1 historia y tensiones en la emergencia de las radios

En esta línea aportaron la segunda generación de los estudios culturales de la Escuela de Birmingham y también sus lectores latinoamericanos, como Martín.
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HISTORIA Y TENSIONES EN LA EMERGENCIA DE LAS RADIOS ALTERNATIVAS DE AMÉRICA LATINA Por Eva Fontdevila

En la historia de la Comunicación Alternativa en América Latina podrían distinguirse una serie de momentos: los años 60 y 70 como la etapa de mayor vigor y desarrollo, los años 80 como el momento de la relectura en clave de comunicación “comunitaria”, los años 90 como la etapa de reducción de esta perspectiva a grupos acotados, y el período de 2001 con un nuevo protagonismo y desafíos de “una nueva camada de investigadores que se preocuparon por revitalizar la problemática (…) sin el corsé del anti intelectualismo ni de la asepsia academicista” (Vinelli, 2012, p.7). El término alternativa según Pulleiro (2012, p. 21), “hace referencia a una oposición de perspectivas de la acción, de concepciones sobre la problemática comunicacional y sobre la sociedad”. Tomando a Raymond Williams, Pulleiro establece que, si toda acción social emerge y se desarrolla en relación con un sistema hegemónico de prácticas, valores, significados, podemos sostener que el nivel fundamental de opciones o alternativas estará dado entre el “polo reproductor” y el “polo transformador” de la existencia social, entendida como una totalidad compleja, contradictoria y abierta”. (Pulleiro, 2012, p. 21)

La comunicación alternativa, sin dudas, se ubica en el polo transformador. Para el autor que seguimos se trata, en definitiva, de la construcción de poder popular como estrategia para conquistar una nueva hegemonía (desde la perspectiva gramsciana). Los proyectos de comunicación que se definen como alternativos, alterativos, populares, educativos, comunitarios, contrainformativos, -todos términos que sin dejar de lado sus matices conceptuales podemos agrupar de un lado del campo contrahegemónico- son parte de las estrategias de los sectores populares en la construcción de poder. Esa construcción requiere, para Pulleiro (2012), “la conformación de una nueva subjetividad entre los oprimidos, una conciencia liberadora. Implica, simultáneamente, el avance de los niveles de organización y articulación erre las clases populares” (Pulleiro, 2012, p. 23) Y es desde allí que podemos pensar que la hoy popularizada expresión “batalla cultural” es un faro de la comunicación alterativa, siempre preocupada por los contenidos, temas, fuentes, voces, estéticas y enfoques no expresados en los medios hegemónicos.

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Comunicación Alternativa Lic. en Ciencias de la Comunicación FFyL-UNT En las reflexiones sistemáticas sobre la alternatividad se reconocen diversas tensiones: entre quienes sostienen la posibilidad de aprovechar las “grietas” en los medios hegemónicos y los que enfatizan la posibilidad de creación de “desplegar una iniciativa autónoma para las clases subalternas el plano ideológico y organizativo” (Pulleiro, 2012, p. 25) El desarrollo de la reflexión sobre comunicación alternativa y las prácticas de ese campo muestra que lo relevante para definir prácticas y medios alternativas está en el terreno de los contenidos, pero también (o como parte de ello), tal como definen Vinelli y Esperón (2004), la alternatividad es un modo de definir un “proceso que abarca desde el discurso hasta la organización del medio y las formas sociales en que este se utiliza” (Vinelli y Esperón, 2004, p. 13) Siguiendo a Pulleiro (2012) encontramos una serie de tensiones del campo de la comunicación alternativa que valen también para la radio alternativa en particular: …la tensión entre el énfasis puesto en la discusión de información y la concepción del medio como espacio de encuentro y articulación. La que puede existir entre las búsquedas más vinculadas a la experimentación formal y estética y aquellas prácticas que ponen más peso en los contenidos. También la relación conflictiva entre Estado y mercado. Vale mencionar también las perspectivas que priorizan una mirada sobre las desigualdades sociales, lo que implica una visión más global de la realidad social y aquellas que se preocupan más por trabajar desde las diferencias y al diversidad cultural” (Pulleiro, 2012, pp. 28-9).

En nuestro continente, las primeras experiencias de comunicación alternativa están ligadas a un diagnóstico: la desigualdad informativa entre el primer y tercer mundo, la concentración de las voces en unas pocas agencias productoras de noticias, la desigualdad entre el poder de agenda de los sectores subalternos y dominantes. El llamado informe “McBride” elaborado en 1980 en el marco de UNESCO como sistematizan de la situación informativa en el mundo generó consenso en torno a la necesidad de establecer Políticas nacionales de Comunicación, y en ese marco se debatió sobre la brecha entre “acceso” a medios de comunicación y la “participación” en los mismos. De acuerdo con Carlos Mangone, tomado por Pulleiro (2012), En la década de 1980, la comunicación alternativa en el continente – derrotas políticas e ideológicas de por medio- será fuertemente influenciada por perspectivas culturalistas que pusieron en primer plano la diferencia cultural en detrimento de la desigualdad social. En ese trayecto las concepciones que se tornaron predominantes en el campo de la alternatividad influenciaron en la práctica un progresivo alejamiento de los problemas que hacen a la disputa por el poder político y comunicacional. Del peso puesto en un proyecto político que trasciende y da sentido a experiencia comunicacional y de una visión instrumental de los medios, se pasó a hacer hincapié en el proyecto político y comunicacional del propio medio, lo que en la mayoría de los

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Comunicación Alternativa Lic. en Ciencias de la Comunicación FFyL-UNT casos debilitó -cuando no anuló- la mirada estratégica acerca de las consecuencias políticas de la práctica comunicacional ... de los cuadros marxistas y cristianos propios de las experiencias de los ´60 y ´70 se pasará fundamentalmente a grupos de jóvenes urbanos u organizaciones de la sociedad civil (mujeres, vecinos, grupos étnicos, etc.) y habrán desplazamiento … de comunicación popular o alternativa se pasará en gran medida, a la comunitaria, alterativa y luego ala ciudadana (Pulleiro, 2012, pp. 29-30)

Las radios alternativas de nuestro continente En coincidencia con otros autores que han sistematizado la historia de las radios alternativas de América Latina, Pulleiro (2012) señala dos grupos: Las impulsadas y gestionadas por organizaciones vinculadas a la Iglesia católica, creadas en general con propósitos educativos. Por otro lado las experiencias surgidas como herramientas de comunicación impulsadas por organizaciones políticas y sindicales que expresaban proyectos orgánicos de transformación social … radios gestionadas por los sindicatos mineros bolivianos durante más de tres décadas, pero también las radios creadas por el movimiento 26 de julio en Cuba a fines de la década de 1950, el Frente Sandinista de Liberación Nacional en Nicaragua a partir de los ´70 y el Frente Farabundo Martí de Liberación Nacional en El Salvador en la década siguiente (Pulleiro, 2012, p. 33).

Las dos matrices identificadas por el autor tuvieron caminos divergentes, pero también importantes coincidencias y confluencias en las prácticas. La experiencia fundacional de la radio alternativa latinoamericana es la Escuela Radiofónica de Sutatenza, en Colombia, en 1940. Llevada adelante por un cura, el Padre Joaquín Salcedo, la radio se propuso combatir el analfabetismo, al que identificaba como una causa importante de la pobreza. En ese mismo modelo, se destacan otras radios, como Santa María en República Dominicana, Pío XII en Bolivia, Huayacocotla en México, la Red de Escuelas Radiofónicas ERBOL en Bolivia, y el Instituto de Cultura Popular INCUPO en Argentina, que hoy sigue siendo una referencia de la radio comunitaria. Algunas de ellas formaron luego la Asociación Latinoamericana de Educación radiofónica, ALER. El vínculo entre la Iglesia Católica y la comunicación alternativa/ educativa / alfabetizadora está estrechamente ligado a la corriente de la Teología de la Liberación, al Concilio vaticano II y a la obra de la Paulo Freire y su pedagogía liberadora. En ese camino de construcción se encuentran ideas católicas e ideas marxistas heterodoxas, y cumple un rol también la Teoría de la Dependencia, plasmada por Fernando Henrique Cardoso Enzo Faletto en su texto Dependencia y Desarrollo en América Latina.

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Comunicación Alternativa Lic. en Ciencias de la Comunicación FFyL-UNT De acuerdo con la investigación de Pulleiro (2012), las radios mencionadas en estos orígenes luego dejarán paulatinamente “la educación formal y la alfabetización como actividades principales y orientarán gradualmente su labor con el propósito de aportar a la confirmación de la conciencia política de los sectores populares, convirtiéndose en factores importantes para su organización y movilización” (Pulleiro, 2012, p. 38). La segunda vertiente señalada por los autores es la de las emisoras vinculadas orgánicamente a movimientos sociales y políticos y a sindicatos. El emblema de este grupo es la red de radios mineras bolivianas, una experiencia mediática que se presenta como herramienta para un sector específico en un contexto determinado. En Bolivia el 65% de los ingresos del país provenían de la actividad minera. Y las radios sirvieron para problematizar, visibilizar y reivindicar los derechos de los trabajadores de esa actividad. Desde la década del 40 estas experiencias fueron construidas por los obreros, y llegaron a conformar la red 23 emisoras en 1963. Según Pulleiro (2012) ...cuando el contexto era favorable la programación -orientada a la información, la educación y el esclarecimiento ideológico- se refería sobre todos a las actividades propias de los mineros, sus organizaciones y sus familias. La radio cubría las asambleas sindicales, pero también las festividades religiosas, los festivales artísticos y los eventos deportivos. (…) en momentos de represión sobre la sociedad en general y en particular sobre el movimiento obrero, las radios modificaban su programación, al tiempo que se convertían en bancos concretos de las fuerzas anti populares (…) las radios mineras se constituyeron en herramientas fundamentales para la organización, la movilización, la denuncia y la socialización de información (Pulleiro, 2012, pp. 43 y 44).

En resumen, este modelo abona a una estrategia más general de cambio estructural que, al decir de Pulleiro (2012, p. 45), “a su vez le da sentido a la experiencia comunicacional”. Entre los rasgos comunes de las dos matrices señaladas, Pulleiro (2012) destaca que ambas fueron herederas de la Teoría de la Dependencia y se basaron en la denuncia de la desigualdad entre el primer y tercer mundo, y una respuesta a la Teoría del Desarrollo, que ponía el énfasis en la “modernización productiva” y en la emulación de los modelos capitalistas de los llamados “países desarrollados”. En este sentido, las primeras experiencias de radio alternativa están ligadas a la búsqueda de toma de conciencia por parte de los sectores subalternos sobre su posición en el esquema desigual impuesto por los sectores hegemónicos.

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Comunicación Alternativa Lic. en Ciencias de la Comunicación FFyL-UNT Los 80 y el desplazamiento conceptual Aunque no es exclusivo del campo de estudio de las radios alternativas, también se verifica en él, el desplazamiento conceptual ocurrido en los años 80: del énfasis en los contenidos y la propiedad de los medios se pasó a considerar objeto privilegiado de reflexión la instancia de recepción y la capacidad de resignificación y lectura de los sectores populares. En esta línea aportaron la segunda generación de los estudios culturales de la Escuela de Birmingham y también sus lectores latinoamericanos, como Martín Barbero y García Canclini. Este paradigma resalta la capacidad de resistencia de los sectores oprimidos para dar sentidos propios, hacer, como señala Thompson, una “apropiación localizada” de los contenidos globalizados. En esta línea suman, según Pulleiro en la obra que seguimos en este texto, autores como Foucault, Bourdieu y de Certeau, quienes se ocuparon de investigar la cultura, el poder y las negociaciones de la cultura popular con la hegemónica. Tomando a Saintout, sostiene Pulleiro (2012, p. 55) “en el marco de la investigación en comunicación y cultura las reflexiones de Gramsci oficiarán como un marco conceptual adecuado para la revalorización del receptor y de las culturas populares (…) en América Latina y el Cono Sur específicamente, es la derrota política de los movimientos sociales de los setenta, la presencia de las dictaduras militares y las respuestas de resistencia lo que marca el quiebre y nacimiento de nuevas miradas”.

En la misma línea aportaron al desplazamiento teórico al que aludimos la obra de Schmucler, unos de los más influyentes intelectuales del campo de la comunicación en la Argentina. Una posible interpretación acerca de cómo este cambio de enfoque, de medios todopoderosos a audiencias con capacidad de resistencia, es que esa mudanza es en parte resultado de una lectura sobre la derrota de los movimientos revolucionarios. En este sentido Simpson Grinberg ha sido el autor que ha encarado una sistemática crítica a las experiencias de comunicación alternativa ligada orgánicamente a movimientos políticos de izquierda en los 60 y 70 y su teoría de la vanguardia. Pulleiro (2012) resume esta discusión de la siguiente manera: ...estas expectativas puestas en la actuación de los movimientos sociales supuso un desplazamiento más abarcativo desde una óptica que coloca en énfasis en la desigualdad entre las clases, como criterio fundamental para analizar la sociedad -criterio que marcó a la radio alternativa en el periodo anterior- hacia una visión que hace hincapié en la diferencia y la heterogeneidad entre grupos sociales” (Pulleiro, 2012, p. 67)

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Comunicación Alternativa Lic. en Ciencias de la Comunicación FFyL-UNT Y agrega que ...esta perspectiva que pone el foco en la expresión popular se hará presente en el trabajo de muchas de las emisoras latinoamericanas del periodo; tanto aquellas que surgen en ese momento como muchas de las que cuentan con un largo recorrido (Pulleiro, 2012, p. 69).

Tercer momento: la creación de AMARC Finalizadas las dictaduras en América Latina, se inaugura una nueva etapa de la radio alternativa, signada según algunos autores, por “lo comunitario” como eje organizador. Pulleiro (2012) sostiene que a diferencia de las radios de los 60 y 70, construidas y protagonizadas por militantes y cuadros políticos, las radios de la recuperación democrática son impulsadas y protagonizadas por grupos de mujeres, de jóvenes, colectivos de la diversidad sexual, minorías étnicas, etc. Lo comunitario aparece también como característico de la posibilidad de comunidades que quedan aisladas geográficamente. Si bien esta lectura ha sido realizada por algunos investigadores, los espacios de construcción de las radios comunitarias como FARCO (Foro Argentino de Radios Comunitarias) han producido sobrada reflexión y construcción sobre el rol de las emisoras populares y su potencialidad en la organización política y la incidencia. Los años 90 Los años posteriores al Consenso de Washington signaron la consolidación del proyecto neoliberal en el continente. Es el momento de auge en cuanto a la cantidad de radios alternativas creadas en Argentina, todas en la ilegalidad ante la dificultad para la sanción de un marco normativo de la Democracia para el sector. Con la vigencia del decreto 22.285 de la dictadura cívico militar, la única alternativa para estas emisoras fue la tramitación de permisos precarios y provisorios otorgados por el COMFER, un organismo que solo se dedicaba a garantizar a las empresas sus posibilidades de lucro, dado que el decreto establecía con claridad la imposibilidad de ser titular de licencia de radiodifusión a todo aquel que no tuviera fines comerciales. Las escasas reformas a la ley realizadas en la década fueron realizadas para permitir la formación de multimedios y desde entonces los grupos empresariales no han dejado de consolidarse y de concentrar el mercado.

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Comunicación Alternativa Lic. en Ciencias de la Comunicación FFyL-UNT La creciente convergencia tecnológica facilitó la integración vertical y horizontal del mercado, la precarización laboral de los trabajadores de medios de comunicación y la consolidación de la comunicación como mercancía. Mientras tanto, medios comunitarios, alternativos, populares, dirigentes gremiales, militantes políticos de diversos signos y épocas, constituían la Coalición por una Radiodifusión Democrática, que elaboró la primera propuesta sistematizada de cuestiones que deberían ser incluidas en una ley de la democracia. Los 21 puntos fueron la base para la discusión que concluyó con la sanción de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual, la 26.522, en el año 2009. En esa norma, por primera vez en la historia, se reconoció el derecho a la comunicación, y a las organizaciones sociales y políticas, el derecho a ser titulares de licencia y se les reservó el 33% del espectro radioeléctrico, ese bien preciado del que dispone el Estado para asegurar la circulación de voces (o para negarla). Las radios comunitarias y populares, nucleadas en distintos espacios como la Red Nacional de Medios Alternativos (RNMA), y el Foro Argentino de Radios Comunitarias, participaron con diversos niveles de compromiso en el debate, sanción e implementación de la Ley y hoy resisten a su derogación. Desde los años 90, tiempos de resistencia y oposición absoluta con el Estado y el mercado, las radios alternativas superaron viejos prejuicios y se fortalecieron mediante la formación técnica, la capacitación de sus militantes, la producción de materiales educativos, la mejora de equipos y la consolidación de redes. La mayoría de las radios abandonó la idea de la radio “pequeña”, se preguntó por la masividad y la audiencia (incluso algunas realizaron estudios al respecto), consolidó espacios culturales y sistematizó las relaciones con sus oyentes, con universidades y otras instituciones. La profesionalización formó parte de los objetivos de las emisoras, y desde las redes se impulsó la formación en gestión de las radios, para facilitar su sostenibilidad económica, institucional, social y comunicacional.

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Comunicación Alternativa Lic. en Ciencias de la Comunicación FFyL-UNT Bibliografia -Cardoso, F. H. y Faletto, E. (1969). Dependencia y Desarrollo en América Latina, Buenos Aires: Siglo XXI. -Pulleiro, A. (2012). La radio alternativa en América Latina. Experiencias y debates desde los orígenes hasta el siglo XXI, Buenos Aires: Cooperativa gráfica El Río Suena. -Thompson, J.B. (1998)). Los media y la modernidad, Barcelona: Paidós. Vinelli, N. y Rodríguez Esperón, C (2004). Contrainformación. Medios alternativos para la acción política, Buenos Aires: Peña Lillo.

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