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Domingo 7 de enero de 2007
FUTBOL
Independiente Oscar Ustari, siempre maduro en sus palabras, en Villa Dominico, donde más a gusto se siente: bajo el arco
“A veces a uno lo tasan lo que no vale”
// G. H O ROVIT Z
Oscar Ustari se refirió a la cotización de US$ 10.000.000 y dijo no saber del interés de Barcelona; “espero seguir un tiempo más en este club”, aseguró Por Nicolás Balinotti De la Redacción de LA NACION
O
scar Ustari se convirtió en arquero de casualidad. Era un muy buen jugador de campo y, generalmente, en Atlético Rivadavia, el club en el que comenzó como futbolista, lo ponían de volante central. En 2001, Oscar iba a jugar de mediocampista durante todo el certamen local, en América, su pueblo natal, a 530 kilómetros de Buenos Aires. Sin embargo, durante el entrenamiento previo al debut, el arquero que iba a ser titular sufrió una fractura de tibia y peroné, por lo que el ahora N° 1 de Independiente debió reemplazarlo. Desde aquel día, jamás se alejó del arco. A cinco años de esa anécdota, Ustari se consolidó en los Rojos con apenas una temporada en primera división. Logró la continuidad que muchos no consiguieron, sobre todo los arqueros provenientes de las divisiones inferiores. Sergio Vargas, que emigró en 1991, fue el único de una larga lista de surgidos en Avellaneda que se afianzó en el puesto. No tuvieron un paso demasiado auspicioso Gustavo Irusta, Edgardo Arnaudo, Leonardo Franco y Damián Albil, entre otros. El gran año de Ustari no dio sus frutos únicamente en Independiente. Formó parte del plantel argentino en el Mundial de Alemania y es frecuentemente elogiado
por Alfio Basile. “Ojalá tenga chances en este nuevo ciclo. Voy a trabajar por una pequeña posibilidad, siempre quiero estar en la selección” dice, sonrojado. Además, desde que ganó el título mundial Sub 20, en 2005, siempre fue observado de cerca por los clubes europeos Milan, Chelsea y Barcelona, su posible destino a partir de junio de 2007, ya que en España estarían dispuestos a desembolsar 10.000.000 de dólares por su pase. Es más, pese a la desmentida de los dirigentes de Independiente, los medios españoles ya dan el pase como hecho. Ustari tiene contrato con los Rojos hasta 2010, pero el mismo presidente Julio Comparada afirmó que será difícil retenerlo más allá de 2008. El mismo club lo cotizó en 10.000.000 de dólares. “A veces a uno lo tasan lo que no vale. Hay que seguir trabajando y espero seguir un tiempo más en este club. Me gustaría progresar y todo se lo voy a deber a Independiente”, señala Ustari, de 20 años, un muchacho de bajo perfil, pero que en el arco se transforma; bajo los tres palos es soberbio, de fuerte personalidad, con brazos largos, capaces de atenazar mil disparos; en suma, es muy seguro, a veces, parece imbatible. Compinche de travesuras de Agüero y Messi, pero admirador de Germán Lux, a quien le ganó la pulseada por ser el tercer arquero durante el Mundial 2006, y de Juan Román Riquelme, Ustari cuen-
ta que su maestro en su puesto fue Jorge Fidal, “un arquerazo” de su pueblo. “Siempre me gustó cómo volaba, cómo sacaba, hasta cómo se vestía, él siempre fue mi espejo”, dice con la mirada ausente, recordando algunas tardes de sábado en América, cuando las siestas calurosas daban tregua y él dejaba de lado las clases de guitarra para ir a ver fútbol, su otra pasión. Al estudio lo tenía como algo secundario. El se mataba por jugar a la pelota. Es más, una vez lo picó una avispa y tenía el ojo totalmente inflamado, pero al otro día igual se presentó para atajar. Tanto en Rivadavia como en Independiente, siempre se esforzó al máximo durante los entrenamientos, nunca faltó y era el último en irse. Pero en la escala de valores, el deporte no es todo en la vida de Ustari. Sueña con volver a vivir a América y espera ansioso los pocos días libres que le deja su profesión para visitar a sus padres, Edgardo y María Rosa, y a sus hermanos, Lito, Susana, Paula y Fernando. “Quiero que mi familia esté bien. Nada más. Si ellos sonríen, levantaría la copa todos los días”, fue su anhelo a principios de 2006. Ahora, su balance “es positivo tanto en lo deportivo como en lo familiar”. En su brindis, claro, pidió por la salud de sus seres queridos y por lograr un título con Independiente, una asignatura pendiente que desea saldar.
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son los partidos que tiene Oscar Ustari en la primera de Independiente; le convirtieron 51 goles
Se va el colombiano Marín
Queda libre un cupo para los extranjeros Empieza a resolverse un tema que tenía preocupados a los dirigentes de Independiente: el colombiano Vladimir Marín acordó su incorporación a Libertad, de Paraguay, y así el club de Avellaneda liberó un lugar para los extranjeros. ¿Por qué la inquietud? Las versiones dicen que los Rojos tienen en carpeta el nombre de un importante delantero extranjero, pero que hasta ahora el cupo de la AFA no se los permitía. Aunque en Independiente algunos dijeron desconocer la transferencia de Marín, en Paraguay, Horacio Cartes, dirigente de Libertad, confirmó el acuerdo por la compra del 50% del pase del colombiano, que en los últimos partidos del Apertura no fue tenido en cuenta por el DT Jorge Burruchaga. Respecto de los extranjeros en los Rojos, además de Marín, Lorgio Alvarez se fue a Cerro Porteño y llegó el paraguayo Carlos Báez, procedente de ese mismo club; en tanto, siguen en Avellaneda los uruguayos Guillermo Rodríguez y Sergio Orteman.