LLAMADA A ARTÍCULOS LA COMUNICACIÓN POLÍTICA HOY: ¿NUEVOS MEDIOS, VIEJAS LÓGICAS? EDITORES: Andreu Casero-‐Ripollés (Universitat Jaume I de Castelló) y Elena Yeste Piquer (Universitat Ramon Llull) FECHA LÍMITE DE RECEPCIÓN DE ARTÍCULOS: 10 de febrero de 2014
Resumen La comunicación política se encuentra actualmente en una encrucijada. Durante las últimas décadas, ha prevalecido un escenario dominado por la mediatización de la política (Mazzoleni & Schutz, 1999). En este contexto, los medios de comunicación han desempeñado un rol absolutamente central. Se han afirmado como el escenario en el que se representa socialmente la política y, además, han impuesto sus propias lógicas y estándares a los que los actores políticos han tenido que adaptarse (Strömbäck, 2008). Sin embargo, la consolidación de las innovaciones tecnológicas vinculadas a la digitalización y la convergencia, entre las que sobresalen la web 2.0 y los medios sociales, ha puesto en entredicho la configuración y funcionamiento del campo de la comunicación política. La posibilidad de que los actores políticos sean autónomos a la hora de producir y difundir sus mensajes, por un lado, y el empoderamiento de los ciudadanos gracias a las plataformas digitales (Castells, 2009; Jenkins, 2006), por otro, abre un escenario nuevo marcado por el cuestionamiento del monopolio de los medios y la redefinición de la mediatización de la política. Algo que nos hace preguntarnos la capacidad de los nuevos medios para cambiar las viejas lógicas. Este número monográfico de Trípodos quiere analizar si los nuevos medios digitales están alterando las viejas lógicas de la comunicación política ligadas a la mediatización y en qué medida. Es decir, pretende contribuir al actual debate sobre la transformación de la comunicación política en la era digital a partir de investigaciones empíricas rigurosas o aproximaciones teóricas sólidamente fundamentadas. Por ello, serán bien recibidos tanto aquellas propuestas que analicen los nuevos escenarios tecnológicos, asociados a la web 2.0 y los medios sociales, como aquellos trabajos que permitan conocer con detalle las lógicas y dinámicas vinculadas a la mediatización de la política actualmente. En este sentido, entre los tópicos posibles se incluyen los siguientes: - las relaciones entre los medios de comunicación y la política en el contexto actual y su incidencia sobre la producción de noticias, - la extensión de la mediatización de la política y cómo los actores políticos se adaptan a sus lógicas, - las transformaciones en la comunicación política derivadas de la emergencia de la web 2.0 y los medios sociales, - las implicaciones de la digitalización para la mediatización de la política,
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la redefinición del papel de la ciudadanía en el proceso de la comunicación política en la era digital (nuevas formas de activismo político, nuevos actores comunicativos y su incidencia política, cambios en la configuración de la agenda pública, etc.).
Introducción En las últimas décadas, la comunicación política se ha caracterizado por el predominio del paradigma de la mediatización de la política. Este concepto se ha convertido en una noción clave para analizar la influencia de los medios en diferentes esferas de la vida política. Bajo este prisma, los medios son la principal fuente de información sobre la política y el principal canal de comunicación entre los actores políticos y los ciudadanos (Strömbäck, 2008). La información y el conocimiento sobre la política proviene más de los medios que de las experiencias de la gente o de la comunicación interpersonal (Kepplinger, 2002). La política pasa a realizarse, preeminentemente, a través de los medios. Con lo cuál, éstos pasan a tener una posición central en las sociedades actuales. Esta dinámica impone la pérdida de autonomía de la política, que se vuelve dependiente en sus funciones centrales de los medios (Mazzoleni & Schutz, 1999). Los actores políticos deben acomodarse a las reglas y necesidades de los medios (Cook, 2005). Para acceder a las noticias y lograr, con ello, visibilidad social, los actores políticos se ven obligados a adoptar la lógica mediática (Altheide & Snow, 1979). Este concepto se refiere a la existencia de una serie de estándares que hacen que los medios presenten y transmitan la información siguiendo unos criterios específicos. Al asumir esta lógica, la política se ve gobernada por las reglas de los medios y pasa a estar bajo su influencia. En este marco, los actores políticos alteran su comportamiento y cambian su forma de actuar. La mediatización también implica que los medios se convierten en instituciones diferenciadas y cada vez más independientes de las instituciones políticas (Cook, 2005; Schudson, 2002). Esto los convierte en actores políticos relativamente autónomos que pugnan por definir la agenda y el enfoque o framing y condicionar, así, el proceso de formación de la opinión pública. La mediatización sitúa a los medios como escenario dónde se representa la política y como jugador que participa activamente en sus dinámicas. En este contexto, la relación entre medios y política se ubica como uno de los centros de gravedad para comprender la incidencia de la comunicación en las democracias actuales. Pese a la importancia de este fenómeno, la mediatización de la política necesita de nuevos estudios e investigaciones que permitan conocer en profundidad sus lógicas de funcionamiento y sus consecuencias. Una evidencia, en este sentido, es la ausencia de una definición autorizada de este concepto, pese a que su uso se ha vuelto cada vez más generalizado en el campo de la comunicación política. La necesidad de nuevas aproximaciones a este proceso se demuestra en el hecho que dos revistas académicas de referencia, Communication Theory y Journalism Studies, ha programado números especiales sobre la mediatización de la política para este año 2013. Así, son fundamentales contribuciones que ayuden a mejorar nuestros conocimientos sobre la 2
interacción entre los medios y la política, sobre cómo los primeros transforman a la segunda y sobre cómo ésta se adapta a aquéllos, sin olvidar los efectos democráticos de esta importante relación. Paralelamente, la digitalización, especialmente la web 2.0 y los medios sociales, está introduciendo numerosas novedades en el campo de la comunicación política. Entre los diversos procesos en marcha, resulta interesante detenerse, brevemente, en dos. El primero tiene que ver con la capacidad que ofrecen las herramientas digitales e Internet para que los actores políticos se conviertan en productores y difusores de sus propios mensajes (Castells, 2009). En este nuevo entorno, los políticos pueden aspirar a alcanzar la autonomía comunicativa. Así, pueden dirigirse directamente a los ciudadanos a través de sus páginas web, de sus perfiles en Facebook o Twitter, de sus blogs personales o de su canal de video en You Tube. Aparentemente, todo ello prescindiendo de la mediación periodística y controlando el mensaje desde su concepción hasta su transmisión. Algo que trastoca, al menos en teoría, las bases de la mediatización. No obstante, no sólo los políticos pueden asumir nuevas competencias comunicativas en el contexto digital. También, el público, el conjunto de los ciudadanos, puede convertirse en productor y difusor de mensajes gracias a las herramientas digitales (Allan, 2013). Esto abre un redefinición del papel del público en la comunicación política. En la era analógica, dominada por los medios de comunicación tradicionales, especialmente, por la televisión, los ciudadanos estaban condenados a un papel pasivo, de meros espectadores de las interacciones protagonizadas por los periodistas y los políticos. Éstos eran quienes definían la agenda y orientaban el debate público ante la mirada de un público entendido como consumidor pasivo y objeto de influencias diversas. Sin embargo, la web 2.0 y los medios sociales ubican a los ciudadanos en el centro del proceso comunicativo, otorgándoles autonomía creativa. La denuncia de injusticias sociales, como las ejecuciones hipotecarias en España o la legislación anti homosexual en Uganda, o la crítica a los privilegios de la clase política son dos ejemplos de temas puestos en circulación por ciudadanos a través de las plataformas digitales. Cuestiones que, en algunas ocasiones, son capaces de conseguir una elevada visibilidad social. La ciudadanía, operando más allá de los medios convencionales, puede, en algunos casos, llegar a condicionar, así, la agenda pública (Casero-‐Ripollés & Feenstra, 2012), introduciendo una novedad interesante en el campo de la comunicación política. Estas dinámicas abren la posibilidad de un empoderamiento del público (Castells, 2009; Jenkins, 2006) e introducen una mayor competitividad en el campo de la comunicación política (Chadwick, 2012). Algo que está conectado a la emergencia de nuevas formas de activismo político, de nuevos actores en la comunicación política, de nuevos temas en la agenda y de nuevas dinámicas de funcionamiento. Un escenario que, pese a las potencialidades, también comporta numerosas dudas y peligros, ya que los gobiernos, especialmente aquellos de corte autoritario, también pueden utilizar las herramientas digitales para aumentar el control sobre los ciudadanos o, directamente, para extender la represión política (Morozov, 2011). Con todo, la comunicación política se encuentra en una encrucijada entre el peso de la mediatización y la emergencia del entorno digital. Un período de cambios y 3
continuidades, de mutaciones y prolongaciones. La gran duda subyacente a todos estos procesos es la capacidad de las plataformas digitales, de los nuevos medios, para cambiar las lógicas vigentes, orientadas hacia el protagonismo de los medios de comunicación clásicos, en el campo de la comunicación política. A desentrañar esta compleja pregunta se dedicará este monográfico de Trípodos.
Objetivos Este número monográfico de Trípodos se plantea, ante este escenario, tres grandes objetivos: 1. Contribuir a ampliar el conocimiento sobre las características, dinámicas de funcionamiento y consecuencias de la mediatización de la política, con especial atención a la relación entre periodistas y políticos. 2. Conocer las transformaciones introducidas por las herramientas digitales, la web 2.0 y los medios sociales en el campo de la comunicación política. 3. Calibrar la capacidad de las plataformas digitales, de los nuevos medios, para cambiar las lógicas vigentes en el campo de la comunicación política y eliminar, alterar o reforzar la mediatización de la política. La fecha límite de recepción de artículos es el 10 de febrero de 2014. Para entregar los originales deben registrarse en la revista (www.tripodos.com) como autores. A continuación, deben acceder con su usuario y contraseña, habilitados durante el proceso de registro, y comenzar el proceso de envío. En el paso 1, deben seleccionar la sección “Monográfico”. Las normas de presentación de originales pueden descargarse de www.tripodos.com. Para cualquier consulta, pueden contactar con el equipo editorial de la revista Trípodos en la siguiente dirección:
[email protected]. Trípodos es una revista académica de alcance internacional editada per la Facultat de Comunicació Blanquerna de la Universitat Ramon Llull. Desde 1996 las páginas de esta publicación bianual ofrecen un foro de debate y discusión crítica en torno a cualquier disciplina relacionada con el mundo de la comunicación: periodismo, cine, televisión, radio, publicidad, relaciones públicas, internet, etc. Trípodos: - Ocupa la 5ª posición en el índice IN-‐RECS (edición 2011) - Está en la categoría B de la clasificación CIRC (Clasificación Integrada de Revistas Científicas) - Está indexada, entre otras, en las bases de datos y catálogos: ISOC, Dialnet, Ulrich's, DOAJ... - Tiene un índice H de 5 en Google Scholar Metrics. Ocupa la 6ª posición en la categoría de Comunicación. 4
Referencias Allan, S. (2013). Citizen witnessing. Cambridge: Polity. Altheide, D. L.; Snow, R. P. (1979). Media logic. Beverly Hills, CA: Sage. Casero-‐Ripollés, A.; Feenstra, R. A. (2012). "The 15-‐M movement and the new media: A case study of how new themes were introduced into spanish political discourse". Media International Australia (MIA), 144, 68-‐76. Castells, M. (2009). Communication power Oxford University Press Oxford. Chadwick, A. (2012). "Recent shifts in the relationships between the internet and democratic engagement in Britain and the United States: Granularity, information exuberance, and political learning". In: Anduiza, E.; Jensen, M.J. & Jorba, L. (Eds.) Digital media and political engagement worldwide (pp. 39-‐55). New York: Cambridge University Press. Cook, T. E. (2005). Governing with the news. the news media as a political institution (2nd ed.). Chicago: University of Chicago Press. Jenkins, H. (2006). Convergence culture: Where old and new media collide. New York: NYU press. Kepplinger, H. M. (2002). "Mediatization of politics: Theory and data". Journal of Communication, 52(4), 972-‐986. doi:10.1111/j.1460-‐2466.2002.tb02584.x Mazzoleni, G.; Schutz, W. (1999). ""Mediatization" of politics: A challenge for democracy?" Political Communication, 16(3), 247-‐261. Morozov, E. (2011). The net delusion: The dark side of internet freedom. New York: Public Affairs. Schudson, M. (2002). "The news media as political institutions". Annual Review of Political Science, 5, 249-‐269. doi:10.1146/annurev.polisci.5.111201.115816 Strömbäck, J. (2008). "Four phases of mediatization: An analysis of the mediatization of politics". The International Journal of Press/Politics, 13(3), 228-‐246.
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