El pasado 27 de abril, utilizando la excusa de la empleabilidad, los sindicatos de siempre han renunciado al convenio colectivo y han firmado la ampliación del radio de traslado por cierre y concentración de oficinas, de 25 Km. a 75 Km. En ocasiones, la distancia entre los representados y los representantes es tal que, estos últimos acaban pensando que tienen poder absoluto para negociar con los derechos de los primeros. Con la firma de este acuerdo, que a los firmantes no les será en ningún caso aplicado, estos no han querido ver que sus representados, en este caso los trabajadores y trabajadoras de Banco Santander, van a ser las víctimas a las que se les puede llegar a arruinar la vida, con una movilidad excesiva no deseada. Una irresponsable firma de aquellos que se arrogan la facultad de ejecutar un mandato que nunca se les ha dado, o ¿Alguno de los que hace dos años les votaron esperaba que unos meses después de firmar un convenio, ya malo de por sí, vendiesen un derecho, que si disfruta el resto de la banca? No sólo Banco Santander, sino todo el sector financiero, está envuelto en un proceso de reestructuración parecido, sin embargo, en el resto de entidades no se ha firmado ningún acuerdo de características similares. Nos lo pueden adornar como quieran, pero nosotros para contrastar, sólo tenemos que contactar con cualquier persona del Popular, Sabadell, BBVA, etc… y preguntarle a cuántos kilómetros puede desplazarle su Empresa: su respuesta será invariable: 25 Km., según marca el Convenio Colectivo. En Banco Santander por obra y gracia de los firmantes, esa distancia se multiplica por 3, pasando a ser de 75Km. La excusa utilizada ahora por los firmantes para renunciar a nuestro derecho es la “empleabilidad”. Una milonga que han comprado a ciegas del discurso oficial de la Empresa. Un discurso, obviamente interesado que ha tratado de infundir el pánico, con el desenlace esperado. ¿En qué ley pone que los trabajadores de una oficina que cierra tienen que ser despedidos? En fin, la política del mal menor y la de ponerse la venda antes de la herida renunciando a la más mínima confrontación. Si, según la propia Empresa, la plantilla está ajustada y no se prevén cierres masivos, ¿Qué necesidad había de firmar un acuerdo que empeora gravemente nuestras condiciones laborales? Que cada uno saque sus conclusiones, pero algo huele a podrido. No creemos en las casualidades. Al día siguiente de la firma del acuerdo, se han precipitado los gestores de RRHH a llamar al personal que en su día fue trasladado al megalítico proyecto de los Centros de Gestión de Agentes para asignarles nuevo destino. ¿Casualidad? Por supuesto que no: un as en la manga que necesitaba el Banco y que de nuevo se le ha facilitado. No hace falta mirar muy atrás para saber que va a pasar con la aplicación de este acuerdo: se aplicará maliciosamente, cómo ya se hizo en el ERE para presionar y amenazar a quienes no comulguen con el discurso oficial. Es hora ya de parar esta carnavalada, la llave para ello la tiene la plantilla de Banco Santander. Una plantilla que debe despertar y empezar a cambiar la confianza que presta, a quienes no son merecedores de ella. Hoy se ha celebrado el 1º de Mayo y el sindicalismo institucional ha usado como lema “NO HAY EXCUSAS”. Pues aquí, en Banco Santander siempre tienen una para renunciar a la defensa de nuestros derechos. Si no se creen sus propias consignas, como para que nos las creamos el resto.
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1 mayo de 2017
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