahuizote” es una persona que molesta y fatiga continuamente y con exceso. Es singularmente el apelativo de una figura mexicana, retomada para un semanario crítico y mordaz, o como lo definiría Fernández de Lizardi en El Periquillo Sarniento: Ahuizotl, cierto animalejo de agua como perrillo, o animal de mal agüero “…designación que embona bien con los objetivos y prácticas de la publicación” (Caloca, 2003:246). Fue “El Hijo…” porque anteriormente había existido un periódico que se llamó El Ahuizote en 1874, creado por el general Vicente Riva Palacio. Dicho rotativo fue un feroz crítico del gobierno de Sebastian Lerdo de Tejada. Su contenido incluía información sobre el orbe, además se distribuía en algunos países de Latinoamérica, como Cuba, Colombia o Argentina. El origen de este periódico no fue obra de la casualidad, Daniel Cabrera, para contrarrestar los claros indicios dictatoriales y caudillistas, lanzó el semanario. Se funda en un momento de reformas antipopulares, como las de Manuel González, compadre de Díaz, quien modificó los artículos sexto y séptimo de la Constitución con el objetivo de considerar delito a los “excesos” de los periodistas.
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En esta tesitura, El Hijo del Ahuizote estableció desde un principio sus valores: la defensa de las ideas liberales, una oposición virulenta al releccionismo del régimen y un manifiesto rechazo al clericalismo y a los españoles. La administración de Díaz además de incautar imprentas tenía la disposición de corromper a la prensa, periódicos que en otro momento fueron de oposición, como el caso de los católicos La Voz de México y El Tiempo, no dudaron en apoyar al régimen en compensación por los favores del gobierno. “La tarea de sobrevivir era ardua en un México plagado de publicaciones afectas al gobierno que dejaban un margen de acción bastante pequeño para el quehacer de la oposición” (Pineda y del Palacio, 2003:249). Con tal situación, la prensa aliada y combativa no tardó en disminuir, sólo el Diario del Hogar de Filomeno Mata era una versión prevaleciente con el peso suficiente para ser guía de la opinión pública no corrompida por el régimen. Al ser del ala liberal y vivir bajo un mandato que hacía trizas los postulados de la Reforma, eran conscientes de que una soberanía ciudadana y republicana se lograría mediante actitud crítica, libre y de lucha. Cabrera veía con desprecio al clero y no fue extraño ver en su publicación un desmenuzamiento y descrédito áspero respecto a la prensa católica y sus postulados. Daniel Cabrera nacido en Zacatlán, Puebla en 1858, falleció en Tomatlán en ese mismo estado, en 1914. Fue un periodista e intelectual que reflejó una visión analítica y sumamente irónica de los acontecimientos políticos de México, fue heredero de una cosmovisión liberal pura, despreciaba la influencia española por una tendencia mexicana al tutelaje exterior y en especial, al ibérico, y criticaba arduamente la ingerencia del clero en los asuntos gubernamentales, señalaba a la prensa oficialista como no profesional y consideró que la función del ejercicio periodístico era de informar y analizar los sucesos que repercutían en el orden social. Como ejemplo de los señalamientos a la prensa subvencionada que hizo Cabrera desde El Hijo del Ahuizote resalta un conflicto con un periodista que originalmente había sido crítico
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del régimen porfirista y que tras recibir el apoyo de Díaz, este subvencionado personaje, conformó la Prensa Asociada de la Ciudad de México (inaugurada por Porfirio Díaz), hablo de Ireneo Paz, director de La Patria. Daniel Cabrera redactó un reto público en las páginas de su semanario en los que pedía a los periodistas de La Patria que exhibieran sus papeles que los acreditaban como profesionistas, al considerarlos sumisos, no objetivos y a sabiendas pagados por el mismo gobierno. Irenio Paz (abuelo de Octavio Paz) se negó al reto al considerarlo difamatorio y en consecuencia ambos periódicos dedicaron durante meses un constante ataque mutuo en los que el uno al otro se llamaban “Doña Daniela” y “Doña Irenia”. El contenido de dichos artículos por parte de Cabrera se enfocaba en la visión apegada al oficialismo por parte de Paz respecto a la situación prevaleciente en México y a su conformismo crítico, cabe recordar que el lema del periódico que dirigía Paz era “Industria. Paz. Progreso.”, casi similar a la doctrina del Porfiriato que fue “Libertad, Orden y Progreso”. En la segunda mitad de 1902, El hijo del Ahuizote se reformularía debido a una mayor participación y dirección de la empresa periodística por parte de Ricardo Flores Magón, crítico acérrimo de la dictadura, quien tomaría el control de la publicación con un objetivo particular: “preparar el terreno ideológico para la gesta revolucionaria de 1910, de ahí que concentrara sus esfuerzos en demostrar la anacronía de la dictadura porfirista y la necesidad de un cambio real por el camino de la violencia” (Pineda y del Palacio, 2003:263). Las constantes revueltas motivadas por la decadencia de la dictadura motivarían a los hermanos Flores Magón a crear una nueva publicación de la cual hablaré en seguida y que fue una instancia determinante en “la conquista de la hegemonía por parte del proletariado” (Ramos, 1980:134): Regeneración.
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1.6 Regeneración “La rebeldía es la vida: la sumisión es la muerte”. Ricardo Flores MagóN
Otra de las publicaciones de mayor influencia en la historia de la prensa mexicana fue sin duda Regeneración, periódico editado por los hermanos Ricardo y Jesús Flores Magón, y un semanario que reflejó las condiciones en el periodo inmediato anterior a la Revolución Mexicana. Tuvo una vida muy participativa en la escena nacional y en algunas ocasiones interrumpió su distribución en los 18 años de existencia (1900‐1918). Fue un órgano oficial del Partido Liberal Mexicano desde 1905 y su primer número se editó el 7 de agosto de 1900. Era un semanario. Si bien el fin último de esta tesis no es ahondar en una publicación en especial, cabe mencionar que Regeneración representa un hito en la prensa nacional y fue un instrumento insurrecto creado para confrontar la opresión de un régimen entreguista, arbitrario y en extremo explotador. Este periódico subversivo nació en la última década del Porfiriato, momento de la dictadura en el cual las contradicciones de clase se agudizaban a tal grado que se iba gestando una crisis social como la que dio origen a la independencia, pero ahora con un país soberano. La vida del semanario inicia dentro de una crisis orgánica, in crescendo y una oligarquía en el poder que había acabado de forma autoritaria con los mínimos preceptos de libertad, con las ideas de la Reforma y usurpaba el poder mismo a costa de un pueblo oprimido. El lema de los primeros números fue: “Contra la mala administración de la justicia”, el objetivo fue transmitir los procedimientos ilegales del gobierno; meses después, en diciembre de 1900 se renombró: “Periódico independiente de combate”.
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La respuesta por parte del gobierno porfirista fue no sólo la clausura inmediata, sino, el encarcelamiento, aunque desde la celda escribieron artículos para sus periódicos hermanos: El Hijo del Ahuizote y El Colmillo Público. Los primeros años del nuevo siglo reflejaban una situación de ingobernabilidad y limitantes al ejercicio periodístico al grado de tener que exiliarse en los Estados Unidos para poder seguir ejerciendo la libertad de expresión, pues en el México de aquellos años todo comentario desaprobatorio al régimen de Díaz terminaba siendo motivo de cárcel y de incautación de talleres e imprenta. En julio de 1902, Ricardo Flores Magón asume la dirección de El Hijo del Ahuizote y contaba con el caricaturista Jesús Martínez Carrión. El contenido manifestaba un rechazo a la sexta reelección de Díaz, sin embargo, la policía no tardó en hacerles una visita a sus oficinas para confiscarlas y a los miembros de ese periódico los llevaron presos a la cárcel de Santiago Tlatelolco. Quedaron en libertad en enero del siguiente año. En 1903, previo a las elecciones presidenciales del 1904, el club Redención que editaba al Excélsior publicó un manifiesto en El Hijo del Ahuizote en el cual invitaba a todos los liberales a postular un candidato afín para competir contra Porfirio Díaz y aseguraba que de seguir gobernando este déspota personaje, la única alternativa sería la violenta guerra civil. La opresión no tardó en llegar y el 16 de abril de 1903 la policía invadió las oficinas de esa publicación y confiscó todo el equipo, fueron arrestados los hermanos Flores Magón, Juan Sarabia, Alfonso Cravioto y Santiago de la Hoz; se les acuso de “ultrajes a funcionarios públicos en ejercicio de sus funciones”. “Y para que no quedase ninguna duda acerca de sus intenciones de terminar de una vez por todas con la prensa de oposición, el gobierno expidió un decreto, con fecha 9 de junio de 1903, en el que prohibía la publicación de cualquier información o artículo escrito por los periodistas de El Hijo del Ahuizote, que hubieran sido encarcelados el 16 de abril” (Ramos, 1980: 100). Al ser liberados, la mayoría de estos periodistas optan por el exilio a los Estados Unidos a finales de 1903. Un año más tarde, en noviembre de 1904, con un préstamo de Francisco I.
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Madero y fondos recolectados por El Colmillo Público, salió el primer número de Regeneración en el exilio, impreso en la ciudad de San Antonio, Texas. La situación social en México se dirigía a un punto rojo y ya se empezaban a dar brotes de insurrección a partir de 1906. En consecuencia, todo opositor al gobierno sufrió de una persecución encarnizada: “La represión se ensañó sobre todo con quienes utilizaron la palabra escrita, la pluma, para concientizar al pueblo de sus derechos legítimos” (Ramos, 1980:105). Respecto a la prensa mediados de 1970, existió un caso similar, en El caso Excélsior daremos los pormenores. Luego de las huelgas de Cananea y Río Blanco en 1906, un año después, en agosto de 1907, Ricardo Flores Magón es encarcelado y permanecería tras las rejas hasta septiembre de 1910. Previamente Ricardo, junto con su hermano fueron a dar a la cárcel de Belem por haber criticado y denunciado en las páginas de Regeneración la represión por parte de la dictadura al Club Liberal de Lampazos, Nuevo León, el 21 de mayo de 1901, una de muchas ocasiones. Ante estos embates dictatoriales y abiertamente opresivos, la prensa de oposición jugó un papel de vital importancia: además de ser un vehículo que difundía la línea política‐ ideológica del Partido Liberal Mexicano, permitió la sobrevivencia de Regeneración. Ante irrupciones contra la imprenta, embargos o encarcelamientos, se hacían colectas y campañas políticas para que regresara a la circulación. “…Para que sea la prensa vigorosa e invencible que se impone a los tiranos y redime a los pueblos es preciso ante todo, que la solidaridad una estrechamente a todos los periodistas” (Ramos, 1980: 16) Y un ejemplo en tiempos de crisis orgánica es el siguiente: Regeneración en conjunto con los periódicos de oposición formaron una red de contrabando político a lo largo de la frontera entre México y Estados Unidos, y los trabajadores ferrocarrileros dentro de México. De esta manera el objetivo fue claro, ser faro de las ideas liberales. Los exiliados mediante esta red enviaban a México miles de copias de Regeneración. En septiembre de 1905 la distribución de Regeneración aumentó de 11 mil a 20 mil ejemplares y en 1906, a 30 mil.
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En 1908 la prensa crítica, no subvencionada por el gobierno, de oposición se encontraba casi extinta, lo mismo sucedía con los clubes liberales, los cuales sólo sobrevivían en la clandestinidad. En mayo de ese año el club Tierra, Igualdad y Trabajo fundó su órgano de difusión Tierra y Trabajo con oficinas en Los Ángeles. El autor de la mayoría de los artículos de ese periódico era Ricardo Flores Magón, los hacía al salir de la cárcel y los publicaba con seudónimos “En septiembre de 1910 reaparecería nuevamente Regeneración. En su primer número anunciaba la Revolución que se iniciaría el 20 de noviembre de 1910” (Ramos, 1980:18). De esta publicación se desprende la siguiente historia, devela el objetivo de ilustrar amplios sectores de la sociedad y deja claro cómo es que un periódico es un elemento indispensable para cambiar la forma de concebir la realidad. El 1º de octubre de 1910, a escasos días que estallara la Revolución Mexicana, Ricardo Flores Magón publicó en Regeneración el artículo “Tierra”, del que reproduzco el principio y final: “Millones de seres humanos dirigen en estos momentos al cielo su triste mirada, con la esperanza de encontrar más allá de las estrellas que alcanzan a ver, ese algo que es el todo porque constituye el fin […] ese algo es la felicidad […] La tierra forma parte del cielo, la humanidad por lo mismo está en el cielo… la tierra es de todos” y concluye: “Sed fuertes vosotros, sed fuertes todos y ricos haciéndonos dueños de la tierra; pero para eso necesitáis el fusil; compradlo, pedidlo prestado en último caso, y lanzaos a la lucha gritando con todas vuestras fuerzas: ¡Tierra y Libertad!” La historia a la que me refiero es la de un profesor de nombre Otilio Eduardo Montaño quien se enroló en el ejército zapatista, y posiblemente fue él quien le habrá hecho llegar los pensamientos del periódico Regeneración y de los hermanos Flores Magón a Emiliano Zapata. Posiblemente por las ideas difundidas y el objetivo de concientizar a la sociedad que tenía ese periódico, es que el caudillo del Sur haya retomado para su lucha armada una frase del anarquista y periodista Ricardo, que leyó un maestro y que se lo hizo saber al revolucionario: ¡Tierra y Libertad!
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El profesor Montaño, fue un morelense de origen humilde, originario de Villa de Ayala. Nació un 13 de diciembre de 1877, estudió en la primaria Guillermo Prieto en Cuautla y fue alumno del maestro Celso Hormigo. Al finalizar su primaria, se dedicó a la docencia en una primaria de Tepalcingo, posteriormente fue director de la Escuela de Villa de Ayala. Tiempo después sería promovido a otra escuela en Yautepec, donde conoció Amador Salazar, quien era sobrino de doña Cleofas Salazar, madre de Emiliano Zapata. A grandes rasgos podemos observar lo determinante que fue este medio impreso en la organización y difusión de ideas para la sociedad mexicana de ese momento, además de demostrar una concepción avanzada de la prensa como un elemento ideológico de vital importancia en la propagación de ideas que impregnan todas las capas de una sociedad. Lo que siguió fue la prensa en un periodo en el que ya no existiría el dictador Díaz y el estallido de una crisis político‐social que aglutinaría a todos los estratos de la sociedad en el gobierno constitucional de Francisco I. Madero que determinaría la vuelta temporal a la libertad irrestricta de expresión. Con ello se buscó sofocar el clima de inconformidad que prevalecía entre el bando de los revolucionarios y los miembros del viejo régimen, tema del cual se hablará en el siguiente punto y del cual se anticipa un periodo opaco para la prensa de oposición, prevalece una prensa sumisa y contrarevolucionaria. 1.7 La prensa en la Revolución Durante más de 30 años de dictadura porfirista la prensa coexistió con un gobierno poco amigable y que conforme pasaban los años se llevó a un amordazamiento insostenible tal que al concluir la primera década del nuevo siglo, cayó el régimen dictatorial y la prensa gozó nuevamente de libertad de expresión… misma que se convirtió en libertinaje. Una mordaza es un instrumento que se pone en la boca para impedir el hablar, situación que puede definir lo que en términos de libertad de expresión sucedió durante el mandato del general Díaz.
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Francisco I. Madero al asumir la presidencia, luego de una lucha por la democracia, permitió una libertad de prensa irrestricta que se volvió poco después contra él mismo. Por su parte, Victoriano Huerta recurrió a la censura para acallar las demandas de democracia, libertad y tierras. En este punto, cabe destacar una diferencia entre gobernantes, Luis Echeverría, consciente del poder y de la ayuda al gobierno que resultaba de una buena relación con los medios, basó su estilo de gobernar en el control informativo, ver capítulo 4. En este periodo, ya iniciada la Revolución eran varios los periódicos que cooperaban al rápido desprestigio del movimiento revolucionario y sus hombres, algunas de estas publicaciones contrarrevolucionarias fueron El Imparcial, El País y La Nación. La apertura informativa con total libertad y a posteriori de una dictadura militar fue una de las imprevisiones que en mayor grado contribuyeron a la desgracia del presidente Madero, pues permitió que miembros del antiguo régimen se reorganizaran y desde distintas publicaciones arremetieran contra su gobierno y contra la Revolución. El mapa periodístico en la gresca quedó comandada por tres grupos: a) la prensa reaccionaria, por los antiguos porfiristas; b) la nueva prensa, por la alta burocracia; y c) publicaciones clericales que asumieron una postura de oposición sistemática al gobierno constitucional de Madero, que en conjunto y en forma delictuosa e impune mantuvieron un ataque constante hasta lograr una cierta degradación moral del movimiento. Así podemos nombrar a El Imparcial que fue dirigido por Rafael Reyes Espíndola y a La tribuna, por Nemesio García Naranjo y José Luis Velasco. El escenario periodístico era el reflejo directo de las pugnas entre los ideólogos de la lucha, estos dos periódicos representaban el lado conservador de esa breve época. El periodo histórico en cuestión marcó la pauta para una transición hacia una nueva era, aunque distaría mucho de lo que la Revolución pretendía, que el punto básico al que me quiero dirigir es este momento de vacío sin límites que se formó al final de la dictadura y propagó una libertad extremosa en la prensa, además que la caricatura satírica se popularizó como instrumento principal de información y adoctrinamiento.
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Por otro lado, la prensa que durante tantos años combatió al antiguo régimen ahora quedaba representada por El Diario del Hogar, cuyo fundador Filomeno Mata falleció en mayo de 1911 y ahora quedaba al mando de Juan Sarabia y Luis G. Mata. Regeneración reaparece ese mismo año bajo la tutela de Jesús Flores Magón; así mismo, luego de salir de prisión, Alfonso Barrera vuelve a editar el periódico Redención. La misión de la prensa crítica fue combatir la permanencia de hombres que provinieran del gobierno porfirista. Para el periodismo reaccionario el empleo de la sátira impregnada sobre todo en la caricatura, fue el instrumento más eficaz de la lucha; a través del dibujo se podía aleccionar a los grupos populares en su mayoría analfabetas cuyo papel había sido decisivo en el triunfo de Madero. Por medio de la caricatura se trataba de alentar el descontento popular provocando la burla y el descrédito…. Por lo tanto haciendo un uso faccioso de la información a estratos sociales literalmente ignorantes, mismos que representaban una parte mayoritaria de la población. Con este acto el tipo de prensa ya conocido y del que hemos abarcado anteriormente, no tuvo mayor trascendencia. La Revolución perdió terreno al paso que cobraron fuerza los antiguos órganos porfiristas y los nuevos periódicos antirrevolucionarios. Los periódicos El Imparcial y El país, eran la voz escrita del Partido Católico Nacional, presidido por Gabriel Fernández Somellera, aunque dicha agrupación política contaba con su propio órgano de difusión: La Nación. La prensa reaccionaria se caracterizó por una feroz crítica al maderismo, generaron encono en la población y un efecto devastador, ejemplos de este tipo son los semanario La Risa, Multicolor, Frivolidades, Ypiranga, TilínTilín, La Sátira, y el bisemanario Actualidades, el cual alcanzó un tiraje de 20 mil ejemplares y fue una de las publicaciones que más hizo por derrocar a Madero. Al ser asesinado el presidente Madero y su Vicepresidente José María Pino Suárez, con Huerta en el poder se cierra la corta pero particular libertad de expresión lograda durante el periodo revolucionario y la prensa divide sus falanges en tres brigadas:
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1) La prensa de la metrópoli y de las poblaciones importantes en poder del régimen, además de los ya mencionados semanarios y periódicos, ubicamos en este grupo a El Noticioso, El Diario y El Independiente. 2) Los periódicos editados por mexicanos en el extranjero con el objetivo de dividir a los revolucionarios. Solían hacerse pasar por un tipo de prensa independiente y antihuertista. 3) La prensa extranjera que solía alquilar sus columnas a los antirrevolucionarios mexicanos como The Mexican Herald. El periódico oficialista del gobierno de Huerta fue El Noticioso Mexicano, tenía dos ediciones diarias y fue dirigido por Samuel G. Ávila y Ángel T. Montalvo. Entre las dos ediciones tenía un tiraje de 48 mil ejemplares diarios. Su misión fue “la pacificación”, pretendían conseguir el reconocimiento y la consolidación del gobierno, y destruir al zapatismo. Al caer Victoriano Huerta, son los constitucionalistas, grupo que tomó el poder y que pertenecían a la facción de Venustiano Carranza, los que reorientan la política editorial de la prensa en México. Se pretendió unificar los ideales constitucionalistas en diversas publicaciones, un ejemplo de ello son: La Prensa, dirigido por Antonio Rivera de la Torre y redactado por Félix F. Palavicini; El Mexicano, en primera instancia; posteriormente se unirían a la causa carrancista El Liberal, El Dictamen, La Opinión y El Demócrata, fundado por Rafael Martínez. En ese momento y hasta 1917, la atención se fijaría únicamente en los trabajos del Congreso Constituyente de Querétaro, un año antes surge un periódico dotado de todos los adelantos del periodismo moderno, con una fuerte influencia norteamericana y que en sus inicios fue un gran difusor de aquella Convención de la cual se generaría la Constitución Mexicana, hablo de El Universal y fue fundado por Palavicini. Este medio representaría a la larga uno de los periódicos más influyentes de México y en el siguiente apartado se hablará al respecto de este rotativo. Así, la prensa en la Revolución fue un lapsus que implicó una fuerte ebullición de amplia libertad de expresión pero que cayó en la sátira simple, burlona y facciosa.
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Fue un elemento para reorganizar a las diferentes facciones luego del movimiento armado y denostar a las causas de la Revolución por lado, por el otro, derrocar al gobierno de Madero. La prensa mexicana de principios del siglo XIX nació con un objetivo claro: informar a la sociedad, de una forma independiente, acerca de los sucesos que conformaban la realidad cotidiana, con un marcado sentido social y como una herramienta de análisis con miras a una concientización del individuo, del ciudadano. Es evidente que conforme fueron avanzando los años, desde ese primer número de El Despertador Americano, la prensa, se volvió indispensable y tiene vital relevancia esta herramienta informativa en el periodo de la Reforma cuando liberales y conservadores encabezaran los diarios que marcaron las principales tendencias ideológico‐políticas del México de principios del siglo XIX. Los avances que la cultura liberal en el desarrollo de la libertad de expresión habían permeado en la sociedad mexicana tuvieron sus periodos problemáticos y dependían del gobierno en turno y que en momentos de dictaduras (Santa Anna y Díaz) realmente las garantías individuales fueron una burla y el respeto se lo tuvo que ganar la prensa de oposición al resistir los embates, al huir de las pesquisas… al caer en la cárcel y redactar desde las celdas los textos que publicaban en sus páginas Un vicio que se fomentó desde el gobierno juarista pero que se acentuó de manera descarada en la dictadura porfirista fue la prensa subvencionada, un mal quehacer que crece en momentos de crisis políticas para sostener un gobierno, pero en detrimento del carácter social. Al final, perduró la prensa de combate y grandes personajes en su momento simples periodistas, hoy están en los libros de historia como valuartes, y que detrás de un medio exigieron justicia, rendición de cuentas, pero sobre todo: ¡Tierra y Libertad! Gracias al legado de la prensa escrita, podemos corroborar la importancia que tiene un periódico para elaboración de una nueva visión de la realidad y por ende de la instauración de un nuevo régimen. De la misma manera como Hidalgo, los hermanos Flores Magón irradiaron nuevas ideas, en su momento la Contrarevolución lo hizo en las planas de los
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periódicos que albergaban a los “científicos” y que denostaron a la prensa revolucionaria y al gobierno maderista. Por otro lado, la prensa del siglo XX tuvo una fuerte influencia norteamericana en la noticia versus el análisis o las editoriales como lo fue en la Reforma, aunque, esta forma de mayor incisión fue retomada por el Excélsior de Julio Scherer con una importancia en los reportajes en la investigación. Scherer marcó historia y de su escuela se desprenden primero dos medios, los que formaron el semanario Proceso y los que fundaron el diario Unomásuno, ambos críticos del gobierno pero uno afín al equipo de Scherer y el otro identificado con Manuel Becerra Acosta. Tiempo después, nace La Jornada, proveniente de periodistas del Unomásuno y es desde la misma iniciativa de aquellos profesionales del peridiodismo el darle un carácter directamente social, además de conformar una cooperativa como medida de autonomía y solvencia económica para poder existir sin necesidad primordial de las inserciones oficiales. Fue tanto la misma sociedad como los nuevos requerimientos en la oferta de la opinión pública las que dieron origen a publicaciones como El Financiero en los ochenta, así como el diario Reforma en los noventa. El impulso a un periodismo con prioridad en los lectores resurge en los últimos 20 años del siglo pasado como resultado de una mayor libertad pero sobre todo de una independencia respecto a una prensa oficialista. Ejemplos de esto son el periódico Machetarte, la revista Zócalo que cumplen una función en la sociedad y que son autosustentables, además de que cubren un sector, el primero, un rotativo con información que aqueja de la situación de las clases más desposeídas y la función de las políticas públicas para enfrentar esa realidad, y el segundo, una revista mensual que permite el análisis de los medios informativos, aunque pertenece a la rama de prensa marginal.
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Desde una perspectiva académica, pese a que no sólo la prensa mexicana nos puede guiar para conformar la historia nacional, es esta misma la que representa la prioridad que se le da a la ciudadanía no sólo mediante la libertad de expresión, sino de políticas públicas, del acceso a la información y al mismo tiempo, por la posibilidad de que existan periódicos independientes. Luego del estallido de la Revolución, se congregó a la élite política a que existiera una convención en torno a una nueva Carta Magna y se acordó un tinte hegemónico de tono carrancista; uno de los principales promotores fue El Universal de Palavicini, nuestro siguiente tema.
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II. LA PRENSA MODERNA MEXICANA Muchos periódicos nacían en diversas ciudades del país […] No tenían recursos para pagar agencias internacinales, por lo cual su información era básicamente local. De la Ciudad de México recibían un mensaje diario, de cincuenta a cien palabras, con tres o cuatro noticias condensadas, que luego eran con los antecedentes que tenían los directores. (Reed y Ruiz, 2007:303)
Durante la etapa de la prensa moderna destaca la creación de uno de los periódicos que a la fecha es de los principales en circulación nacional: El Universal, fundado por Félix F. Palavicini en 1916 con una fuerte influencia de la prensa norteamericana. Al año siguiente se funda otro diario que sería pieza fundamental en la vida nacional en décadas posteriores, fundado por Rafael Alducín y siguió el diseño del New York Times: El Excélsior, el periódico de la vida Nacional. Cuando Julio Scherer García toma la batuta de la dirección del Excélsior en el año de 1968, inicia una de las épocas más significantes de la labor periodística y crea una escuela que dejará legado para la historia de la prensa nacional. Durante la dirección de Scherer (1968‐1976) Excélsior se convierte en un contrapeso del poder en México, sobresale su grupo cercano de reporteros e intelectuales que le dieron un sustento crítico, reporteril y de investigación al diario. El 8 de julio de 1976 mediante una estrategia implementada por el gobierno de Echeverría, Scherer fue expulsado de la dirección, y se impuso a Regino Díaz Redondo como su sucesor. Julio Scherer y sus colaboradores cercanos abandonaron este diario luego de que se consumara el “Golpe a Excélsior”. A partir de este momento comienza un nuevo periodismo en México, en noviembre de ese año se funda el semanario Proceso dirigido por el ex director del Excélsior y que contó de inicio con los periodistas Vicente Leñero, Miguel Ángel
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Granados Chapa, Carlos Marín, entre otros. Este medio se consolida como opción a la autonomía periodística y con un ideal de periodismo crítico. Un año después se funda el diario Unomásuno, dirigido por Manuel Becerra hijo, procedente él y su grupo de colaboradores del Excélsior de Julio Scherer. Este medio revolucionó el fotoperiodismo en nuestro país y fue durante sus primeros siete años de existencia uno de los periódicos críticos más importantes de México. Al tener mayores dudas y formas de interpretar el ejercicio periodístico, parte de ese equipo de trabajo que formó el Unomásuno y que ya no se sentía identificado con ese rotativo, decidieron formar uno nuevo ya en la década de los 80s, uno abiertamente civilista, con prioridad social y darle voz a quienes no la tienen: La Jornada, otro periódico que al día de hoy, es de los principales a nivel nacional. Fue en esa década que emergió una particular importancia respecto a los procesos económicos de carácter mundial, y para cubrir esa necesidad informativa surge El financiero que daba respuesta a las nuevas reformas neoliberales, que brindaba análisis de mercados y retomaba una posición crítica en temas bursátiles. La nueva prensa civilista no se completaría sin el surgimiento de otro de los diarios eje en México: Reforma, propiedad de la familia Junco de la Vega y parte del Grupo Reforma, que entre otros rotativos cuenta con la influyente publicación El Norte. El Reforma cuenta con una distribución a nivel nacional, vigoriza la labor informativa y evoluciona el periodismo nacional impulsando la autonomía editorial y financiera de un diario. Revoluciona el periodismo debido a que separa su departamento comercial de su redacción lo que le brinda una solidez en sus contenidos y una independencia financiera. Para concluir con esta vista panorámica acerca de la prensa en México se retomará el tema de la prensa marginal, sus principales características cuáles fueron sus exponentes más conocidos y que lugar ocupa ahora en el ejercicio periodístico en nuestro país. Para explicar el momento actual en este tipo de prensa se abordará al periódico “underground” Machetearte, que se distribuye en vagones del metro de la ciudad de México,
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y es un medio cuyo origen tiene un nexo con una publicación de los 80s más analítica y para gente especializada en movimientos sociales (El Chido), pero que para que cubriera una distribución diaria adoptó la noticia corta y con una línea editorial identificada con las cuestiones populares y de las clases marginadas. Sus miembros no reciben paga, pues son colaboraciones. Para completar este análisis de la prensa marginal revisaremos a la revista Zócalo, fundada en el año 2000, en un momento de plena transición política en México y una etapa de mayor envolvimiento de la sociedad respecto al acceso a la información. Esta revista, originalmente en formato de periódico y de carácter mensual, surge con el objetivo de brindar a la sociedad herramientas necesarias para consumir medios electrónicos, de analizar las reformas que repercuten en el uso del espectro radio electrónico, de educar a sus lectores respecto a temas de medios de comunicación. 2.1 El Universal El diario El Universal nació el 1º de octubre de 1916, fue fundado por el ingeniero Félix Fulgencio Palavicini, miembro del Congreso Constituyente de Querétaro.7 El objetivo de la publicación fue exponer los ideales provenientes de la Revolución Mexicana y tenía el lema de “Diario político de la mañana”, en sus talleres se imprimió la primera Constitución Política de 1917. En 1921, se agregó el lema “El Gran Diario de México”. Tuvo muy buena aceptación por parte de los lectores y al año siguiente , en 1922 lanza su edición vespertina El Universal Gráfico, fue el pionero en este tipo de publicaciones en el país. 7 También formaron parte del Congreso políticos y militares destacados, como: Luis Manuel Rojas, Ignacio L.
Pesqueira, Esteban Baca Calderón, Amado Aguirre, Cándido Aguilar, Pastor Rouaix, Heriberto Jara, Juan de Dios Bojórquez y Francisco J. Múgica, entre otros. El uno de diciembre de 1916 se abrió el período único de sesiones del Congreso Constituyente de los Estados Unidos Mexicanos, presidido por el diputado Luis Manuel Rojas y la presencia de Venustiano Carranza, Jefe del ejercito constitucionalista y encargado del Poder Ejecutivo del País. El 5 de febrero de 1917, por bando solemne se promulgó en el Palacio de Gobierno (mejor conocido como “Casa Mota”).
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La aportación de El Universal radicó en la contratación de los servicios de agencias noticiosas y que enviaba corresponsales al interior de la república y al extranjero. Vía telegrama era recibida la información de sus enviados. En otras palabras se inauguraba una nueva época del periodismo mexicano, con una marcada influencia norteamericana. Conforme la actividad posrevolucionaria se iba convirtiendo en un pacto entre élites para darle cierta gobernabilidad al país, El Universal cambia su enfoque editorial, deja una visión puramente constitucionalista y se adapta al nuevo periodo, a principios de la tercera década del siglo XX incorpora distintos matices en sus contenidos, de este aspecto se deriva el cambio en el lema del diario. La característica básica de la influencia que tuvo este periódico fue que ante la incursión de las nuevas tecnologías, fue un periódico que siempre pretendió estar a la vanguardia, y privilegió a los avances tecnológicos y por ende se priorizó la noticia. Como ejemplo, durante la Segunda Guerra Mundial, recibía fotografías vía hilo telegráfico, tomadas en los campos de batalla. En 1940, el propietario era Miguel Lanz Duret, y a partir del 23 de octubre de 1969, Juan Francisco Ealy Ortiz asume la Presidencia y la Dirección General del diario. A la fecha este rotativo es uno de los tres principales a nivel nacional. 2.2 El Excélsior Es el segundo periódico más antiguo de la capital mexicana. El Excélsior se publicó por primera vez el 18 de marzo de 1917. Fue fundado por Rafael Alducín. Este diario empleó como modelo a su antecedente directo, El Imparcial, con una visión de empresa que por medio de la publicidad generaban ingresos que la hacían sustentable. Luego de 7 años de haber nacido, falleció su fundador, quien le delegó a su familia la conducción del periódico. A partir de ese momento y hasta pasada la segunda mitad del siglo XX, la vida de ese diario fue de una política editorial oscilante, quedó preso de las pugnas entre políticos y luego
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cayó en quiebra. Aunque el origen fue una empresa familiar, posteriormente se formó una sociedad cooperativa para darle viabilidad al periódico. Desde una perspectiva de periodismo norteamericano fue crítico del poder, hasta que en 1924, Rodrigo de Llano fue nombrado Director General, quien brindó apoyo a la causa cristera en el final del México revolucionario, lo que le ganó la enemistad del fundador del sistema político mexicano que gobernaría a nuestro país durante 71 años: Plutarco Elías Calles. Bajo la dirección de Rodrigo del Llano y de Gilberto Figueroa, personajes míticos se consolidó como una de las principales instituciones periodísticas a nivel nacional. Figueroa fue contador público y se caracterizaba por ser religioso. Se encargó de organizar la administración de la cooperativa, misma que al pasar los años logró una buena estabilidad financiera. Rodrigo del llano, originario de Monterrey había sido reportero y luego jefe de información del El Imparcial. En 1914 fundó una agencia de publicidad en Nueva York, con una línea editorial muy similar al New York Times. Esta segunda etapa del Excélsior es relatada por Marcelo Castillero del Saz en su artículo publicado en el suplemente La Jornada Semanal (31/12/2005 No. 565): “La mayoría de los colaboradores de las páginas editoriales, adictos a la política estadounidense, combatían con tenacidad cualquier asomo de izquierdismo. La mayoría de los reporteros gozaban de privilegios concomitantes a su trabajo pues, a más de su paga semanaria, buena parte de ellos disfrutaba de las prebendas económicas que el aparato corruptor del sistema otorgaba. Una minoría dorada se distinguió siempre por su inflexible honestidad y fue, sin duda, el semillero que generó el nuevo Excélsior. Con un apacible y simulado conformismo, transcurrió así la segunda etapa en la vida del periódico”. En 1962 fallecieron Figueroa y del Llano. La asamblea de socios nombró a Manuel Becerra Acosta director, quien contaba con una amplia experiencia periodística y además era apoyado por el joven reportero Julio Scherer García, quien desde entonces fungía como su auxiliar.
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En agosto de ese año, muere Manuel Becerra Acosta, Julio Scherer asume la dirección el 31 de agosto de 1968, quien modificó las políticas editoriales conservadoras del diario, y propuso un nuevo modelo en el periodismo mexicano. Bajo la dirección de Scherer, el Excélsior fue el periódico más importante de México y uno de los más influyentes en América Latina. 2.3 El caso Excélsior Nombrado Director General y hasta 1976, Julio Scherer García introdujo un periodismo de investigación y formó un grupo de profesionales que a la postre serían clave en el periodismo nacional. Las planas de ese diario compartían plumas brillantes, plurales y de todas las edades. Scherer apostó por un periodismo propositivo y democrático. Contaba con su grupo cercano de nuevos reporteros y existía la Cooperativa del Excélsior con sus 1300 socios. 52 años después de haber surgido, bajo una nueva dirección fijó su ideario y el nuevo rumbo laboral y ético dentro de la cooperativa: La vocación periodística del medio significó para el aparato de estado no sólo una piedra en el zapato, sino una afrenta al poder que se sustentaba con la premisa: una honesta consciencia individual. En pocos meses con base en su contenido, en una buena administración, en una innovadora técnica de disciplina reporteril, se convirtió en la institución periodística más importante del país. Personalidades como el caricaturista Abel Quezada; el cronista Carlos Monsiváis, el poeta José Emilio Pacheco; Alejandro Gómez Arias; Miguel Ángel Granados Chapa, Vicente Leñero… todos ellos figuras galardonadas por su exitosa carrera profesional y legado a la cultura y a la sociedad actualmente, pero en ese momento, sólo colaboradores y críticos del sistema. El Excélsior de Scherer tomó una actitud crítica hacia el gobierno, acción impulsada por su grupo cercano e identificado con las ideas del director; mientras tanto la cooperativa no
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veía con simpatía ese tipo de actos, eran personas acostumbradas a una política editorial moderada y de derecha. Para ellos ser críticos podía provocar inestabilidad debido al contenido. En este tono, giró la vida interna del periódico, con un grupo de profesionales que proponía una línea más especializada y que se confrontaba con los miembros de la cooperativa. La propuesta editorial pretendió consensuar al rotativo con la prensa del exterior, la academia y las universidades, fue así que en muy poco tiempo este diario “A falta de un poder legislativo fuerte y de partidos políticos vigorosos, el Ejecutivo sólo tenía el contrapeso de Excélsior. Y pronto se hizo inmanejable”. Revista Viceversa (Especial Excélsior, p. 37). Llegó a ser considerado uno de los diez mejores periódicos del mundo en un país como México en pleno apogeo de la “dictadura perfecta”… el PRI, en su máximo esplendor con Luis Echeverría a la cabeza y con una forma particular: se intenta hacer denuncias sobre problemas económicos, políticos y sociales, resultando afectados, con ello, tanto facciones del sector público como del sector privado. De las plumas más respetables, fue Daniel Cosío Villegas. Al mismo tiempo la imagen gráfica cobró importancia en el diarismo mexicano a través del Excélsior. Regino Díaz Redondo era el responsable de controlar a las bases (la cooperativa), él fue uno de los 14 miembros que apoyó a Scherer para que se consolidara como Director. Conforme avanzó el sexenio echeverrista se profundizó el problema de comunicación entre este medio y el gobierno hasta que fue inevitable la ruptura. El 8 de julio de 1976 comenzó una nueva era de transformación y de mayor independencia para el periodismo mexicano, por medio de un golpe interno, orquestado por el titular del ejecutivo, Luis Echeverría y ejecutado por Regino Díaz Redondo, se ordenó la destitución de Scherer de la dirección y así culminó una tribuna ciudadana libre y crítica. Lo que pasaría después es la salida de reporteros, editorialistas y gente afin a Julio Scherer y quienes formarían después otros medios, de los que destacan Proceso, Unomásuno y La Jornada.
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En 1973 ya se notaba la respuesta de inconformidad respecto al ejercicio periodístico que venía realizando Excélsior. Un boicot de la iniciativa privada contra el diario hace que éste pierda todos sus anuncios, a lo que el gobierno de Echeverría responde con apoyo contratando anuncios de paraestatales. En 1976 ya no hubo más apoyo de ninguna índole y con el golpe interno al Excélsior se cierra un capítulo de un nuevo periodismo que se dedicó a denunciar cacicazgos e ineficiencias, corruptelas y abusos de poder, darle voz a sectores tradicionalmente silenciados y proponiendo editoriales con verdadero contenido, mismas que eran hechas por las ya notables plumas de Hero Rodríguez Toro, Miguel López Azuara y Miguel Ángel Granados Chapa. El grupo de Julio Scherer ese mismo año lanzaría un nuevo semanario que al día de hoy continúa siendo elemental para el periodismo de información en nuestro país y que durante más de 30 años se ha mantenido en la lucha por la construcción de una prensa crítica: Proceso. 2.4 Proceso Los aficionados al box sabemos que no hay golpe como el gancho al hígado. Julio Scherer García
El semanario Proceso nació el 6 de noviembre de 1976, es un medio testigo que desde entonces ha dado testimonio de la vida pública de este país. Julio Scherer, meses antes de ver el primer número de Proceso sabía que la defensa por el periodismo que había creado requería continuidad, y aún vulnerado por la irrupción en el periódico que dirigió veía al presidente en turno como un “boxeador sucio”. El 19 de julio de ese año, días después de haber abandonado el Excélsior, Scherer y su equipo conformaron la agencia de información Comunicación e Información, S.A. de C.V. El proyecto fue presentado en el salón del Ángel del Hotel María Isabel en la Ciudad de México, ante la iniciativa privada y amigos cercanos. Se superó la mala costumbre a
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resignarse y reinstalarse al viejo sistema; se fortaleció a la libertad de expresión y se instauraba una oportunidad de información y poder para la opinión pública. CISA, antecedente de Proceso, allanó el camino para que el ahora semanario político imprimiera su primer número y, gracias al apoyo de José Pagés Llergo quien prestó la imprenta y oficinas de la revista Siempre!. La editorial del primer número describe el objetivo de este medio: Esta publicación surge entre dificultades remontadas penosamente al calor de la lucha por la libertad de expresión, lucha perenne entre la prensa que busca ser responsable y el poder que no se ciñe a la legitimidad. El objetivo de Proceso fue revelar los temas que no se exploran en la prensa, documentar hechos de carácter relevante que difícilmente aparecerán en radio o televisión. Es un periodismo hipercrítico, una auténtica prensa de combate del siglo XX y a la fecha. Mediante la investigación, el reportaje y sus portadas se pretendió contribuir a que la nación se conozca a sí misma, para que a partir de su propia conciencia, pueda delinear su porvenir. El contenido es reflejo de la sociedad civil para darle herramientas suficientes y hacerla activa y vigorosa. Sus contenidos daban sustento a declaraciones comunes del tipo “había muchas cosas en la vida pública mexicana que no se podían leer más que en Proceso”. Dichos reportajes en realidad fueron escándalos de corrupción por parte de funcionarios, crímenes políticos, expedientes comprometedores, trayectorias personales, negocios ilícitos, transacciones dudosas, medidas erráticas (políticas públicas), secretos que integran esa tupida red de complicidades que sustenta el sistema político mexicano. Con esta proclama, a lo que el periodismo de investigación se enfrentaría sería a medidas de control gubernamental como en el sexenio de José López Portillo, primero le suspendería el acceso a los reporteros a eventos y reuniones públicas y posteriormente vendría el ahorcamiento por medio de no anunciar publicidad oficial en el semanario, con la famosa frase : no pago para que me peguen.
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Proceso en gran medida depende de sus lectores como medio se subsistencia y además presenta, como lo sería un semanario del siglo XIX, un retrato de la vida política nacional a través de la caricatura: con miembros destacados como Naranjo, Hernández, Helguera, Efren; su antecedente sería El hijo del Ahuizote de Manuel Cabrera. Desde su inicio ha contado con una rica sección cultural, muchos años dirigida y fundada por Vicente Leñero y Armando Ponce. Está integrada por un apartado destinado a la crítica de libros, otro a crítica de medios, cuya responsable es Florence Toussaint; actualmente es dirigida por Rafael Rodríguez Castañeda. El 4 de abril de 2010, en la edición 1744 de Proceso, el ex director de ese semanario sale en la portada de la revista junto a uno de los personajes centrales del narcotráfico mexicano miembro de Cártel de Sinaloa y mano derecha de Joaquín “el Chapo” Guzmán, hablo de Ismael “el mayo” Zambada. En ese número se publicó la entrevista que el periodista realizó “en algún lugar” de nuestro país al narcotraficante que forma parte de la principal organización criminal del país. El primer diálogo que aparece por parte de Zambada, es en referencia a Sherer y le dijo: “Tenía muchas ganas de conocerlo”… a lo que el periodista respondió “Muchas gracias” e inicio la charla. Es de destacar lo siguiente, nuevamente de voz “del mayo”: “He leído sus libros y usted no miente”. La conversación se manejó en los linderos del narcotráfico en México, de su lugar en la sociedad y de lo que puede decir un narco a un periodista. La charla terminó cuando Zambada le dice a Scherer “¿Nos tomamos una foto?”. Este ejercicio periodístico de gran valor (como lo define el columnista Julio Hernández López en el Astillero [8/04/2010]) se dio en un contexto donde el actual gobierno mantiene una “guerra contra el narcotráfico” y el ambiente político y social vive una descomposición sin precedentes. Esa entrevista representa lo que ha sido Proceso, lo que su fundador manifiesta… “los periodistas tenemos el azar de nuestro lado: tarde o temprano todo se sabe”. Y el
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periodismo, herramienta de la sociedad tiene una máxima: El tiempo hace suya la historia y la hace sin retórica. Desde hace más de 30 años, luego de la artera intromisión al Excélsior, el periodismo ejercido por Proceso denota elementos imprescindibles de análisis que a la fecha ayudan a comprender la realidad en una sociedad como la nuestra. Me ocurre pensar que si mirara a Echeverría a punto de dar un paso en el vacío, no tendría valor para gritarle: “¡Cuidado, Luis!”: Julio Scherer García. Proceso. Edición de 30 aniversario. Un año después de la salida de Scherer, se fundaría un periódico que durante sus primeros 7 años fue el principal diario en nuestro país, creado por ex miembros del Excélsior pero identificados con la figura de Manuel Becerra, así iniciaría el ya inminente cambio diarístico en México con el Unomásuno. 2.5 Unomásuno Una forma de entender a Manuel y aquel unomásuno es revisar su relación con la fotografía. Juan Pablo Becerra Acosta
A finales de 2010 se dedicó una serie de conferencias en honor a Manuel Becerra Acosta, quien fuera un periodista lúcido, que trabajó al lado de Julio Scherer cuando estuvieron juntos en el Excélsior y que a partir de 1976 tomaron caminos distintos, uno fundó un semanario y el otro dirigiría a un nuevo diario, el Unomásuno. El tema fue A diez años de la muerte de Manuel Becerra y el contenido íntegro se puede hallar en su página de Facebook el cual ilustra desde la perspectiva de los mismos periodistas que laboraron en ese diario cómo se vivió ese ejercicio periodístico. Durante el sexenio echeverrista el ejercicio periodístico en México era un instrumento de poder, aunque con sus notables excepciones, eran poquísimos los medios impresos y los periodistas que practicaron un periodismo crítico.
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En Unomásuno confluyeron periodistas nacionales y de otros países, los últimos en su mayoría perseguidos políticos de centro y Sudamérica. Este diario se caracterizó por innovar desde un principio el concepto cotidiano de los diarios en México, producto de la experiencia de sus integrantes en el Excélsior. Se caracterizó por el rescate del reportaje como elemento central, la crónica como aspecto evocativo de un hecho, la entrevista como documento de fondo, las notas del día con elementos de exclusividad, el cartón como editorial, la fotografía no como complemento de la nota sino como nota en sí. Los reportajes seriados hasta agotar el tema fueron otra aportación invaluable para el lector. Pero sobre todo el compromiso social del diario que resultaba sumamente incomodo para el sistema. Ese periódico contó con la incorporación de académicos e intelectuales en sus páginas y guiaron el contenido hacia un sector de la población no contemplado por otros medios… a los más desprotegidos, a los trabajadores, a los campesinos, a los indígenas y a los estudiantes. Entre estas mentes brillantes que impulsaron el ejercicio periodístico ya dentro de un enfoque civilista encontramos a Miguel Ángel Granados Chapa, Octavio Rodríguez Araujo y al notable Fernando Benítez. “Gracias a la gesta de Excélsior, la prensa mexicana […] se adentraba en un nuevo camino al que a fines de 1977 entró el diario Unomásuno” (Musacchio, 2010:99). Este medio como se menciona en líneas anteriores creó una forma nutrida de periodismo, un grupo muy particular y una influencia en la escena nacional que se caracterizó por mantenerse en torno a Becerra Acosta y tener una misión: servir a la sociedad con un periodismo libre de ataduras y compromisos con el poder. “Usted y nosotros”, rezaba el lema. A partir de su primer número publicado del 14 de noviembre de 1977 y hasta el sexenio salinista, el Unomásuno fue protagonista del cambio democrático en el país y es considero durante ese periodo como el posgrado de muchos reporteros, de los cuales, varios de ellos
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hoy son directivos de otros diarios, fue un periódico que tenía una meta: especialización del periodismo con investigación social, o bien, el periodista y la gente. El Unomásuno adoptó el formato tabloide por razones de facilidad de lectura y de impresión, tomó en cuenta a los diarios extranjeros Le Monde, de París; La Repubbica, de Roma; La Opinión, de Buenos Aires para su conformación. Se descartó el uso de color, para asignarle un carácter serio, por lo que se imprimió en blanco y negro. No contaba con página editorial y los artículos de análisis y opinión se distribuían entre las secciones correspondientes de su materia. Optaron por un uso no común (puritano) del lenguaje pues su perspectiva era incluir a todos los sectores de la sociedad por medio de un lenguaje liberador. ¿Por qué fue “uno de los grandes” en su momento este diario (hoy condenado a una pobreza periodística)? Porque se ocupaba de diseccionar las entrañas del poder, sobre todo por retratar diariamente el México existente. 2.5.1 La fotografía del Unomásuno: fotoperiodismo de vanguardia La fotografía fue pieza eje en este periódico y en su contenido se podía encontrar en forma gráfica, profunda y nítida la vida de un campesino, de un indígena, de los mineros, los ferrocarrileros, los pescadores, los artesanos, los obreros, los albañiles, los policías, las prostitutas, los desplazados, los pandilleros, las chicas bien, guerrilleros, pontífices, estudiantes, millonarios, ríos, mares contaminados, muertos, pepenadores, cineastas, caciques, intelectuales y yuppies. La intención de Manuel Becerra era estimular a la inteligencia por medio de la fotografía, unir la mirada del lector con su propio pensamiento. Era contar una historia por sí misma. Se rechazaba el adorno innecesario y se buscaba más la parte humana. Dentro del periodismo nacional, Becerra fue uno de los pioneros en contemplar al fotoperiodismo como una pieza fundamental en la construcción de un diario, apreciaba el trabajo de los fotógrafos y otorgó uno de los principales logros en esa época: que se imprimiera el nombre del fotógrafo junto a su trabajo. Algo inédito hasta entonces.
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El lugar que tuvo la imagen gráfica en ese medio impreso cumplía una necesidad informativa que despojaba todo convencionalismo porque además de contar con cualidades plásticas despojaba a la típica foto oficialista y así dio inicio a la era crítica‐analítica a través de las imágenes. Un ejemplo de ese cambio editorial fue mostrar a la figura del Presidente de la República (un ente intocable) a través de la óptica crítica: en las páginas del rotativo se mostraron las diferentes facetas de José López Portillo exhibiendo por medio de la imagen su carácter autoritario, populista, déspota, solemne, seductor. Manuel Becerra era además, un amante de la fotografía, detrás de su escritorio solía guardar los mejores trabajos fotoperiodísticos que a su gusto eran dignos de contemplarse… entre los autores de dicha obra podemos encontrar a Héctor García, Christa Cowrie, Marta Zarak, Pedro Valtierra, David Hernández, Miguel Castillo, Aarón Sánchez, Armando Salgado, José Luis Rocha, Luis Borboa, Lázaro González, Fernando Franco, Flor de María Cordero y Gustavo Miranda. 2.5.2 La Ruptura Siete años luego de la fundación de este dinámico diario, el 8 de diciembre de 1983, un grupo de periodistas dentro de los cuales se encontraba Miguel Ángel Granados Chapa… publicaron “¿Por qué nos fuimos de Unomásuno?” en la revista Siempre! De José Pagés Llergo. La política editorial ya no era afín a todos los miembros del equipo y se acusaba al director Manuel Becerra de una tendencia conservadora poco visible aún hacia el exterior y se le acusaba de traidor. Los inconformes abandonarían el Unomásuno, entre ellos: Carlos Payán (futuro director y fundador de La Jornada) y Carmen Lira (hoy directora de La Jornada). Efectivamente, de la incursión de varios periodistas provenientes del Excélsior de Julio Scherer y luego formadores del Unomásuno, se fundaría un año más tarde en una
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emblemática fecha el periódico La Jornada… 19 de septiembre de 1984, y con ello concluye un ciclo periodístico pero anuncia la llegada de una nueva era en la prensa nacional. 2.6 La Jornada Durante alrededor de cinco horas que duró la charla entrevista –incluido el almuerzo– con La Jornada, Fidel aborda los más diversos temas. Entrevista a Fidel Castro por parte de Carmen Lira Saade 30/08/2010
La Jornada se publicó por primera el 19 de septiembre de 1984. Los fundadores de este diario pretendieron formalizar una publicación que ejerciera la oportunidad de brindar voz a quienes no la poseen; a apoyar con firmeza las causas y demandas sociales que la ciudadanía exige sean presentadas ante la opinión pública. El primer ejemplar contó con 32 páginas y para llegar a él, existió una reunión entre 70 periodistas y escritores, entre quienes destacaban Pablo González Casanova, Carlos Payán Velver (primer director del periódico), Miguel Ángel Granados Chapa, personajes que postulaban una nueva forma no sólo de informar, sino de organizar a una publicación. El estilo consistió en crear una empresa constituida por gran cantidad de pequeños inversionistas a manera de contener un capital atomizado y democrático el cual no dependiera de influencias externas para su manutención. En los ochentas los medios informativos no contaban con credibilidad, se les veía como afines al estado y casi se podría afirmar, que formaban parte del mismo sistema político mexicano, medios desequilibrados y con tendencia conservadora, una simple y llana lógica mercantil y con contenido que no responde a la demanda social sino al status quo salvo claras excepciones, como Unomásuno y Proceso. “en México hacía falta mantener y profundizar la línea de periodismo que había empezado en Excélsior, que surgió en Proceso y el viejo Unomásuno y que se consolidó con el surgimiento de La Jornada” (Musacchio, 2010:134). En realidad, cuando el periodismo mexicano llega a la década de los ochenta, una nueva ola de periodistas independientes y
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autónomos ejercen control desde las salas de redacción y reinterpretan al periodismo, y muestran en su ejercicio profesional un nuevo objetivo que tiene que ver con los valores y la sociedad civil, muchos de ellos provienen de aquel Excélsior de Scherer y en el caso de La Jornada, gran parte de sus fundadores, a su vez, habían sido fundadores del Unomásuno. Entre algunos de los que dieron vida e impulso a esa publicación se ubican (además de los ya mencionados anteriormente): Carmen Lira Saade (actual directora), Miguel Concha, Ángeles Mastretta, Carlos Monsiváis, Eduardo Montes, Elena Poniatowska y Gabriel García Márquez. Luis Ángeles sugirió el nombre del diario, el cual hacía referencia a la gran cantidad de periódicos norteamericanos que se llamaban “Journal”, además que tenía un antecedente de nombre similar pero en 1906, Jornal Económico de Veracruz dirigido por Manuel López Bueno. Este periódico en formato tabloide, con un diseño que le da prioridad al texto frente a la imagen, tuvo un auge importante por un hecho circunstancial en la historia de nuestro país. En el año de 1994, con un sentido independiente fue junto con el rotativo El Financiero, los únicos que cubrieron el levantamiento armado en Chiapas del Ejército Zapatista de Liberación Nacional. Hecho que significó la consolidación de un nuevo frente de opinión pública, más plural, más enfocada a lo igualitario y que por medio de sus páginas dejó entrever la división profunda que ya existía en la sociedad mexicana, que se vivía a diario pero que ningún medio lo publicaba ya sea por servilismo al gobierno o por mero desinterés. Actualmente es uno de los tres diarios más importantes de circulación nacional, cuenta con colaboradores de talla internacional, como alguna vez lo fue el recién fallecido premio nobel de literatura José Saramago. Es un periódico con un enfoque social y que se identifica con ideales liberales. En esa época de principios de los ochenta surgiría otro diario muy importante, pero éste daría cuenta de los asuntos de dinero, en un principio y
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posteriormente “con gran despliegue se crearon las secciones de política nacional y política internacional, así como las páginas editoriales” (Musacchio, 2010:173): El Financiero. 2.7 El Financiero Esta publicación es producto de una respuesta a una forma sencilla y clara de acceder a la información, surge en octubre de 1981, con un tiraje de 10 mil ejemplares y que constaba de 24 páginas en su edición inicial, con una circulación de lunes a viernes, cual semana inglesa de los mercados bursátiles. A partir de 1976, en pleno gobierno del genocida Luis Echeverría Álvarez, la economía mexicana entró en picada y la cuestión política debía ser complementada con los aspectos financieros que bien se pondrían en boga en las vísperas de la emergencia del neoliberalismo. Pese a contar con un presupuesto limitado en un principio, innovó formas de llegar a su público; tuvo una distribución gratuita en los vuelos de las aerolíneas, en los hoteles, en restoranes de prestigio, así como en oficinas públicas y privadas de alto nivel. El fundador de la columna Frentes Políticos del diario Excélsior, Rogelio Cárdenas Pérez Redondo fue también quien dio origen a este diario de información económica y financiera. Contemporáneo a una situación financiera del país, que pasó de una idea de prosperidad (por el auge petrolero) a una de sus crisis más agudas que influyeron y determinaron en la nacionalización de la banca y el control de cambios, El periódico El Financiero se presenta como una nueva opción de acceso a la información ya en el sexenio de José López Portillo, el primer tecnócrata en la silla presidencial. Al morir Cárdenas Pérez redondo, queda su hijo, Rogelio Cárdenas Sarmiento como director general. Licenciado en Economía por la Universidad Anáhuac, se especializó en economía petrolera en París. En 1964 su padre fue nombrado director de prensa de PEMEX, cuando Jesús Reyes Heroles fue designado Director General de ese organismo. Años después, surge la agencia Informex, misma que daría paso al rotativo del cual estamos hablando.
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En el sexenio de Carlos Salinas de Gortari, pieza eje de la transición clásica priísta a la tecnocrática y emanado del primer fraude electoral en México, El Financiero resistió muchas presiones por parte del gobierno salinista, pues el ejecutivo discrepaba rotundamente por el criterio editorial del diario y como “castigo” acotó tajantemente el acceso a todo personal del diario a información oficial, además de cancelar publicidad gubernamental en ese rotativo. “al empezar los años noventa, El Financiero se colocó como el periódico líder […] En los últimos meses de 1992, Rogelio Cárdenas decidió aprovechar el auge para salir todos los días de la semana y no sólo de lunes a viernes” (Musacchio, 2010:175). Como ya lo mencionaré en el capítulo 4, además de la prensa cívica, existió otro modelo que surgió en ese momento y cuyo contenido se identificaba con información de mercados y valores, por otro lado, la apertura comercial que se vivió en México implicó una mayor demanda de noticias de carácter diverso, es decir, más allá de lo nacional. Es el único periódico en nuestro país que tiene varias plantas en México y en el extranjero (D.F., Monterrey, Jalisco, Mérida y Los Ángeles); Alejandro Ramos Esquivel es el director de las ediciones en los estados. Cabe mencionar que Miguel Ángel Granados Chapa laboró en cada una de las publicaciones que hemos ido describiendo, desde el Excélsior, Proceso, Unomásuno, La Jornada y El Financiero, siendo un elemento indispensable y de gran valuarte en cada uno de ellos. A finales de 1993, Granados Chapa dejaría a El Financiero para colaborar con la fundación de otro prestigioso periódico: Reforma. 2.8 Reforma El periódico El Norte, editado en la ciudad de Monterrey se había convertido en la década de los noventa en el diario más influyente de la frontera, bajo la dirección de Alejandro Junco de la Vega, sin embargo, su contenido era dirigido a un público zonal y marcadamete empresarial, por lo que se optó por diseñar uno nuevo de distribución nacional y que tuviera su sede en la ciudad de México.
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El Reforma implementó la innovación en el campo periodístico en un aspecto de independencia editorial, separó la división comercial de la editorial, lo cual le imprimió mayor autonomía en la información que difundía y así evitar la colusión con los anunciantes a modo de favor. El 20 de noviembre, día en que se conmemora el inicio de la Revolución Mexicana y estipulado como fecha festiva en el calendario laboral, no se trabaja, por lo tanto, los vendedores en los puestos de periódicos tampoco, sin embargo ese día se lanzó a la venta esta publicación por primera vez en el año de 1993… y fueron los mismos periodistas, directivos y celebridades quienes salieron a las calles a vender el diario. Grupo Reforma nació en el año de 1922 al fundar el periódico El Sol, en abril; 16 años después, en 1938 surge El Norte y sucesivamente: Metro, de Monterrey, en 1988; Reforma, en 1993; Palabra, de Saltillo, en 1997; El Metro, en la Ciudad de México, así como Mural de Guadalajara, en 1998; El Metro Saltillo, en 2004; Metro Guadalajara, en 2005, Metro Estado de México en 2007 y Metro Puebla en 2008. La importancia de que existan varias publicaciones del estilo de El Metro, se refleja en su contenido editorial, el cual, como se explicará en líneas posteriores, se crea mediante un consejo editorial en el periódico Reforma, la línea principal que se acuerde en dicho diario, será la línea que segirán los demás periódicos del grupo. Este grupo periodístico es propiedad de la familia Junco de la Vega. Fue Celedonio Junco de la Vega quien de enero de 1919 a abril de 1922 se desenvolvió como el primer editorialista de El porvenir. Su hijo mayor, Rodolfo Junco Voight fundó el vespertino El Sol, también en el 22; esposo de María Teresa Gómez, recibió apoyo de la familia Martínez Echartea y así inició la travesía. Producto de los cambios políticos en el México post revolucionario, con el apoyo del industrial regiomontano Luis G. Sada, se fundó el periódico El Norte, un foro para la gente de esa región. Apareció el 15 de septiembre de 1938, contaba con 8 páginas y se vendía a 15 centavos con un tiraje de 15 mil ejemplares.
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En 1973, el nieto Alejandro Junco hereda el grupo editorial y lo transforma, trabaja junto con Ramón Alberto Gómez García y le da un nuevo empuje al diario. Como ya se mencionará posteriormente en el capítulo 4 las redes de distribución de todos los diarios representaban una verdadera jerarquía y en parte importante, de ese poder corrupto dependía que el periódico llegara a los lectores. Reforma, sin embargo, contaban con los recursos necesarios, implementó su propia red de distribución… así como nació, en las calles. En 1994 se probó una forma de romper la barrera de esa jerarquía dominante en la ciudad de México, luego de sufrir boicot decidió congregar el apoyo de sus lectores, de intelectuales, de artistas y periodistas… en las calles se pudo observar a grandes figuras mexicanas como el recién fallecido Germán Dehesa o al maestro Granados Chapa vendiendo el periódico, como si fuera un voceador. En la cuestión informativa, Grupo Reforma es una variante sui generis vanguardista del periodismo, ya que uno de los pilares de su modelo son los Consejos Editoriales… cada sección del diario cuenta con la suya y se conforma por un grupo de personas líderes en el área de interés y también con el público, entonces, se les congrega una vez por semana o mes para establecer la agenda editorial de esa sección. Su margen de acción implica que tienen completa libertad de acción para establecer agenda sobre lo que el periódico está cubriendo. La estructura de ese consejo se rige por el editor de esa sección y los miembros de tal consejo editorial son por lo general: un diputado, un senador, varios políticos, algún miembro de las ONG, así como lectores (civiles)… amas de casa, estudiantes, etc. Las reuniones se dividen en dos partes, en la primera se habla del contenido de esa sección, qué se ha publicado, qué se ha hecho bien o mal; mediante el consenso se opina. Posteriormente, la segunda parte implica darle solución a esas opiniones y aclarar cómo se debe tratar ahora la información y qué eventos se deben cubrir. Aquí se define el programa editorial.
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Al año 850 personas son parte de los consejos de 70 editoriales, las cuales definen la agenda editorial de todos los diarios del Grupo Reforma. Alrededor de 8 mil personas, en los últimos 15 años han sido miembros de un consejo editorial, la participación es voluntaria. Cada año se renueva la junta de miembros, sin embargo, se vota porque dos de cada sección permanezcan para que exista cierta constancia en el trabajo que se ha ido efectuando. Cada trimestre, el editor entrega un resumen y reporte de las sugerencias y opiniones, así como la forma en que se han implementado las acciones en cada sección. Es en ese cambio cuando se definió la política de crear una sala de redacción separada de los asuntos comerciales y con contacto directo con los lectores. Así Alejandro Junco de la Vega, de familia capitalina pero con empresas periodísticas en provincia, innovó y asombró con la idea de establecer un diario en la capital, Reforma, surgido en 1993 y que inició con un tiraje de 35 mil ejemplares de 12 páginas… Actualmente también circula los días festivos y es uno de los tres principales periódicos de circulación nacional. Además de la prensa que hemos ido distinguiendo a lo largo de este capítulo, es básico conocer un tipo de publicaciones que son elementales para distintos grupos sociales y que en momentos de coyuntura llegan a ser determinantes, me refiero a la prensa marginal y sus características. 2.9 La prensa marginal La prensa marginal en México tiene su origen dentro de los movimientos sociales y políticos, por lo que se le identifica con un enfoque de izquierda. Su primer antecedente se remontó a la época de la lucha por la independencia cuando surge El Despertador Americano. En la segunda mitad del siglo XIX se consolidaron las primeras organizaciones obreras y éstas agrupaciones publicaron los periódicos: El Socialista, La Comuna, El Obrero Internacional, EL Hijo del Trabajo y La Huelga, a partir del año 1871.
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Las condiciones socio‐políticas durante el Porfiriato impidieron que dichas publicaciones se siguieran editando hasta el año de 1900 por cuestiones de represión del sistema. A partir de esa fecha y luego de la fundación del periódico floresmagonista Regeneración es que se publican El ferrocarrilero y Alianza. Si Regeneración fue el órgano de difusión del Partido Liberal Mexicano durante los primeros años del siglo XX, El Machete fue el periódico del Partido Comunista Mexicano, fundado en la década de los 20s, el cual, durante algún tiempo fue clandestino debido a constantes persecuciones por su postura crítica ante el nuevo régimen. En 1938 se transforma en La Voz de México. Con la consolidación del partido emanado de la Revolución Mexicana se organiza al proletariado en centrales burocráticas afiliadas al Estado. La verdadera prensa independiente desaparece y únicamente publicaciones como El Popular de Vicente Lombardo Toledano y a posteriori la revista Lux permanecen. En mayo de 1960 Manuel Marcué Pardiñas funda Política, una publicación enfocada en temas sociales y de visión izquierdista. Tuvo una fuerte influencia en México, sobre todo en época de coyunturas. Pertenecía a la editorial Problemas Agrícolas e industriales de México. Algunos de sus colaboradores fueron Fernando Benítez, Víctor Flores Olea, Carlos Fuentes, Enrique González Pedrero y Francisco López Cámara, mismos que a partir de 1964 abandonan a la publicación por considerar que su línea editorial se ha radicalizado. Su posición extremista en torno al gobierno le impidió trascender. En diciembre de 1967, luego de una huelga de trabajadores en los talleres de su imprenta deja de ser publicada. Esta revista marca el inicio de dos cosas en la historia del periodismo mexicano moderno y crítico: 1) el comienzo de la represión por parte del gobierno (en 1961, su director fue detenido y golpeado por la policía) y 2) empiezan a surgir múltiples ramificaciones de la izquierda, las corrientes. El año de 1968 se caracteriza por concentrar diferentes grupos políticos, cada uno con su propio periódico y la mayoría de distribución interna, salvo el ya mencionado La Voz de
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México del Partido Comunista Mexicano y El Militante de la Liga Comunista Espartaco, que eran de distribución nacional. La clave de la comunicación marginal en los inicios de la segunda mitad del siglo XX fue la espontaneidad, una prensa que significó un fenómeno de comunicación popular que aglutinaba a las masas en épocas de coyuntura social. Un ejemplo de ello fue el movimiento estudiantil de 1968, el cual por medio de volantes y periódicos se difundía y organizaba a grandes grupos de estudiantes y académicos dicha información era distribuída por brigadas estudiantiles. La principal publicación fue Gaceta Universitaria de la UNAM, vocero oficial del Comité Coordinador de Huelga. La influencia que tuvo este fenómeno social inédito en nuestro país permeó a otros sectores de la población que por medio de periódicos que eran distribuidos en los centros de trabajo o en barrios populares se buscó unión con los obreros, quienes se organizaban en un grupo político pequeño y de manera clandestina, como los clubes de lectura en la época independentista o los clubes liberales en la Revolución, en esta tesitura ubicamos a las publicaciones El Pueblo y La Hoja Popular. Luis Echeverría luego de las represiones de 1968 y 1971 la apertura democrática con la finalidad de dar estabilidad a su mandato. Una medida tomada para sofocar la inestabilidad generada por la mala imagen del gobierno y que significó un momento de cambio y dinamismo para la sociedad, aunque, con un uso primordialmente retórico. En 1972 aparecen Punto Crítico, El Martillo, Trinchera, La Palabra y Alianza. A partir de ese momento, el renovado pensamiento de izquierda optó por ir más allá de la Universidad y se caracterizó por dar prioridad a la política de masas, por el surgimiento de grupos marxistas, una mayor organización ciudadana y un seguimiento a las líneas impuestas por el Partido Comunista Mexicano (PCM). Al existir diversas corrientes de izquierda se provocó una multiplicidad de interpretaciones del significado de “lucha”, además de emplear una verticalidad en la difusión de la información transmitida.
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Otro factor viciado en esa prensa marginal fue un uso excesivo de la teoría y un discurso de consigna pero que dejaba de lado a los problemas cotidianos. La situación de este tipo de publicaciones en la década de los 70s manifestaba una clara tendencia a un contenido elitista y de cliché en detrimento de problemáticas reales que afectaban la vida diaria de los trabajadores. El diseño precario de la prensa marginal resultaba poco atractivo a los lectores, siempre contó con pocos recursos financieros y una distribución muy limitada debido a que iban dirigidas a públicos muy específicos o a militantes del PCM. La prensa marginal se subdivide en diferentes grupos según su contenido, entre estos tipos se encuentran los periódicos doctrinarios, periódicos de propaganda o información, periódicos estudiantiles, periódicos campesinos y de colonos, periódicos especializados, periódicos populistas y periódicos integrales. a) Periódicos doctrinarios: Tienen el objetivo de aglutinar a las personas en torno suto, difunden la tesis de su grupo político y discuten la posición de sus adversarios. No cuentan con información abundante acerca de movimientos populares. Entre estas publicaciones están Acción Proletaria, Marcha hacia el Socialismo, El Organizador Socialista, Voz Proletaria y Socialismo Obrero. b) Periódicos de propaganda e información: Es el tipo de prensa marginal con mayor difusión, su contenido aborda posiciones políticas y el movimiento de masas en general. Tienen la misión de organizar a su público. Este tipo de periódicos cuenta con varias ramificaciones: 1) De difusión general: Pretenden tener circulación nacional de sectores. Ejemplos: Bandera Roja y Oposición, este último fue el nuevo vocero el PCM luego del cierre de EL Machete. 2) Periódicos obreros: existían dos vertientes, una, dirigida a trabajadores en general y dos, a un solo sindicato en particular, entre ellas están: Solidaridad, que fue el periódico más longevo de las publicaciones obreras independientes, contaba con testimonios de
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trabajadores que participaban en las luchas, presentaba abundante información gráfica y contenido variado; La Unidad, Boletín Magisterial, EL Marro y Liberación Obrera, eran otros representantes de esta vertiente. 3) Periódicos estudiantiles: Debaten acerca de la organización estudiantil, apoyan al movimiento obrero, aparecen y desaparecen con rapidez: Perspectiva, EL Mexicano, Combate, EL Socialista, La Comuna y 27 de Agosto. 4) Periódicos campesinos y de colonos: La gran mayoría de estas publicaciones eran pequeños boletines editados por campesinos o estudiantes con una intención propagandística dentro del agro mexicano, ejemplos: Unidad Revolucionaria y Los Paracaidistas. 5) Periódicos especializados: registran actividades de grupos artísticos o culturales, se enfocan a un tema en particular e informa acerca de algunos movimientos populares, como lo fueron CLETA del Centro Libre de Experimentación Teatral y Artística, así como Octubre, órgano de difusión de un taller de cine con el mismo nombre. 6) Periódicos populistas: Son editados por miembros que luchan a favor del pueblo manifestando un uso popular del lenguaje y que se distribuía en colonias y fábricas: Por qué?, La Causa del pueblo, Frente Popular y Fragua. 7) Periódicos integrales: Aportan elementos para la formación política y organizacional, crean su propio público, toman como punto de partida la visión del proletariado, se ofrece un panorama abundante acerca de las luchas: El Martillo y Punto Crítico. La prensa marginal en México ha pretendido expresar de manera sistemática y alternativa los problemas de los trabajadores y sus causas, difundir las luchas sociales como muestra de una franca oposición al gobierno o a la burguesía. La función principal más allá de ser un simple medio de choque es hacer accesibles los significados para el público al que están dirigidos y mantener el sentido de la lucha social.
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Su presentación fue precaria ya que contaba con sólo lo indispensable para su impresión, incluso llegó a emplear formas rudimentarias y artesanales, contaban con un contenido gráfico con una técnica básica. Las publicaciones de este tipo suelen no tener regularidad, se editan de manera inconstante a causa de su viabilidad financiera. Se sostienen de colaboraciones de sus simpatizantes y de la bolsa de sus propios editores. Tienen la característica de ser parciales, fragmentarios y con una redacción poco óptima. Para darle mayor actualidad a este tipo de publicaciones, abordaré en seguida dos ejemplos de este tipo de prensa: Revista Zócalo y el periódico Machetearte. 2.10 Revista Zócalo En el año de 1998 se crea la Fraternidad de Reporteros, una congregación independiente de periodistas que tenía como finalidad difundir información acerca del gremio periodístico para lo cual contaban con el periódico Los periodistas dirigido por Carlos Padilla. Tiempo después se buscó crear un diario que abordara temas en la ciudad, crónicas e historias referentes a la capital. Es cuando se decide formar a una nueva publicación, la cual sería nombrada Zócalo en referencia al centro de la Ciudad de México y como símbolo de la urbe. En un inicio fue un periódico quincenal, surgido en septiembre del año 2000 y que a partir el número 8 se convertiría en mensual. Contó con un tiraje de 5 mil ejemplares y entre los destacados colaboradores estuvieron en un principio María Victoria Llamas, Germán Dehesa y el monero Hernández, entre otros. El concepto de crónicas citadinas pasó a ser en realidad una crítica a los medios de comunicación y su papel que ocupan en la sociedad con lo que se manifestó la revista Zócalo como un medio de análisis y de especialización. Durante los primeros cinco años mantuvo el formato de periódico y a partir del sexto se convirtió en revista con la única idea de hacerlo más atractivo al lector y poder distribuirse a nivel nacional por medio de las tiendas
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Sanborns. Actualmente cuenta con un tiraje de 8 mil ejemplares, tiene suscriptores a lo largo de toda la república, aunque su principal público se encuentra en la ciudad de México. Su director fundador es Carlos Padilla, un comunicólogo egresado de la ENEP Acatlán (hoy FES), formado en sus inicios en la Gaceta de la UNAM y posteriormente manteniendo una larga trayectoria en Radio Educación, con la labor de reportero y ahora redactor. La intención en la publicación es proponer una mayor crítica a los medios de comunicación, tanto impresos como electrónicos y además exponer al periodismo como un factor de cambio en la sociedad. Por otro lado tenemos al Machetearte un periódico dirigido a segmentos de la sociedad de estatus socioeconómico bajo. 2.11 Periódico Machetearte Este periódico nació el 21 de diciembre de 1998, su antecedente directo es El Chido (1979), una publicación político‐cultural, cuyo tiraje llegó a ser de 3 mil ejemplares. Es periódico “alternativo”, pues toda la conformación desde la redacción hasta la distribución no debe contar con ningún tipo de apoyo de gobiernos, instituciones políticas o religiosas. El nombre fue tomado del periódico que en la década de los veinte fundara Diego Rivera, Cachita Amador, José Alfaro Siqueiros, Tina Modotti, Julio Antonio Mella…. Mismo que posteriormente pasó a manos del Partido Comunista Mexicano. Ya sin existencia de ese organismo político, los miembros del CLETA decidieron hacer uso de ese nombre, y darle continuidad. Es en marzo de 1990 sale el primero número de El Machete, con un tiraje de 3 mil ejemplares, originalmente era semanal, posteriormente mensual. Con la consigna de “construir un medio que diera espacio a la expresión de organizaciones de trabajadores que realmente quisieran enfrentar al Gobierno Federal”, es que se da el cambio.
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La distribución se dio en las diferentes estaciones del sistema de Transporte Colectivo Metro, aunque con poca aceptación de los usuarios. La situación fue buscar una alternativa a ese mismo proyecto, es así como “El Machetearte” sale a la luz, que a diferencia de su antecesor éste constaba de notas cortas, lenguaje sencillo. El Machete, como se leía en su portada: Está hecho para la gente más enterada sobre los movimientos sociales y los círculos de estudio organizados. Tres semanas después de ese 21 de diciembre, sale el segundo número de El Machetearte, el tercer número fue publicado 14 días después, y a partir del cuarto, ya se editó cada semana. Desde 2 de octubre e 2001, se comenzó a imprimir como diario, salvo los domingos y tiene un tiraje promedio a la semana de 8 mil ejemplares. En enero de 2010 Machetearte llegó a la edición 1500. Su forma de trabajo le ha permitido existir bajo una política de no paga, ni patrones, ni jerarquías y en el que se participa voluntariamente. Jesús Miranda Iniesta, en su tesis de licenciatura “La prensa popular en México: un estudio de caso, el Periódico Machetearte (FCPyS, UNAM, 2004) retoma y define a este medio como un proyecto cultural símbolo de la urbanidad del D.F., está ligado a los sectores marginados en un sentido de brindar información sobre la labor del gobierno en políticas públicas para el bienestar de la sociedad. El principal medio de difusión, el CLETA (Centro Libre de Experimentación Teatral y Artística), una agrupación que se constituye como un referente social frente a los proyectos de comunicación dominante; El Machetearte se basa en el concepto de prensa popular. Se ubican como el medio alternativo que le da voz a un grupo social inconforme con las noticias típicas de los medios de comunicación tradicional. El Chido era el órgano de difusión de diversas agrupaciones populares, indígenas y del magisterio, en el cual se publicaban las actividades que se llevarían a cabo. En 1989 deja de ser publicado este medio y a parece uno nuevo: El Machete, con un concepto que pretendía ser tribuna de organizaciones con conciencia ideológicas.
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De manera tajante existe una marcada influencia del grupo que formó Julio Scherer García en el periódico Excélsior de 1968 a 1976 y en las demás publicaciones que surgieron posteriormente. Tiempo después, nace La Jornada, proveniente de periodistas del Unomásuno y es desde la misma iniciativa de aquellos profesionales del peridiodismo el darle un carácter directamente social, además de conformar una cooperativa como medida de autonomía y solvencia económica para poder existir sin necesidad primordial de las inserciones oficiales. Fue tanto la misma sociedad como los nuevos requerimientos en la oferta de la opinión pública las que dieron origen a publicaciones como El Financiero en los ochenta, así como el diario Reforma en los noventa. Luego de conocer los orígenes y el desarrollo de la prensa cívica en México, el siguiente capítulo tratará acerca del concepto de transición y su proceso político en México.
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III. LA TRANSICIÓN EN EL SISTEMA POLÍTICO MEXICANO La palabra chingar […] define gran parte de nuestra vida y califica nuestras relaciones con el resto de nuestros amigos y compatriotas. Para el mexicano la vida es una posibilidad de chingar o de ser chingado. Es decir, de humillar, castigar y ofender. (Octavio Paz, 1950:32)
Comenzaré este segundo capítulo con un tema que está intrínsecamente ligado a la forma de gobernar que utilizó el PRI por lo que hablaré acerca de las principales características que el Estado mexicano elaboró para el control social de tipo violento y autoritario; recurriremos a Carlos Montemayor en su obra La Violencia de Estado en México (Debate, 2010), para dar cuenta de las medidas represivas que permitieron al régimen gobernar a costa de abusos avalados desde el mismo gobierno, y hablaré acerca del aspecto primordial de donde surge la famosa frase de “la guerra sucia”, medida de control sumamente represiva de la que se valió el Estado mexicano durante la década de los setenta y por lo tanto todo un tema a discutir para la transición política mexicana. Posteriormente será básico que conozcamos cómo se construyen los sistemas democráticos y en qué consiste el ideal de democracia. Se explicarán cuáles son los 3 tipos de democracia (política, social y económica). Explicaremos el origen y desarrollo del concepto de democracia, el cual se compone de tres tipos de concepciones que son: democracia literal, realismo y perfeccionismo. Mediante estas características conoceremos el sentido epistemológico del término “democracia”, mismo que tiene su origen con Heródoto y del que se explicará su transformación a lo largo del tiempo, para tener una idea de qué es lo que significa “democracia”. Se abordará el origen moderno del término, mismo que nace con el surgimiento del Estado contemporáneo en el siglo XIX. Posteriormente explicaré en qué consiste el concepto de transición y cuál es la importancia para el sistema político mexicano y cómo es que el PRI adoptó medidas para postergarse en el poder y simular un proceso de transición durante
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siete décadas. Elaboraremos un recuento de lo que fue el Antiguo Régimen y explicaremos las principales características que representaron en el régimen priísta. Definiremos el uso retórico que el sistema priísta transmitió a la sociedad mexicana con la finalidad de comunicar un cambio democrático, aunque éste sólo se dio de forma propagandística y en los hechos no cambió nada, pues su objetivo era sólo preservar el poder. Para complementar esta parte, expondré las 3 clases de discursos políticos, según la tipología de Hirschmann mismas que tuvieron su uso y eficacia en gobiernos priístas. En seguida, abundaré en los aspectos nacionalistas que han sido explotados por el Estado con la finalidad de unificar al país en torno al PRI, a ese Partido Nacional; en este punto es fundamental el análisis que hizo Octavio Paz en su libro El laberinto de la soledad (1950). Haremos mención de las características del populismo premoderno y posdemocrático con el objetivo de analizar los diferentes populismos en la transición mexicana como son los de Lázaro Cárdenas, Luis Echeverría y José López Portillo y Carlos Salinas de Gortari. Expondremos las implicaciones de la corrupción en el sistema político mexicano a lo largo de los gobiernos del PRI, sus funciones y efectos en el régimen. Hablaremos acerca de la posición que han tenido los intelectuales respecto al régimen y qué opinan acerca del proceso de transición democrático. También abordaré la opinión de los políticos acerca del tema en cuestión. Explicaremos dos cuestiones básicas con el tema que estoy investigando, la ciudadanía y la prensa; qué papel han jugado en la construcción de la democracia durante el proceso de la transición política. Es oportuno destacar que sobresalen las obras, para la construcción de este capítulo, del politólogo César Cansino (Debate, 2009) y de Giovanni Sartori (Taurus, 2008); de los valiosísimos ensayos de El laberinto de la soledad de Octavio Paz (1950); del recuento de El antiguo régimen y la transición que hace el nieto del que fuera secretario de Hacienda en el sexenio de Miguel de la Madrid, Jesús Silva‐Herzog Márquez, así como el magistral recuento de las medidas de un Estado mexicano violento, autoritario y antidemocrático que hace
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Carlos Montemayor (Debate, 2010), este último tema con el que comenzaremos este análisis del concepto de la transición en México. Antes de iniciar este segundo capítulo, me gustaría hablar de quién fue ese ser humano llamado Carlos Montemayor. Nació en Parral, Chihuahua y falleció en la ciudad de México a los 62 años, era hasta 2010 el intelectual más reconocido en México por su estudio acerca de las lenguas indígenas y su profundo conocimiento de los movimientos guerrilleros, del que destaca su novela Guerra en el paraíso. Fue integrante de la comisión mediadora entre el Ejército Popular Revolucionario y el gobierno federal, en 2009 recibió el Premio Nacional de Ciencias y Artes, así como la máximo galardón de las artes chihuahuenses: la presea Gawí Tónara: Pilares del Mundo. Fue licenciado en Derecho y maestro en Letras Iberoamericanas por la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM en 1995 obtuvo el grado de Doctor Honoris Causa por parte de la Universidad Autónoma Metropolitana por sus contribuciones en el campo de las ciencias sociales y las humanidades. Fue nombrado profesor emérito por la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez. 3.1 Características de un Estado mexicano violento y autoritario La violencia de Estado en México se ha manifestado de manera devastadora, a lo largo de varias décadas, en el delito de lesa humanidad denominado “desaparición forzada de personas. Es el sello de la guerra sucia de los años setenta del siglo XX. (Montemayor, 2010:235)
El movimiento estudiantil de 1968, la represión del 2 de octubre de ese mismo año en Tlatelolco y el 10 de junio de 1971, simbolizan el cambio de imagen que el sistema político mexicano estaba representando para esa nueva clase media de los sesentas, organizaciones obreras, campesinas y estudiantiles, quienes comenzaron a creer que dados esos antecedentes brutales, el cambio no se buscaría pacíficamente.
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Además de la conformación en la ciudad de México del movimiento estudiantil, campesinos en Guerrero y en Chihuahua se manifestaban cada quien por su lado. En Guerrero, el cambio fue notorio con la guerrilla de Lucio Cabañas, misma que se transformó en sucesivas organizaciones armadas y que no tuvo conexión con el desarrollo del movimiento estudiantil de 1968, más bien, fue luego de la matanza en Tlatelolco que se optó por otro tipo de lucha. A nivel social eso sucedía, mientras tanto, en las cuestiones de la prensa, el 68 coincide con la llegada de Julio Scherer García a la dirección del Excélsior, en ese momento un rotativo consolidado como uno de los de mayor influencia en nuestro país, posteriormente, de la mano de su nuevo director, se convertiría en uno de los más importantes de América Latina. En esos momentos el control del Estado a los medios de comunicación era rotundo, prácticamente periódicos, revistas, radio y televisión eran una extensión más del Estado y salvo un solo medio, Excélsior todos los demás estaban secreta o abiertamente coludidos con el gobierno. 1968 significó para muchos estudiantes de la UNAM y del IPN el inicio de un proceso de maduración política que los motivó a continuar en la vía armada (en un futuro) o en nuevas organizaciones sociales la construcción de un país más justo. Sin embargo, eso fue en el panorama de la lucha social, pero en términos del Estado mexicano, el 2 de octubre de 1968 “fue un laboratorio de experimentos represivos a gran escala” (Montemayor, 2009:95) en donde se inmiscuyeron todas las corporaciones de seguridad federales y locales y además al ejército, el Ministerio Público y los jueces, la puesta en marcha de la Operación Galeana que empleó al Batallón Olimpia, de lo cual se destaca que ya tenían un antecedentes del estilo, pero este sería un ensayo monumental: “El modus operandi de esta vasta maquinaria del Ministerio Público y del Poder Judicial se había aplicado en la represión de movimientos sociales anteriores, particularmente del ferrocarrilero y del magisterial. La diferencia ahora fue la continuidad de mandos, contingentes y modos de operar de cuerpos policiales y del ejército a lo largo de varias décadas” (Montemayor, 2009:95).
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Como veremos en el capítulo 4 en 1968 los medios de comunicación ocuparon un papel de aliado del gobierno y establecieron con su apoyo al Estado un modelo de gobernar en el que poco importaría la sociedad, si actualmente se cataloga a esa fecha como un suceso en extremo represiva fue en gran medida por la colaboración de la radio, la televisión y de la prensa escrita. Al respecto del papel de la prensa opina “el corresponsal de The Economist, Gideon Lichfield […] que si bien es cierto que luego del 3 de octubre del 68 Excélsior se habría de distinguir por algunos contenidos, al paso de los días volvía a la formalidad de los otros medios” (Rodríguez, 2007:140). Es decir, había muy poca libertad editorial impuesta desde el gobierno. La Operación Galeana, comandada por el general Crisóforo Mazón Pineda fue una operación de apoyo al Batallón Olimpia y su única misión fue la aprensión de todos los cabecillas del movimiento, logrando con éxito su cometido. Otro grupo que participó fueron “Los Halcones”, quienes aparecieron por vez primera en 1967. Fueron personal de seguridad entrenado y que se disimulaban como trabajadores de limpieza, panteones o servicios generales en el Departamento del Distrito Federal (DDF). Su creación estuvo a cargo de Manuel Díaz Escobar, luego de que un año antes había sido nombrado subdirector de Servicios generales del DDF, 10 días después de que el general Alfonso Corona del Rosal fuera nombrado regente capitalino. Esta dirección agrupaba al mayor número de empleados de la regencia capitalina: departamento de limpia, panteones, parques y jardines, el Bosque de Chapultepec y otros. “…la abundancia de empleados facilitaba el encubrimiento de centenares de elementos entrenados como fuerzas de choque” (Montemayor, 2009:138), su función era participar en hechos represivos e ir más allá, ya fuera asesinar o “desaparecer” a los críticos del sistema. La importancia de este gran experimento represivo fue preparar la plataforma para lo que sería la guerra sucia de los años setentas, forma de reprimir ideada entre otras personas por el mismo Gustavo Díaz Ordaz, el general Luis Gutiérrez Oropeza, Fernando Gutiérrez Barrios, Alfonso Corona del Rosal, Manuel Díaz Escobar y Luis Echeverría, quien fue una pieza clave y tuvo un papel protagónico en los sucesos de 1968 y 1971.
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Es imprescindible señalar desde este momento de la investigación que Luis Echeverría basaría su gobierno (mismo que sucede a Díaz Ordaz y a la masacre estudiantil de Tlatelolco) en dos aspectos, el primero, el sistema político priísta ya consolidado (corporativismo, estado paternalista y presidencialismo) y segundo, en un a política de control de los medios de comunicación sobre la sociedad. Él sabía perfectamente que muchas de las atrocidades sí quedarían impunes (aunque sea por algunos años) si establecía lazos con los dueños de medios, por las buenas y si no, por las malas, ya sea a través de PIPSA o de un injerencia como la de Excélsior y los cooperativistas. La finalidad era un control de la información. En este punto, en el capítulo 3 explicaré de qué manera se ejecutan las relaciones de poder entre quien lo ejerce y quien lo recibe. La violencia de Estado en México ha tenido un uso para controlar procesos electorales en los cuales, la finalidad puede ser un fraude electoral, la desaparición selectiva de candidatos o de opositores electorales, la represión y la masacre: “En los inicios del siglo XXI se amplió este espectro hacia un nuevo extremo: la manipulación de medios electrónicos”. (Montemayor, 2009:215). Como iremos explicando, durante los setenta y los ochenta, la “receta” fue en gran medida a través de la prensa escrita. Las decisiones elegidas en torno a la “democracia” mexicana dejan ver que la represión a los vanconcelistas, la coalición de partidos que apoyaron la candidatura presidencial del general Manuel Henríquez Guzmán, el fraude de las elecciones federales de 1988, el asesinato gradual y selectivo de 400 militantes del Partido de la Revolución Democrática durante el salinismo son muestras de la violencia devastadora que suele aplicarse y que tiene su origen a partir de 1968 mediante ese gran experimento para postergar el poder el PRI gobierno a través de medidas represivas del Estado. Me gustaría establecer un eje de lectura de esta investigación, no hay que adelantarse, si bien el punto focal se centra en el rol que han tenido la prensa y el poder en la transición mexicana, no hay que encerrar el estudio a una inmediata relación de cualquier tema con la prensa, sino, si estoy hablando en el capítulo 2 de en qué consiste la transición, pienso que lo óptimo es reconocer el contexto más allá de sólo ver y hablar de periódicos o revistas, en
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su momento llegará la oportunidad de describir el enlace. Pienso que lo necesario, dada la complejidad del tema en cuestión (la prensa cívica en México) conlleva abordar los aspectos sociales o epistemológicos para no limitarnos a que si abordamos a la prensa mexicana sólo veamos papel y letras impresas. Por ejemplo, antes de 1968 sucedió que el 23 de mayo de 1962 concluye un periodo en la guerrilla en México al ser asesinado Rubén Jaramillo, su esposa Epifania Zúñiga Pifa (embarazada) y sus hijos adoptivos Enrique, Filemón y Ricardo (quienes militaban en la Juventud Comunista en México) en el estado de Morelos. Este dirigente zapatista participó en la huelga de campesinos y obreros de la Sociedad Cooperativa Emiliano Zapata en 1942. Un año más tarde se refugió en el monte debido a la represión gubernamental en su contra y desde ahí decide tomar las armas y organizar una guerrilla misma que estuvo en constante combate durante un año con el ejército. En 1944, Manuel Ávila Camacho acordó con él el cese al fuego. Sin embargo ante los intentos de asesinato en su contra en 1951 regresó a la lucha armada y una década más tarde con una campaña de desprestigio en su contra, en Xochicalco fue asesinado junto con su familia. En otro caso, inspirados seguramente en la acción realizada por Fidel Castro, en el año de 1953 contra el cuartel Moncada de Santiago de Cuba, y que lo llevó al poder en 1959, la madrugada del 23 de septiembre de 1965, un grupo de jóvenes guerrilleros asaltó el pequeño cuartel militar de la población de Madera, Chihuahua. Los atacantes eran comandados por Arturo Gámiz García; un profesor de 25 años originario de Las Nieves, Durango y por Pablo Gómez Ramírez; un médico y profesor rural de 39 años, ambos dirigentes del movimiento campesino, estudiantil y magisterial que desde los años sesenta, se había desarrollado en Chihuahua y el norte de Durango. El 23 de septiembre de 1965, marca la fecha del inicio de las operaciones ofensivas del movimiento revolucionario armado socialista marxista en nuestro país. Dio origen también a importantes organizaciones regionales que se ramificaron a nivel nacional, como el Movimiento 23 de Septiembre, el Grupo Popular Guerrillero «Arturo Gámiz», los Guajiros,
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Los Procesos, Movimiento de Acción Revolucionaria 23 de Septiembre, el Partido de los Pobres y dio origen también, al grupo guerrillero urbano llamado Liga Comunista 23 de Septiembre. Todos esos grupos fenecieron en la segunda mitad de los años ochenta. Las medidas represivas por parte de la policía o de militares tuvieron antecedentes que no cumplieron sus objetivos, un ejemplo fue el surgimiento de la guerrilla de Lucio Cabañas luego de la represión a una manifestación pacífica el 18 de mayo de 1967. En Acapulco, el asesinato de 27 copreros desencadenó la aparición de la guerrilla de Genaro Vázquez Rojas. No quiero desviar el tema, mismo que es definir las características de un Estado represivo y autoritario, pero, como veremos en el capítulo 4, en 1994 la relación temática que la prensa estableció respecto a un levantamiento armado, fue muy diferente al momento en que Lucio Cabañas se levantó en armas, pero en este caso (Cabañas), más que sea básico hablar de la prensa por sí misma, importa hablar de esas medidas coercitivas latentes en el gobierno mexicano pues no existía como tal una prensa crítica, sino una serie de publicaciones aliadas al gobierno, entonces primero hay que definir ciertos tópicos, aunque por momentos (de este capítulo y del que sigue) no hable precisamente de la prensa y no la mencione, pues estoy abarcando otras cuestiones que considero posteriormente pueden sustentar el papel en el que se han ido desenvolviendo los periódicos o en qué consiste su relación con el poder. Por lo que es bueno retomar el análisis que hace Jacinto Rodríguez, en su capítulo “Prensa: Sombra y silencio” respecto a la guerrilla de Lucio Cabañas. El autor critica que en los primeros años el Excélsior de Scherer “fue poco crítico en momentos en que era necesaria su voz de denuncia frente a los excesos del poder”, por ejemplo, en 1974, en el asesinato de Cabañas la nota principal tenía como fuente la versión de una instancia oficial y en su editorial era descrito el guerrillero como un delincuente. (Rodríguez, 2007:141). Respecto a lo anterior ¿qué se debe decir de la prensa? ¿Que sólo un periódico influyente en México existía cuando Luis Echeverría ordenó ejecutar al ejército una operación de aniquilación a cientos de luchadores sociales incluido Cabañas? ¿Y que dicho rotativo sólo publicó la versión oficial? Es a lo que me refiero, primero hablaré de la transición como
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proceso histórico y cuando llegue su momento diré cómo se comportó la prensa, insisto, aunque por lapsos deje de hablar de la prensa. Carlos Montemayor relata acerca del tema: “De 1985 a 1991 realicé mis investigaciones de campo sobre la guerrilla de Lucio cabañas y la guerra sucia en Guerrero para escribir Guerra en el Paraíso. EN esa novela he descrito ampliamente las acciones del ejército y de las corporaciones policiacas federales y estatales en arrestos colectivos, asaltos a comunidades, torturas a detenidos, asesinatos de guerrilleros o de sospechosos de serlo; ahí consigno las distintas modalidades de la desaparición forzada de personas que van aparejadas a interrogaciones con tortura o al lanzamiento de presos desde helicópteros al mar de la Costa Grande en el estado de Guerrero. La información escrita y oral que obtuve durante más de cinco años de investigaciones de campo y de archivos para documentar mi novela en términos de insurgencia y operaciones militares, la compartí por vez primera con la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) cuando Jorge Carpizo era su presidente y Luis Raúl González el enlace conmigo y con las familias campesinas de la sierra de Guerrero que sugerí contactar. El informe preparado por la CNDH sigue constituyendo un valioso referente de la guerra sucia en Guerrero” (Montemayor, 2010:172). La matanza del 10 de junio de 1971 provocó la génesis de la Liga Comunista 23 de septiembre y de las Fuerzas de Liberación Nacional, ésta última, organización armada que en la última parte del siglo anterior aportó la base de trabajo para el nacimiento del Ejército Zapatista de Liberación Nacional en 1994. La matanza de 17 campesinos en el vado de Aguas Blancas en 1995 dio lugar al surgimiento del Ejército Popular Revolucionario (EPR). Lo que si debe quedar claro es que, tras estas medidas coercitivas implementadas en los setenta luego del 68, Echeverría haría hasta lo imposible porque los periódicos fueran sus aliados, porque sabría que al final la historia desenmascara y “Sus palabras lo condenan. Por eso el miedo a las letras impresas. Por eso” (Rodríguez, 2007:143). Hablaré a detalle al respecto y relacionaré lo necesario en el capítulo 4; mientras proseguiré con el concepto de democracia, que es básico para tratar el tema de la transición en México.
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3.2 Concepto de democracia Mi ideal político es el democrático. Cada uno debe ser respetado como persona y nadie debe ser divinizado. Albert Einstein
Para acercarnos al significado de “democracia” y luego de haber realizado un recorrido histórico de la prensa en México, hablaremos acerca del concepto de democracia, a partir del libro del politólogo italiano Giovanni Sartori ¿Qué es la democracia? (Taurus, 2008) se revisarán los postulados básicos al respecto y así completar una panorámica elemental de transición. 3.2.1 Origen y desarrollo del concepto de Democracia los modernos, para realizar la democracia en grande, se han tenido que conformar con menos democracia. (Sartori, 2008:172)
La concepción de la democracia está caracterizada por 3 tipos de ramificaciones: democracia literal, realismo y perfeccionismo. a) Democracia literal: Democracia viene del griego “demos”, tiene su origen en siglo V a.C. y hace énfasis en cuatro aspectos de su definición 1) pletosplenum (cuerpo de ciudadanos en su totalidad); 2) hoy polloi (a los muchos); 3) hio pleiones (a los más) y 4) ochlos (a la muchedumbre). Durante el imperio romano se transforma el “demos” en “populus” en el cual se agrega un sentido jurídico y una entidad orgánica al término. Actualmente el sentido empleado en las lenguas romance tiene un sentido singular en el cual el pueblo es una totalidad indivisible e implica una legitimidad a los totalitarismos del siglo XX al considerar a todos como uno solo. Es totalizador y disolvente, el individuo se funde en el espíritu del pueblo y tiene un fluir impersonal de la historia. En el inglés, al contrario “people” implica una acepción plural, the people, a diferencia de “popolo”, “peuple”, “volk”, “pueblo”, que implica que “el pueblo es”, versus la acepción anglosajona “el pueblo son”.
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En singular, el sentido se remite a una “voluntad general”; en plural es una agregado de muchos “cada quien”, son una multiplicidad oculta. El pueblo como totalidad orgánica e indivisible radica en el “populus medieval” y llega hasta la Revolución Francesa y a la primera Revolución Industrial. Es un concepto corporativo en donde “agrupaban al individuo en nichos que resultaban inmovilizantes pero a la vez protectores” (Sartori, 2008). El antecedente de “demokratía” se lo debemos a Heródoto, quien le da un sentido al “demos” de ciudadanos de la polis, en la cual, “polis” era una comunidad (gemeinschaft). Existió en dos momentos (comunidades medievales y luego en el tercer y cuarto estado (Revolución Francesa). A raíz del surgimiento de la máquina de vapor surgen las masas, el hombre masa y la sociedad de masas. Este hombre de masas se recrea en una democracia en donde elige y decide; vota con la mayoría y se nutre de esa mayoría pero al mismo momento deja de estar sometido a voluntad propia. Su poder radica en la posibilidad de cambiar de opinión, que es como se ejerce la libertad, misma que es un ejercicio continuo y duradero y se puede pasar entonces de esa mayoría a una minoría. Las más avanzadas democracias modernas se rigen bajo criterios en los cuales la seguridad de las minorías representa el quantum de libertad que un país posee. La sociedad de masas es un agregado amorfo con las magnitudes ya de una megalópolis, es decir, la antítesis de una polis. Contiene la cualidad de la aceleración del cambio, la movilidad geográfica y la pérdida de familiaridad debido a que el hombre pierde su tejido conectivo natural, es un individuo alienado y sin raíces. La sociedad de masas es una sociedad fácilmente expuesta a la movilización y a la manipulación: está aislado, es vulnerable y siempre está disponible; puede oscilar entre un fanatismo y una extrema utopía. En las democracias el poder es de quien lo ejerce, ahí tiene su sustento el poder del pueblo. Pero para ello una cuestión elemental es contar con una representación electoral en la cual
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la lucha por el poder se ejecute con garantías y en determinadas condiciones de libertad. Se suprime a un “poder propio” si la representación es una “mistificación”, por lo que cualquier elección sin oposición es un fraude (Sartori, 2008:36). Las democracias modernas se rigen por reglas mayoritarias en donde el mandato corresponde a quien obtiene más votos, pero que tiene la característica clave que quien tenga esa mayoría será el sector de la sociedad que realmente cuente. El poder del pueblo es el gobierno sobre sí mismo, en donde se expresa de manera elíptica pues más que importar la ida, el proceso de transmisión da mayor énfasis al control de los controlados sobre los controladores (la vuelta). b) Realismo y perfeccionismo (implicaciones etimológicas del término): Estas variantes se posicionan en dos conceptos, racionalista y empirista. El primero tiene el objetivo de proyectar racionalidad en la realidad y el segundo es la proximidad de lo que se puede ver, tocar y experimentar. Este último nos remite a una forma de los hechos a la mente. El racionalista habla de su instinto por rehacer todo desde sus bases, tiene una acepción hegeliana que define que lo racional es real y lo real es racional. En términos prácticos, la vara de medir es la racionalidad misma, lo que es verdad en teoría es verdad en la práctica. Este apartado implica coherencia, se impone y se superpone a la experiencia, es definitivo. Para el empirista, un racionalista es un ser sensato… “para el racionalista, debemos ser racionales (rigurosos y coherentes) aún a costa de ser insensatos” (Sartori,2008:49). c) Perfeccionismo: Lo que ha hecho siempre del Estado un infierno en la Tierra es precisamente el intento del hombre de convertirlo en su paraíso. Hörderlin
El perfeccionismo es un idealismo extremo en donde la soberanía es sinónimo de autogobierno y que tiene su fundamento en la construcción de la democracia
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norteamericana (aquella de la que habló Tocqueville y que mencioné anteriormente) en donde se ejemplifica que un ideal es un ideal y posteriormente se postula que todos los hombres son creados iguales. Respecto a aspiraciones que definieran un nuevo estado social, Rousseau definió a su ciudad ideal como una asociación entre individuos que defienda y proteja a cada miembro, pero que el sujeto en comunicación con los demás se obedezca a sí mismo y sea libre. Esta definición contiene dos objetivos principales: la libertad y la igualdad. En su posición, Marx definió al comunismo como una comunidad en común (Gemeinwesen) en donde no se da ningún “kratos”; el libre desarrollo de cada uno es la condición del libre desarrollo de todos, y se es libre porque se puede realizar cualquier actividad sin exclusión de otras actividades y es la sociedad misma la que regula la producción conjunta (el tipo de actividades). La libertad y la esfera exclusiva de actividades son incompatibles en el comunismo. De la producción social surge la idea de la “falsa conciencia” en donde todo nuestro pensamiento enmascara los intereses materiales de la clase dominante dado que es una mentira inconsciente que consiste en dos fases: 1) nuestras ideas son clasistas (están condicionadas y determinadas por una pertenencia de “clase” y 2) Por lo tanto, son falsas. Finalmente se impone una hegemonía clasista por un grupo dominante que únicamente puede ser confrontado por la libertad de cada individuo en su conjunto. El esclavismo es la subordinación a la división del trabajo, idea básica que recoge el concepto de alienación, la cual dice que el hombre se encuentra enajenado de sí mismo, por lo que su salvación está en la recuperación para sí y en sí. Idealistamente, el comunismo es la recuperación de la libertad absoluta (Gemeinwesen). La idea más moderna de democracia proviene de Bertand Russell en 1946 y es la más usual a la fecha y dice que la democracia tiene que ver con un gobierno de la mayoría y donde el pueblo en su naturaleza ignorante, desconoce de sus propios intereses por lo que es un gobierno sobre el pueblo, a pesar del pueblo y en interés del pueblo (Sartori, 2009:287).
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Es un efecto inevitable, no podemos escapar de ella porque la hace inadvertida. El fin de la comunidad (la polis) significó ser una ciudad sin Estado. “Estado” viene de “status” término que se empleó bajo el significado de “estado de las cosas” hasta el siglo XVI, implicaba “el estado en que uno nace” y de ahí se derivó la interpretación de clase social (estado social). A Maquiavelo en su libro El príncipe, es a quien se le asigna el nuevo significado de la palabra “Estado”. En su obra señala que los Estados pueden ser repúblicas o principados, aludiendo a una forma de gobierno sobre los hombres en la antigua Italia maquiavélica en la cual las formaciones políticas medievales –regnum, imperium o civilitas– eran “manifiestamente” inadecuadas, por lo cual ya se asignaban expresiones como “Estado de Florencia” o “Estado de Venecia” (Sartori, 2008:168). El proceso de transición en las formaciones políticas posteriores a ese periodo tuvo una transformación importante hasta el siglo XIX al designar el concepto y práctica del tipo de estado que en la actualidad manejamos. La idea a la cual me refiero es el surgimiento de una “Herrchaft”, palabra alemana que significa: soberanía, señoría, baronía, dominio, dominación, mando, enseñaramiento, gobierno, imperio. Una Herrschaft contaba con un “Herrscher”: soberano, reinador, dominador, gobernante. El cual domina, reina, impera y quien era acompañado de una “Herrscherin”: soberana. De ambos podría surgir una Herrscherhaus: dinastía. Toda esta terminología emerge de la palabra “Herr”: señor, dueño, amo, patrón, soberano. En español la palabra “señor” refiere a un dueño de una cosa, que tiene dominio y propiedad en ella, proviene del latín “senior” que significa más viejo; viejo, anciano; esta palabra es comparativo de “senex”: el viejo; la vieja; de muchos años. Giovanni Sartori habla de esta Herschaft como un dominio que cuenta con una estructura, es impersonal y tiene un control efectivo en el cual anuncia su poder o autoridad (Sartori, 2008:169).
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Esta versión contemporánea implica un vasto conjunto de estructuras de mando, de administración y de legislación… algo similar a la frase que hoy conocemos como “aparato de Estado”, que se sostiene por una variedad de otros aparatos. Tuvo su gran auge al final del siglo XIX, pero sobre todo con la primera Guerra Mundial, suceso histórico que determinó la instauración del Estado y el fin de los Imperios. Este rompimiento que da génesis al Estado, es en realidad una ruptura milenaria en la forma de concebir la organización social pues, como lo mencioné anteriormente, pese a que vulgarmente se le conoce a las polis como ciudad‐estado, acepción incorrecta y lejana de la realidad, pues la polis era una pequeña ciudad constituida en comunidad, una democracia “sin Estado”. La democracia helénica se conformaba por un consejo (boulé) de 500 miembros y tenía una amplia variedad de magistraturas; los cargos públicos eran asignados por sorteo y con una rotación muy rápida. Era una ciudadanía “sin políticos” con una configuración horizontal de la política; gobernados y gobernantes se intercambiaban por turno, papeles, etc. El concepto de soberanía y las distinciones de titularidad y ejercicio de poder provienen de la era medieval, por eso el término de soberanía popular tiene mayor importancia desde los romanos. La polis al no incluir la formación de Estado aludían a una forma de gobernar sin verticalidad. La cuestión para su supervivencia era precisamente la koinonía, la comunidad, en pocas palabras una ciudad pequeña. Sin Estado quiere decir sin extensión. Por lo tanto, esta transición de una pequeña comunidad a un Estado requirió de dos mil años; se ha mantenido una democracia y para que dejara de ser pequeña se transformó en Estado, y ahora está libre de límites y tamaños (Sartori, 2008:170). Respecto al tema de los griegos, Heródoto fue el inventor de la palabra “democracia” en el 456 a.C. y la cual tenía una característica fundamental, la “isonomía”: leyes iguales, reglas iguales para todos… aspecto que abordaré con el postulado que hizo Aristóteles respecto a la degeneración democrática, que en juicio de Sartori, Aristóteles se anticipó magistralmente a la modernidad.
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El griego elabora un esquema general sobre las formas de gobernar que podrían surgir del gobierno de “los más”, “de los muchos”, del gobierno de la democracia y que el filósofo definió como el mal gobierno de los muchos. El número de gobernantes, más el interés al que sirven (general o propio); luego, el gobierno de uno solo, del que surge la monarquía, tipificada como buena y la oligarquía como “mala”. El gobierno de muchos en politeia (buena) y democracia (mala). En conclusión, el estagirita muestra uno de los tres casos de mal gobierno, el de gobernar con un interés particular (democracia). Dicha concepción del término se debió a que el “demos” cada vez que había una transición de gobierno, hacía y deshacía las leyes a su antojo, lo que a la larga ocasionaba la polarización social… conflicto entre clases y por ende el significado asignado a “democracia aristotélica”: el gobierno de los pobres. El verdadero sentido de la autocracia griega (que da sustento a la democracia) fue gobernarse a sí mismo, pasando toda la vida gobernando. Situación de desequilibrio social al entregar el ciudadano su vida (entrega de trabajo diario) al servicio público “El ciudadano total” producía una sociedad malformada (ciudadano de tiempo completo). La solución, ya dejando a Aristóteles, fue una democracia representativa, que conlleva un “proceso político entretejido de mediaciones” para evitar radicalizaciones en la forma de gobernar. Aspecto del que surge la sociedad civil. Y para bien o para crítica están estas frases históricas de los personajes que marcaron la concepción de comunidad: “Quien tiene la necesidad de trabajar para vivir no puede ser ciudadano” Aristóteles. “Los que trabajaban eran los esclavos” Rousseau… el gran quehacer del pueblo era su propia libertad. Una democracia contará con una sociedad civil, una esfera autónoma y autosuficiente, esa sociedad prepolítica en donde hay un sistema de control con limitación de poder. Nosotros claramente no estamos condenados a la “condición infeliz” en la que “el ciudadano puede ser perfectamente libre sólo cuando el esclavo sea perfectamente esclavo” (Sartori, 20078;172).
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La democracia ateniense concluyó en el año 323 a.C., tuvo un siglo y medio de existencia. La palabra República proviene de “res” y “pública” cosa de todos, en donde hay interés general, un bien común. Es un sistema político de todos en el interés de todos. En inglés se convierte en “common weal” que evoluciona en “Commonwealth” que es bien y bienestar común, justo y medio. Todo sistema democrático se cimienta en un deber ser y debe ser entendido en realidad como una poliarquía, cuyo funcionamiento se entiende a efectos normativos, es una relación constante entre el deber ser y el ser y en la cual los ideales suelen ir por encima de una condición real (Sartori, 2008:18). La cuestión dual (deber ser y ser) se desarrolla al hacer tangible una prescripción, y a su vez siempre debe perdurar un ideal para que la democracia exista. El ideal democrático no define la realidad democrática y el deber ser de la democracia no es la democracia misma, por lo que será oportuno comprender los tres tipos de democracia que hay. Como hablaré en el último capítulo, la prensa cívica tiene como ideal un Estado democrático; el ejercicio periodístico civilista tratará de acercarse a la sociedad civil mediante el contenido de sus publicaciones, mismas que serán sustento del espacio público ciudadano para intercambiar opiniones y construir el Estado ideal, pero la prensa cívica por más crítica que sea, no es la democracia misma, es sólo una herramienta y un modelo de periodismo, antes que cualquier otra cosa. En este momento, es oportuno abordar los distintos tipos de democracia. 3.2.2 Tres tipos de democracia: política, social y económica Si nos fijamos no en las definiciones verbales, sino en el modo en que la mayoría de la gente usa la palabra , descubrimos que no tiene nada que ver con el autogobierno. James Burham
La democracia social en su aspecto más primitivo se refiere a una sociedad que cuenta con la igualdad de condiciones y con un espíritu igualitario colectivo. El término proviene de
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Tocquevile en su obra La democracia en América donde define a la democracia como un “estado de la sociedad” como eran los Estados Unidos de 1831. Por su parte, Bryce entiende a la democracia como una forma de vivir y convivir, condición general de toda sociedad; término que implica una connotación de democracia únicamente como concepto político. La democracia social se constituye de un ethos cuyos miembros pueden verse y tratarse como socialmente iguales. Este tipo de democracia es en realidad una sociedad multigrupal en donde sus interrelaciones nutren a la democracia desde su base y forma entre todas un gran conjunto de democracias primarias que actúan desde la sociedad civil. Su actuar sirve de base a la superestructura política. La democracia económica sustenta su significado procedente de la democracia industrial y se refiere a una práctica democrática en el lugar de trabajo y en la organización y gestión de trabajo. Se compone de la pieza clave, el trabajador, quien es miembro de una comunidad económica concreta que en su forma acabada implica un autogobierno local y que constituye al ámbito nacional el cual se basa en un sistema político que contiene criterio de representación de oficios y competencias. La democracia política tiene la cualidad de ser dominante y condicionante, en otras palabras, si no está la democracia principal, las otras dos no tienen posibilidad de existir. EN lo general, democracia no es antónimo de tiranía, sino de aristocracia, y es una estructura social horizontal. Democracia en su sentido natural se refiere a democracia política. En cada microdemocracia formada (fábrica) se ejerce la titularidad y el ejercicio del poder. La democracia política se refiere a una igualdad jurídico política, la social a una igualdad de status. La primera es una condición necesaria de las otras dos. Democracia social y económica son una ampliación del concepto de democracia en su sentido político, se presentan en casos de democracias más consolidadas, auténticas y conforman a una grupo de “microdemocracias, democracias de grupos pequeños” (Sartori, 2008:22). De esta manera concluyo el complemento del concepto de transición, “democracia” que de manera breve se pretendió explicar las implicaciones fuera de la haute vulgarisation que se
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suele contemplar de ese término y que significa un pilar fundamental a la hora de abordar el tema de cualquier proceso de transición. Ahora me abocaré a pormenorizar el concepto de transición, no agotándolo en su término mismo, sino en las implicaciones que contextualizan el proceso evolutivo por el que México ha tenido que pasar para construir su propia democracia y en qué punto se encuentra. Básicamente, el principio implica inevitablemente hablar de un solo tema en concreto, el antiguo régimen y cómo se desarrollaron las cuestiones democráticas o anti democráticas en ese sistema político del que hoy sólo se tienen lagunas, pero que fue hecho para perdurar en el poder, simular un sistema democrático y llevar al extremo el populismo en diferentes etapas. Por lo tanto, antes que pormenorice en el tema “prensa” hablaré de esos resquicios que la democracia mexicana desconoció por vivir con un régimen como el que a continuación se describirá. 3.3 La transición simulada en México Durante cuatro décadas, la economía de México generó suficiente riqueza para mantener unido al sistema político. El costo social de esta estrategia fue elevado y, aun antes de la crisis de principios del decenio de 1980, el “milagro” económico no había podido proteger a varios millones de la desnutrición, el subempleo, el analfabetismo y las condiciones de vida paupérrimas (Riding, 2006:165)
“Transición” es la acción y efecto de pasar de un modo de ser o estar a otro distinto, proviene del latín “transitio” que significa “el pasajero”.8 El proceso de la transición política en México tiene que ver con los distintos cambios de régimen que ha habido en nuestro país; es una alternancia en el orden de las diferentes 8 Un pasajero es aquel que va de camino de un lugar a otro, alguien que no ostenta un cargo en el vehículo en
el que se transporta porque su trayectoria es sólo transitoria, es fugaz y perecedera.
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fuerzas políticas en el cual se regenera la figura común de poder político y se instaura una nueva legitimación ético‐jurídica. La transición contiene cambios institucionales y es una constante evolución lenta en la cual de manera consciente o inconsciente hay una transformación de la cultura ciudadana. Para que la transición pueda desarrollarse es necesario que existan las condiciones político‐ sociales aptas para incluir un nuevo pacto social. En este contexto, la transición política en México se realiza en un sistema político que proviene de un régimen presidencialista sexenal y que estuvo gobernado durante 71 años por un partido único y donde el eje era el presidente de la República y cualquier tipo de oposición sólo era retórica. Incluso la prensa crítica desde antes de la fundación en 1929 del Partido Nacional Revolucionario fue relegada al bando de los contrarios “al bien de México”, junto a los anarquistas y aquellos seres molestos que sólo buscaban la guerra y la división de los mexicanos, así era la realidad de la prensa crítica en la posrevolución. Frases como “la dictadura perfecta” o que el Partido Revolucionario Institucional (PRI) era un verdadero “animal político” en el Estado mexicano, definen la naturaleza del sistema que se ha ido transformando en una incipiente democracia. En otras palabras, era una construcción autoritaria sin las normas mínimas para que un estado democrático pueda operar en la sociedad mexicana. Para que la transformación política sea palpable se requiere de un aspecto fundamental: la participación ciudadana. A través de la sociedad civil se establecen prioridades elementales para la consolidación democrática, tales como el respeto a los derechos humanos, el lugar de las organizaciones sociales, los derechos de los pueblos indígenas y la aceptación a la diversidad. Es así que la transición implica un proceso evolutivo sociedad‐gobierno en el que se tiene entendido que en la ciudadanía radica la última esencia de la sociedad, y ésta será la que transforme a las instituciones del Estado por lo cual se destaca que “no hay sociedades libres si no hay ciudadanos libres” (Cansino, 2009:245).
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Por parte del gobierno, el poder se entiende como el uso de un espacio vacío que únicamente se puede ocupar simbólicamente por la ciudadanía y nunca de manera material. La democracia proviene de las iniciativas ciudadanas y la transición a la democracia no se valora únicamente por factores políticos o económicos, sino se logra por la participación ciudadana, aspecto estrechamente ligado a la transición ya sea si existe una fortaleza social o no la hay. El siglo XX en México se constituyó de una sociedad y gobierno que vivieron un largo, sui generis y complejo proceso de transición en el cual existió desde 1929 hasta el 2000 un partido gobernante, bastión del presidencialismo. Al haber únicamente una afirmación presidencial como sistema de gobierno, todas las instituciones del Estado se subordinaban a él y los partidos de oposición tenían una lógica “leal” (la oposición leal”), quienes eran aquellos que cuestionaban al régimen pero no lo confrontaban, como lo fue el Partido Acción Nacional, a partir de 1938. Con respecto a la prensa, se consolidaba una visión periodística en que el objetivo principal de un periódico no era ser un medio crítico y mucho menos analizar objetivamente a las políticas públicas o las necesidades de los ciudadanos, sino era algo más banal y putrefacto, hacer negocio a costa del servilismo con el presidente, quien a través de “la publicidad gubernamental en medios, que durante décadas fue el verdadero sostén económico de los medios de comunicación en general” (Rodríguez, 2007:147), estableció una medida de control a periódicos, ya que si se iba en contra de la línea oficial, te quitaba la publicidad oficial y el negocio dejaba de ser lucrativo. Con respecto al “nefasto Scherer”, quien era todo un dolor de cabeza para el sistema presidencialista, pretendía solicitar publicidad pagada a través del Excélsior para la edición de homenaje a la esposa de Díaz Ordaz, la Secretaría de Gobernación emitió un telegrama para todos los gobernadores (AGN. Fondo DIPS. Caja 2952) el 30 de diciembre de 1969: “Dicho proyecto o cuenta con la simpatía ni apoyo y ruéguesele, con su discreción y tacto característicos, negar todo tipo de ayuda directamente de ese gobierno” (Rodríguez, 2007:147). Y existía esta respuesta porque el contenido editorial de ese rotativo no era de
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la simpatía gubernamental y, como se hablará más adelante, Julio Scherer y José Pagés no apoyaban a Echeverría como candidato a la presidencia. “La firma [de ese telegrama era de] Mario Moya Palencia, subsecretario de Gobernación y en esos días encargado del despacho [es decir, de la Secretaría de Gobernación] mientras Echeverría recorría el país para cumplir con el ritual que lo llevaría, de todos modos, a la Presidencia de la República” (Rodríguez, 2007:147). Es así que desde el establecimiento del PRI como gobierno hasta la alternancia mal lograda en 2000, se gobernó a México de manera unilateral, centralista y populista, y además, con un apoyo total de los medios de comunicación, salvo muy contadas publicaciones como lo han sido Excélsior (de Scherer), Proceso, Unomásuno, La Jornada y Reforma, o bien, según el enfoque… con una política de control de la comunicación en el Estado mexicano. Nuestro país no vivió una democracia, sino una forma de gobierno que simulaba elecciones, falseaba leyes, institucionalizaba a los movimientos sociales y que se regía bajo una sola premisa: la que dictaba el señor Presidente. Quien piense lo contrario, se aleja de esa “democracia de fachada” que se instituyó por 71 años, periodo en el que nunca hubo una democracia. El sistema político tenía elecciones periódicas pero no competitivas, el sucesor lo elegía el presidente en turno y tenía que ser del PRI. Luego de la Revolución Mexicana, Plutarco Elías Calles fue quien conformó “un espacio consensual más no democrático” (Silva‐Herzog, 2000:23). Este régimen fue creado desde un principio para que tuviera una larga continuidad institucional, una “eternidad artificial” de un sistema político que contaba con varios partidos políticos y donde una verdadera alternancia era impensable porque las reglas fueros creadas por el mismo partido hegemónico (donde siempre ganaría) y los demás partidos eran literalmente simples espectadores. Para lograr una política presidencialista, lo otros dos poderes: el legislativo y el judicial fueron dóciles, en especial el Congreso de la Unión, el cual, no contaba con reelección, lo que aseguraba un constante flujo de políticos que cada 3 años serían renovados por otros y que
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al no generar carrera fueron servidores públicos amateur y su principal función era la de apoyar al régimen y al ejecutivo. En el aspecto social, este “animal político” reunió a obreros, campesinos, mineros, maestros; todos ellos afiliados a organizaciones controladas por el Estado, aspecto que conformó al corporativismo mexicano, bastión del PRI para controlar, manejar, manipular a las masas, las cuales, corporativizadas siempre apoyarían al régimen. Un regla tácita fue la siguiente: en el gobierno sólo debía sobresalir una fuerza política, la del presidente, y éste no debía tener sombra alguna. Cada nuevo sexenio se conformaba una nueva élite en el poder, constituida por familiares, amigos y socios del ejecutivo. Fue un sistema de vasallaje, silencio, disciplina, servilismo (Silva‐Herzog, 2009:41) donde, además de la figura intocable de ese régimen, un factor se convirtió en una regla básica en México: la corrupción/lealtad, el método de control político y el otro, el de servilismos. El PRI fue una proyección depurada del estilo porfirista de gobernar, los ejemplos fueron evidentes: el corporativismo colectivo y el poder absoluto del presidente. Entendemos al sistema político mexicano como un régimen en el cual había un vínculo de dependencia y fidelidad de todas las instituciones y la sociedad hacia el presidente, situación que se manifestaba en ceremonias especiales, una de ellas, la más emblemática durante décadas: el informe de gobierno, sinónimo del “día del presidente”. Todo individuo en el gobierno estaba sometido al servicio de las órdenes presidenciales y cualquiera que ingresara tenía la obligación de seguir la pauta de “envolver al presidente”. El silencio era comprado por dinero de las arcas públicas y la disciplina de salvaguardar los intereses del sistema político mexicano era, desde todos los niveles: proteger al presidente… por ende se protegía al sistema. En dicha obligación, los dueños de medios eran vitales pues “A diferencia del amargo trato que se dio a Excélsior, la relación del gobierno con la mayor parte de los diarios era marcadamente distinta […] Con otros, definitivamente, no había siquiera el menor esfuerzo, pues antes de que lo pidiera el gobernante, funcionario o político en turno, las páginas o espacios de radio o televisión estaban a su disposición” (Rodríguez, 2007:149).
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Entonces, de forma todavía muy precaria se vislumbra una manera de gobernar en que implícitamente los medios formaban parte del gobierno, pero oficialmente “eran independientes”. Al respecto, me gustaría introducir por primera vez un concepto que veremos a detalle en el capítulo 4, a lo anterior, Jacinto Rodríguez lo llama “la tiranía invisible” porque es algo que existe pero como lo acabo de mencionar, en apariencia se ve, pero, oficialmente no existió para la población, porque era parte de la estrategia de comunicación gubernamental. Hoy se sabe gracias a los documentos desclasificados del Archivo General de la Nación que Jacinto Rodríguez analizó en su investigación y que es de donde surge su libro La otra guerra secreta. Los archivos prohibidos de la prensa y el poder (Debate, 2007). Para conocer más acerca del concepto de gobierno priísta que fue fundado en la sumisión incondicional a la autoridad, ejemplo de un poder omniponente pero sin fines democráticos, sociales o culturales es que a continuación abordaremos al Antiguo Régimen. 3.4 El antiguo régimen Vino el éxito, la época de abundancia, el augurio de que este país sería una potencia media, como Francia, y López Portillo perdió el rumbo... Transformados sus caprichos en actos de gobierno, designó heredero a Miguel de la Madrid. (Scherer, 2007:94)
Cuando se acordó la fundación de un nuevo régimen post revolucionario, se pretendió crear gobernabilidad al hallar en las diferentes posturas consenso con la finalidad de trascender a otro estado de gobernar. En ese momento la finalidad fue organizar a un gobierno y terminar con la Revolución. Aquellos que decidieron ejercer esta transformación vivieron una transición política que reunía a visiones contrapuestas y en la cual se pretendió desarrollar los principios revolucionarios. La dificultad de gestar este nuevo pacto social radicó en que las partes críticas involucradas rechazaron de inicio esta nueva conformación al entrever en ella una consolidación no democrática.
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Como consecuencia se segregó a las partes que no quisieron “pactar” el inicio “democrático” de México y sólo se introdujo a un grupo reducido que se hizo del poder. Aquellos que criticaban ese acto, obtuvieron como respuesta la confrontación desde el poder y se les catalogó de revoltosos, delincuentes, subversivos y peligrosos. De esta perspectiva es que surgiría toda la historia de un México que en 71 años sólo conoció una forma de gobernar: la autoritaria. Tal vez por eso Jesús Silva‐Herzog Márquez, incluso después de que ya había dejado de gobernar el PRI en Los Pinos, opina: He escrito “transición”. Debo decir que a pesar de que está en el título mismo de este libro, uso la palabra sin placer… Pronunciarla en estos tiempos es como meterse un chicle masticado a la boca (Silva‐Herzog, 2000:12). Desde que se conformó el PRI, cualquier visión de oposición (contrapuesta) fue rechazada, excluida, aplastada. En ese tenor, pertenecer a un pensamiento liberal o de izquierda era visto como querer levantarse en armas, algo similar a armar una revolución. El origen de ese sistema político tuvo un concepto básico, el nacionalismo, que incluyó una visión revolucionaria, que tenía que establecerse por medio de un partido hegemónico y por lo tanto, cualquier idea de democracia iba después de nuestro nacionalismo. Para llevar a cabo esa función se ejecutó un acaparamiento de la política, del poder mismo y se rechazó la posibilidad de cualquier tipo de pluralismo que no proviniera del régimen, así se protegía a la nación, por medio del autoritarismo como forma ideal de gobierno. La monopolización del poder se realiza por medio de la significación, es así como el Partido Nacional Revolucionario en su mismo nombre comenzó por asignarse un carácter de propiedad de una nación. El uso de los colores de la bandera mexicana en su emblema y sobre todo formalizando la herencia que dejó la Revolución y sus causas, mismas que serían efectuadas de manera oficial por un partido “nacional”, con el que se identificaran todos los mexicanos porque era un verdadero “partido mexicano”. “Lo simbólico es lo que crea la cohesión” (Silva Herzog, 2000:24). Lo anterior implicó una auténtica expropiación de la simbología nacional por medio de una institución no democrático y política.
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El nacimiento del PNR buscó la unidad como factor principal, luego del movimiento armado de 1910, tuvo una misión pacificadora; era el remedio contra la violencia, un organismo político de la Revolución Mexicana en un inicio y que en el sexenio de Lázaro Cárdenas se consolidó al crear una estructura compuesta por corporaciones y que desde su fundación era una coalición formada de caudillos regionales, una alianza comprendida a lo largo del territorio nacional. Se creó para perdurar, para adueñarse del poder y que su institucionalidad no dependiera de una figura, sino del sistema mismo, uno de carácter circulatorio, que sistemáticamente fuera relevado, que existiera la transferencia del poder pero con un mismo fondo, el sistema priísta. Cada nuevo mandato se legitimaba en las elecciones, las cuales no tenían competencia, no la había y siempre fueron un simbolismo sin fondo y que entronaba al sumun de ese régimen: el presidente. Entendemos al sistema priísta como un largo y complejo proceso de afirmación presidencial (Silva Herzog, 2000:26) en el que cualquier otro poder está subordinado al ejecutivo, incluyendo el “partido nacional”, el cual sólo era un negociador de la política mexicana para prolongar el régimen. El papel de diversos rotativos en dicha subordinación fue fundamental, un periódico que cumplió a cabalidad su función de vocero gubernamental fue La Prensa, aliado e incondicional del gobierno mismo que contaba con una característica básica que le servía de lleno al Estado y “que le daba sentido único a esa relación: el perfil amarillista de las noticias, lo que aseguraba en cierto modo una influencia directa en un amplio sector de la población […] En agosto de 1966 La Prensa alcanzaba ventas de más de 70 mil ejemplares diarios, mientras que Excélsior y El Universal, dos de los diarios más importantes, apenas rebasaban 20 mil ejemplares por día” (Rodríguez, 2007:149).
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Para que el PRI llegara a esas instancias, primero, en el cardenismo se instauró una base de apoyo social de índole aliancista, herencia directa de la dictadura porfirista y pieza maestra del PRI: la amistad para hacer política.9 Un favor, es una ayuda, un socorro que se concede a alguien; también una honra, beneficio, gracia (favor: favor, protección, amor, inclinación). Entonces resulta fundamental comprender y sobre todo valorar el sentido que en la práctica política determinó el largo proceso de transición en México, que tuvo una fórmula de origen en el Porfiriato, dictadura que duró 30 años y que terminaría por el estallido de la Revolución, fórmula que fue retomada por los principales caudillos revolucionarios y que fue sustento para ejercer otra dictadura, “la perfecta”. Para comprender este punto de vista, retomo a Jesús Silva Herzog Márquez: “La Revolución es antes que cualquier otra cosa, “guerra”. Para combatir al enemigo, en una guerra, existen las alianzas con la finalidad de congregar a una coalición suficientemente poderosa y derrotarlo, así Lázaro Cárdenas pasó de las alianzas militares a apoyos permanentes del estado por parte de sus caudillos regionales, el objetivo fue: ’conformar una base política socialmente amplia para enfrentar a los enemigos’” (Silva‐Herzog, 2000:33)… palabras más, palabras menos. En este entendido las corporaciones sustituyeron a órganos institucionales como el Congreso de la Unión en una labor elemental: la representación social, dejando de un lado a la competencia electoral (no había reelección parlamentaria) y el debate legislativo. Por medio del corporativismo se explotaban las demandas sociales, es decir, el Estado 9 La palabra amistad significa afecto personal, puro y desinteresado, compartido con otra persona, que nace y
se fortalece con el trato. Proviene del latín “amicitas”, proviene de amicitia que significa “amistad”, ésta a su vez proviene de amicus, amigo: ser amistoso y favorable, un amigo político, un camarada. Así mismo tiene una connotación paralela: merced, favor”, la primera es un premio o galardón que se da por el trabajo, viene del latín “merces” y significa estipendio, una paga o remuneración que se da a alguien por algún servicio; del latín “stipendium”: paga a la tropa. Un estipendio era la paga por un año de servicio durante una campaña bélica o una expedición militar y que solía tener gran remuneración debido a que se exponía la vida.
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expropiaba las demandas de la sociedad civil para crear un estado de paz, ésa fue una de las razones de su autoritarismo: una sociedad civil débil en la cual administraba lo que ésta requería en función de su interés para prolongar el régimen o bien lo anterior fue “la colonización de sus espacios por parte del Estado” (Silva‐Herzog, 2000:34). Debemos tener perfectamente claro que este sistema sui generis de organización política surgido de la Revolución Mexicana fue en realidad una forma de gobierno consensual que escondió desde su nacimiento su principal característica: un régimen no democrático, aquel en el que “El tejido corporativo de alianzas es la modernización del edificio porfiriano, es decir, de la política basada en la amistad” (Silva‐Herzog, 2000:33). Durante los sexenios del “animal político” las transformaciones hacia un Estado democrático fueron lentas y poco útiles en realidad. Únicamente cambiaba el representante de una organización estatal corrupta y autoritaria pero la esencia: irreflexiva y antisocial perduró a lo largo de sus 71 años. La normatividad en que se mantenía en el sistema priísta cambió sustancialmente al final del gobierno de Luis Echeverría Álvarez, quien en plena crisis económica (luego del mal empleado Desarrollo Estabilizador), nombró sucesor al primer tecnócrata en el gobierno: José López Portillo. Usualmente eran elegidos generales o posteriormente lo común fue que el sucesor sería el secretario de Gobernación, sin embargo, hubo un cambio de rumbo al elegir una tendencia neoliberal y antipopular al final de los setentas. Cabe destacar que en esa transición hacia un estado neoliberal se vivió una elección presidencial sin opositor, ya que Acción Nacional decidió no participar, Silva‐Herzog Márquez opina al respecto: “El control del oficialismo era apabullante, asfixiante. No obstante ese mismo poderío resaltaba más claramente que nunca el déficit democrático. Sin una oposición estimable, el título democrático del régimen era risible” (Silva‐Herzog, 2000:55). El ex candidato presidencial en 2006, Andrés Manuel López Obrador señala que la crisis del Estado mexicano a la que nos estamos refiriendo se origina en la década de los setentas, cuando “un grupo internacional de potentados” decidieron implementar medidas absurdas
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como la supremacía del mercado, la desregulación de la economía y del sistema financiero, en otras palabras el neoliberalismo. “En el caso de México, estas políticas comenzaron a implementarse desde el gobierno de Miguel de la Madrid (1982‐1988), pero se profundizaron durante el sexenio de Carlos Salinas de Gortiari (1988‐1994)” (López Obrador, 2010:15). Ése fue el origen de un cambio reprimido y atrasado desde 1968, que vislumbró no sólo oportuno sino necesario para darle sustento al régimen, una salida por medio de un precario fortalecimiento a la oposición que de no haberse dado el sistema pudo haber colapsado. La Reforma política de 1977 conducida por Jesús Reyes Heroles, significó el principio del cambio democrático en México, y para el PRI, tener futuro en el poder, aunque sólo fueran algunos años más. El control en la apertura democrática del régimen desistió de su función monopolizante en 1994 debido a factores sociales y políticos que obligaron “a soltar las riendas del proceso”. En primer lugar: el cardenal Juan Jesús Posadas Ocampo (24 de mayo de 1993), El levantamiento armado en Chiapas (1º de enero de 1994) y los asesinatos del candidato oficial priísta Luis Donaldo Colosio (23 de marzo de 1994), y del secretario general del PRI José Francisco Ruiz Massieu (ex esposo de la hermana de Carlos Salinas, 28 de septiembre de 1994) . Hay que señalar que desde el sexenio de Echeverría: “El detonador de la transición fueron las sucesivas crisis económicas. La longevidad del PRI se debe en gran medida al aparato clientelar que logró armar […] el PRI no era un solo partido, era una forma de vida, de repartirse el botín, pues hasta los ochenta hubo mucho que repartir porque México crecía, porque teníamos petróleo, etc”. Denise Dresser (Aristegui y Trabulsi, 2009:108). La opinión de la periodista, Dresser, es el punto rojo que en gran medida tiene que ver con el surgimiento de una prensa civilista por dos cosas, ella señala un periodo, “los ochenta”, y a “las sucesivas crisis económicas”, estos dos factores serían, tal cual lo dice: un detonante
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de una organización social que evolucionaba y que tenía mucho que ver con la sociedad civil. En otros términos es el producto de gobiernos tecnócratas que heredan de “la dictadura perfecta” un aparato clientelar que ya no podía ser sostenido por un gobierno neoliberal y por lo tanto, al no haber ese “botín”, todo lo que se había creado de un Estado paternalista, consensual y autoritario, se tambaleó, era una nueva “complejidad social” en donde la prensa cívica aprovechó su momento, y por otro lado, gracias a auténticos periodistas críticos formados en la escuela del “nefasto Scherer” en pleno “control informativo” de los setenta (también llamado “Guerra Sucia”) crearían en los ochenta organizaciones periodísticas que por fin podrían ser autónomas, críticas y con carácter civilista.10 “…a partir de diciembre de 1985 el secretario de Hacienda, Jesús Silva‐Herzog, visitó una y otra vez las instalaciones del FMI, el departamento del Tesoro y los grandes bancos comerciales, decidido a engatusar a sus funcionarios” (Volpi, 2006:223). En 1997, a mitad del sexenio del último presidente priísta, el proceso de debilitamiento del régimen era evidente, el partido hegemónico dejó de serlo y por primera vez no tuvo mayoría en la Cámara de Diputados, ese proceso inició en 1977 y se consolidó 20 años después con resultados notorios, pero que no dejaban de existir dentro de un sistema de partido único. “Cuando Jesús Silva‐Herzog regresó de […] la visita a Washington había producido dos o tres cuartillas que podías leer como la ‘Carta de intención’ del Fondo Monetario Internacional […] ahí empieza el fin del régimen antiguo”: Manuel Bartlett (Aristegui y Trabulsi, 2009:26). A finales del siglo XX, México contaba con alternativas partidistas más fortalecidas y órganos de imparcialidad, aunque como veremos más adelante, todavía en una edad no madura. En ese momento se rompió la ley de la hegemonía total y se empezó a considerar
10 Ver capítulo 1: El caso Excélsior, Proceso, Unomásuno y La Jornada
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el surgimiento del siguiente paso: “El partido que antes llamábamos oficial ya no es la única escalera al poder” (Silva Herzog, 2000:100). Antes de continuar con el siguiente tema, que hablará de la retórica oficialista para conservar el poder, explicaré el porqué de el “nefasto Scherer”, lo haré con base en el comentario que hace Jacinto Rodríguez, respecto a un panfleto formado en imprenta con el título El nefasto Scherer. AGN. Fondo DIPS Caja 2928: “La guerra contra Excélsior se dio en varios frentes. Uno de los más comunes fue a través del grupo que dentro del diario mantenía diferencias con Scherer y seguidores. Las pruebas de ellos se quedaron en los archivos de la Secretaría de Gobernación en forma de comunicados, informes, textos que servían de propaganda y contrapropaganda [a favor del gobierno y en contra de Scherer y el Excélsior]” (Rodríguez, 2007:135). Escribe un cooperativista (informante del gobierno): “La llegada de Scherer a la Dirección General ha sido nefasta […] la orientación comunista [que supuestamente Scherer le estaba dando al periódico] que pretende darle a las publicaciones de nuestra casa no está respaldada por la mayoría de los cooperativistas, que no compartimos esa doctrina” (Rodríguez, 2007:137). El final de esa historia ya lo conocemos. Sin embargo, mucho antes del golpe al Excélsior y cuando Echeverría aún no era presidente, ya se conocería el modelo que pretendía el nuevo gobierno; narra Carlos Montemayor en La violencia de Estado en México: “hay un dato relevante del modus operandi de Echeverría en el manejo de la información. Julio Scherer García registró en Los presidentes que la noche del 2 de octubre, en un telefonema urgente recibido en el periódico Excélsior, Echeverría le informó ‘que en Tlatelolco caían sobre todo soldados’, y apunto de colgar el teléfono había dejado al aire la frase amenazante: ‘¿Queda claro, no?’ Difícil no reconocer que Luis Echeverría procuraba así encubrir al menos una parte de la información de los sucesos del 2 de octubre” (Montemayor, 2010:119). De lo anterior se deduce que ¿Sí queda claro que era una orden, no?
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3.5 Uso retórico de la transición en México “Como complemento de este capítulo y para acentuar la necesidad de que el PRI disponga de un instrumento organizado técnicamente que desarrolle en su favor una propaganda institucional y no incidental, se consigna esta idea: