"Tratado sobre el Comercio de Armas: hacia la entrada en vigor"
Nueva York, 25 de septiembre de 2013
Declaración de Peter Maurer, presidente Comité Internacional de la Cruz Roja
Es un privilegio estar hoy con ustedes para expresar mis felicitaciones por el rápido aumento de la adhesión de los Estados al Tratado sobre el Comercio de Armas. Quisiera también aplaudir el trabajo que los Estados que han dirigido este proceso, las Naciones Unidas, los Embajadores Moritán y Woolcott, así como las numerosas organizaciones no gubernamentales y las Sociedades Nacionales de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja han realizado para lograr esta meta. Al día de hoy –menos de seis meses después de la aprobación del Tratado– 4 Estados son Partes en el Tratado sobre el Comercio de Armas y 85 Estados lo han suscrito. Estas cifras muestran que más de la mitad de los países del mundo han respaldado el objetivo del Tratado de reducir el sufrimiento humano mediante el estricto control del comercio internacional de armas convencionales. Los Estados han reconocido que la inadecuada reglamentación de la transferencia de armas puede tener consecuencias devastadoras para la población civil y que no podemos seguir considerando las armas y municiones solo como otra forma de bienes comerciales. El Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) es testigo, en la mayoría de países en que trabaja, del alto costo que tiene para la población civil el insuficiente control de la disponibilidad de armas convencionales. Como se demuestra en el estudio de 1999 de la institución "La disponibilidad de armas y la situación de la población civil en los conflictos armados", el débil control de la disponibilidad de armas convencionales ha facilitado las violaciones del derecho internacional humanitario y ha puesto en peligro la asistencia médica y humanitaria. Estas conclusiones son hoy más pertinentes que nunca en vista de la extrema brutalidad de determinados conflictos armados en curso. Más armas solo empeorarán las cosas. Por consiguiente, nos sentimos profundamente alentados por la finalidad humanitaria declarada del Tratado sobre el Comercio de Armas, su reconocimiento explícito del deber de los Estados de respetar y hacer respetar el derecho internacional humanitario, y su amplio ámbito. Si se lo aplica de buena fe y de forma consecuente, objetiva y no discriminatoria, el Tratado incidirá positivamente en la vida, la salud y el bienestar de millones de personas en todo el mundo. Los criterios relativos a la transferencia, en particular, son de vital importancia para asegurarse de que las armas convencionales no terminen en manos de quienes podrían utilizarlas para cometer crímenes de guerra o violaciones graves de los derechos humanos. Acogemos favorablemente las declaraciones de algunos Estados sobre su intención de aplicar el Tratado de la forma más adecuada para alcanzar su objetivo y propósito humanitarios. Instamos a otros Estados a formular declaraciones similares en el momento de suscribir y ratificar este instrumento. Dentro de los límites de su cometido y de su competencia en materia de derecho internacional humanitario, el CICR está dispuesto a respaldar a los Estados en la aplicación del Tratado, especialmente a través de su Servicio de Asesoramiento en Derecho Internacional Humanitario, el cual puede ofrecer orientación a los Gobiernos sobre la incorporación de las disposiciones del Tratado en la legislación nacional. En 2014, el CICR ha previsto organizar una serie de seminarios regionales, especialmente en África, en América Latina y en el Caribe, con el fin de apoyar las actividades de fomento de la capacidad. El CICR está asimismo preparando varias publicaciones para ayudar a los Estados en el análisis de las disposiciones del Tratado y en la adopción de medidas de aplicación eficaces. Entre las publicaciones figurará una versión actualizada de la Guía Práctica de la institución sobre las Decisiones relativas a la transferencia de armas: Aplicación de criterios basados en el derecho internacional humanitario. Reconozco que para algunos Estados la adhesión al Tratado sobre el Comercio de Armas puede tener ciertas repercusiones políticas y económicas. Sin embargo, esos costos quedarán ampliamente compensados por una mayor estabilidad y una mejor protección de la población civil que el Tratado permitirá alcanzar. Hacemos un llamamiento a todos los Estados a que se adhieran al Tratado, y esperamos trabajar con los Gobiernos, las Naciones Unidas y la sociedad civil para que las promesas hechas en este instrumento se hagan realidad lo antes posible. Gracias.