1 Del texto a la representación cartográfica: interpretaciones sobre la ...

la arqueología del noroeste argentino. Quiroga, Laura. Resumen de ponencia presentada en la Cuarta Reunión Internacional de. Teoría Arqueológica en ...
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1 Primera Unidad: UNA HISTORIA DE LAS ARQUEOLOGÍAS SOBRE SOCIEDADES AGROPASTORILES EN LOS ANDES CENTRO - SUR. Trabajo Práctico 1 Tema:La clasificación de las sociedades indígenas del pasado en el NOA. Enfoques y criterios para las periodizaciones. Objetivo: que los estudiantes desarrollen criterio sobre el empleo de categorías en Arqueología para abordar y conocer a las sociedades del pasado Entre no más de dos estudiantes resolver el siguiente práctico. Entrega: escrita y oral. Leer detenidamente los diferentes fragmentos transcriptos de textos de diferente autoría y de distintos momentos de nuestra disciplina. Todos tienen en común algo: mencionan categorías clasificatorias para abordar las sociedades del pasado. Lo hacen partiendo desde una posición crítica hacia otras formas de categorizar, o proponiendo nuevas formas de realizar clasificaciones o bien, directamente asumiendo determinadas categorizaciones propias del momento y paradigma vigente. 1) Mencionar las propuestas y/o críticas de los autores de categorías empleadas para referirse a las sociedades del pasado (o sus productos materiales), atendiendo: -en el primer caso (propuestas), a la denominación de esas categorías y los criterios empleados para definirlas y en el segundo, a los fundamentos de las críticas. 2) Establecer comparaciones entre los fragmentos de los trabajos citados y expresar los aspectos factibles de comparar (por similitud, contraposición o complementación) 3) Una práctica interpretativa recurrente en Arqueología ha sido la de asumir a las diferencias culturales como jerarquías temporales (ordenadas temporalmente según su desarrollo o complejidad cultural) a) ¿Qué autor/a critica esto? b) ¿Cuál considera usted, que sería la forma gráfica más convencional en la que se representan este tipo de interpretaciones? 4) En determinado momento del siglo XIX, el objetivo en la investigación de la Arqueología del NOA priorizó la construcción de secuencias de contextos culturales. a) ¿Qué investigador/ra argentino/a trabajó en el ordenamiento de tales contextos en secuencias y qué método se lo posibilitó? b) Sobre qué base se definen esos contextos y culturas arqueológicas. 5) Llegar a la clasificación de las culturas arqueológicas constituía “la explicación” buscada. Mencione autores que critican la clasificación como explicación y qué proponen.

Del texto a la representación cartográfica: interpretaciones sobre la variabilidad estilística en la arqueología del noroeste argentino Quiroga, Laura. Resumen de ponencia presentada en la Cuarta Reunión Internacional de Teoría Arqueológica en América del Sur; 2007 San Fernando del Valle de Catamarca Resumen: Un aspecto relevante a la hora de reconsiderar las categorías sobre las cuales descansa la reconstrucción arqueológica del pasado, se encuentra en la observación y análisis crítico de la representación gráfica y cartográfica que acompaña y da soporte al texto como representación visual de las categorías teóricas que cimientan el discurso científico. Se genera entonces, una representación visual acerca del pasado para interpretar así, las representaciones visuales del pasado. La distribución geográfica de los patrones formales del diseño en urnas fue el criterio básico para identificar arqueológicamente la extensión y delimitación de los territorios étnicos enunciados por las fuentes coloniales en el noroeste argentino. El discurso científico proyectó la percepción colonial propia de los siglos XVI y XVII sobre la dinámica étnica prehispánica considerando que la mirada colonial no reflejaba las transformaciones que ella misma había generado, sino un estado de situación que

2 continuaba -sin mayores modificaciones- las condiciones precoloniales. Por esto planteo que la mirada científica asumió como válida -he hizo suya en el siglo XX- la perspectiva colonial sobre la dinámica interétnica. Posteriormente se reemplazó el concepto de etnicidad por el de cultura arqueológica marcando una trayectoria diferente en la investigación. Aun así, la representación cartográfica hace evidente la continuidad en la forma de abordar las representaciones visuales entre ambas perspectivas: la relación entre unidades estilísticas y actores sociales como expresión unívoca de la identidad social. En tal sentido el lenguaje visual acerca del pasado se muestra bajo tres formas de representación: a. Mapas de áreas y polígonos: generados para representar la coherencia y concordancia de unidades estilísticas como reflejo de unidades sociales. b. Mapas de áreas y texturas seleccionados para representar cambio y difusión, centro y periferia en el pasado c. Mapas de distribución de puntos y gráficos de articulación funcional destinados a representar la articulación jerárquica y funcional de los asentamientos tardíos asimilados a modelos andinos de verticalidad u organizaciones territoriales de unidades políticas. Estas formas de representación ponen de manifiesto la relevancia que el análisis estilístico ha tenido permanentemente en la investigación arqueológica. El trabajo estilístico orientado a la definición y delimitación de unidades quiere sujetar, asir y anclar la variabilidad de la expresión visual del pasado en unidades establecidas sobre patrones compositivos precisos y definidos que operen a su vez, como fronteras estilísticas y regionales en el discurso científico. Si bien en los últimos años la variabilidad estilística se ha independizado de la taxonomía social –como expresión coherente y homogénea de unidades étnicas o actores sociales- las referencias estilísticas siguen constituyendo en el campo científico, unidades estilísticas coherentes dentro de las cuales es posible encerrar la variabilidad observada, tomando en forma taxonómica aquello que visualmente juega con la asociación y la diferenciación, con lo constante y lo irrepetible, lo individualizado. Del texto científico a la representación cartográfica y de las prácticas de representación visual hacia las relaciones sociales que estas crean y recrean, constituyen líneas de análisis y reflexión teórica sobre las que resulta pertinente regresar una vez más.

González, A. R. 1955 Contextos culturales y cronología relativa en el Área Central del N. O. Argentino (Nota preliminar). Anales de Arqueología y Etnología. XI: 7 – 32 Una de las necesidades más imperiosas de la arqueología argentina es establecer las cronologías relativas y absolutas de sus áreas más importantes (González 1955:7) Diversos motivos decidieron la elección del valle del Hualfín como centro de nuestras pesquisas: 1) por tratarse de una unidad geográfica muy bien definida, ya que es un valle … cerrado por cadenas montañosas…2)Por ocupar el corazón de la llamada área diaguita* osea la región central del N.O.según la división establecida por Bennet …3) Por poseer el Museo de Ciencias Naturales de la Plata las anotaciones completas y el patrimonio funerario de 1200 tumbas excavadas en el valle de Hualfin por las expediciones Muñiz Barreto. De esta manera, creemos que un esqueleto cronológico establecido para el centro del área, como es el valle del Hualfín, tiene muchas probabilidades de ser valedera para gran parte sino la totalidad de la zona central (op.cit. 9-10). *creemos que se debe evitar en todo lo posible… el término “área diaguita” pues puede inducir a confusiones…más adecuado y preciso concretarnos al término geográfico… “área central del N.W.”… Condorhuasi La cultura condorhuasi había sido calificada como estilo cerámico (…) Nosotros (…) [hemos hecho notar] que Condorhuasi merece la misma calificación de conjunto que se le otorgue a las demás entidades y contextos similares como Belén, Santamaría, etc, se les llame culturas, etapas o facies, ya que no existe hasta ahora entre los arqueólogos una definición unánimemente aceptada sobre la amplitu de estos términos.

3 La alfarería del contexto Condorhuasi comprende una larga serie de tipos sumamente característicos [los menciona e ilustra] [Luego menciona las características de la cerámica, Metalurgia, Piedra, Funebria y Construcciones, como una serie de ítems que se hallan recurrentemente como parte de esta cultura] (op.cit. 22-23) NUÑEZ REGUEIRO, V. A. 1974 Conceptos instrumentales y marco teórico en relación al desarrollo cultural del Noroeste Argentino. Revista del Instituto de Antropología, Universidad Nacional de Córdoba 5: 169 – 190 Córdoba.

…el concepto de “contexto cultural” que… resultó fructífero* (…) adolece de graves limitaciones.*[el autor destaca que hasta 1948 la arqueología argentina no desarrollaba la profundidad histórica atándose a denominaciones prohistóricas como diaguita o calchaquipara los rests arqueológicos de esas áreasPrimer con Bennet y col (1948) y Gonzalez (1955) se encaró como problema la integración de contextos culturales de las culturas, considerando distintas épocas y lugares del NOA.]

“Contexto cultural” implica (…) la adición mecánica de rasgos o pautas culturales sincrónicos, encontrados en repetida asociación en un área, osea, la simple reunión de elementos culturales que coexistieron en una dimensión cultural- espacial- temporal determinada. Carece por lo tanto de un elemento básico que permita la integración de todos esos rasgos… De ahí que en la integración de los “contextos culturales” se perde de visa la existencia de las entidades socioculturales concretas, y de la estructura socioeconómica que las caracterizó, tapadas por el peso de una variada cantidad de elementos culturales inconexos. Por eso,…hemos reemplazado el intento de reconstruir los “contextos culturales” por el de reconstruir las entidades socioculturales” Cultura (---) el concepto tradicional de “cultura” (cultura Condorhuasi, cultura Aguada, cultura Belén, cultura Inca) se ha estructurado sobre la base de la reconstrucción de los respectivos “contextos culturales”, no de las “entidades socioculturales” concretas y ha incorporado por lotanto las deficiencias que posee el concepto de “contexto cultural”. A esta deficiencia debe sumársele el hecho de que … se termina pensando en cada “cultura” como si constituyese un sistema unitario que pudiese ser tomado como una válida unidad de análisis en la investigación arqueológica (Nuñez Regueiro 1974:170-171). (…)Bajo el concepto instrumental, abstracto de “cultura” reunimos a una serie de entidades socioculturales específicas que poseen en común un conjunto de pautas culturales (un mismo patrón de asentamiento”, un conjunto de tipos cerámicos…), pero no obstante difieren entre sí en otros aspectos, y estas diferencias pueden ser tan importantes y significativas como lo son las similitudes que nos permiten incluirlas bajo una deno,imación común (op.cit. 171) Al utilizar el cncepto de “cultura” en el sentido tradicional, se diluye la posibilidad de analizar en profundidad la dinámicacultural que tuvo lugar, por ejemplo, entre las distintas aldeas de una misma “cultura” y entre éstas y otras aldeas de “cultura” distinta (op.cit.171) (…) no hacer perder de vista la existencia de las entidades socioculturales como únicas unidades de análisis… (op.cit. 171)

SCATTOLIN, M. C. 2006 Categoremas indígenas y designaciones arqueológicas en el noroeste Argentino prehispánico. Chungara, Volumen 38, Nº 2: 185-196 Revista de Antropología Chilena Resumen

4 Las categorías usadas en las clasificaciones arqueológicas, de modo similar a las etnocategorías indígenas, son objeto de representaciones mentales por parte de los mismos investigadores. Por eso también pueden ser materia de estudio a investigar, tal como la antropología ha investigado los esquemas conceptuales de los indígenas. Una vigilancia metódica de las clasificaciones arqueológicas podría contribuir a extirpar valoraciones que persisten en la investigación científica. Esta idea se aplica al análisis del primer milenio d.C. en el valle de Santa María del noroeste argentino. Los resultados demuestran que las categorías de análisis en arqueología se imponen por la incorporación incontrolada de esquemas cognitivos indígenas y se emancipan de nuestro dominio por la repetición rutinaria más que por validación científica. Además, confirman que “lo que es cierto del pensamiento salvaje, es cierto de todo pensamiento culto” y ratifican la conveniencia de someter regularmente a revisión las categorías de análisis en arqueología. Palabras claves: clasificaciones arqueológicas, categorías indígenas, noroeste argentino.

Los primeros esquemas de clasificación de la cultura prehispánica del noroeste argentino, en los Andes del sur, comenzaron tempranamente y abarcaron las definiciones iniciales de estilos cerámicos: draconiano, santamariano, etc. Luego, las designaciones de áreas culturales y períodos delimitaron universos de estudio y permitieron distinguir puntos focales de innovaciones culturales o de difusión de ideologías: Valliserrana, Selvas Occidentales, Puna, Atacama, Tiahuanaco, Cuzco. Más tarde, los materiales arqueológicos permitieron interrogarse acerca de la existencia de una particular estrategia adaptativa y de subsistencia, distinguir “centros de domesticación” y “orígenes de los procesos civilizatorios”, ordenar la relativa complejidad tecnológica y sociopolítica y conocer los procesos de jerarquización social y de integración estatal. Todo este trabajo generó clasificaciones arqueológicas, designando períodos, áreas culturales, regiones, tipos evolutivos, focos de difusión, etc., que han funcionado como categorías. Pero las clasificaciones espaciales, la delimitación y la nominación de regiones, costumbres, artes, conductas y poblaciones, no son prácticas llevadas a cabo exclusivamente por antropólogos, geógrafos, arqueólogos o científicos en general. En efecto, en los Andes del sur, los mismos indígenas establecieron distinciones espaciales entre ellos: En la percepción aymara (horizonte intermedio tardío: siglos XII-XV) del espacio, todo el sector entre Titicaca y Beni pertenecía al Umasuyu, mundo húmedo, vegetal, oscuro, concebido como “femenino” e “inferior” en la jerarquía dualista, por oposición a la “mitad” occidental, desértica, mineral, con luz intensa, el Urcusuyu, el “lado del cerro” (…) Saignes 1985” (Scattolin 2006:185) Así Thierry Saignes comenta que, debido al “efecto, quizás, de este desprecio andino hacia los márgenes orientales, los instrumentos de estudio son insuficientes” (Saignes 1985:xi). Y nota que la percepción hispánica del piedemonte [oriental] prolonga la visión andina, aymara o inca [dominante]”. Más tarde, según Saignes, “aún los estudios científicos posteriores pecan de esa terrible especialización ya evocada: las poblaciones andinas “centrales” tienen una historicidad, mientras que las poblaciones amazónicas “marginales” son condenadas a un arcaísmo inmóvil” (op.cit:186) (…) explícitamente nunca se impugna que, en términos históricos, la tradición estilística Candelaria sea contemporánea de la tradición Aguada y, sin embargo, en la práctica educativa y en la narrativa arqueológica, y en un sentido evolutivo-procesual, siempre se ha descrito a la “cultura Candelaria” (y también a la “cultura Tafí”), en primer lugar, junto con otras sociedades aldeanas antiguas, como un precedente de las sociedades jerárquicas y con antelación a la “cultura Aguada”, aunque todavía no hay estudios que se hayan ocupado de explorar si hubo o no procesos de jerarquización social en los sitios que presentan cerámica de estilo Candelaria (op.cit. 193).

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GNECCO, C. y C. H. LANGEBAEK 2006 Contra la tiranía tipológica en arqueología: una visión desde Suramérica. Eds. C Gnecco y C. H. Bogotá: Universidad de los Andes, Facultad de Ciencias Sociales, CESO, Ediciones Uniandes, 2006. Especialmente notoria ha sido la tendencia generalizada a usarlas de manera prescriptiva, llevando a los arqueólogos a estar más interesados en “confirmar” la existencia de tipos (sobre todo de organización socio-política) a partir de unos pocos rasgos culturales que a intentar interpretaciones imaginativas, sensibles a los contex- tos locales, que indaguen por dimensiones distintas de la vida social. La tiranía del pensamiento tipológico ha reducido el espectro interpretativo de una manera dramá- tica y ha mostrado que la realidad imita a la ficción: Borges ya dijo, hace décadas, que los arqueólogos buscan lo que saben, de antemano, que van a encontrar. (Gnecco y Langebaek 2006:x)

NIELSEN, A.1995 El pensamiento tipológico como obstáculo para la arqueología de los procesos de evolución en sociedades sin Estado. Comechingonia 8:21-46. Estos trabajos [refiere a los que aplican tipologías neoevolutivas del tipo banda, tribu, jefatura y estado] revelan, nuevamente el esencialismo característico de los enfoques evolucionistas culturales: Los fenómenos socioculturales prehistóricos y actuales son “explicados” al subsumirlos en estadios universales que se desarrollan ortogenéticamente en el tiempo (…) clasificación y explicación se convierten en una misma cosa. Una vez que las clasificaciones han sido reificadas [léase materializada o considerada como una realidad], la presencia de anomalías en casos particulares (… ajenos a la esencia del estadio) pierde toda capacidad de impulsar el desarrollo teórico; los estudios de caso se convierten en la repetición estéril de estereotipo asumidos como válidos desde la teoría (Nielsen 1995:33) Clasificación e inferencia (…) las tipologías reificadas son ocasionalmente empleadas como “muletas” para la inferencia arqueológica Típicamente, a partir de la identificación de un contexto arqueológico particular de cierto atributo utilizado para caracterizar a un tipo social, se infiere que otros atributos del tipo –normalmente aquellos cuya reconstrucción arqueológica es más problemática- se encuentran también presentes (…) Así, por ejemplo a partir de la identificación de diferencias de rango –p.ej., a través de variaciones en el tratamiento funerario…- se infiere la existencia de jerarquías administrativas, o el papel central de las elites en el tráfico interregional, en la organización de conflictos entre grupos, en la celebración del culto, o en la redistribución. Invocando la presencia de obras monumentales (sistemas de irrigación, plataformas ceremoniales) se infiere la existencia de centralización política, tributación y/o estratificación socioeconómica. (…) (op.cit. 34) [Nielsen destaca que los atributos que varían independientemente dentro de los tipos definidos, es decir, no necesariamente varían en sentido unívoco como parte de un paquete irrompible de un listado de rasgos cual ingredientes necesarios de una receta] En el caso de la tipología jefatura el autor menciona que “ha sido imposible aislar un conjunto de atributos específicos compartidos por la multitud de sociedades sedentarias que preceden al estado” (…) (op.cit.30) El persistente esfuerzo por dar con una tipología “correcta” revela el supuesto esencialista de que los tipos sociales no son meros constructos destinados a poner de relieve regularidades significativas

6 en el contexto de una teoría, sino entidades reales (bandas, jefaturas, estados), que pueden ser “descubiertas” si se encuentran los atributos diagnósticos apropiados (op.cit.30) “El establecimiento de una arqueología de los procesos de evolución social depende en gran medida del avance de la investigación metodológica. Primero, es imperativo desarrollar correlatos arqueológicos independientes para variables tales como redistribución, prestigio, centralización, guerra, desigualdad económica, política o ritual, control de recursos, y control del tráfico (entre otras) que son frecuentemente invocadas en las teorías sobre el origen de “sociedades complejas” (…) Segundo dado el carácter multidimensional de la mayoría de los indicadores arqueológicos, y su falta de relación unívoca con determinados aspectos del comportamiento (p.ej. tratamiento funerario ->diferencias de rango…, irrigación ->centralización política…, es necesario utilizar múltiples líneas de evidencia para inferir fenómenos sociales de interés ” (op.cit. 36) [en los dos párrafos anteriores el autor parece invitarnos a “desarmar paquetes” es decir, que hay un atributo de la lista de atributos esperables, no implica que estén todos. Por otra parte un indicador arqueológico puede tener varias lecturas posibles] (…) Las tipologías (…) pueden ser evaluadas (defendidas o descartadas) en base a su habilidad para sintetizar la variabilidad relevante que se observa en los fenómenos (op.cit.38)