2 de noviembre Día de muertos

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Día de muertos Noviembre es uno de los meses con más tradiciones para los mexicanos y una de ella es el Día de Muertos. Ésta folclórica tradición ha sido heredada por los antiguos mexicanos y es conocida en todo el mundo. El Día de Muertos honra a los difuntos el día 2 de noviembre. La celebración comienza desde el 1 de noviembre y coincide con las celebraciones católicas de Día de los Fieles Difuntos y Todos los Santos. Pero, ¿sabías que la festividad de Día de Muertos comenzó en Europa? Sí, ésta fue adoptada en Roma en el siglo XIV, pero que se remonta varios siglos atrás. El 2 de noviembre del año 998, en el sur de Francia el monje Benedictino San Odilón (c. 962 - 1048) decretó una oración a los difuntos de los monasterios de su congregación y creó la fiesta para orar por las almas de los fallecidos, fue llamada: Conmemoración de los Fieles Difuntos. De allí se extendió a otras congregaciones de Benedictinos. La Diócesis de Lieja la adoptó cerca del año 1000, en Milán se adoptó el siglo XII, hasta ser aceptado el 2 de noviembre, como fecha en que la Iglesia celebraría esta fiesta. Aquí en México los orígenes de la celebración son anteriores a la llegada de los españoles. Hay registro de celebraciones en las etnias Mexica, Maya, Purépecha y Totonaca.

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Los rituales que celebran la vida de los ancestros se realizan en estas civilizaciones desde hace más de tres mil años. En la era prehispánica era común la práctica de conservar los cráneos como trofeos y mostrarlos durante los rituales que simbolizaban la muerte y el renacimiento. El festival que se convirtió en el Día de Muertos se conmemoraba el noveno mes del calendario solar mexica, cerca del inicio de agosto y se celebraba durante un mes completo. Las festividades eran presididas por la diosa Mictecacíhuatl, conocida como la “Dama de la Muerte” (actualmente relacionada con “La Catrina”) y esposa de Mictlantecuhtli, Señor de la tierra de los muertos. Las festividades eran dedicadas a la celebración de los niños y las vidas de parientes fallecidos. En el mundo prehispánico no había connotación de la muerte como en el sentido católico, (para premiar o castigar) ellos pensaban que los rumbos tomados por las almas eran según el tipo de muerte que habían tenido y no por su comportamiento en vida. En la actualidad tenemos algunas características y materiales que comúnmente son utilizados para hacer una ofrenda de muertos que tienen un significado muy especial: 1.- Retrato de la persona recordada: el retrato del difunto sugiere el ánima que los visitará la noche del 2 de noviembre.

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2.- Pintura o cromo de las ánimas del purgatorio: La imagen de las ánimas del purgatorio sirve para pedir la salida del purgatorio del alma del difunto por si acaso se encontrará ahí. 3.- Doce cirios: aunque pueden ser menos, tienen que ser en pares y preferiblemente de color morado con coronas y flores de cera. Los cirios, sobre todo si son morados, son señal de duelo. Los cuatro cirios en cruz representan los cuatro puntos cardinales de manera que el ánima pueda orientarse hasta encontrar su camino. 4.- Flor de cempasúchil: su color representa la luz, como los rayos del sol y al regarla en forma de camino se le indica a las almas el rumbo por el cual se le guía a casa. 5.- Cruz de tierra: para recordarle su fe, ya que el Miércoles de Ceniza se dice la frase: “recuerda que polvo eres y en polvo te convertirás”. Así el alma regresa a la tierra de la que salió. 6.- Calabaza: este fruto ocupa un lugar privilegiado tanto en la cocina tradicional prehispánica como en la actual. También se puede poner piloncillo o tejocotes. 7.- Papel picado: se suelen adornar las ofrendas con papel picado, una artesanía mexicana que se elabora con papel de china recortado con figuras de esqueletos y calaveritas.

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8.- Calaveritas de azúcar: son la versión dulce, alegre y bromista que tenemos los mexicanos de la muerte. Así que ya conoces un poco más de nuestras alegres tradiciones. Prepárate para este 2 de noviembre y monta un altar increíble con tu familia para celebrar a aquellos que ya no están con nosotros y merecen ser recordados. Bibliografía: INAH Instituto Nacional de Antropología e Historia Museo Nacional de Antropología (Códices Prehispánicos)

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