MIEMBROS DEL GRUPO DE TRABAJO: Begoña Soler de Dios..........................................................
1. ¿A qué se refiere el término hiperactivo en su uso popular? ¿Y a nivel profesional? En el uso popular el término hiperactivo se refiere a adolescentes nerviosos que siempre están haciendo cosas y no pueden estar quietos. A nivel profesional el trastorno de déficit de atención e hiperactividad caracteriza a los pacientes que presentan un patrón persistente de desatención y/o hiperactividad-impulsividad. Mientras que la palabra hiperactividad designa actividad intensa o excesiva.
2. ¿Cuáles son los síntomas básicos del TDAH? Los síntomas básicos son dificultad para regular adecuadamente la atención hacia las tareas que se deben realizar, dificultad para regular el nivel de actividad motora, que será excesiva y generalmente sin finalidad concreta y dificultad para inhibir comportamientos inadecuados o irrelevantes que generalmente se realizarán sin considerar las consecuencias. Es decir, inatención, hiperactividad e impulsividad. Para que sea TDH la intensidad debe ser desadaptativa e inadecuada para la edad del niño, los síntomas deben aparecer antes de los siete años y durar más de seis meses, los problemas deben aparecer al menos en dos contextos diferentes, deben interferir significativamente en la actividad social, académica o laboral y no tienen que ser debidos a otros trastornos.
3. ¿Qué puede ocurrir en el adolescente no tratado. Los adolescentes no tratados tendrán unos síntomas más marcados y podrían mostrar otras alteraciones asociadas. Pueden tener un rendimiento escolar inferior al que correspondería por su capacidad intelectual, pueden también tener dificultades para cumplir con las pautas y responder a los límites que se les ponen en casa y en la escuela. Por todo esto reciben más retos y castigos y requieren mayor supervisión de sus padres para poder cumplir sus obligaciones. Por otra parte, su tendencia a actuar antes de pensar, así como sus problemas de atención, contribuye a que sean más propensos a sufrir accidentes que los que no tienen el síndrome o están tratados.
4. ¿Y en el adulto no tratado? ¿Qué conductas se mantienen y cuáles no? Las manifestaciones del trastorno irán variando notablemente a lo largo de la vida. Los adultos con TDAH tienen dificultades en sus relaciones sociales, hablan en exceso y son entrometidos. De pequeños tuvieron más dificultades en el rendimiento académico, más problemas derivados de la indisciplina y más posibilidades de abandonar la escuela que la población general. Tienen, consecuentemente, una menor estabilidad laboral, suelen cambiar más veces de empleo y se caracterizan por cometer más descuidos y errores en el desarrollo de su trabajo ya que les cuesta mantener su atención.
5. ¿Qué tipo de agresividad muestran los niños hiperactivos? La impulsividad impide que el niño analice las situaciones conflictivas en las que se encuentra utilizando mediadores racionales o cognitivos y que no intente formular las reglas de comportamiento que le ayudarían a controlarse en esa situación y reaccione agresivamente. Paralelamente, hay un déficit de las habilidades sociales adecuadas para afrontar las relaciones interpersonales con respuestas no agresivas. Cabe relacionar también el comportamiento del joven con TDAH con una frágil autoestima; paradójicamente a lo que puede parecer su actitud arrogante, tras ésta subyace una opinión muy pobre de sí mismo, tal y como refleja su incapacidad para aceptar el fracaso o la crítica. Al llegar a la adolescencia, el comportamiento agresivo puede intensificarse.
6. ¿Tiene una base neurológica el TDAH? Sí, se trata de un trastorno neurológico con factores de origen genético. Los niños con TDAH tienen un desequilibrio químico entre la producción cerebral de dos neurotransmisores: Noradrenalina y Dopamina (substancias químicas del cerebro), lo que ocasiona desajustes en el funcionamiento cerebral. Esto afectará, principalmente, al lóbulo frontal y las áreas prefrontales, alterando las funciones ejecutivas y provocando alteraciones en la atención, control de impulsos, la inhibición de respuestas y la toma de decisión.
7. ¿Qué tipo de fármacos se proporcionan al niño? ¿Cómo se justifican? Los psicoestimulantes son los fármacos que más comúnmente se utilizan. A pesar de denominarse estimulantes, tienen un efecto tranquilizante en las personas con este trastorno. Estos fármacos abarcan: Anfetamina-dextroanfetamina, Dexmetilfenidato, Dextroanfetamina, Lisdexanfetamina y Metilfenidato, siendo este último el único estimulante aceptado para el tratamiento del TDAH en España. Otro fármaco es la Otomoxetina que no es estimulante. Estos estimulantes incrementan los mecanismos excitatorios del cerebro, a la vez que aumentan aquellos mecanismos responsables por la inhibición. Esto probablemente resulta en un mejoramiento en la concentración, la coordinación motora y el control de impulsos.
8. ¿Cómo sería el tratamiento psicopedagógico? Las intervenciones que han demostrado tener relevancia en el tratamiento del TDAH están relacionadas con la terapia cognitiva conductual. Técnicas operantes: reforzamiento, atención positiva, recompensas, pasar tiempo fuera, economía de fichas y contrato de contingencia. Técnicas cognitivas: auto-instrucciones y terapia de solución de problemas.
9. ¿Que ha de aprender el niño hiperactivo?, ¿Y sus padres? Los padres han de aprender a aceptar el trastorno y auto-convencerse de que no es culpa suya ni de nadie, tienen que aprender a aceptar las limitaciones del niño y entender que lo que hace no se debe a una intencionalidad, deben aprender a pasar por alto las infracciones menores y centrarse sólo en aquellas que son más relevantes, deben aprender a relajarse y a dedicar también tiempo a realizar sus actividades favoritas, deben aprender a tener una comunicación asertiva… El niño con TDAH debe aprender las expectativas y las consecuencias de la mala conducta, debe estar bien enterado de las directrices de manera que nada sea una sorpresa.
10. ¿En qué ámbitos debemos actuar para llevar a cabo una intervención adecuada? En todos los ámbitos posibles: en casa, en la escuela etc. Es importante recordar siempre que la intervención con TDAH necesita de especialización, es decir, formar, entrenar, trabajar con todos los agentes de intervención. Para ello es fundamental el papel de los mediadores, estos son: los profesores, los profesionales y los padres. Es imprescindible, para mejorar las relaciones entre padres-escuela, que ambas partes conozcan y acepten las funciones de cada uno y que participen de una relación positiva.