Cualquier patología requiere cierta predisposición, latencia y manifestación sintomática, aguda o crónica, el examen iridológico así lo evidencia en cuatro grados principales: 1. Predisposición congénita. Se observa un oscurecimiento en zona de órganos, pérdida de sustancia en zona de órganos en forma de husos, las fibras del iris se presentan más separadas y ovaladas. 2. Estado agudo. Inflamación aguda: Se manifiesta por medio de líneas, bandas o nubes blancas o amarillentas, las cuales se producen por la compresión de las fibras musculares y nerviosas en el área correspondiente, en virtud del estímulo vasomotor que produce la reacción aguda orgánica. 3. Estado crónico: se observan líneas, manchas y bandas oscuras en zona de órganos y en cada órgano en particular si está afectado. 4. Estado degenerativo: se observan signos y puntos oscuros por destrucción de fibrillas superficiales, fáciles ver y evaluar.
Durante el estudio iridológico pueden presentarse un sin número de patologías que a nivel clínico y semiológico son de gran utilidad a la hora de realizar un diagnóstico presuntivo. Estos datos pueden por si solos informarnos de que tipo de patología está afectando al paciente, o bien de cuáles son los factores causales de tal o cual afección.
- Heridas Las heridas oculares van desde arañazos, hasta el estallido del globo ocular y su gravedad depende del lugar de la lesión, siendo las más graves las que afectan la región del cuerpo ciliar, la córnea, la retina y sobre todo el cristalino. Si la herida es profunda suele tener mal pronóstico por las posibilidades de infección. Cualquier traumatismo ocular debe ser evaluado lo más rápidamente posible por un emergentologo u oftalmólogo, no debe perderse tiempo trasladándolo con ambos ojos vendados con apósitos estériles o un paño limpio. Otras complicaciones además de la infección son las hemorragias intraoculares, el desprendimiento de la retina y la catarata traumática.
- Quemaduras Estas lesiones se deben a la acción física de materiales calientes, como el aceite o el agua hirviendo, o a la acción química como el ácido o un alcalino muy acentuado (ácidos sulfúricos, clorhídricos, nítrico, sosa cáustica, entre otros.). Como medida de emergencia siempre es preferible el lavado inmediato con agua común preferentemente fría o mineral o bien el suero con dextrosa al 5 % y hielo local.
- Cuerpos Extraños El daño dependerá del tamaño, localización, velocidad de penetración y naturaleza. Cuando son superficiales pueden ser extraídos con facilidad por cualquier persona con experiencia. Si se trata de un objeto metálico o de mayor tamaño o muy clavado o cerca del iris, debe recurrirse a un especialista.
- Parálisis palpebral Es la incapacidad manifiesta de cerrar los ojos, usualmente por infección del nervio facial, alteraciones neurológicas, ACV, miastenia gravis, otitis, lesión periocular, infección del oído medio u oído interno o puede ser un síntoma de alguna enfermedad nerviosa grave, meningitis infecciosa o la presencia de un tumor cerebral.
- Blefaroespasmo Es la contracción espástica de los músculos de los párpados, de corta duración (por lo general dura unos pocos minutos). Usualmente es un tic nervioso debido generalmente al estrés o a un golpe de frio.
- Orzuelo Es la inflamación o infección de las glándulas palpebrales, localizada en borde o en la cara interna o externa. Los principales gérmenes causales suelen ser los estafilococos y estreptococos, aunque pueden presentarse por otros motivos como alergias, hipersensibilidad cutánea a algún químico, Diabetes mellitus, tuberculosis y falta de higiene en las manos.
- Chalazión Es la inflamación crónica de las glándulas sebáceas o glándulas de Meibomio del párpado por un taponamiento o estancamiento de su secreción, produciendo un endurecimiento pequeño de aproximadamente ½ cm cuadrado, pegado al párpado con tendencia a ser crónico o durar bastante tiempo.
- Blefaritis Es la inflamación del borde palpebral con enrojecimiento acompañado en general de costras, escamas y ulceraciones. Puede presentarse con descamación, presentándose además seborrea del cuero cabelludo y secreción aumentada de las glándulas sebáceas en general, o también puede caracterizarse por inflamación e infección bacteriana con costras, picazón y ulceraciones.
- Conjuntivitis Es una inflamación aguda o crónica de la mucosa conjuntival causada usualmente por la infección bacteriana, fúngica o viral, o también debido a sustancias irritantes como el polvo, el polen, el humo, los gases tóxicos, cansancio ocular, defectos visuales, vientos, rayos U.V. o Infrarrojos, o luz muy intensa. Presenta enrojecimiento conjuntival intenso en la periferia, disminuyendo hacia el centro, enrojecimiento de la cara interna de los párpados, sensación de cuerpo extraño, sequedad, quemazón e hipersensibilidad a la luz y exudado mucoso-espumoso o abundante secreción purulenta.
- Tracoma Conjuntivitis que se transmite por contagio, de comienzo indicioso que se manifiesta con trastornos visuales y engrosamiento de la conjuntiva formando nódulos translúcidos de color gris o amarillento que dejan cicatrices que dificultan la visión y son los llamados folículos de tracoma, pudiendo producir ceguera.
- Queratitis Es la inflamación conjuntival con eritema en la parte central, borde corneal y en las proximidades del iris o inyección ciliar. Puede presentar dolor, lagrimeo intenso, hipersensibilidad lumínica y ulceras corneales, propagándose en ocasiones hasta el iris y poniendo en peligro la adherencia entre iris y cristalino. A nivel corneal se observa un enturbiamiento grisáceo amarillento con disminución relativa de la visión. Suele existir 2 tipos: el limitado o infiltrado corneal y el extenso y más profundo o queratitis parenquimatosa.
- Dacrioadenitis Es la inflamación de la glándula lagrimal con hinchazón acentuada, dolor y enroje cimiento del párpado superior, observándose en ocasiones se un absceso que exige una incisión quirúrgica en el saco glandular.
- Dacriocistitis Es la inflamación del saco lagrimal de dos tipos: la del recién nacido en donde las vías lagrimales no son permeables y la del adulto en donde las vías lagrimales están ocasionalmente obstruidas por algún motivo en particular. Presenta secreción mucopurulenta y epifora o lagrimeo constante. La salida del pus por el aparato lagrimal en forma natural o forzada es un alivio y parte del tratamiento de esta patología.
- Glaucoma Es el aumento de la tensión intraocular. Existen dos tipos: agudo o crónico. El agudo presenta dolor intenso (en ocasiones con náuseas y vómitos siendo a veces causa de internación) , enrojecimiento, dilatada pupilar y enturbiamiento corneal de aspecto verdoso, se pierde agudeza visual hasta el extremo de no poder distinguir más que luz y las sombras, o pérdida completa de la visión irreversible salvo que se trate rápidamente. El crónico presenta síntomas menos intensos y evolución más lenta, pero con igual peligro de perdida visual y ceguera. Los dolores son tan violentos que ponen en guardia al enfermo inminentemente, al contrario de lo que las en el glaucoma crónico en el que el enfermo no le presta debida atención. La forma crónica se caracteriza también por una reducida extensión de del campo visual, cefaleas y de la visión nocturna.
- Cataratas Se entiende con este nombre a toda opacificación o enturbiamiento del cristalino. Estas alteraciones de pérdida e transparencia pueden ser estacionarias o progresivas. En este último como la visión va disminuyendo hasta llegar prácticamente a la ceguera completa, nunca se pierde la percepción de la luz por más avanzada que esté la alteración. Este dato de la percepción luminosa es muy importante para el pronóstico, puesto que en el caso de no haberla, hay que pensar que existe otra enfermedad situada detrás del cristalino. Las cataratas progresivas suelen ser de causa senil, diabética o por intoxicación. Las estacionarias por lo general son congénitas, con frecuencias hereditarias. También pueden aparecer cataratas con motivo de traumatismos, penetrantes o no, y por radiación (rayos X y por calor).
- Astigmatismo Generalmente es un defecto congénito de la córnea en donde varía la curvatura de los diferentes meridianos, variaciones en la desigualdad de centralidad de la pupila. Ven mal de cerca y peor aún de lejos. Un diámetro del iris puede ser normal y el otro miope o hipermétrope (astigmatismo simple), los dos miopes o hipermétropes (astigmatismo compuesto), o uno miope y el otro hipermétrope (astigmatismo mixto).
- Miopía Es un vicio de refacción en donde los rayos luminosos se enfocan por delante de la retina disminuyendo la visión lejana, sin embargo ve bien de cerca y suelen acercar las cosas para verlas mejor. Puede producirse porque el mismo ojo haga convergir anormalmente los rayos luminosos que provienen de objetos situados a lejanía, pero también puede deberse simplemente un defecto de conformación del ojo, que tiene un eje longitudinal demasiado largo. Esto es siempre hereditario. Se trata con cristales cóncavos que enfoquen en la retina la imagen ya que que sin ellos se tomaría por delante de ella. La “gimnasia” ocular no lo corrige.
- Hipermetropía Desde el punto de vista óptico, este defecto es el opuesto a la miopía, pues los rayos luminosos que provienen del infinito se enfocan detrás de la retina. Esto significa que se puede ver bien de lejos, pero no de cerca. Como durante el crecimiento corporal también hay aumento del tamaño del globo ocular, puede, en muchos casos, disminuir el grado de hipermetropía, hasta que casi no se note. La “gimnasia” o ejercicio visual no sirve. Únicamente cabe la corrección por el empleo de lentes convexas. Las gafas deben llevarse permanentemente puesto que el uso desmesurado produce dolores de cabeza.
-
Estrabismo
El ojo normalmente tiene sus ejes visuales anteposteriores paralelos, si esto no ocurre se trata de estrabismo. La desviación de un ojo puede ser hacia dentro (estrabismo convergente) o hacia fuera (estrabismo divergente) y en contadas ocasiones puede verse estrabismo vertical con desviación hacia arriba o hacia abajo, o eventualmente combinaciones de estrabismos verticales y horizontales. Esta disfunción puede estar causada por el funcionamiento deficiente de la musculatura ocular o coexistir con una incapacidad cerebral para fucionar las dos imágenes.
- Parálisis ocular Sus causas son: enfermedades inflamatorias, tumorales, tóxicas y/o traumáticas. Los músculos oculares sufren alteraciones en la capacidad de contracción parcial (paresis) o total (parálisis), en ambos casos se produce diplopía, es decir que ve doble debiendo taparse un ojo para ver, alternativamente para no correr el riesgo de que este no funcione más por acostumbramiento). Por lo general las paresis son reversibles a largo plazo con el tratamiento adecuado.
- Iritis Es la inflamación del Iris, o infección concomitante del cuerpo ciliar (iridociclitis), o de la coroides (coroiditis o uveítis), pueden producirse por dos vías: la sanguínea y la exógena. Cursa con eritema del globo ocular como en la la queratitis pero sin enturbiamiento de la córnea. Puede a veces verse una ligera pérdida de transparencia por depósito de productos inflamatorios procedentes de la cara posterior del iris. El color parece ensuciarse y puede ser un color azul a verdoso, a su vez la pupila suele contraerse perdiendo su forma circular.
- Desprendimiento De La Retina Se presenta con visión de luces más o menos centelleantes, reducción de la agudeza visual, sensación de ver a través del agua, disminución de algún sector del campo visual y/o “moscas volantes”, produciéndose la separación con el estrato pigmentario, existiendo un desgarro en la retina por el cual se introduce humor vítreo, que progresivamente la va separando. Es frecuente en miopía, en la vejez y por lo general secundaria a traumatismos de distinta intensidad.
- Retinitis Es un proceso inflamatorio indoloro con pérdida de visión en regiones nasales, centelleos, “moscas volantes” y disminución de la visión nocturna. Su proximidad con la coroides hace que por lo general suela tratarse de una coriorrentitis. La infección suele producir secuelas cicatrizales en retina y coroides, y las causas frecuentes son: sífilis, infecciones dentales, amígdalas, tuberculosis y senos paranasales..
- Retinopatía Diabética e Hipertensiva Secundaria a la Diabetes o a la hipertensión y acompañada de hemorragias y exudados que empeoran la visión. Ambos tipos de alteraciones suelen aparecen conjuntamente, por ejemplo en el síndrome metabólico, siendo el pronóstico peor en estos casos.
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Director del Curso: Dr. Claudio Estève Presidente Honorario de la Asociación Naturista de Buenos Aires. Ex Médico panelista del programa "Sin Dolor" de Utilísima Fox 2010/12 - Premio "Martin Fierro" 2011 / Nominado 2012. Conductor del programa “Biocultura (lr21.com.uy)
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Miembro de la Unión Vegetariana Internacional (IVU) Licenciado en Medicina, Alicante, España (COMA.ES) Miembro de Fitomedicina
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