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ABSORBIENDO ALGO DE LA GRANDEZA DE LA SALVACIÓN Dr. Gerardo Laursen Usado con permiso

El recién convertido apenas aprecia lo que significa el perdón, y la puerta abierta para la oración, y un poquito del costo que pagó Cristo para nuestra salvación, pero no tiene idea de la enormidad de bendiciones en ser salvo. Sí el nuevo creyente entendiera mejor lo que es la salvación tendría más gratitud y alabanza (se espera que tenga un corazón agradecido y que afecte su comportamiento a la obediencia a Dios). Los que hemos sido creyentes por años tenemos la tendencia de perdernos en la rutina de la vida y del ministerio y en detalles, hasta fallar en las prioridades. Es tiempo para una inyección de aprecio y gratitud. Lewis Sperry Chafer lista 33 bendiciones, tituladas “Las Riquezas de la Gracia Divina” en su obra Teología Sistemática, 2 tomos, Publicaciones Españolas, Dalton, Georgia, E.U.A., 1974; en las págs. 1054-1087 del tomo 1. (Esta obra es altamente recomendada). Por cuestiones de brevedad, hemos condensado y adaptado sus ideas en lo siguiente: Al momento de aceptar a Cristo, recibimos estas riquezas eternas de la gracia, entendidas o apreciadas o aunque no las entendamos las recibimos: 1. En el plan de Dios, Ro. 8:29; 1 P. 1:2. Somos elegidos, escogidos y llamados, y Dios está en control de nuestras vidas y de todo. 2. Redimidos, Ro. 3:24. Somos rescatados del mercado de esclavos y hechos libres. 3. Reconciliados, 2 Co. 5:20. Estamos perfectamente reconciliados y en paz con Dios a base de los méritos de Cristo. 4. Puestos en relación con Dios mediante la propiciación, 1 Jn. 2:2. El problema de pecado es resuelto. 5. Perdonados todos los pecados, Col. 2:13. Ya no hay ninguna condenación. (La paga del pecado se canceló, sin embargo tenemos que confesar pecados personales a Dios para mantener comunión con él.) 6. Unidos a Cristo, Ro. 6:1-10. Morimos con Cristo y somos levantados con Cristo a una nueva vida. Tenemos los ojos de Dios. Podemos ser librados del poder dominante del pecado. 7. Libres de la Ley, Ro. 6:14; 7:2-6. “No es una libertad para hacer el mal, pero es un completo alivio del aplastante peso—el yugo de esclavitud (Hch. 15:10)—de las obras del mérito” (pág. 1061). 8. Hijos de Dios, Jn. 3:6. Dios es nuestro legítimo Padre. Eso nos da derechos. Somos renacidos, regenerados, vivificados y una nueva creación.

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9. Adoptados, Ef. 1:4-5. Un hijo puede ser un infante, sin derechos. Pero adopción en el NT da todos los derechos como adulto (privilegios, herencia, etc.). 10. Aceptables a Dios, Ef 1:6; 1 P. 2:5. Somos hechos justos, santificados, aptos. 11. Justificados, Ro. 5:1. No solo es el pecado perdonado, sino también se nos agrega la justicia. Es imputada. Somos contados como justos (aunque imperfectos). 12. Hechos cercanos, Ef. 2:13. Es algo que Dios ha hecho, no nosotros. Provee para la comunión con Dios. 13. Librados de la potestad de las tinieblas, Col. 1:13. Antes prisioneros, ahora libres, antes ciegos, ahora vemos, antes débiles, ahora con poder. 14. Trasladados al reino de su amado hijo, Col. 1:13. Hemos cambiado domicilio y jefes: antes el diablo, ahora Dios. 15. Edificados sobre la Roca que es Jesucristo, Mt. 7:24-27. El fundamento de nuestra vida es Cristo. Ahora debemos construir encima con oro y plata, no con heno y hojarasca, 1 Co. 3:9-15, o sea expresar gratitud con obras buenas. 16. Dádivas de Dios el Padre a Cristo, Jn. 17:2, 6,9,11,12,24. ¿Qué calidad de regalo daría el Padre al Hijo? ¿Qué calidad es usted? 17. Circuncidados en Cristo, Ef. 2:11; Col. 2;11. Espiritualmente, el pecado ha sido cortado y echado de nosotros. Es decir, somos perdonados. 18. Partícipes del santo y real sacerdocio, 1 P. 2:5. Somos elevados al sacerdocio, con Cristo siendo nuestro Sumo Sacerdote. Tenemos derecho a acercarnos a Dios sin intermediarios, interceder por otros, y ofrecer “sacrificios”. 19. Linaje escogido, nación santa, pueblo adquirido por Dios, 1 P. 1:9. Somos diferentes que los otros de la tierra. No somos de este mundo. 20. Ciudadanos del cielo, Fil. 3:20. Es más importante que la ciudadanía de Israel. Esta es permanente. 21. De la familia y de la casa de Dios, Ef. 2:19. Los miembros de la familia tienen privilegios. 22. En la comunión de los santos, Jn. 17:21-23. Habla de relación mutua, una afinidad. 23. Una asociación celestial. a. Consortes con Cristo en la vida, Col. 1:27. b. Consortes en la posición, Col. 3:1. c. Partícipes con Cristo en el servicio, 1 Co. 3:9. d. Partícipes con Cristo en sus sufrimientos, 1 P. 4:12-13.

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e. Partícipes con Cristo en la oración, Jn. 14:12-14. f. Partícipes con Cristo en los desposorios, 2 Co. 11:2. Es una posición definida y exigente. g. Partícipes con Cristo en la expectación, Tito 2:13. 24. Con acceso a Dios. a. Acceso a su gracia, Ro. 5:2. b. Acceso al Padre, Ef. 2:18. c. Acceso seguro, He. 4:16. 25. Dentro de un cuidado mucho mayor. a. Somos objetos de su amor, Jn. 3:16. b. Somos objetos de su gracia, Ef. 2:7-9. c. Somos objetos de su poder, Ef. 1:19. d. Somos objetos de su fidelidad, Fil. 1:6. e. Somos objetos de su paz, Ro. 5:1. f. Somos objetos de su consolación, 2 Ts. 2:16-17. g. Somos objetos de su intercesión, He. 7:25. 26. Su herencia, Ef. 1:18. El Padre nos pasará al Hijo. 27. La herencia de los santos, 1 P. 1:4. No solo somos una herencia para Cristo, sino también recibiremos herencia (recompensa, galardones). 28. Luz en el Señor, Ef. 5:8. Somos luces en el mundo y debemos andar en luz. 29. Unido vitalmente al Padre, Hijo y Espíritu Santo, a. El creyente está en el Padre, 1 Ts. 1:1. b. El Padre está en el creyente, Ef. 4:6. c. El creyente está en el Hijo, Ro. 8:1. d. El Hijo está en el creyente, Jn. 14:20. e. El creyente está en el Espíritu, Ro. 8:9. f. El Espíritu está en el creyente, 1 Co. 2:12. 30. Bendecidos con los primeros frutos del Espíritu, 2 Co. 1:22; Ef. 1:14; Ro. 8:23. a. nacido b. bautizado c. inhabitado d. ungido e. sellado f. llenado 31. Glorificados, Ro. 8:30. Nuestra glorificación es tan cierta que se expresa en un verbo pretérito, como que ya estuviera. 32. Completos en él, Col. 2:9-10. Porque Cristo ha hecho todo para nuestra salvación. 33. Poseedores de toda bendición espiritual, Ef. 1:3.

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¿No es impresionante ver esta lista de nuestras bendiciones? Con el gozo personal de ver la lista, se espera que nos de impulso de alabar a Dios y compartir el evangelio con otros, para que tengan los mismos beneficios y que crezca el número de santos y la iglesia. Después de ser impactado con tanta información, se recomienda volver a estudiar y contemplar un punto por día en su tiempo devocional. ObreroFiel.com – Se permite reproducir este material siempre y cuando no se venda.

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